Hoy me siento extraña, como si una bruma de melancolía envolviera mis pensamientos. La verdad es que te extraño. Volver a leer tus versos hizo que mis ojos se empañaran y una pequeña lágrima rodó por mis mejillas, dejando un rastro salado lo que me hizo recordar lo que alguna vez compartimos.
Es increíble cómo tus palabras aún logran tocarme tan profundamente. En especial, esa frase tuya que dice: «Adoro despertar y saber que cuando leas esto será nuestro momento, donde me visualices y sientas el inmenso amor que tengo y que se rebalsa por ti.» ¿Cómo es posible que algo tan simple siga provocando tanto en mí? Me pregunto si alguna vez dejaré de sentir esta mezcla de nostalgia y emoción.
Y es que nadie debería juzgar cuánto tiempo le toma a alguien superar a otra persona. Cada quien lleva su duelo a su propio ritmo, y cada proceso es único. No sabes todo lo que alguien ha tenido que enfrentar para sentirse bien otra vez, para recuperar su seguridad y su paz. Decirle a alguien que le falta carácter o, peor aún, que le falta amor propio, no solo es injusto, sino cruel. La intensidad del amor no se mide igual en todos; mientras algunos logran sanar en meses, otros necesitan años. Y hay quienes tal vez nunca logren dejar de sentir algo bonito cuando algo o alguien les recuerda a esa persona especial.
A veces, el recuerdo persiste porque sentimos que fue una historia sin terminar, porque habían tantas cosas por vivir juntos que quedaron en el aire. O quizá porque esa persona nos hizo sentir algo único, algo que nadie más ha logrado despertar en nosotros. Hoy lo entiendo mejor: no se trata de debilidad ni de falta de voluntad para seguir adelante; se trata de lo profundo e inolvidable que puede ser un amor…
Canelita
OPINIONES Y COMENTARIOS