Dona es como se llamaba la nutria antes de crecer, antes de que el duende se le subiera a la espalda. no hay mucho que decir sobre Dona, pero por ahora les contare una de las primeras anécdotas que tiene como recuerdo.
a partir de su tercera chispita de colores, abrió sus ojos al mundo, el primer recuerdo de su vida es levantarse de estar gateando cerca del portón de su casa. un portón similar a un encendedor. no sabia quienes eran sus padres en ese momento, ni a quien conocía, ni se acordaba de cuando la aplanadora le había pasado por encima. pero algo en su instinto lo hizo caminar solo, cruzando la calle hasta la casa de un amigo.
Dona había adquirido conciencia en una noche, por lo que pronto fue momento de apagarla y volver a hornearse el día siguiente. Pero ahora que Nutria lo sabe… piensa que esta viviendo el mismo y corto lapso de tiempo que Dona disfruto aquella noche de vagos recuerdos, pues de aquí a 3 estanques, Nutria ya no recuerda nada mas que sus lagrimas y deseos de no salir del agua. la rutina para Nutria no es salir a trabajar, volver a una madriguera ajena donde le miran mal con piedras en las manos, comer y volver al trabajo, volver y pegarle con rocas al suelo. no, para el la rutina es matar el tiempo, fingir que aprende cosas, que es bueno en algo, que esta haciendo un progreso con las nutrias de la madriguera.
y después de eso solo queda recordar a Dona, no para volver a esos momentos de simples, si no replicarlo de la forma mas vaga posible… un día de descanso.
un día que jamás tendrá, por que su mente no se lo permite, no se lo permite por que su mente sabe que aun queda sufrir mas. y nutria en lugar de gritar, al darse cuenta de su miserable condena, se limita a desear que de tanto pensar acabe en el veterinario.
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