Ví  de reojo tu sombra acercarse, el perro movió la cola en cuanto te vió , yo descanse mi espalda en la silla, mejorando la postura, apreté el vientre y levante la cabeza , no por vanidad, ni por miedo , creo que por sentirme un poco más seguro.

– ¿ Martín?- preguntó en una voz profunda, lo miré sin inhibiciones, desde la cabeza a los pies, no me pareció tan atractivo y calcule mentalmente, que solo tenia un par de años menos que yo, respire profundo y trate de sacar la voz mas masculina que saliera , porque nunca fue ni tan profunda ni tan rasposa 

-Sí – contesté de forma mecánica , contraje la mandíbula y lo mire directo a  los ojos , el pidió permiso y se sentó frente a mi, curvado , demasiado cerca para mi gusto. me miraba fijo también, a ratos me escudriñaba y se detenía en mi camisa mis manos u otra cosa. Hablaba pausadamente y entornaba los ojos buscando alguna frase. 

– Mira yo sé que citarte aca es raro por decirlo menos , pero soy un tipo civilizado y me gustaria poder hablar de lo que pasó contigo, explicarte que todo esto es también inesperado para mi, pero además aclararte que tengo las mejores intenciones , y que tu familia estará bien cuidada conmigo. Se me devolvió el expresso y un ácido subió a mi garganta , la chica vestida con un delantal color caqui nos miraba atentamente .

– una soda por favor – dijo de pronto y  mirándome preguntó

-¿ otro cafe? – y yo solo atiné  a negar con la cabeza 

-¿ seguro ? ¿un agua un jugo , otra cosa ?. volví a negar, con una sensación extraña,  entre rabia,  resignación y odio . Tanta calma me exasperaba, despidió a la chiquilla con un gesto y me miró de nuevo, los codos apoyados en la mesa , la voz profunda casi murmurando .

– Creo que si logramos llegar a un acuerdo, y lo hablamos todo ahora mismo, el proceso será ciertamente mas fácil para ambos ( yo no podia creer tanta desfachatez, con una soberbia absoluta, con un descaro inaudito , no solo me había quitado a mi mujer y mi hijo , sino que se justificaba, como si de casualidad me botara un helado y se ofreciera a pagar otro)

Me acomode en la banca y enderece un poco mas la espalda , puse la mano sobre la mesa y me arquee un poco hacia él sin perder la postura erguida 

– mira huevón , podría matarte, quebrarte y romperte el hocico acá mismo, porque a diferencia de ti, no soy tan civilizado –  le lancé con una voz mucho mas ronca que de costumbre, supongo que la rabia la endureció . El retrocedió un poco , se arregló el pelo castaño muy bien cuidado y me observó unos segundos 

– ahora entiendo todo, me alcanzó a decir, cuando la chica llegó con el agua, y en un acto impulsivo e irracional, en cuanto terminó de servir el vaso, lo tomé de golpe y se lo arroje en la cara , el hombre se paró y se limpio con una servilleta, levantó ambas manos y sin alterarse nada me dijo:

– está bien , tal vez me lo merezca, la chica temblaba con la bandeja pegada al muslo , los ojos y la boca muy abiertos , cuando la mire como una animal, dio un respingo y apuro el paso de vuelta a la cocina, la gente murmuraba, un par de tipos se fueron, una mujer se levantó y nos dió un sermón, porque había un niño, yo no veía ni oía nada , a cada segundo un calor , las palpitaciones y una furia ácida subía y recorría mi cuerpo entero quemándome  por dentro. El tipo impávido, aun con las manos levantadas, me calmaba con frases  de buena crianza, en algún punto me perdí por completo, cuando volví en mi, tenía la ropa ensangrentada , el hombre yacía a un par de metros , boca abajo, el rostro hinchado, la nariz claramente rota , no había nadie en el café a excepción del dueño, que hablaba con carabineros y un par de paramédicos que nos estabilizaban a ambos . Ella entró con un vaporoso vestido damasco, calzaba unas sandalias que habíamos comprado en un viaje al oeste , y llevaba el cabello en un bob delicado y su cabello marrón brillaba con destellos cobrizos. sentí un punzaso al verla, se veía tan hermosa  y se dirigió directo hasta donde  estaba el tipo, aun boca abajo que era auscultado, la nariz visiblemente inflamada y desviada y el ojo con una marca rojizo violácea, que se extendía por debajo el parpado inferior , yo sentía un dolor profundo al respirar, la boca semidormida los nudillos destrozados , tenia unos rasguños a lo largo del brazo y la espalda me estaba matando , el tipo al fin se sentó cuando ella  le hablo algo al oído , se enderezó despacio, con la cara desfigurada de dolor y le habló algo que no entendí . 

– ¿Cuantos eran? , me repitió el oficial. moví la cabeza tratando de recordar lo que pasó , pero una mancha oscura en mi cabeza me impedía recordar . El me miró desde los 4 o 5 metros que nos separaban , trate de interpretar lo que intentaba decirme , pero suponía que había sido yo el que provocara aquello

– sr necesito su declaración me dijo el oficial , presionándome el brazo, dí un alarido y el paramédico se volteó  a verme 

– creo que se fracturó el radio  – me dijo levantándome lentamente la camisa , allí vi  el moreton , la inflamación y la deformidad evidente 

– ¿no recuerda nada ? insistía el oficial – negué con la cabeza , el tipo me miraba desde la distancia asistido amorosamente, por quien fuera mi esposa hasta hace seis meses, ella le acariciaba el cabello y evitaba mirarme .

trate de levantarme ,pero al parecer tenia un par de costillas rotas 

por fin me puse de pie , intentando mantenerme erguido y apoyado por los chicos, la muchacha de la soda estaba pálida apoyada en el marco de la puerta,  con la bandeja aún pegada al muslo, temblaba y se apretaba el brazo con la mano contraria . El administrador contabilizaba los daños y apuntaba  hacia nosotros alterado y nervioso, se paseaba nerviosos detrás del mesón , salía y volvía a entrar arqueado el cuerpo, se cruzaba de brazos, levantaba las manos gesticulando . Ella evitó mirarme hasta que le fue imposible, me dedicó 3 segundos y cuando eso ocurrió,  sus ojos marrón oscuro centellaron , la boca pequeña y delicada se curvó en una mueca de desagrado y el rostro estaba duro, el lunar en el mentón, me pareció mas oscuro y las pestañas mas largas , el ángulo del ovalo perfecto, claro y suave de su rostro, se movió rápido entre la gente y solo pude ver los vuelos damasco desapareciendo, las largas y torneadas piernas y el delicado y almibarado perfume a vainilla y chocolate de su perfume. El pasó por mi lado, trastabillando. quejumbroso, me dedicó una mirada extraña, salió apoyado en un guardia y un paramédico. Estuve largo rato en el auto, quería recordar lo que pasó, pero solo podía ver los vuelos vaporosos del vestido damasco, las piernas tonificadas y el cabello sedoso, me ardían los ojos, el policía apoyado en el capó esperaba instrucciones, los dolores, en oleadas me quitaban por momentos la respiración. Al fin tocó el vidrio y me indicó salir del móvil , me subió con él al auto patrulla y se dirigió al hospital más cercano, sin decirme una palabra en el camino .

No supe nada hasta  pasada la media noche , me llamó la atención el llamado, porque hacía semanas que no hablábamos, más aún el tono cordial en el que me saludó , charlamos en principio del niño y de algunas cosas cotidianas , traté de acomodarme en la cama con el aparatoso yeso y la venda de las costillas , cuando se hizo el primer silencio incómodo , no me quedó mas que preguntar 

-¿ me llamas por algo en específico? – inquirí en el tono más neutro que pude . Ella vaciló unos segundos, luego como si  esperara impaciente  aquella pregunta, me contó porque me había llamado.

Resulta que cuando le arrojé el vaso con soda al pobre cristiano y me tiré sobre él como un macho Alfa,para reclamar mis derechos, entró al café una turba de ladrones , que fueron interrumpidos, cuando le lance al susodicho una silla y fue a dar en la cabeza del cabecilla de la banda , los demás vinieron sobre nosotros y nos defendimos como pudimos hasta que tomaron a su jefe, los cuatro pesos de  la caja y se fueron en un auto fiat con escape abierto, color mostaza del año 96 , no fui yo quien golpeó al hombre en cuestión , es más,  los testigos aseguran que en el fragor de la batalla hasta lo defendí, yo presumo que mi ira era tal, que no sabía siquiera a quien golpeaba , bueno en resumen resulté el  héroe de la jornada , el cristiano nunca dijo lo del vaso con soda , ni la camarera , ni el administrador , supongo que porque mis acciones impidieron un mal mayor , no lo sé , apenas recuerdo que estaba en el suelo .

Creo que la culpa por robarse a mi mujer justificó que  el hombre no dijese nada , ella parecía hasta emocionada , trate  de sacarla de su error,  explicarle que en caso de no ocurrir aquello lo habría matado, con mis propias manos , pero en fin . Se despidió con un sentido ;

– gracias  – y me dijo que nunca íbamos a tener problemas con respecto a la custodia del niño, y que me ayudaría en lo que necesitara mientras me recuperaba. Yo que estaba bastante desconcertado por aquella actitud condescendiente y amorosa , respondí con un sarcasmo que no entendió

– Estoy para servirte y hacerte la vida más grata, le dije con un tono que creí duro , pero que al parecer ella interpretó como una buena voluntad real , con todo eso ya no me quedó más que entretenerme en ver la foto de perfil, tomada de la mano del larguirucho crespo y castaño, con un vaporoso vestido damasco y unas piernas largas y torneadas, regocijado pensando en que aún podía recuperarla porque ella creía que yo era un buen tipo, la enfermera entró con una jeringa gigante , y sin más me sacó sangre y me puso otra vía .

– ¿sabe quien se llevó a mi perro ?- una señora vestida de damasco me dijo , entonces supe que tenia un full y él solo una escalera . 
 

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