Cierro los ojos.
Siento que le hablo, que la tengo en frente.
Mi voz traspasa al tiempo.
Quiero ser racional, pero no puedo.
Imagino que estamos cerca.
Imagino que la cruzo en la vereda.
Y paramos a hablar.
Que nos cruzamos en el ingreso de algún bar.
Que la esquivo.
Que me hago el fuerte e indiferente.
Y que a ella le importa.
Que se pregunta cosas.
Que se queda con ganas de decirme hola.
Sin quererlo o sí, no sé.
Quiero creer que está arrepentida.
De que me extraña.
De que desearía de verdad que hubiese sido de otra forma.
Que se muere de ganas de romper ese tempano.
Y salir como un atleta sostenido en el arranque por cables y sondas.
Y elásticos que no lo dejan salir.
Y se estiran hasta romperse uno por uno.
Y ahí va hacia… hacia mí.
Es imposible a veces ser racional.
A veces, otras sí.
Con el tiempo cada vez más partes del día,
logran sobrevivir a la grieta del sobre pensamiento
cada vez mas tiempo sé que eso no va a pasar.
y sigo …
Abro los ojos.
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