Crees conocerme, pensar que todo de mi posees.
Conoces cada pliegue de mi cuerpo, mi piel, y hasta mi aliento.
Pero te engañas, no sabes nada.
No entiendes el misterio de mis silencios,
ni el significado oculto de mi mirada,
ni el de mis risas y mis llantos.
Desconoces mis sentimientos,
Y crees ser dueño de mi ser.
Mi vida, mi esencia… Mi yo, no es de nadie,
a veces, ni siquiera mío.
Pero te amo, te amo precisamente por eso,
te amo porque soy otra, la otra, la amante, la desconocida,
la que se desliza entre tus manos, la que se ofrece y se retira,
la que te ama sin perderse en ti.
La otra.
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