El pasado está más presente de lo que quisiera; es como si hubiera vivido varias vidas en una sola. Momentos, lugares, personas y situaciones tan diferentes que, al sumarse, crean la sensación de muchas vidas vividas en una. Me muevo por rincones conocidos de tiempos ya vividos, perdida entre el sueño y la realidad, queriendo rescatar lo que deseaba de esas vidas y cambiar lo que no me gusta de esta.

El presente siempre parece una suerte de vida feliz, pero transcurre casi sin darme cuenta. No estoy a gusto; quiero más porque sé que en el futuro añoraré este presente, el de ayer y, seguramente, el de mañana. El silencio ronda mis pensamientos, la voz quejumbrosa se calla, y me encuentro en el instante exacto en el que deja de ser el momento y empiezo a dar saltos nuevamente entre momento y momento, sin percatarme del único que realmente estoy viviendo: el presente, ese del que escapo y que después

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