Ayer el cielo tuvo uno de tus colores.
Ese sutil azul que tanto me decías que te encantaba. Un azul que solo aparecía cuando el sol ya se estaba terminando de ocultar, realmente hermoso color.
Hoy el cielo se pintó con otro de tus colores.
Un naranja que tanto me solía recordar a ti. Un naranja atardecer, tan bello como tu rostro, y tan corto como tu presencia.
Mañana seguro el cielo reflejará un casi invisible verde. Un verde tan único y especial, así como tu un día lo fuiste.
Es probable que en unos días el cielo se torne gris y sus nubes comiencen a llorar. Un gris que solías usar como excusa para tomar una pequeña siesta.
En alguna parte del mundo, en este momento, el cielo tiene un rojo bastante notorio, pero ciertamente adictivo. Un temporal cielo rojo que te enamora con tan solo verlo… Tal vez te vea en su reflejo.
Esta noche en el oscuro cielo veo unos pequeños destellos, aún estando tan lejos brillan mucho. Destellos que tienen un gran parecido con tus ojos.
El cielo siempre se teñirá con tus colores, sin duda, hermosos colores.
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