Que saben los dioses de perfección si no han visto tu cuerpo desnudo.
Yo me contengo para saborearte, besarte, tocarte y no es suficiente.
Que me perdonen los de arriba si devoro tu perfección.
Que me perdonen los de abajo si no dejo nada para ellos.
Los rayos de luz entrando por la ventana
y tú, tenso, firme, inflexible, exaltado de deseo.
Yo, atónita, desesperada, contemplando todo tu ser.
Tu cuerpo suave clama ser consumido;
mi lengua traviesa no se quiere detener.
Cuerpo sublime, deseo constante, déjame tenerte hasta el amanecer.
Sábanas revueltas, sonrisas perversas, tus labios déjame morder.
Mis manos dan fe de tu perfección, mi cuerpo caliente ya te consagró.
Tenerte siempre es mi capricho y admirarte, mi devoción.
OPINIONES Y COMENTARIOS