Era verano y estábamos en el parque, aquel tan bonito con gradas y grandes columnas, como un viejo auditorio, y de pronto apareciste majestuoso de blanco con tu melena y barba y te reconocí como aquel que se fue a otra dimensión pero siempre en mí corazón.

Y estando con nuestros hijos mirábamos como jugaban y me decías; hay que cuidar a los niños, hay que cuidar a los niños…

De pronto desperté, solo había sido un sueño, un hermoso sueño con la esperanza de que algún día se hiciera realidad.

Ya han pasado 22 años desde aquel sueño y ahora lo comprendo, viniste a decirme lo que hoy tengo en casa, un hombrecito majestuoso, con tú larga melena y tú barba. Eres tú con quien siempre soñé.

Para mi Joan

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