Sierras Ocre-Ceniza y verde libertad
Emerge la naturaleza viva entre los andantes que viven flotando, entre las casas llenas por ausencia de sombra y curiosidad.
Incinera mi ultimo pensamiento de comodidad y despierta la necesidad de libertad.
Fuerza del viento, se encapsula en mi corazón acelerado
Caminata danzante entre suelos irregulares y copas de verde vivir
Persigo bajo la sombra los fragmentos de mis sueños destrozados
Las miradas lascivas, miradas fugitivas y de dolor
Todo mi cuerpo sueña la muerte cuando la calidez excesiva se posa en otro nuevo día de enero.
Un cielo turquesa purificado por el púrpura temporal
La desesperación se sofoca otro verano.
Leer otro poeta muerto, escuchar otro músico muerto
Ocaso anaranjado y refusilante
Caminata lenta y agonizante
Hay un juego que yo llamo: «¿Cuánto resistes sin verme morir?»
Mi cuerpo busca escapar de las fauces del pueblo olvido
Escupo mis letras en las calles, Alucino el fin de los violentos
La tradición de emocionarse por enmudecer la necesidad de conocer
Juego entre los arboles y los poetas fallutos
Por escupir veneno ardiente, por huir de la tierra que me rechaza
Peste humana haciendo arte de plástico
Siempre de fuego, siempre venganza
Llena de amor
Cuando la gente se hunde en su baile y se hunde en su pogo de máscaras
Viajes de amor a un lugar mejor
Morado furioso, absuelve mi dolor
morado tempestad, librarme del mal
En la ciudad cuando nadie me encuentra y el silencio reina, estoy a salvo bajo tus sierras
Y toda tu humanidad muerta.
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