Por qué me tratas así.
Pensé tantas cosas de ti.
Enciendes el fuego y solo lo dejas extinguir.
Sólo me has hecho sufrir.
Tantas se quedaron a un lado por burlarse así de mi.
Pidiendo perdón y otra oportunidad, sin recibir.
Perdón obtuvieron, pero ni una migaja en mi buril.
Y llegaste tú como si nada, soberbia, igual como una vez te vi partir.
Dijiste unas palabras y quise hacerme el fuerte y hacer que no te vi, que no te oí.
Una súplica y un beso, mi corazón te rendí.
El soplo de tu boca levantaron las velas y cedí.
Tus manos descubrieron el mastil, no soy tan fuerte como creí.
Cual marinero con su velero, a la deriva, en descontrol, a merced de los vientos de tus deseos, me sedujiste tan sutil.
Planee tanto para decirte.
Y no te pude decir. No, ¿gané o perdí?
¿Por qué me rendí?, sé que no hay verdad en ti.
¡Será que siempre ganas tu al fin!
Tanto para decir.
Y como un tonto no lo pude decir.
Con una sonrisa te recibí y te llené de mi.
O, soy sólo un títere para ti. Un títere tonto, débil, frágil.
Imbécil.
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