Cadáver exquisito

Cadáver exquisito

Paloma

16/12/2024

“Yo” observo la hoja doblada una y otra vez. “Yo” es la única pista que tengo para seguir este cadáver exquisito. Hay tantas opciones para continuar: yo me desperté y disfruté de una bella mañana, yo suspiré y me quedé dormida entre sus brazos, yo disparé y huí con el dinero robado, yo me alejé y no miré atrás, yo… Y es así, día con día me encuentro en el papel una única palabra con la que debo continuar la historia, mi historia. En ocasiones es un “si”, un “nunca”, un “siempre”, un “yo”, un “tú”. ¿Cómo decidir qué escribir sin más pistas? Podría seguir lo del día anterior, continuar con el mismo hilo, pero la vida se encarga de escribir una buena parte de la historia a lo largo del día y probablemente no tendría ningún sentido aferrarse a la trama anterior. La realidad es que simplemente tomo mi pluma y plasmo lo que mejor siento que queda, a veces un deseo, a veces un hecho, otras una historia extravagante, algo cómico o una completa tragedia. La vida me va dando palabras, yo sigo la historia lo mejor que puedo. Ya se verá al final de todo la obra completa, sobre mi tumba se leerá este cadáver exquisito que fui construyendo día a día, palabra a palabra, memoria a memoria. Ésa es mi vida, un gran cadáver literario del que desconozco mucho, una constante incertidumbre y un diario anhelo de estar escribiendo una obra maestra. Tal vez al final no todo tenga sentido, tal vez sea algo mucho menos que la obra maestra que soñé, pero será algo bello, algo interesante, algo único, algo complejo, tal vez algo inesperado, la mejor versión de este único borrador que pude escribir con los pequeños retazos que la vida me fue ofreciendo.

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