Sigo intentando no volver al inicio, aunque nunca haya empezado y aunque eso signifique que no puedo haber parado; yo sigo ahí, estancado en las sonrisas que me causaste y en las que yo te causé a ti.

Sigo estancado en las lágrimas del pasado que nunca he soltado, pero muero de ganas de hacerlo, para ser más precisos, de hacerlo y que alguien más que el cigarrillo esté a mi lado, o que alguien me pregunte «Hola, ¿cómo has estado?» Y que de verdad le importe mi respuesta.

Sigo acá aunque ya haya cambiado tantas veces de lado, aunque ya haya cambiado, pero solo de ropa o de estado de ánimo, oscilando entre felicidad y desagrado (desagrado por mí).

Sigo buscando alguien que no me deje cuando le cuente lo que pienso, lo que siento o lo que de verdad quiero. Si les digo a ustedes lo que de verdad quiero, ¿seguirían a mi lado? O se irían como TODOS los del pasado que me miraron y pasaron por mi lado, con la excusa de siempre, la que nunca me dicen.

Sigo encontrándome en los lugares menos apropiados porque, a veces, lo malo hace que no estés mal. ¡Y yo,imbécil que siempre lo estoy!

Sigo intentando aliviar un poco la carga de mi alma, la que ama, pero a mi alma no la aman. Intentando encontrar los trozos que dejé de mi alma; los debí dejar en algún lado, bueno, en muchos lados. La gran mayoría en lugares a los que no podré volver, ¿por qué? Porque simplemente se fueron con la excusa que tantas veces me dijeron, aunque nunca lo hayan hecho, nunca me dieron indicios o alguna señal de a dónde se marcharon. ¿Y yo? Acá marchitandome, dándole más humo a mis pulmones que ya tienen color tabaco, pero yo los sigo alimentando, porque hay que comer para crecer grande y fuerte o eso siempre me han contado.

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