Alguien ha movido mis palabras
y mi llanto se ha estrellado contra el mar,
te vas y dejas la ciudad que pensamos habitar
y empapas de sonido
a las personas y a las calles que no hablan;
te vas y dejas la niebla quieta
ahí en el páramo, en el cerro Puñay
donde subimos, yo cantando y tu dominando
a tu sed para que no grite:
detén este poema y riega tu perfume por todo el mundo
yo ya encontraré algún final feliz,
cierra el canal de las abejas
para que no vayan en tu encuentro
para
detén tu avance hacia mi que no tengo defensas

gatearé hasta mi cuna
encontrando esas palabras que ya no tengo

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