Y antes que se pague el día, déjame decirte que hay lugares donde los recuerdos permanecen intacto, lugares donde el tiempo surge sin detenerse y latidos sin explicaciones, son esas emociones que me dejan pensado que hay cielos que adornan de alegría un paisaje de un mundo desconocido; palabras perdidas en besos encontrados, ojos nostálgicos acompañados de lágrimas.
Llego diciembre, un capítulo más donde ella apareció en mis sueños sin despedirse, aún recuerdo la primera vez que llego y la última antes de irse, y me arrepiento de no haberle abrazado un poco más ese día. Extrañaba su voz carismática y encantadora, ver sus ojos como dos copos delicados de nieve siendo iluminadas por el sol, vaya que la extrañaba mucho. Pero la última vez que la vi, cruzaba yo la calle para llegar a la estación de buses, donde ella cada fin de semana esperaba su bus para ir a casa, y fue ahí justo donde la vi feliz, sonriendo y en sus ojos notaba el brillo que antes ella me daba. Sujetada de la mano pude mirar que mi viaje con ella ya había acabado, sin una esperanza miré al cielo y esa noche sin explicaciones la lluvia cubrió mis ojos donde esas lagrimas eran diminutas, supe ese día que mi amor por ella siempre vivirá en mi corazón y el recuerdo de su última sonrisa cálida siempre vivirá en mí, no importa quienes éramos, solo sé que nuestros caminos se juntaron y ahora hace ella parte de un pasado, un presente y una gran historia que contare en un futuro. La última página de este año me enseño el significado de la espera y la paciencia, ahora no sé qué vendrá en mi vida, pero sobre todo doy gracias a Dios por un año donde pude amar una vez más a esa linda mujer. Gracias por todo Nataly.
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