El año que se queda en nuestra existencia,
y todos los años juntos a los que extendemos
nuestras manos, uno tras otro, se irán
Inexorables e inmensos regalando valioso tiempo
a cada quien, a cada cual
Despedimos años, recibimos años
alentamos alegrías en su indetenible
viaje en el tiempo
El año que se queda, por fin en nuestra piel
aquel que vibra, que abraza que llega
que trae canciones hechos consumados
con todos sus signos y sus esperanzas
pronto llegará a cada ser humano
Y surgirá la emoción de abrazar el destino
a los amigos, a la sangre, el color del día
levantaremos las copas y beberemos las risas
en el amanecer del primer momento
sobreviviremos las creencias,
Y las voces crecerán en sus pechos
Dan ganas de detener el mundo mirarlos a todos,
felices, ajenos, abrazarlos muy fuerte
decirles que el año se quedará
que el vacío mortal e impenetrable del espacio
en el que todos están, no los alcanzará jamás
Pero no importa
tan solo la luz eterna, cíclica, original, todo lo justifica,
y serán abrazadas todas esas nuevas vidas
y despediremos las que se apagan
Para todos valen esos años, los vítores del amanecer
los ocasos que despiden, las voces que se pierden
los recuerdos, los presagios, la levedad de su conciencias
El año que se queda, por fin nos juntará
siempre o tan solo un momento
nos dará valor, calor y viviremos en su tiempo
una ya otra vez, renacemos en su amanecer
EL año que se queda… está por llegar
Jorge, 31 de diciembre de 2024.
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