Si por mí fuera – Por: Pamela Carbajal

Si por mí fuera – Por: Pamela Carbajal

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Si por mí fuera, todos los días serían grises. Podría estar bajo la lluvia durante horas, podría sentir las gotas en mi rostro y no lágrimas. Si por mí fuera, solo habría noches, y así descansaría de mis propias voces. Si por mí fuera, la alegría llegaría en segundos, y tan solo segundos después del sufrimiento, pero no es así, porque al final todos necesitamos fortalecernos.

Lamentablemente, nada de esto depende de mí, sino de aquella sombra extraña que comenzó a acompañarme desde que empecé a desear que cada una de estas cosas sucediera. Apareció en la pared del baño, justo después de que saliera llorando de la ducha. Creo que ya me he acostumbrado a la sombra, pues la veo cada vez que tengo un deseo.Sé que suena difícil de creer, pero yo escucho a la sombra. Escucho sus promesas, promesas que asegura cumplirá.

Antes vivía de ilusiones, caminaba cabizbaja por la calle, esperando que lloviera o deseando sentir felicidad inmediatamente después de escuchar algo que me había puesto mal. Solía ser como cualquiera, perdida en mis pensamientos. Ahora, gracias a esta sombra, mis deseos se cumplen como órdenes.

Todo es perfecto con la sombra a mi lado, todo es mucho más fácil, pero siempre me advierte que hay consecuencias por mis deseos. Aunque para mí puedan parecer triviales, el impacto en el mundo es impredecible, y no sé si a otro ser humano le afectará. Debí escucharla, debí dejar de desear todo para mí, debí dejar el egoísmo.

Hoy estoy pagando las consecuencias. Amo la lluvia, pero ahora veo los lamentos de las inundaciones y observo a las personas que, teniendo tan poco, pierden todo. Descanso todo el tiempo y ya no escucho mis voces, pero sí los lamentos de quienes ahora tienen más tiempo para sobrepensar y escucharse a sí mismos. Todos sienten alegría exactamente dos segundos después de sufrir, y ahora cargan con las lágrimas que no pudieron derramar. La ansiedad los consume.

Al final, todo dependió de mí. Nunca supe con exactitud qué o quién era esta sombra, pero cuando todo comenzó a ir mal, me mostró su esencia, y lo que vi fue mi egoísmo acumulado. No fui merecedora de ese poder tan hermoso, usado por la mente equivocada.

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