He ahí. sobre la faz del desierto, absolutamente nada.

Queriendo este hombre encontrar algún lugar para descansar, ve a lo lejos (que quizá sea por el calor proporcionado por el abrumante sol) una sola mancha de lo que parecía ser un asentamiento. Arrastrando consigo una carga perpetua, tan pesada como nueve yunques de bronce sólido, no obstante para él, ya era una labor más de su penitencia. Llegando hacia el lugar que debía de estar a unos 300 metros venía pensando en su hija, su mujer, como fue desterrado de la megalópolis en la que creció, como él ,a pesar de sus alrededor de veintisiete años su cuerpo iba desfasado, la carga lo atormentó, y persiguió hasta allí.

Este era el lugar más recóndito al que podría haber llegado caminando, le dijo un hombre de barba blanca y larga hace dos oasis atrás -Es el fin del mundo- Afirmó.

Pensó en que el anciano debía estar en sus últimos días de vida antes de conocer a Dios, porque ¿de qué manera podría encontrar el fin del mundo? ¿El mundo tiene fin?.

Cuando se dio cuenta de que estos asentamientos estaban a escasos pasos volvió al marco que lo condenaba, también se dio cuenta que no eran varios, si no que era uno solo, en el cual percibió una sola alma, parada de espalda de lo que parecía ser un mostrador, algo así como quien vende verduras en un pueblo, pero este estaba encerrado, pues solo se encontraba en una estructura cuadrada que estaba elevado apenas unos centímetros sobre un piso de marmol puro y oro , el hombre de aspecto caucasico parecía rondar los 40 años, con el pelo atado, descuidado, pero de buen porte corporal a pesar de lo que aparentemente era suciedad que acumulaba, no como alguien sucio en sí más bien como si se hubiera descuidado unos dias. ¿Disculpe?, estimado Labashi-Marduk… hijo de Lamassu por fin ha llegado ,¿ también ha escuchado mi historia?, muchacho, yo he de tener infinita sabiduría y de conocer todas aquellas historias que por más insignificantes que parezcan están en mi conciencia y todas las que vendrán y habrá hasta que el último ser humano abandone los vestigios de nuestro hogar, ¿como sabe quien soy? Tiene que responderme. El hombre irrespetuoso se sentó en el piso de mármol , su palma seca tocó el frío mármol y es ahí donde recién Labashi tuvo la idea de acostarse, su nuca tambien estaba ahora en esa piedra fría, luego de 6 noches con sus días enteros sin un refugio o mínimamente un harapo para siquiera apaciguar ese gigantesco sol que en este contexto desértico, agudizaba sus cualidades. se quien eres y cómo has llegado aquí, y lo que será de ti, repetiría dos veces.

Ya entendí, ya entendí, un hombre que por lógica le pediría agua, primero decidió que quería desafiar la sabiduría de este hombre que supuestamente era un erudito en la precognición. ¿Si supuestamente sabes todo debes ser un Dios?,no muchacho, soy solamente una expresión del Dios que el contexto requiera, en tu caso la representación de Marduk, ¡Entonces mi señor, eres tú! muchacho ¿necesita que repita mis palabras?, soy una expresión de Marduk, por ende eres un impostor de mi señor.

No entiendes, todos en si mismos somos una expresión de Dios, hasta tu, con tu carga que pareciera estar maldita y sujeta de por vida, con nulo recorrido por delante, eres una expresión de Dios, si es así ¿que aspecto de Dios represento yo? dado que si soy una “expresión” del Señor no puedo serlo en sí, si no más bien una mera representación de lo que él quiere en mi ilustrar, mientras este pedante hombre terminaba de plasmar su pregunta, se levantó por la curiosidad de saber que contenía los cajones que este “blanquito” poseía, su cara se transformó en absoluta sorpresa al ver que alli, no tenia nada, fue cuando las dudas le entraron y comenzó a pensar, ¿de donde se alimentará este vago?.

Chico, esa pregunta solo puede ser respondida a través de indagar en ti mismo, ¿Qué representación quieres ser?, cualquiera, indudablemente la que sea menos la que pienso ahora mismo que soy, rápidamente cambiaría de tema para preguntarle sobre su mayor problema, por el momento, físico.

¿De dónde has sacado el agua?, en realidad, ¿tienes agua?, Sí muchacho espera, y de los cajones en los que él no podía ver nada, el hombre misteriosamente apareció una vasija no más grande que la cabeza de Labashi,desesperado y sin vergüenza, tomó toda el agua que podía, sentía como su vitalidad recobró fuerza y dejó la vasija al lado suyo, apoyada en la parte dorada del piso recubierto de dibujos combinados entre el mármol y el oro, nunca se preguntó, capaz por estar con la cabeza en otras cosas, como ese semi pedestal o esa estructura que con la luz del sol disparaba los rayos en todas direcciones, y estaba tan pulido casi, que si te centraras en un punto específico podrías quedar ciego con el rebote de un simple rayo de sol, estaba en el medio de esa duna, como ese hombre estaba tan desolado pero que no mostraba ni un ápice de tristeza, o si la tenia no la compartía con Labashi. Sin más volvió a acostarse, sus ojos quedaron mirando el cielo y lo que parecía un mediodía constante, la estrella madre en el medio del cielo y en los alrededores de este lugar tan inhóspito, ni un lugar de sombra, pero eso no le preocupaba puesto que luego de varios días de atravesar largos caminos había conseguido una “tregua” con el sol, ¿o sera que ya no sentía nada?

¿Dónde queda Babilonia? ¿Para qué lado? dijo el muchacho, sin mirar siquiera la cara del hombre empotrado. Es un lugar que no puede ser diferido por distancias, ni por estrellas chico… tu estas mas lejos incluso ,moviendote por días enteros, de lo que yo, incrustado en este lugar, lo estoy, Babilonia solo puede ser intuido Labashi-marduk y para los hombres como tu, si es que asi se te puede llamar, está más lejos aún.

La extrañez invadió el cuerpo de Labashi, pero entendía porque este hombre decía eso, así que prefirió preguntarle otra cosa, cuál comisario interrogando a un ladrón, ¿escuchó alguna vez sobre la biblioteca de Babilonia? tengo en mi más profundo deseo saber de su existencia, pues quiero hacerme de los conocimientos de la magia negra ¿Por que quieres saber sobre esto muchacho? mi única razón de vivir, o la razón por la que viven la mayoría de los humanos ha desaparecido, pero ya debes saberlo ¿no? así es, pero quería comprobar que tú mismo supieras porque lo quieres. Una fuerte ventisca trajo consigo un par de nubes gigantescas que si bien estaban lejos, daban esperanza a Labashi de poder sobrevivir quizá unos días más, cuando volviera a partir en busca de Babel, luego de acomodar sus trapos extendidos sobre estos pseudos cajones, con un suspiro respondió la otra pregunta que le había hecho el jóven, Si asi es pero ¿que sabes tu de todo eso? Lo que me dijo una hechicera de mi aldea, que mientras me contaba, su complicidad se volvía más agraviada y su rareza aumentaba de la mano de un aura engañosa que la envolvía, es que la biblioteca contiene todo el conocimiento de las civilizaciones.

Bueno pues muchacho, como tu razón me ha conmovido y como se lo que harás procedere a comentarte algo, no se puede construir algo así, pero Dios al escuchar de este deseo humano de coleccionar el conocimiento, creó la más pura y perfecta representación del mismo saber en la tierra, Babel, y ese es mi nombre.

La incredulidad conmovió al muchacho, esas últimas frases por un instante tan fugaz y preciso pero que en la cabeza de Labashi pareció más largo de lo que en realidad fue, hizo que se tuviera que sentar para entender lo que le había dicho ¿cómo no creerle? todo alrededor de este enigmático vago era muy extraño pensó, y la explicación que este le dio y sumandolo a que no hay nadie que diga lo contrario terminaría cediendo el raciocinio y terminar de ser “engatusado” por las palabras del hombre.

Ahora en ese lugar, ambos conocían quienes eran, uno sabía todo sobre el otro, hasta el más agudo movimiento que haría mientras que el otro sólo conocería el nombre del alma que ante él se presentaba, entonces… ¿Puedes resolver cualquier duda? así es muchacho, pero no podré decirte nada sobre tu futuro, eso va en contra de la regla. No cuestionó, pues le pareció dentro de todo aceptable lo que le planteaba este oráculo, desde que fue desterrado solamente sintió pena y culpa por los actos impuros por los cuales a él se lo juzgaba y estos, lo carcomían por dentro, y solo tenia una duda.

¿Soy culpable de los actos por los cuales se me juzga? le diría al hombre delante de él

de pronto las nubes cubrieron el cielo y el aluvio traería consigo la verdad, Labashi pestaño y el hombre desapareció,y cuando sus ojos se volvieron a abrir, se vio tirado sobre la mitad de una larga montaña de arena, Babel y todas sus respuestas se habían ido y en su memoria solo quedarian mas preguntas que verdades.

He ahí sobre la faz de la tierra, un cadáver muerto.

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