Eres mi equilibrio perfecto, para mí divagante mente, que me lleva por la cuerda floja, creyendome ser el mejor equilibrista, pero tú, mi pértiga, estás presente, salvandome del abismo, de las caídas oscuras, de los golpes estruendos que retumban en mi cabeza.
Tienes una magia sobrenatural, con una cálida sonrisa en tus labios y con el brillo celestial que emana de tu piel, es un refugio perfecto para guardar mis pensamientos, mis días grises, mis noches frías, ¿como es que canalizas todas mis emociones y a cambio me regalas tanta candidez?
La caja de Pandora yace en lo más profundo, ni los más fuertes guerreros pudieron contenerla, ni las inmensurables vidas pasadas de amores frustrados pudieron mitigar lo oscuro de esa caja, que adherida a mis entrañas me consumía.
Y llegaste a mi vida como un rayo de luz, derrotando toda oscuridad como una guerrera, luchando por algo que viste en mí, que anterior no lo descubría, sacas lo mejor de mí, me conviertes en una mejor persona, me haces feliz, muy feliz.
Solo contigo dejo de ser un equilibrista y esa caja permanece enterrada gracias a ti, para convertirme tan solo en un hombre que ama a una mujer, que entrega su vida completa para hacerla feliz y cada día que pasa mientras esté tu sonrisa; mi mente, mi corazón, mís emociones y todo el ser de mi cuerpo, estarán siempre para ti.
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