¡Al fin!

Solo quiero salir de mi cuerpo, es defectuoso, morboso podrido. Siento como si fuera un cáncer que va cubriendo mi espíritu de niebla e ignorancia poco a poco hasta dejar mi alma sumida en la oscuridad.

Aclamo la empatía, exijo que rebeliones de estima, grito que no se destruya mi autoestima, de la poca dignidad que me sobra, digo, que me falta.

Por lo tanto, la verdadera pregunta de mi conciencia es, ¿Cuál es el problema conmigo? Y de aquí salen más cuestiones que me derrotan y hacen que sufra el delirio de mi corazón, entonces me puedo y me hundo en mis pensamientos psicópatas y anormales, en vez de disfrutar y amar.

Solo tengo 15 años, ¿Qué desean de mi? La única salida que encuentro a todo esto es la rebelión, no hacia ellos, aunque trate y ruegue no cambiarán, entonces la única solución sería la autorebelión y después llegar a la autodestrucción de mi integridad. Siempre soñé con ser un buen hombre, con ser respetado y apreciado, que anhelen mi presencia, que recurran a mi cuando necesitan apoyo y empatía, sin embargo, no halle con mis actos más que un mocoso subestimado y humillado, un ser despreciado y asustado, nada más el deseo de alejarse de mi, y sobre todo mi auto desprecio.

Siguiendo el plan macabro y apático, ¿Cómo lograría una autorebelión? Pues, no lo veo tan complicado, solo sería destripando todo mi conocimiento, mis bondades, mis sentimientos, mis valores, mis admiraciones y , sobre todo, mis sueños, mis lindos y dulces sueños, asesinar al hombre que tiene mi nombre, ya acabó mi hora y sus esperanzas,

¡Al fin! Venció por ventana la desgracia con sus banalidades y la oscuridad con las verdades, no pienso ser otra vez humillado por malas lenguas y malas experiencias.

Después de este mal rato, después de mi autorebelión quedará el último paso, la autodestrucción, pues al verme al espejo el personaje que construyó mi maldad, sufriré por mi lamentable creación, que seguiré siendo yo.

No jueguen a ser Dios que siempre seremos siervos del error.