Con mi amigo Paco 8/1985
21/12/2017
Mi puesto de conserjería, me ofrece muy a menudo, conocer a chicos y chicas de distintas edades y países diferentes, en el programa Europeo de Educación y Formación, más conocido como Erasmus.
Hace unos meses, conocí a un muchacho de entre los veinticuatro o veintiocho años, de los EE.UU, natural de Chicago, como se presentó.
Vienen entre seis u ocho meses, a perfeccionar su español, y ya lo creo, salen con un buen nivel, gracias a una academia, Don Quijote, que está por la plaza de España, según como me cuentan ellos.
Es ahora, cuando me doy cuenta de las miles de personas, enamorada de nuestra cultura, idioma, país, y sus costumbres.
Como me han ido demostrando todo chaval o chavala, se fascina por todo lo Español, paradoja de la vida, algunos de nosotros, nuestra rica cultura y origen la echamos por la borda.
Yo estoy orgulloso como mi amigo Brando, de este País de piel de Toro. Muy gustosamente le explique el origen, de su nombre mitología o leyenda, se quedó con un poquito más de nuestra cultura, Península Ibérica.
Pasaban los días, se acercaba más a conversar, aunque estaba en la universidad, haciendo un cursillo acelerado de nuestra lengua.
Era tarde y noche, cuando platicamos un poco, antes de mi hora de salida, mejor dicho me preguntó por su significado.
Explicándole, que esta palabra se desarrolla en el Quijote, de Cervantes, y la pusieron de moda otra vez los Hispanoamericano, que salieron de sus tierras natales, para recordarnos que sus raíces, son también latinas como en los pasados siglos.
Se daban a las tertulias de D. Quijote y su escudero, se comunicaban en las jornadas de aventuras de turistas, con esa lejanas lenguas, hoy la recordamos, gracias a la vueltas en origen, de esos hermanos de sangre, de miles de kilómetros que dejaron sus queridas tierras, para encontrar un futuro mejor, algunas veces no tan mejor como se lo describieron.
Aunque sea parecido el español de las américas, casi ya no usamos sus significados algunos de sus palabras, dejando en olvido, esas moribundas palabras, como es la de platicar.
A mi recién amigo, le mostré unas páginas Web, como la de los Pueblos de España, mostrando fotografía, se familiarizada, con diferentes lugares de nuestra geografía, puesto que ellos viene con una agenda de visitas de lugares y rincones de nuestro querido País.
Llevándose a su ciudad, recuerdos de nuestra cultura como cada fin de semana, la universidad o su programa, visitaban algunos lugares, que a mí me costó llegar en varios años, y ellos, en menos de ocho meses, se llevan los mejores recuerdos de lugares de España.
A poco tiempo, de sus final estancia, le dije; que él ,visitó más lugares que muchos de nosotros, en tampoco tiempo, preguntándome ¿cuando yo viajaba?, pues yo también le enseñe varias fotografías de localidades, en mi bloc.
Lo que le respondí, ¡como casi todo ser viviente¡, «en vacaciones y con dinero», cuando disfrutamos de nuestros 30 días naturales; pues en mi época de estudiante, continúe, eso de hacer cursillos universitarios, estaban destinados a otros tipos de personas, más adinerada.
Otro día apareció con una botella de Rioja, no recuerdo la bodega; pero si lo que le costó, fueron seis euros, preguntándome, si era bueno, ese vino para beber, le respondí, si, buen caldo.
Me contestó que allá en Mi Pais, con ese precio, se considera un mal vino, continuo: quería sentir en sus carnes al beberlo, el comportamiento que sentía el Español con un buen vino.
Se me escapo una sonrisa burlona, dándose cuenta él, le dije: que tuviese cuidado al beberlo, pues su paisano Hemingway, tuvo serios problemas con el alcohol, y fue tratado de su enfermedad.
En su lenguaje medio castellano, me respondió que controlaba con esas situaciones.
Nos despedimos, no le vi hasta dos días después, con su bolsa de estudiante sacó dos botellas, uno de Rioja y otra de un Ribera del Duero.
Quiero llevarme a mi País el mejor vino, ante lo tengo que probar, él y su compañero de habitación; otro americano, cada noche los dos se bebían una botella de vino.
Como estarían por la mañana, que esa tarde ni se paró a conversar, dando grandes zancadas desapareció, dejando en el aire el vaivén del cordón desabrochado, de su zapato derecho.
Debe de ser la moda en su ciudad o cosa de la edad, pues varia veces le advertí, de que se pisaría con el otro zapato el cordón y podría tropezar, no me hizo mucho caso y siguió sin abrocharse lo.
Visualice en su cara la tez colorada, que produce la masiva ingestión de alcohol.
Me preocupe, pensé que ya conoció esos síntomas de la resaca, una hartada de alcohol, ese día 17 de diciembre, eso me pareció que le ocurría, por lo despistado que lo encontré, ante de desaparecer, le llame.
Le dije: que otra denominación de origen, tenía que probarla, como vinos de la Mancha o de Toro, al escuchar toro, abrió algo más los ojos, al sentir su sorpresa, le insinué que es un buen vino, es su sangre.
Por la cara que puso de asco y asombro, le tuve que sacar de sus dudas y errores gramaticales, explicándole y refiriéndome a una denominación de origen vinícola origen catalán.
Y un apreciado vino de la bodega de torres, se quedó más tranquilo, no sé qué pudo pensar, pero su expresión me imagine un plan Drácula, bebiendo la sangre del animal.
Te estaba esperando, le dije: para darte este regalo, es una botella de vino de Madrid y muy económico.
Es un buen vino, aquí también es denominación de origen, no tan conocida, como otras.
Dándome la gracia, cogió su botella Puerta de Hierro, para desaparecer por la escalera izquierda.
Al día siguiente, coincidimos otra vez, contándome que tanto su compañero y a él, le gustó mucho ese caldo.
Pero no lo encontraba en internet, se lo busque en mi celular, me conecte al wifi, encontrando varias tiendas que lo suministraban.
El día 19 de diciembre, apareció con varias botella denominación de origen de Madrid, que viajaría a chicago ese día 21 de diciembre, pues de todos los vinos bebidos, fue este que nos gustó más, me dijo.
Nos despedimos con tristeza, sobre todo él, se encontraba muy a gusto en España, prometiéndole que volvería en cuanto acabara la carrera, tenía pensado en poner una pequeña empresa o negocio, en el País.
Antes de que se te olvide el idioma, intenta hablar el español, con alguien de habla hispana.
No te preocupe me contestó, su compañero de universidad de chicago, es de México y habla Español.
Y continuo: lo que más siento, es perderme el sorteo de Navidad, tengo entendido que es un verdadero espectáculo, llevas algún decimo, le pregunte, dos me respondió, así, que lo tendré que ver vía internet.
Las uvas, también me lo perderé, con pena en los ojo, me comentó, que encargó a su madre, comprarlas para brindar el año como se hace en España.
Le hable de dos leyendas que circulan, en la tradición de las doce uvas.
Pues le comente que es originaria de Madrid, y de España. Y ahora de chicago me interrumpo, y de otros países gracias a vosotros, los estudiantes puntualice.
¿Y quién sabe si dentro de menos de una década, esta celebración es aceptada en América? Otros chicos y chicas estadounidenses, también se llevaron esta pequeña tradición, y nos despedimos el más que yo, una pequeña lagrima se deslizaba entre su mejilla.
Y así ese día 21 de diciembre, muy temprano, como me dijo la noche anterior, iría en taxi, al aeropuerto, Adolfo Suárez, en Barajas.
Hasta hoy que le recordaré, con sus desabrochado cordón del zapato derecho, andando deprisa por el largo pasillo sin pisarlo.
En el parte meteorológico, decían en telediario del mediodía, que en Chicago estaban a menos cuarenta grados bajo cero.
Pensaba que era el calor del vino, que hacía que durmiera con la ventana abierta en pleno invierno madrileño, y me vino a la memoria este simpático americano llamado Brando.
Han Solo para el País de la piel del toro
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