Nunca encontré el «adiós» en tus palabras
No comprendo el «hasta luego» que dejas en el interlineado,
Quizá por ello siempre me encuentro esperando,
esperándote.
Nunca sé cuando vas a volver,
porque ni siquiera sé cuando te vas
a lo mejor estás ahí y en solo unos minutos me vas a hablar,
o en una hora, o dos, tres? cinco?
La luz del día pasa por sus diferentes intensidades
y yo estoy aquí, esperando.
El sol se va, la luna me mira lastimera
y yo sigo esperándote.
¿Nunca lo notas?
A lo mejor mi ansiosa espera es algo que disfrutas
y mientras te regodeas de mi incesante amor,
Yo sigo aquí, esperando,
esperándote.
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