Papeles y plumas que narraron las historias de mi imaginario, de novelas, e amores prohibidos, de pensamientos atisbados de monumentos y monstros. Enterrados se encuentran en el cajo, en el baúl, sin salir, sin ser sacados, ahí están los deseos más inexistentes.

Pero te veo pasar, con esos enormes ojos azules, y entonces se me paraliza la existencia, se me nubla el sentir de mi presente, me llevas a las estrellas, desatas la verdad inherente, lo existente lo vuelves presente. Y me pierdo en tus cabellos, me llevan montado en ellos, me columpias en las noches oscuras de cada uno de ellos. 

Soy calma, pero mirarte es todo un concierto de sonidos y deseos, de suspiros entre cortados, velados por lo inoportuno de ti, por lo inoportuno de mi. Solo tú tienes esa magia, esa toxica magia que envenena mi razón, corrompe mi sentir inhóspito y lo vuelves paraje húmedo, paraje abierto, pareja para siembra y la cosecha de lo imposible. 

Y peco de lujuria, peco de deseo, me voy al confesionario y rezo… pero solo se me viene a mi pensar tus ojos azules profundos. Soy fuego… lo incendio todo… incendio hasta el mismo pensamiento de ti… corro y grito, gimo y me desvelo, pero es tarde, es tarde para guardarte de nuevo en el baúl de mi recuerdo… 

Y vuelas, eres libre… te has liberado de mi papel y tinta, te vuelves real, te subes en mi, me besas los labios, desnudas mi ansia, desojas mi vida… me masturbo en tu ser afónico y vuelves mi deseo real, y me desvelas, y me apresuras las horas y me desvivo en el placer mismo, me vuelvo sangre, me vuelvo esperma… me diluyo en ti…. solo en ti… imaginario de mi colección divina…

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