El viento sigue soplando,
las estaciones cambiando.
Aún así, mi amor por ti
no se ha marchitado.
Los luceros que han iluminado
mi camino por tanto tiempo
se han desvanecido,
dejándome abandonado aquí,
solo y afligido.
Palabras que se fueron volando
con ella el día en que
decidió marcharse,
rompiendo todas las promesas
que la hacían quedarse.
OPINIONES Y COMENTARIOS