Lágrimas de la vid
(Linda Wawita- William Luna, canción de fondo), Huamachuco, sierra norteña del Perú, año 1974, una jovencitas estaban jugando a la ronda, tomadas de la mano se ponían a cantar y correr por el campo, las tres hermanas se veían alegres detrás de las ovejas, los patos y sus gallinas, llegaban a casa algo agitadas, -“¡gane, gane!”- dijo Alejandra alegre, la menor de las tres, tenía 8 años de edad, -“ya me canse, ustedes corren muy rápido”- dijo Leonora sonriente, la hermana mayor de 14 años de edad, -“no es justo has hecho trampa, contaste mal y empezaste a correr antes”- dijo Yuliana seria, la hermana de 10 años de edad, -“solo fue un juego y soy más rápida que tu Yuliana”- dijo Alejandra contenta, -“ya jugamos un rato, es hora de ir ayudar a la mamá, así que hacer los quehaceres”- dijo Leonora, apresurándolas, -“¿se puede saber dónde estaban?”- dijo Fernanda, la madre seria, se acercó a sus hijas, -“mamá, fuimos a dar de comer a los animales al monte, ya los trajimos y los encerramos en los corrales”- dijo Leonora algo tímida viendo su madre molesta, -“dense prisa que tienen que ir a vender las sillas, o su padre llegara y nos regañara a todas” dijo Fernanda seria, -“otra vez ir a vender las sillas”- dijo Yuliana seria, -“no hay de otra hija quieres que tengamos que comer, aquí se trabaja, no solo se pasa a jugando en esta vida”- dijo Fernanda seria, -“¿puedo ir acompañar a mis hermanas, mamá?”- dijo Alejandra, -“que no, tú estás muy chiquita tienes que ayudarme en la casa, tengo que preparar la comida para tu padre y tus hermanos, cuando lleguen del trabajar, ustedes ya vayan por las sillas, Alejandra mira como estas llena de polvo y tierra, a bañarte primero”- dijo Fernanda seria, llevo de la mano a su menor hija, -“vamos Yuliana a trabajar”- dijo Leonora, -“no es justo, nosotras tenemos que ir cargando esas sillas y venderlas por el pueblo mientras Alejandra estará en casa bien calientita y nosotras de frio”- dijo Yuliana seria, -“ella es muy niña aun, entiende”- dijo Leonora, -“yo a su edad ya trabajaba”- dijo Yuliana seria, -“ya deja de regañar, debemos de ir a vender o ya sabes cómo se pone papá, además no quiere que nuestra hermana salga aun, date prisa”- dijo Leonora seria, Yuliana la seguía.
Fernanda estaba bañando a su hija, -“te cambias sola, arreglas las camas de tus hermanos, tus hermanas, el tuyo y luego vas a cocina, yo tengo que ir preparar el fuego para cocinar”- dijo Fernanda seria, -“mamá, ¿cuándo podre ir a trabajar con mis hermanas?”- dijo Alejandra, -“ya no insistas, cuando te toque ir ya luego ni queras ir”- dijo Fernanda seria le puso una toalla, -“ahora obedece lo que te dije”- dijo Fernanda seria, cuando en eso sintió un dolor en la espalda al levantarse, -“¿qué te pasa mamá, aun te duele la espalda?”- dijo Alejandra preocupada, -“no me duele, anda a obedecerme”- dijo Fernanda seria, Alejandra preocupada obedeció, miraba a su madre adolorida, -“este dolor no me pasa”- dijo Fernanda cerrando los ojos recordaba que la golpearon, -“ pero tengo que ir a cocinar, terminar de lavar la ropa de mis hijos y de ese hombre, que triste es la vida de las mujeres espero que a ninguna de mis hijas le toque alguien así”- dijo Fernanda triste soltó una lágrima, se iba tocándose las cintura de dolor.
-“Ahora tú vas a por ese camino, luego nos vemos al final del camino del pueblo, ya sabes, ten cuidado con las monedas falsas, no te vayan engañar otra vez, no quiero echarme la culpa como la vez pasada y que me griten y me castiguen por tu culpa”- dijo Leonora, -“yo no sé reconocer bien las monedas, como iba a pensar que ese viejo tonto me iba a engañar”- dijo Yuliana seria, -“ya te enseñe como revisarlos, ahora ya no regañes, anda con cuidado”- dijo Leonora tomando varias sillas pequeñas, las cargo en su hombro y se iba gritando para vender sus sillas, yendo por el camino opuesto al de su hermana. Yuliana por un camino veía a una niña afuera de una casa, con una muñeca, -“hola, que linda esta tu muñeca” dijo Yuliana acercándosela, -“gracias pero no te lo voy a prestar”- dijo la niña, -“¿pasa algo hija?”- dijo la madre de la niña saliendo de la casa, -“señora buenos tardes, le vengo a ofrecer estas sillas, ¿no le gustaría comprarme una?, mire las dejó baratas y están buenas, son resistentes”- dijo Yuliana, ofreciéndole su mercancía, -“no gracias, y deja de molestar a mi hija, vete niña”- dijo la señora tomando a su hija, ingresándola en su casa, -“vieja estirada, como si le fuera a robar, pero como me gustaría tener una muñeca así tan bonita”- dijo Yuliana triste, seguía su camino.
Leonora estaba ofreciendo sus sillas, un grupo de hombres estaban bebiendo licor, al verla pasar, decidieron hablarle, -“hey niña ¿a cuánto tus sillas?”- dijo un hombre, -“bien baratas señor, solo 5 nuevos soles”- dijo Leonora contenta, se acercó, creía que iba a tener una venta, -“te daré los cinco nuevos soles pero a cambio me darás un besito en la mejilla”- dijo el señor ebrio, se reía con su amigo, -“no gracias señor”- dijo Leonora seria se iba a ir, -“espera, no te vayas, se amable para poder comprarte las sillas”- dijo el hombre levantándose de su lugar, -“mire señor si se mete en mi camino le diré a mi papá, ¿sabe quién es el?”- dijo Leonora molesta, -“creo que es el viejo Santos, lo conozco, sabes, él me va a creer a mi antes que a ti, le diré que viniste a provocarnos”- dijo el hombre riéndose con su amigo, -“si no me deja tranquila, le rompo la cabeza con esta piedra y no me importa luego lo que le mienta”- dijo Leonora tomando una piedra, -“tranquila preciosa, resultaste ser una puma de monte”- dijo el hombre sonriente, -“ya le advertí si me sigue molestando no respondo”- dijo Leonora molesta se marchó, -“espera niña”- dijo el hombre queriéndola seguir, Leonora voltio y le tiro una piedra a la botella de licor que tenía su amigo, ambos se molestaron, Leonora se echó a correr.
-“Muchas gracias por comprarme la silla, espero que le dure años”- dijo Yuliana realizando su primera venta a un cliente, contenta miraba la moneda se la guardaba en su bolsillo, cuando paso por la panadería veía a unos niños comprando pan y comiendo, Yuliana se acercó saco su moneda, -“¿qué quieres niña?, no te vamos a invitar”- dijo el niño serio, -“no te estoy pidiendo, tengo para comprarme si no sabes niño tonto”- dijo Yuliana seria, le mostraba la moneda, -“¿de dónde la abras robado?”- dijo el niño, -“no soy ratera, en cambio tú tienes la cara de serlo”- dijo Yuliana seria, -“no te metas conmigo o te reviento”- dijo el niño molesto, -“¿así?, atrévete y veras como te toca, crees que por ser mujer no se defenderme, me eh peleado con muchos como tú y a todos los he ganado”- dijo Yuliana, -“así, vamos a ver”- dijo el niño molesto, se le acerco a Yuliana, ella lo empujo, el niño cayó al suelo, Yuliana se lanzó sobre él y le dio golpes, el niño le jalaba de los cabellos, -“¡hey ¿qué pasa aquí?, no se peleen frente a mi tienda!”- dijo el dueño de la panadería sujetando al niño, Yuliana se levantó tomo sus sillas y se marchó apresurada. Luego de correr un rato se tocó sus bolsillos, -“no puede ser, ¿mi moneda?, si la perdido mi papá se enojara y me castigara”- dijo elle asustada, se rebuscaba entre sus bolsillos cuando logro encontrarla, -“aquí esta, hay que susto me lleve, pero ese idiota se llevó unos buenos golpes”- dijo Yuliana sacudiéndose el polvo, siguió vendiendo sus sillas.
La noche llegaba, -“muy bien hija así se frota con fuerza”- dijo Fernanda acostada en la cama, -“mamá eh visto que tienes un moretón en la espalda”- dijo Alejandra, masajeándole la espalda, -“silencio, no le digas a nadie de lo que viste”- dijo Fernanda,-“¿eso te lo provoco mi papá?”- dijo Alejandra, -“no digas tonterías, como tu padre me va a moretear el cuerpo, ya anda a ver si ya está el té, ya te enseñe como se hace sin que te vayas a quemar”- dijo Fernanda, -“¿porque mi papá es malo con nosotras?”- dijo Alejandra triste, -“no lo sé hija, yo también me pregunto lo mismo, ¿Por qué nos hace esto a su propia familia?”- dijo Fernanda soltando una lagrima, Alejandra la abrazo, Fernanda la abrazo y lloro, -“¡ya llegamos mamá!”-dijo un joven, de 17 años, -“Andrés hijo, ¿cómo te fue?”- dijo Fernanda contenta acercándose le dio un abrazo y un beso en la mejilla, -“bien mamá, me duele el cuerpo, estoy cansado, trabaje mucho”- dijo Andrés sonriente, le entrego una bolsa con vegetales, -“yo también llegue mamá”- dijo Ernesto serio, el hijo de 12 años, -“está bien hijo, ve a cambiarte y a lavarte las manos para comer, ¿Andrés quieres que te prepare agua cliente para que te bañes?”- dijo Fernanda, -“por favor mamá quiero bañarme, comer y dormir, mañana tenemos que ir temprano a la chacra, abra una gran cosecha de papas, cosecharemos grandes toneladas, el patrón me dijo que al final del día me podría quedar con unas, las traeré para la casa”- dijo Andrés, -“gracias hijo, eres un buen hijo, iré alistar tu agua para que bañes, tu ropa está limpia y seca para mañana”- dijo Fernanda sonriente, -“¿y la mía?” dijo Ernesto, -“la tuya la lave hoy, no a secado aun, pero en cuando llegue Leonora le diré que la ponga cerca del fuego para que seque rápido”- dijo Fernanda marchándose, Ernesto la veía seria, lo miraba con celos a su hermano, luego se fue a la cocina, -“hermano mira lo que me dieron, tómalos”- dijo Ernesto dando unas sandalias, -“¿y esas sandalias, quien te las dio ,como las conseguiste?”- dijo Ernesto serio, -“me las regalo el patrón, eran de su hijo que ya no las usa, las arregle con en Don Horacio el zapatero, las tuyas están acabadas y necesitas más que yo”- dijo Andrés sonriente, -“no gracias, no las quiero”- dijo Ernesto, -“¿Por qué?”- dijo Andrés, sin entender el rechazo, -“porque están viejas, mejor vótalas a la basura”- dijo Ernesto marchándose molesto a su habitación, Andrés lo miro se puso triste.
-“¿Cómo te fue vendiste sillas?”- dijo Leonora, -“vendí cuatro, me quedaron dos”- dijo Yuliana, -“a mí también me quedaron dos, espero que papá no se enoje por que no logarnos venderlas todas”- dijo Leonora, -“que se va a molestar, nos fue mejor que ayer”- dijo Yuliana, -“ojala sea así, vamos a casa ya dame el dinero para revisarlo no quiero que lleguemos con dinero falso”- dijo Leonora revisando el dinero, la felicito, tomando de la mano a su hermana se fueron a casa.
Al llegar a casa, Andrés estaba acostado en un sillón de tejido, -“¿dónde estaban ustedes?”- dijo Andrés viéndolas llegar a sus hermanas, -“fuimos vender las sillas, mira cuanto trajimos-“- dijo Leonora, mostrándole el dinero, -“felicidades hermanitas, les fue bien, serán unas buenas vendedoras cuando sean más grandes”- dijo Andrés sonriente, -“tengo hambre, ya estará la comida”- dijo Yuliana sentándose a lado de su hermano, -“iré a ver a mamá, haber en que le ayudar”- dijo Leonora yéndose a la cocina, -“hermano, hoy vi una muñeca que traía una niña como me gustaría que me compres una igualita”- dijo Yuliana, -“te prometo que te comprare una, tal vez no igual pero tendrás una hermanita, sabes que no ganamos mucho dinero, espérame a fin de mes”- dijo Andrés, -“gracias hermano, por eso eres mi hermano favorito porque me consientes en todo”- dijo Yuliana abrazándolo, -“¿solo por qué te consiento me quieres?”- dijo Andrés riéndose con su hermana, le hacía cosquillas, de pronto la puerta se abrió entraba un hombre cargado un saco, -“¡¿qué pasa aquí?!”- dijo el hombre molesto, -“nada papá, solo jugaba con mi hermana”- dijo Andrés, -“¿cómo les fue en la cosecha con don Bernardo?”- dijo Santos serio, -“bien, mañana nos informan que abra una gran cosecha de papas, tendremos que levantarnos temprano”- dijo Andrés, -“¿y que esperas que no te vas a dormir con Ernesto para que mañana madruguen a trabajar?”- dijo Santos serio, -“primero me daré un baño, luego comeré y me iré a dormir”- dijo Andrés, -“¿un baño?, aquí no tenemos para gastar demasiada agua”- dijo Santos serio, -“ya está tu agua lista hijo, Santos, ya llegaste”- dijo Fernanda salía avisarle a su hijo, se quedó algo sorprendida al ver a su esposo, -“¿preparándole agua a tu hijo? ¿y para tu esposo?, ¡acaso ya le preparaste la comida, espero que mi ropa este limpia, si no ya sabes lo que te espera”- dijo Santos molesto, -“todo está listo, la comida en unos minutos la serviré”- dijo Fernanda algo asustada, -“¿en unos minutos?, ¿qué estuviste haciendo toda la tarde, que la comida aún no está?”- dijo Santos molesto, -“estaba lavando la ropa de los niños y la tuya”- dijo Fernanda asustada, -“seguro estabas perdiendo el tiempo durmiendo, haragana, mentirosa, sinvergüenza”- dijo Santos enojado levanto la mano, -“¡no!”- dijo Andrés asustado se metió entre ellos, Yuliana asustada se tapó los ojos.
-“¡No, papá!, no te atrevas”- dijo Andrés metiéndose en medio, se veía asustado, -“quítate, a un lado, este es un problema entre tu madre y yo”- dijo Santos molesto, -“no permitiré que la golpes”- dijo Andrés serio y temeroso a la vez, -“¿qué estás diciendo?, ¿te estas atreviendo a retarme?, a oponerte en mis decisiones”- dijo Santos molesto se sacaba el cinturón de los pantalones para golpearlo, -“¡no Santos!, con mi hijo no te metas, pégame a mi si quieras pero a mi hijo no lo pegues”- dijo Fernanda llorando protegía su hijo, -“¿que esta sucediendo?”- dijo Leonora llegando con Ernesto y Alejandra, veían a sus padres discutir, -“papá quiere golpear mi hermano y a mi madre”- dijo Yuliana entre lágrimas, -“¿por qué papá?, ¿por qué nos haces esto, que te hemos hecho para que vengas así contra nosotras?, mira como están mis hermanos”- dijo Leonora metiéndose y suplicando que no lo hiciera, se puso de rodillas y lloraba, Ernesto abrazaba Alejandra que lloraba, Yuliana lloraba asustada, Santos veía a sus hijos llorar, -“ya cállense, no vuelvas a enfrentarte a mí Andrés, espero que sea la última vez, ya sabes como castigo, iré a bañarme y cuando salga mi comida lista”- dijo Santos enojado, Leonora se puso de pie, Fernanda abrazo a Andrés y a Leonora le agradeció, los demás hijos se acercaron y se abrazaron entre todos.
Todos ya en la mesa estaban cenando, a la luz de las velas, -“¿mamá puedo comer más pan?”- dijo Yuliana, -“¿no crees que ya estas comiendo mucho?, ya deja pan para mañana el desayuno, o crees que tu solo sabes comer”- dijo Santos serio, -“ya comiste dos hijita fue suficiente”- dijo Fernanda triste, Yuliana avergonzada miraba a su padre, -“tengo sueño”- dijo Alejandra triste, -“te iré acostar, vamos hermana”- dijo Leonora, -“a dormir ustedes también, que mañana tienen que levantarse temprano”- dijo Santos serio miro a sus hijos varones, Andrés serio lo miraba se despidió de su madre, Ernesto se despidió de su papá y su mamá, se marcharon a su habitación. Yuliana se puso de pie, -“ve a lavar las cosas antes que te vayas a dormir”- dijo Santos serio, -“si papá”- dijo Yuliana seria, -“¿vendieron las sillas?”- dijo Santos serio, -“si, Leonora y Yuliana vendieron, este fue el dinero que me entregaron por las sillas, le quedaron algunas”- dijo Fernanda, entregándole el dinero, -“esas niñas creo que más van a jugar que a trabajar, tienen que echarle más ganas a las ventas, si siguen así no van comer mañana, se irán a dormir sin cenar”- dijo Santos serio, -“hacen su mejor esfuerzo, además mañana es lunes y tiene escuela”- dijo Fernanda, -“¿escuela, como si la educación sirviera para algo?, solo tienen que saber contar el dinero para que más”- dijo Santos, -“ellas deben estudiar para que puedan ser algo y no sean ignorantes”- dijo Fernanda, -“en esta vida si se nace pobre se muere pobre, si nacen burras serán burras, cuando crezcan trabajaran de empleadas del hogar y punto, y ya vete a dormir que verte me amarga el día”- dijo Santos, Fernanda recogía la mesa y se marchó.
-“¿por qué papá es así con nosotras, porque no nos quiere?”- dijo Alejandra mientras era acostada por Leonora, -“si nos quiere, solo que es muy regañón, duro, pero no es mala persona, en el fondo muy en fondo nos quiere porque somos sus hijos”- dijo Leonora, -“¿puedes cantarme algo mientras duermo?”- dijo Alejandra, -“claro que si hermanita”- dijo Leonora sonriente, -“Eres… mi vida mi mundo eres tú, eres…, mi sueño adorado eres tú, el agua que bebo eres tú, el aire que aspiro eres tú, el ser más que quiero eres tú, eres…, tú eres todo para mi”- cantaba Leonora mientras hacia dormir a su hermana, (canción Dina Paucar- eres tú).
-“Como me gustaría tener una radio a pilas, esa como tiene el hijo del patrón”- dijo Andrés estando en su cama, -“¿para que quieres una radio?”- dijo Ernesto, -“para que va ser, para escuchar música pues y así olvidarme de todos estos problemas que hay en la casa”- dijo Andrés, -“ellos tienen dinero y nosotros somos pobres, no envidies algo que no vas a poder tener nunca”- dijo Ernesto serio, -“no digas eso, mientras pueda trabajar, ahorrare, veras que podre conseguir lo que yo quiera, algún día tendré una gran radio un toca discos y escuchare música”- dijo Andrés, -“papá no te dejare que te compres uno”- dijo Ernesto, -“cuando sea mayor de edad, sacare mis papeles, me iré de la casa y me llevare a mamá, a todos ustedes lejos de papá para que ya no nos grite, ni golpe cuando se le dé la gana”- dijo Andrés, -“tú lo provocas, tú y mamá”-dijo Ernesto, -“¿qué hablas, eres idiota o qué?, nosotros no tenemos la culpa de sus problemas que tenga fuera de la casa, solo no queremos que nos trate como si fuéramos animales, somos su familia”- dijo Andrés, -“no me digas idiota, solo déjenlo gritar denle por su lado y no les golpeara, no le busquen o lo van encontrar”- dijo Ernesto, -“no dejare que golpee a mamá, antes era un niño y me quedaba callado, ahora ya no”- dijo Andrés serio, -“¿tú crees que me gusta esta vida que tengo?, yo quisiera tener otra vida pero es la que me tocó vivir, y tengo que aceptarla, prefiero no darle la contra en nada o nos grita nos pega, solo obedezco, y ya déjame dormir que mañana tengo que levantarme temprano”- dijo Ernesto serio se cubría con sus frazadas, Andrés lo miraba, se veía pensativo.
-“¿Crees que Josefina, este viviendo feliz?”- dijo Yuliana, en su cama acostada, -“espero que sí, ella logro casarse con Martin, se ve que es un buen hombre, nuestra hermana tuvo suerte en que se conseguir un hombre bueno, que no la maltrate”- dijo Leonora trenzándose el cabello, -“ella si tiene suerte en cambio mamá y nosotras seguimos aquí padeciéndola, ella ni se acuerda de nosotros, que tiene familia, que nos dejó con ese ogro de papá que tenemos”- dijo Yuliana seria, -“no digas eso, ella está en otra ciudad, se fue a tener una mejor vida, ella si estuviera aquí estaría alado de mamá como Andrés, y nos defendería como el hermano lo hace”- dijo Leonora triste, -“ya son como ocho meses que no sabemos nada de ella, si seguirá viva”- dijo Yuliana, -“no digas tonterías, nuestra hermana está bien, que ni te escuche mamá o te gritara”- dijo Leonora, -“mamá me grita por todo, es igual que papá”- dijo Yuliana seria, -“ella no nos golpea, a veces es dura porque papá la maltratos, peor debemos entenderla”- dijo Leonora, -“¿y nosotras tenemos que pagar por eso?, ¿qué culpa tenemos?”- dijo Yuliana seria, -“nadie tiene la culpa, no busquemos culpables, solo hay que saber comprenderla, vivir tranquilos y evitar discusiones con papá, sea lo que sea es nuestro padre, debemos tenerle respeto, mira otros no tienen papá, ni mamá, viven en las calles y no tienen que comer, ellos nos dan lo poco que tenemos”- dijo Leonora, -“a veces preferiría ser huérfana”- dijo Yuliana seria, -“no digas eso que la boca se te haga chicharrón por hablar así”- dijo Leonora, -“ya déjame dormir, esta noche por fin que no hay lluvia ni truenos quiero dormir tranquila”- Yuliana seria, se acostaba y apago las velas, -“oye me estoy peinando aun”- dijo Leonora.
Fernanda estaba acostada, -“que sea la última vez que te pones a defender Andrés cuando le voy a corregir, entendiste”- dijo Santos sentándose en la cama, -“solo no quería que lo golpees, quiero evitar que le des un mal golpe y lo dejes adolorido como me dejas a mi”- dijo Fernanda llorando, -“cierra la boca, tú te caes porque eres una torpe, una inútil, y me echas a mí la culpa de tus malestares, pero son provocadas por tus estupideces que cometes”- dijo Santos serio, -“mentira, todo mundo sabe que eres violento conmigo, con tu familia, dime ¿Por qué nos tratas así?”- dijo Fernanda queriendo llorar, -“no vuelvas hablarme así o te tumbo otros dientes”- dijo Santos tapándole la boca con fuerza, Fernanda lo miraba asustada, él apagaba la luz, Fernanda se escuchaba llorar en silencio.
(Chico precioso- Iris Flores, canción de fondo),Andrés estaba trabajando en la chacra cosechando papas, Ernesto se veía cansado casi se cae cargando el costal lleno, Andrés lo ayudo para que no se fuera a caer, Ernesto molesto lo hizo a un lado, siguió su camino, Andrés veía a una mujer que se le acerco, -“Olinda amor, ¿Qué haces aquí?, te dije que nos veríamos el próximo sábado”- dijo Andrés sonriente, -“Andrés quería decirte algo”- dijo Olinda algo triste, -“¿qué sucede?”- dijo Andrés, -“es que…, mañana me voy a la ciudad de Trujillo, papá consiguió un empleo, ya vendió la casa, nos iremos, eso nos dijo”- dijo Olinda triste, -“no puede ser, Olinda, no te vayas mi florecita, ¿Qué será de mi sin verte?”- dijo Andrés triste le tomaba de las manos, -“no tengo de otra, mira esta será la dirección donde estaremos viviendo, vine a dejártela si en caso vas a la ciudad, quiero que me vayas a visitar”- dijo Olinda triste quería llorar dándole en un papel la dirección, -“no puede ser cierto lo que me dices, te voy a extrañar mucho”- dijo Andrés triste, -“yo también te voy a extrañar mucho, pero estoy segura que nos volveremos a ver”- dijo Olidna secándose las lágrimas, -“claro que sí, cuando junte dinero me iré a buscarte y le diré a tu padre que me quiero casar contigo, ya verás tendré mucho dinero ahorrado y te daré la vida de reina que te mereces, te lo prometo”- dijo Andrés abrazándola, -“con tal de estar junto a ti así vivamos en una choza estaría contenta”-dijo Olinda, -“tu mereces lo mejor, ya veras, solo espérame Olinda te lo pido, no me olvides”- dijo Andrés secando las lágrimas, -“lo hare, yo te esperare”- dijo Olinda le dio un beso y se marchó, Ernesto serio a lo lejos los miraba. Andrés la veía marcharse, se secó bien las lágrimas y fue a trabajar, -“¿Qué paso? ya te despediste de tu novia”- dijo Ernesto, se acercó, -“se va Ernesto, se va a la ciudad de Trujillo”- dijo Andrés triste, -“ es lo mejor, ¿Quién va a querer vivir aquí en este pueblo?, era ya de un hecho que se iba a ir, tal vez vivía cerca de donde vive Josefina”- dijo Ernesto serio, -“Trujillo es grande, no creo que estén cerca, peor me dejo su dirección, cuando reúna mucho dinero iré a Trujillo para casarme con ella, y ustedes se vendrán conmigo”- dijo Andrés, -“sigue soñando con eso de que tendrás dinero”-dijo Ernesto, -“veras que si, estoy aprendiendo a hacer zapatos con don Horacio, y tendré un buen negocio, ya verás”- dijo Andrés, -“mejor me voy a seguir trabajando”- dijo Ernesto sonriente se burlaba marchándose, Andrés se quedó solo pensativo.
Leonora estaba con su hermanas rumbo a su casa, salían de la escuela, -“ya apresúrense que se hace tarde”- dijo Leonora riéndose viendo a su hermanas saltando por el camino mientras jugaban, -“¿tenemos que ir por el puente?”- dijo Alejandra, -“claro que si”- dijo Leonora, -“no, mejor crucemos el rio, así nos ahorraremos mucho en caminar hasta abajo y vuelta tenemos que subir para la casa, por el rio llegaremos temprano a casa”- dijo Yuliana, -“pero el rio es peligroso, estos días ha estado lloviendo mucho y debe estar alto”- dijo Leonora, -“pero hace días que no llueve”- dijo Yuliana, -“no Yuliana, no iremos”- dijo Leonora, -“mamá se despertó con dolor de la espalda, debemos ir a verla rápido”- dijo Alejandra, -“si vamos de una vez”- dijo Yuliana tomando de la mano a Alejandra, se fueron corriendo por el camino del rio, -“esperen ustedes por el rio no eh dicho”- dijo Leonora siguiéndolas. Cuando llegaron al rio, veían que era inmenso, -“ya ves me da por las rodillas y eso que soy chiquita”- dijo Alejandra metiéndose en el rio, -“y a mí me dar a más abajo y a ti Leonora mucho más abajo”- dijo Yuliana, -“está bien, crucemos por aquí, cuidado mojen sus cuadernos y tómense de mis manos, que no quiero que se caigan y les lleve la corriente”- dijo Leonora, -“no exageres la corriente esta baja”- dijo Yuliana soltándose de la mano, fue primero por delante, -“espera Yuliana, toma mi mano no camines sola”- dijo Leonora avanzado atrás de ella, tomada de la mano de Alejandra. Unos campesinos rio arriba hablaban, -“al parecer la quebrada se rompió tengan cuidado por que el rio incrementara su caudal”- dijo un campesino al otro, -“entonces caminare hasta el puente, gracias vecino”- dijo el campesino. Las hermanitas caminaban por el rio no se dieron cuenta que el agua venía con fuerza, -“un pez, míralo Leonora”- dijo Alejandra deteniéndose por un momento, -“si ya lo vi pero sigue adelante”- dijo Leonora. Yuliana alegre estaba cerca de la orilla, -“yo llegue primero”- dijo Yuliana llegando al otro lado del rio, -“apresuraste Leonora, Yuliana ya nos ganó”- dijo Alejandra, -“espérate, hay que ir con cuidado puede haber hoyos y nos podemos hundir”- dijo Leonora cuando escucho un ruido fuerte, -“¿qué es eso?”- dijo Alejandra, Leonora miro rio arriba, veía como el agua venia hacia ellas con fuerza, -“¡corran el rio se salió!”- dijo Yuliana asustada, Leonora asustada corría con Alejandra, pero el agua las alcanzo, Yuliana grito asustada, viendo como el hizo caer a sus hermanas.
Fernanda estaba en casa, sentía un dolor en el pecho, -“¿qué es este dolor?, debe ser el frio”- dijo ella, entrando con las ollas a la cocina, -“por qué no llegaran mis hijas”- dijo ella preocupada. -“Estas trabajando duro, sabes Andrés si sigues así sacaras buena paga”- dijo el patrón de Andrés, acercándose, -“es lo que quiero sacar mucho dinero, lo necesito”- dijo Andrés cargando los sacos de papas, -“se nota, sabes, te recomendare a mis amigos para que vayas a sus otras chacras, abra cosecha de maíz, hortalizas y otros tubérculos”- dijo su patrón, -“se lo agradecería mucho patrón, trabajo necesitamos en mi hogar”- dijo Andrés agradecido, Ernesto cruzaba serio, los miraba al escucharlos platicar, -“si tu hermano fuera como tú, si se pusiera más las pilas veras que también tendrá muchas ofertas de trabajo”- dijo su patrón, viendo a Ernesto a lo lejos, -“Ernesto hace lo mejor que puede, ya vera que cuando tenga mi edad y sea un hombre le lloverán los trabajos”- dijo Andrés, -“y a las chicas como a ti, picaflor, me dijeron que vino Olinda a buscarte”- dijo el patrón, -“si ,vino a despedirse, se va a la ciudad de Trujillo”- dijo Andrés triste, -“o que pena, con razón la cara de pocos amigos, y con razón necesitas dinero quieres viajar a alcanzarla”- dijo el patrón, -“por eso y por otras cosas más”- dijo Andrés pensativo. –“Claro Andes es el mejor en todo, Andrés será el recomendado, él que ganara más dinero que yo, él que tiene la atención de la mamá, de las chicas, del patrón pero algún día no seré su sombra, y tendré mucho más que él, te demostrare hermano que seré mejor que tu algún día”- dijo Ernesto molesto sacaba las papas de la tierra apresurado.
-“¡Levántate Alejandra!”- dijo Leonora aterrada, se puso de pie, no soltaba de la mano a su hermana, Alejandra no dejaba de llorar asustada, -“¡apresúrense salgan de ahí!”- dijo Yuliana asustada, Leonora cargo a su hermana, empezó a caminar contra la corriente hasta llegar a la orilla, salieron del rio, Yuliana se acercó a ambas para ayudarles a salir, -“suban, dense prisa vamos”- dijo Yuliana llorando les ayudaba, -“ya no llores hermanita, estamos a salvo, no nos pasó nada solo fue un susto”- dijo Leonora abrazando a Alejandra que lloraba, -“creí que el rio se les iba a llevar, me asusté mucho”- dijo Yuliana llorando las abrazaba, -“ya tranquilízate, no nos pasó nada, ya vámonos a la casa antes que la mamá se preocupe, y de esto ninguna palabra o me terminara regañándome a mi”- dijo Leonora poniéndose de pie se secaba las lágrimas, -“tengo frio”- dijo Alejandra, –“vamos más al monte, te sacaremos esa ropa y la escurriré bien, vamos ya avancen hermanitas”- dijo Leonora secándose las lágrimas.
Santos estaba con sus amigos haciendo sillas en una de las casas de ellos, cuando en eso entraban unas mujeres, -“hola señores, ¿trabajando?”- dijeron dos mujeres, -“pues claro, como siempre, ¿Qué nos traen a vender esta vez?”- dijo un amigo de Santos, -“estos ricos tamales”- dijo la mujer sonriente, se fue atenderlo, -“¿y a mí que me trajiste?”- dijo Santos mirando a la otra mujer, -“tu pan que tanto te gusta, quiero que este lo comas aquí y este que está envuelto aparte, lo lleves para tu familia”- dijo la mujer sonriente, -“gracias”- dijo Santos sonriente haciendo que se siente en sus piernas mientras le acariciaba.
-“Se puede saber dónde estaban, ¿Por qué llegan tan tarde?”- dijo Fernanda molesta mirando sus hijas llegar, -“es que, nos enteramos que el rio se había salido por lo mucho que había llovido días atrás y tuvimos que bajar hasta el puente, estaba lleno de gente, tuvimos que esperamos que pasen todos”- dijo Leonora, -“¿y por qué vienen mojadas?”- dijo Fernanda seria, las veía, -“es que nos vinimos corriendo y estamos apuradas”- dijo Yuliana, -“ya a cambiarse y hacer sus cosas, luego tienen que ir a terminar de vender las sillas, si no ya saben cómo se pondrá su papá”- dijo Fernanda, las niñas se fueron a cambiar, Fernanda se recostaba contra la pared sentía dolor en la espalda.
La noche llegaba, -“papá no llega, ¿no te parece extraño?”- dijo Leonora acercándose a su madre, que estaba mirando por la ventana preocupada, -“ya es tarde, lo esperare un poco más si no ya me iré a dormir”- dijo Fernanda, -“¿quieres que te acompañe?”- dijo Leonora, -“no hija, ya vete a dormir, mañana tienes escuela”- dijo Fernanda, -“¿segura mamá?”- dijo Leonora, -“si hija, ve a dormir, cuida el sueño de tus hermanas”- dijo Fernanda mirando por la ventana, Leonora se marchaba su cuarto triste. –“¿crees que le haya pasado algo a papá?”- dijo Ernesto preocupado, -“no creo, no es primera vez que llegaría tarde a casa”- dijo Andrés estando a punto de dormir, -“claro, como a ti no te importa lo que le suceda”- dijo Ernesto serio, -“¿cómo dices eso, a pesar que sea cruel, es nuestro padre no le deseo ningún mal, mejor duérmete si, que mañana tenemos mucho trabajo”- dijo Andrés serio, Ernesto serio lo veía. –“Mamá aun no quiere dormir, está preocupada por papá”- dijo Leonora sentándose a lado de Alejandra que dormía, –“¿cómo le puede preocupar si solo recibe golpes de él, además seguro debe estar borracho ya verás”- dijo Yuliana seria, -“aunque sea duro con nosotras, es nuestro padre”- dijo Leonora, -“gran papá que nos tocó”- dijo Yuliana dándose media vuelta y proponiéndose a dormir, Leonora se veía preocupada, se puso a rezar.
Fernanda estaba esperándolos, durmiendo sentada en un silla escucho el ladrido de un perro, asustada encendió una vela para iluminarse, veía llegar a su esposo ebrio, -“Santos, mira como llegas, estaba preocupada por ti”- dijo Fernanda, -“ya déjame, yo puedo caminar solo”- dijo Santos enojado la hacia un lado, -“¿estuviste tomando otra vez?, y yo aquí preocupada, seguro estabas con alguna vieja”- dijo Fernanda seria, -“¿y eso a ti que te importa?, además tú ya no me complaces como mujer, eres más fría que un muerto”- dijo Santos enojado, -“no merezco que me engañes Santos”- dijo Fernanda seria, quería llorar, -“¿quién te ha dicho que te engaño?, son ideas tuyas, peri si eso fuera verdad seria tu culpa, solo vives quejándote de dolores cada vez que estamos juntos”- dijo Santos enojado, -“me quejo de dolor por los golpes que me dejas, cuantas veces no me has golpeado, dejado moretones sin razón alguna”- dijo Fernanda soltando una lagrima, -“razones tengo, tú me las provocas y ya no sigas llorando que me amargas, mañana quiero mi desayuno temprano entendido, toma aquí te traje pan para que te calles la boca y no digas que no traigo nada para la casa”- dijo Santos molesto, la empujo, le dio el pan y se fue a su habitación, Fernanda miro el pan que le había traído, -“¿quién te abra dado esto?, si por donde trabajas no hay panadería, esto no daré a mis hijos”- dijo Fernanda mirando con sospechas al pan, salió de la casa, lo puso lejos, se marchó, los perros de la calle empezaron a comerse el pan, Fernanda cerró la puerta al verlos comérselo.
Al día siguiente, Fernanda se levantaba de su cuarto, -“¿cómo amaneciste mamá?”- dijo Andrés viéndola preparar el desayuno, -“mejor hijo, gracias, ahora te preparo tu desayuno para que te vayas a trabajar”- dijo Fernanda, -“mamá no sabes lo que encontré afuera”- dijo Ernesto entrando asustado, Andrés y Fernanda salían a ver que sucedía, vieron a dos perros muertos afuera de su casa, -“¿que sucedió aquí?”- dijo Andrés asustado se acercó a ver a los animales, -“salí a botar la basura, y vi a los perros muertos”- dijo Ernesto asustado, -“están envenenados, mira como tienen baba por el hocico”- dijo Andrés revisándolos, -“¿envenenados?”- dijo Fernanda asustada, recordó cuando vio a los perros comer el pan que trajo su esposo, -“ven Ernesto vamos a tirarlos lejos de la casa o se asustaran las hermanas si los ven”- dijo Andrés, llevándose a los perros muertos con su hermano. Fernanda asustada ingresaba a la casa, Santos despierto apareció ante ella, -“¿ya está el desayuno?, no veo el pan que traje”- dijo Santos, -“¿quién te dio ese pan, dime quien fue?”- dijo Fernanda molesta, -“¿cómo te atreves hablarme así?”- dijo Santos enojado, -“te hablo así por que el pan que trajiste anoche estaba envenado, casi mata a tu familia, dime ahora quien te lo dio”- dijo Fernanda molesta, Santos se sorprendido, -“no sabes que inventar ¿de dónde sacas eso?”- dijo Santos, -“es la verdad, anoche algo me decía que me deshaga de ese pan, lo hice, vi cuando unos perros se lo comieron en mi delante, Ernesto los encontró envenenados en la puerta de nuestra casa, se acaba de ir con Andrés a dejarlos lejos, date cuenta casi ibas a matarnos”- dijo Fernanda, -“no digas mentiras, perros envenenados”- dijo Santos, -“si papá, acabamos te tirarlos por la acequia”- dijo Andrés, Ernesto temblaba, se veía asustado, Santos molesto los empujo y se fue de la casa, -“escúchenme no quiero que vuelvan a recibir nada de nadie, lo que les traiga su padre me lo dan inmediatamente para echarlo a la basura entendido”- dijo Fernanda asustada, -“quieres decir que papá trajo algo y esos perros lo comieron”- dijo Ernesto, -“si, aquí hay gente mala y que nos quiere hacer daño, no acepten nada de un desconocido, solo comerán lo que yo les prepare entendido”- dijo Fernanda, -“habla con las hermanas, que obedezcan lo que dices”- dijo Andrés, Fernanda se veía preocupada.
Yuliana estaba en la escuela tomando apuntes de la clase que dictaba su profesor, Alejandra estaba en su salón con sus amigos jugando, Leonora estaba escribiendo en el pizarrón, el profesor la felicitaba por realizar la operación matemáticas de forma correcta.
-“¿Crees que lo que dijo mamá sea cierto, que papa haya traído pan para envenenarnos?”- dijo Ernesto, -“lo que ella dijo es que a papá le dieron pan envenenado, no que él quería matarnos, no pongas palabras en la boca de mamá cuando ella no las ha dicho”- dijo Andrés serio seguía cargando costales, Ernesto se veía pensativo.
-“¡¿Artemisa me puedes explicar por qué el pan que me diste ayer estaba envenenado?, ¿querías matarme a mí a mi familia?, habla desgraciada!”- dijo Santos molesto la sujeto del brazo, -“¿Santos de que hablas, porque me acusas de esa manera?, ¿yo una asesina?, ¿de dónde sacas eso?, ¿Qué mi pan estaba envenado?”- Artemisa seria, -“el pan que me diste para mi familia, anoche mi mujer le dio a unos perros, estos amanecieron muertos”- dijo Santos molesto, -“¿ y tú crees que yo lo envenene para matar a tu mujer o a tus hijos?, ¿qué crees que soy yo?, como voy a querer envenenarte a ti o a los tuyos, todos vieron que te di el pan, rápido me echarían la culpa a mí, ¿no crees? además es el mismo pan que te di de comer ayer, es el mismo que te mande para tu familia, el mismo que también vendo a mis clientes, si no ya a cuantos hubiera matado, si tu mujer le dio a unos perros, ¿Quién no asegura que esos perros abran comido el veneno por otro lado?, y tú me echas la culpa, en verdad Santos me decepcionas, me crees un monstruo, sin pruebas me incriminas, eso me pasa por ser amable, atenta contigo y con los tuyos”- dijo Artemisa llorando, Santos se veía pensativo, “tienes razón, esos animales seguro abran comido otras cosas por la calle, basura por ahí y eso pudo haberlos matado, tu pan no creo, perdóname”- dijo Santos arrepentido, le tomo del brazo, -“tu esposa como puede hablar así de mi pan, y tu creerle, sabes que ella es celosa y no quiere que recibas nada de nadie, seguro pensó que querías matar tus hijos”- dijo Artemisa llorando, -“si, esa mujer me lavo la cabeza pero ya se las verá conmigo cuando llegue”- dijo Santos serio, -“tranquilo, no le vayas a dar un mal golpe y seas tú quien la mate”- dijo Artemisa llorando, -“¿me perdonas?”- dijo Santos, -“como no hacerlo, si te perdono, sabes por qué lo hago”- dijo Artemisa secándose las lágrimas, le sonreía, Santos la brazo.
Las niñas llegaban de la escuela, -“hoy me dejaron mucha tarea”- dijo Yuliana, -“a mí también pero démonos prisa en hacerla porque tenemos que ir a vender las sillas”- dijo Leonora, -“¿puedo ir al río?”- dijo Alejandra, -“no Alejandra, sabes que es peligroso que vayas al río sola, puede haber duendes y tú aun no estas bautizada”- dijo Leonora, -“no me dan miedo”- dijo Alejandra, -“ellos no dan miedo al principio, porque se ven como nosotros pero se llevan los niños inocentes, ingenuos, que no están bautizados”- dijo Leonora, -“ya vámonos, si sale ella y desaparece es su problema”- dijo Yuliana seria, cuando en eso empezó a moverse el suelo, -“¿qué pasa?”- dijo Alejandra, -“no puede ser, es un temblor”- dijo Leonora asustada abrazando a sus hermanas, -“se está moviendo fuerte”- dijo Yuliana asustada, -“tranquilizas ya va a pasar”- dijo Leonora tratando de calmarlas, en eso las tejas del techo de la casa empezaron a caerse, el temblor era más fuerte, -“¡niñas salgan de aquí, vamos a la chacra a campo abierto, rápido!”- dijo Fernanda asustada se llevó a sus hijas.
La gente en el pueblo de Huamachuco gritaba asustada, todos salían de sus casas, los techos se caían, los animales corrían asustados, las campanas de la iglesia sonaban fuerte, muchos corrían a lugares abiertos, faroles y lámparas de la calle se caían. -“¡Mamá que ya pare!” dijo Alejandra llorando, -¡tranquilas niñas aquí no nos pasara nada, señor mío cuida a mis hijos que están trabajando, calma este terremoto por favor!”- dijo Fernanda asustada, lloraba abrazando a sus hijas.
El temblor había parado, -“¡tranquilos habitantes de Huamachuco, estamos ayudando a los más necesitados, aléjense de las paredes con grietas, de toda sospecha peligrosa, pronto vendrán paramédicos a socórrelos, abra policías todo el día para que puedan ayudarlos, el terremoto ya paso, localicen a sus familiares y estén juntos, tengan alimentos de reserva, vayan a los campos abiertos puede ser que exista una réplica”- dijo un hombre hablando por un micrófono, todos se veían asustados, habían muros de casas caídas, árboles caídos, gente herida, animales muertos y aplastados, muchos lloraban. –“¿Estas bien hermano?”- dijo Andrés cubriendo a Ernesto, -“si, que fuerte estuvo eso, creí que era el fin del mundo”- dijo Ernesto asustado, -“todos pensamos lo mismo, vamos a casa a ver a la mamá y a las hermanas, deben estar asustadas”- dijo Andrés, mirando a la multitud asustada, -“¿y la cosecha?”- dijo Ernesto, -“que importa eso ahora, vamos a ver a nuestra familia”- dijo Andrés tomándolo de la mano se lo llevo, había mucha gente llorando en el camino.
-“mamá, la casa esta…”- dijo Leonora triste, -“eso se puede volver a construir, menos mal que no nos pasó nada”- dijo Fernanda viendo una parte de su casa caída, -“nuestros animales”- dijo Yuliana acercándose, -“no pudimos rescatarlos a todos, ayuden a enterrarlos, su carne ya no vale”- dijo Fernanda triste recogía restos de sus ollas, su maíz en el suelo, su carne que ponía secar en el sol, todo estaba con tierra y polvo por el derrumbe.
Mientras la familia de Fernanda recogía sus pertenencias, enterraban a sus animales, Andrés y Ernesto llegaron, -“¡mamá, hermanas!, ¿están bien?”- dijo Andrés asustado, -“si hijo, estamos bien, ¿tú como estas?”- dijo Fernanda preocupada, lo abrazo, -“estamos bien, no nos pasó nada estábamos en la chacra cuando toco ocurrió, en el pueblo hay muchos derrumbes, casas ciadas, heridos”- dijo Andrés, Ernesto miraba su madre abrazar a su hermano, -“que pena por ellos, pero menos mal que ustedes no les paso nada”- dijo Fernanda abrazando a su hijos, -“¿ustedes como están hermanitas?”- dijo Andrés, mirando a sus hermanas, -“me asusté mucho hermano”- dijo Yuliana llorando lo abrazo, -“muchos de nuestros animales están muertos, la comida se echó a perder, y la parte trasera de la casa se cayó”- dijo Leonora, -“lo material se puede recuperar hermana, lo que importa es que ustedes están sanas y a salvo”- dijo Andrés, -“¿y qué haremos?, escuche que abra replicas, ¿nos quedaremos a dormir aquí?”- dijo Ernesto, -“no, puede haber una pared débil y si hay replica se nos puede caer encima, mejor esta noche pasaremos a dormir afuera, juntos, Leonora saca las frazadas, Yuliana ayúdale, mamá vamos a ver que encontramos de comer, Ernesto ve y saca un par de baldes de agua para la sed de la noche”- dijo Andrés, todos obedecieron.
La noche llegaba, Fernanda abrazaba a Alejandra, Leonora y Yuliana se abrazaban con una frazada, Andrés tiznaba el fuego, -“hace frio”- dijo Ernesto, -“apéguense más, así entraremos en calor todos”- dijo Andrés mirándolos, -“Leonora cántanos”- dijo Alejandra, -“si Leonora, canta para alegrarnos un poco”- dijo Andrés, -“alegrarnos luego de lo que paso hoy”- dijo Yuliana, -“en estos momentos hay que estar contentos, agradecidos con el señor que estamos reunidos”- dijo Fernanda, -“falta papá”- dijo Ernesto, -“tu papá debe estar bien, las noticias malas son rápidas en llegar”- dijo Fernanda, Ernesto se quedó serio, -“entonces cantare algo”- dijo Leonora, todos la miraban, -“como me duele saber… por decirte la verdad, me dejas sin tu amor, tú no quieres comprender, madre soltera yo soy, no te lo voy a negar. Cuando se ama de verdad, nada se puede ocultar, un hijo no es un error, me tienes que perdonar, madre soltera yo soy, no te lo voy a negar, no llorare, no llorare si no me quieres no llorare, esperare, esperare al quien me quiera sin condición…”- cantaba Leonora, (Anita Santibáñez- madre Soltera, canción interpretada) su madre sonreía al escucharla cantar, sus hermanos aplaudían, en eso apareció Santos acompañado con un hombre, -“familia ya estoy aquí”- dijo Santos serio, todos se veían asustados al verlo aparecerse de sorpresa.
-“papá”- dijo Andrés poniéndose de pie, -“¿por qué me miran así, creían que el terremoto me había matado?, pues lamento darles ese disgusto pero sigo vivo, y esta es mi casa mientras siga vivo”- dijo Santos serio miraba a todos, -“no queríamos decir eso, solo que creímos que ibas a quedarte en tu trabajo como no te apareciste en todo el día”- dijo Andrés, -“es mi problema, donde este”- dijo Santos, -“¿quién es este señor?”- dijo Fernanda mirando al amigo de Santos, -“es mi amigo Alipio, la carretera está bloqueada así que no puede ir al pueblo siguiente, pasara esta noche aquí con nosotros, danos que comer”- dijo Santos, tomando asiento, -“no tenemos suficiente comida, los animales han muerto, parte de nuestra comida fue desperdiciada por el terremoto”- dijo Fernanda seria, -“pues prepara algo entonces, no ves que tengo hambre, rápido”- dijo Santos sujetando del brazo la empujo a que avanzara, -“papá, traes a un hombre desconoció, aquí están tus hijas, si no es de confianza”- dijo Andrés, hablándole sigiloso, -“yo sé a quién traigo a mi casa, cuando tengas tu casa ahí tú decides a quien metes o no”- dijo Santos serio le hizo a un lado con su hombro, -“ustedes ayuden a su madre, que hacen ahí acostadas como las vacas”- dijo Santos serio mirando a Yuliana y a Leonora, ellas fueron ayudar su madre, -“¿estás seguro Santos que es buena idea quedarme aquí?, no quiero incomodar a tu gente”- dijo Alipio mirando serios a los hombres, -“quédate aquí, en mi casa mando yo, aquí te daré unas lecciones como se trata a las mujeres para que te obedezcan”- dijo Santos riéndose, Alipio se sentó a su lado, -“quítame los zapatos, y dame unas frazadas para taparme”- dijo Santos serio a Ernesto, su hijo fue a obedecerlo. Andrés miraba serio a Alipio y a Santos que se ponían a beber y a reírse mientras platicaban, Leonora llegaba con unos platos de comida, Alipio sonriente la miraba, ella algo asustada le dio el plato y se marchó con sus hermanos, -“vamos al corral de las ovejas, ahí estaremos más cómodos, sobre las pieles”- dijo Andrés mirando a sus hermanos, Fernanda cargaba a su hija menor, -“¿a dónde vas?, no te dije que te fueras a dormir aun”- dijo Santos serio, -“quiero ir acostar a mi hija”- dijo Fernanda seria, -“está bien, vete, pero luego vienes a traernos chicha de jora, quiero tomar con mi amigo”- dijo Santos serio. Fernanda dejaba a Alejandra dormir a lado de sus otros hijos, -“ya regreso”- dijo Fernanda, -“¿a donde vas?”- dijo Andrés, -“iré a darle de beber a tu padre, ya regreso”- dijo Fernanda, -“no vayas mamá, quédate con nosotros”- dijo Andrés, Leonora y Yuliana le decían lo mismo, -“tranquilos chicos, si no le doy de beber ya saben cómo se pondrá, no se preocupen, solo dejare que beber y regreso”- dijo ella.
Era ya de noche, todos dormían, alguien se acercaba al corral donde estaban durmiendo la familia, Leonora era el punto de mira, el hombre miraba su pierna descubierta por la frazada, sonrió, -“¿qué hace aquí?”- dijo Ernesto despierto, apareció por sus espalda, -“quería ir al baño, ¿dónde queda muchacho?”- dijo Alipio, -“está al otro lado”- dijo Ernesto serio, le señalo, -“gracias”- dijo Alipio sonriente, se marchó, Ernesto se fue acostar a lado de sus hermanos, antes cubrió con la frazada el pie de su hermana.
Al día siguiente, -“bueno creo que hoy me podre ir a casa, si no han desbloqueado la carretera daré la vuelta al cerro, mi familia debe estar preocupada”- dijo Alipio, -“está bien amigo, mañana nos vemos en el trabajo, hoy no se va a trabajar”- dijo Santos sonriente se despidió. Fernanda y sus hijos estaban durmiendo, -“¡ya a levantarse, ¿qué piensan dormir todo la mañana o qué?, ya hace rato que canto el gallo!”- dijo Santos enojado gritaba, todos se despertaban, -“hoy no abra trabajo, caminos y carreteras están bloqueadas, ni escuela, así que ayudaran en la casa, a levantar los escombros, reforzara las paredes, mujeres tomen el barro para hacer nuevas ollas y platos, tenemos que reponer lo que se ha perdido”- dijo Santos enojado, todos se despertaban, hacían sus quehaceres.
Han pasado ya cinco días, -“me alegra que de nuevo podamos dormir en nuestras habitaciones con las paredes seguras”- dijo Alejandra, -“si hermanita, en estos días dormir en el corral con las ovejas no es muy cómodo”- dijo Leonora, -“ya pueden dejar de hablar quiero dormir”- dijo Yuliana seria, en eso escucharon el ruido de la lluvia, -“no puede ser y para remate lluvia”- dijo Yuliana molesta se tapó los oídos con la almohada, los truenos sonaban, -“tranquila, hoy dormiré contigo para que no te asustes”- dijo Leonora a Alejandra que le agradecía. –“¿En Trujillo también llueve fuerte y abra relámpagos?”- dijo Ernesto, -“en Trujillo no, el viento de la costa siempre sopla con fuerza hacia la sierra, los cerros detienen las nubes, por eso llueve aquí”- dijo Andrés, Ernesto se veía pensativo, -“ya estamos acostumbrados a escuchar estos relámpagos”- dijo Andrés, -“¿iremos mañana trabajar?”- dijo Ernesto, -“si, mañana todo regresa a la normalidad parece, el terremoto dejo muchas pérdidas, la lluvia va lavar todo, y mañana el sol lo secara”- dijo Andrés pensativo, Ernesto lo veía con cara de aburrido y se acostó a dormir. -“No debiste pegarme”- dijo Fernanda tocándose su boca, escupía Sangre, -“por qué no me obedeces, eres mi mujer y harás lo que yo te diga cuando yo te lo ordene”- dijo Santos enojado, Fernanda lloraba, él la sujeto de los cabellos y la costó en la cama.
Los días pasaban, (String Karma- luna, canción de fondo), Leonora y Yuliana regresaban de la escuela, se iban a vender sus sillas, Ernesto seguía cortando la cebada, cargando costales dentro de un camión. Andrés estaba en una zapatería aprendiendo a armar zapatos, su jefe lo felicitaba por que hacia un buen trabajo. Fernanda estaba con Alejandra cocinando, ella le enseñaba a su hija a cocinar. Santos estaba con Artemisa, bailando en una fiesta, el típico huayno peruano, cuando Yuliana cargando sus sillas pasó por el lugar donde estaban bailando, veía a su padre riéndose y abrazado de Artemisa, lo veía molesta.
Todos estaban cenando, -“que rica pan y queso trajiste hermano”- dijo Alejandra contenta, -“gracias hijo”- dijo Fernanda, -“logre ahorra dinero, y además saben creo que dejare la chacra para poder hacer zapatos, ya aprendí, me dará trabajo don Cipriano”- dijo Andrés contento, -“entonces dejarás de ser un carga costales para ser un zapatero, tú si avanzas hermano”- dijo Yuliana contenta, Ernesto serio veía a su hermana, -“que orgullosa me siento de ti, aprendes muy rápido, te felicito”- dijo Fernanda contenta, -“qué bueno hermanito”- dijo Leonora, -“¿me harás zapatos nuevos?”- dijo Alejandra, -“claro que si, a todos les hare zapatos nuevos, porque ya sé cómo hacerlos”- dijo Andrés, en eso entro Santos ebrio, -“papá nos asustaste”- dijo Leonora, -“¿Qué, a quien esperaban, a otro acaso?”- dijo Santos molesto, -“Santos deberías mejor ir a dormir, mírate como llegas”- dijo Fernanda, mirándolo que no podía sostenerse bien, -“no me toques, aléjate de mí, ya me entere desgraciada”- dijo Santos serio, -“¿enterarte, de qué?”- dijo Fernanda sin entender, -“sé que andas con otro, con él que compra las sillas a tus hijas, con William”- dijo Santos enojado, la sujeto del brazo, -“¿qué estás diciendo?, yo ni salgo de la casa, ni lo veo a don William”- dijo Fernanda asustada, -“papá, no hables así de mi madre, ella es una señora respetada”- dijo Andrés serio se puso de pie, -“¡tú cállate!, seguro tú lo sabias y le tapas todo a tu madre”- dijo Santos empujándolo, Andrés cayó sentando al suelo, -“¡no te atrevas a tocar a mi hijo!”- dijo Fernanda molesta, se puso en medio, -“claro lo defiendes a él, seguro porque es hijo del otro hombre verdad”- dijo Santos sujetándola de los cabellos, -“¡déjala!”- dijo Andrés levantándose enojado, Santos le dio una bofetada a Andrés, él cayó sobre el sillón, -“te atreverías a levantarme la mano a mí, que te crie como tu padre, mal agradecido”- dijo Santos enojado tiro al piso a Fernanda, -“tú eres mi padre pero no actúas como si no lo fueras”- dijo Andrés enojado, -“¡cállate la boca bastardo!”- dijo Santos empezando a golpearlo, -“¡nooo, deja a mi hijo2!”- dijo Fernanda llorando, -“deja a mi hermano!”- dijo Yuliana llorando a gritos, Alejandra lloraba, -¡llévate a tu hermana a su cuarto Leonora!”- dijo Fernanda llorando se puso de pie, luego fue a detener del brazo a Santos pero él la sujeto del cuello y la arrojo contra la pared, ella se golpeó la cabeza, -“deja a mi madre, a mi hermano, tú eres el menos indicado en hablarle así a ellos, cuando te vi ayer bailando con Artemisa, muy sonrientes como si fueran…”- dijo Yuliana enojada, empujaba su padre, -“¡cómo te atreves hablarme así!”- dijo Santos sacándose el cinturón y empezó a golpear a Yuliana, -“¡no déjala!”- dijo Andrés mirando como golpeaban a su hermana, su madre en el suelo con la cabeza herida que lloraba, -“¡ya basta papá!”- dijo Leonora abrazando a Alejandra que no dejaba de llorar, Ernesto se veía asustado en un rincón mirado todo lo que sucedía, Andrés furioso se puso de pie y golpeo en la espalda a su padre con una tabla, este cayó al suelo, -“¡no vuelvas a golpear a mi madre, ni a mis hermanos, entendido, por que no respondo”- dijo Andrés furioso lo sujeto de su camisa, lo levanto empujándolo contra el sillón, -“¿cómo te atreves a faltarme el respeto?, ¡te vas de mi casa ahora mismo, te largas de aquí no quiero verte!”- dijo Santos furioso, -“si, me voy y me llevo a mi madre y a mis hermanos”- dijo Andrés furioso, -“¿qué dice?”- dijo Santos, -“lo que oíste, nos vamos todos, te quedas solo, y si intentas impedirlo, te faltare aún más, luego te denunciaré a la policía, crees que no sé qué puedo denunciarte, lo hare si me provocas, solo pruébame”- dijo Andrés furioso, Santos lo miraba, -“¡lárguense, lárguense todos de mi casa!”- dijo Santos furioso miro a todos, luego se fue a su habitación, -“vayan por sus cosas, nos vamos esta noche”- dijo Andrés, -“¿pero a donde iremos hijo?”- dijo Fernanda llorando se puso de pie con ayuda de Leonora, -“tengo mis ahorros, nos iremos a Trujillo”- dijo Andrés, -“¿a Trujillo?, ¿pero qué haremos ahí?”- dijo Leonora, -“empezar una nueva vida, sin golpes, sin ofensas, yo me encargare de darles la vida que se merecen, solo vámonos, ya no soporto vivir más con este señor”- dijo Andrés enojado, -“pero hijo, no tenemos nada allá”- dijo Fernanda, -“tenemos a Josefina, nuestra hermana, ella nos dará su casa”- dijo Yuliana, -“de ninguna manera, no puedo ir a incomodarla, ella ya está casada, es un matrimonio aparte, no iré a meterme a su casa de arrimada”- dijo Fernanda, -“no iremos a casa de la hermana, mamá confía en mi por favor, no iras de arrimada, iras a tener una nueva casa, vamos todos, saquen su ropa lo que puedan cargar y nos vamos, iré por mi dinero y mis cosas ya vengo”- dijo Andrés yéndose a su cuarto, -“¿mamá que haremos?”- dijo Leonora llorando, -“yo me voy con mi hermano”- dijo Yuliana, -“vámonos hija, ya no podemos quedarnos aquí, tu padre nos votó y si nos quedamos seguro nos ira peor, Andrés le levanto la mano y se desquitara con nosotros si nos quedamos, mi hijo se va y nos vamos con él”- dijo Fernanda triste, Ernesto no decía nada solo se quedó callado.
Leonora lloraba, -“¿a dónde vamos a ir a vivir ahora?”- dijo Alejandra secándose las lágrimas, -“tranquila, confiemos en el hermano, él seguro nos dará un techo donde vivir, en Trujillo todo es más bonito ya veras, estaremos juntos y no nos pasara nada, vamos hermanita guarda lo que puedas”- dijo Leonora ayudándola a empacar, Yuliana seria termino de guardar todo en una caja como maleta, -“por fin nos vamos”- dijo Yuliana seria se secó las lágrimas.
-“Si te vas, no regresas”- dijo Santos viendo a Fernanda empacando sus cosas, -“no te preocupes, no pienso regresar, ahora ya puedes traer a esa mujer a vivir contigo a ver que te aguante todo lo que yo soporte”- dijo Fernanda seria, -“¿qué mujer hablas?, no creas lo que dice Yuliana, es una mentirosa”- dijo Santos serio, -“crees que no escucho lo que habla la gente en el mercado, los vecinos, cuando veo a esa mujer y murmura de mi mientras me mira y se ríe, estamos en un pueblo chico aquí todos nos enteramos de todo, quédate con tu casa pero a mí y tus hijos ya no nos ves Santos, esto debí hacerlo desde antes pero yo por bruta seguí a tu lado ahora comprendo a nuestra hija Josefina”- dijo Fernanda secándose las lágrimas, -“¡vete , lárgate y ojala les pase algo y vengan arrepentidos, ahí los quiero ver, de rodillas, suplicándome que les deje entra a mi casa”- dijo Santos enojado, eso no lo veras, -“adiós”- dijo Fernanda seria se marchó del cuarto.
Andrés cargaba sus cajas, Leonora, Yuliana y Alejandra, estaban reunidos en la sala, -“¿y tus cosas Ernesto?”- dijo Andrés mirándolo sin equipaje, -“yo no me iré”- dijo Ernesto serio, -“¿qué dices hijo?, vámonos de aquí”- dijo Fernanda sorprendida, -“no mamá, Andrés no se a donde les va a llevar, yo no quiero pasar frio y hambre”- dijo Ernesto, -“¿qué dices hermano?, tengo dinero, en Trujillo tendremos un nuevo trabajo”- dijo Andrés, -“¿quién garantiza eso?, tu dinero se acabara y luego pasaran hambre, en cambio aquí tengo techo, agua de la poza, animales, sobre todo trabajo, no me iré a un lugar donde no conozco, Trujillo es grande no es como aquí, ustedes se van alucinados pero fracasaran”- dijo Ernesto serio soltaba una lagrima, -“hijo tu padre te puede agredir, agarrársela contigo por lo que acaba de pasar, vámonos por favor”- dijo Fernanda llorando, -“tú estarás bien con tu hijo favorito, a mi déjame aquí con mi papá, llévate a mis hermanas y cuídenlas, despreocúpense por mí, yo aquí me cuidare solo”- dijo Ernesto serio, -“¿estas seguro?”- dijo Andrés, -“si, nunca dudo de la decisión que tomo”- dijo Ernesto serio, -“esta bien, pero si vas a Trujillo búscanos si, yo te prometo que te ayudare a buscar un trabajo”- dijo Andrés, -“aquí lo tengo seguro, gracias hermano”- dijo Ernesto serio, -“hijo piénsalo bien”- dijo Fernanda llorando, -“ya lo pensé, no insistan, ahora váyanse antes que papá los vea y los corra de nuevo”- dijo Ernesto serio, (Dina a Paucar, estoy lejos de mi familia- canción de fondo), -“hijo”- dijo Fernanda triste, -“vámonos mamá, ya tomo su decisión, el camión ya va a salir a esta hora”- dijo Andrés llevándose a su madre que lloraba al ver a Ernesto quedarse, Ernesto les dio la espalada, soltaba lágrimas, Leonora y sus hermanas se marchaban.
-“Suban de una vez que nos vamos”- dijo un hombre, Andrés le entregaba dinero, -“ya suban, nos iremos aquí solo nosotros”- dijo Andrés, -“¿en medio de las papas?”- dijo Yuliana, -“¿querías que nos fuéramos?, ya sube de una vez”- dijo Leonora mirándola, luego subió con Alejandra, Fernanda miraba a su pueblo de Huamachuco, soltaba lágrimas, Andrés ayudaba a subir a Yuliana, -“ya vámonos mamá”- dijo Andrés,-“adiós, Huamachuco”- dijo Fernanda subiendo, el camión colocaba costales ocultandolos, la familia se abrazaba, se juntaban para no ocupar mucho espacio, cerraron las puertas, -“¿a dónde iremos hermano?”- dijo Yuliana, -“será una sorpresa hermana”- dijo Andrés cerrando los ojos, Fernanda se veía triste, -“no agobies a tu hermano, duerme que falta mucho por llegar”- dijo Fernanda, -“¿cuánto tiempo?”- dijo Yuliana, -“mucho, ya duerme”- dijo Leonora.
-“¿Se fueron?”- pregunto Santos saliendo a la sala, -“si, ya se fueron”- dijo Ernesto serio, se secaba las lágrimas, -“¿y porque no te fuiste con ellos, porque te quedaste?, ¿por lastima?, mejor te hubieras ido”- dijo Santos serio, -“me quedo porque aquí tengo mi trabajo”- dijo Ernesto serio, -“ya vete a tu cuarto, verte llorar como mujer me pone de mal humor”- dijo Santos serio, Ernesto se marchó, iba la cama de sus hermanas, no las veía, fue a la cama de su madre, la veía vacía, llego a su habitación, la cama de su hermano, vacía, se acostó y se puso a llorar.
El camión se detuvo, -“¿ya llegamos?”- dijo Leonora despertando al sentir el camión frenar, -“aún es muy pronto, no sé porque nos detuvimos”- dijo Andrés preocupado, -“escúchenme, pronto llegaremos a Quiruvilca, ahí hay militares, no hagan ningún ruido o pensaran que soy un traficante de personas y nos llevaran todos a la cárcel, entendido, nada de ruido”- dijo el chofer, hablándole por el otro lado del camión, -“está bien no se preocupe”- dijo Andrés, Fernanda se puso a orar, -“¿qué tiene que ver que se enteren los militares?”- dijo Leonora asustada, -“ya escuchaste, pueden pensar que está traficando personas”- dijo Andrés, -“pero no es verdad”- dijo Leonora, -“mientras hacen las averiguaciones, estaremos detenidos quien sabe por cuantos días, y solo nos dejaran libres si les damos dinero”- dijo Andrés, -“guarden silencio, que todo saldrá bien”- dijo Fernanda preocupada.
Unos militares detuvieron el camión, -“haber abra las puertas de atrás, queremos ver que lleva”- dijo un militar, -“solo llevo papas jefe”- dijo el chofer, -“eh dado una orden”- dijo el militar, el chofer bajo del tráiler, abría las puertas de su camión, se veía nervioso, el militar no dejaba de observarlo, con una lámpara en mano iluminaba entre los costales, Leonora asustada se tapó la boca, Fernanda tapaba la boca de Alejandra, -“¿que pas..”- dijo Yuliana, despertando de su sueño, Andrés rápido le tapó la boca para que no hiciera ruido, y con un gesto le decía que guarde silencio, -“¿que fue eso?”- dijo el militar serio veía al chofer, -“no sé, tal vez una rata, solo llevo papas, créame jefe, si no me cree ayúdeme a bajar los costales para que revise”- dijo el chofer, -“no sería mala idea, saquemos los costales” dijo el militar serio, el chofer estaba muy nervioso, Andrés asustado miraba a su madre, ella se veía asustada, Leonora quería llorar. Un militar se acercó al camión, -“Godínez, vamos ayudar a los demás, al parecer un camión lleva a varios hombres y mujeres para una mina ilegal, se armó un revuelto, necesitamos ayuda”- dijo su amigo el militar, -“señor, me dijo que me iba ayudar a bajar los costales para que compruebe que no tengo nada”- dijo el chofer, -“por esta vez te voy a creer, , ya avanza, no quiero verte por aquí”- dijo el militar serio, el chofer le agradeció, subió a su camión y se fue. -“Tuvimos suerte, estábamos a punto de ser descubiertos”- dijo el chofer ya más calmado, Andrés sonreía con su madre y sus hermanas, -“¿qué paso?”- dijo Yuliana sin entender miraba a todos, -“nada hermanita, pronto llegaremos a Trujillo”- dijo Andrés sonriente, Fernanda agradecía al señor, Leonora sonreía más tranquila.
Al amanecer, las puertas del camión se abrieron, -“ya llegamos, bajen de una vez”- dijo el chofer serio, -“¿dónde estamos?”- dijo Leonora, -“en Trujillo pues niña, ya bajen de una vez, ya salió el sol hace rato”- dijo el chofer, -“en que parte de Trujillo estamos”- dijo Fernanda, -“¿qué quieren que vaya preguntarles a un policía?”- dijo el chofer sarcástico, -“señor puede ser más respetuoso”- dijo Andrés serio, -“ya bajen que tengo que ir al mercado”- dijo el hombre, -“bajen hermanas, baja mamá”- dijo Andrés ayudando a su familia a bajar del camión. -“¿A dónde iremos?”- dijo Leonora, -“tengo que ir a ver unos asuntos, pero no puedo llevar a todos hasta donde voy, déjeme alistar el lugar donde que tengo preparado y luego las llevare”- dijo Andrés sonriente y misterioso, -“pero mientras ¿dónde nos vamos a quedar?”- dijo Fernanda, -“que les parece si van a ver a Josefina, anda visítala mamá, hace meses que no la ves, yo luego les alcanzo allá”- dijo Andrés, -“¿a casa de josefina?, pero como vamos a ir a quedarnos ahí”- dijo Yuliana seria, -“no se quedaran, solo estarán hasta que yo regrese, luego de que prepare la casita iré por ustedes”- dijo Andrés entusiasmado, -“¿casita, hijo de que hablas?”- dijo Fernanda sonriente, -“es una sorpresa mamá que quería darles, compre un terreno más bien dicho, pera ya no les quiero adelantar más, vayan a ver a la hermana de una vez, luego las veo, ¿saben la dirección?”- dijo Andrés, -“si, nos dijo que vivía cerca de la posta medica de un distrito, llamada El Porvenir”- dijo Fernanda, Andrés sonriente le encargo su maleta y se marchó, -“mamá ¿estas segura que será buena idea ir a casa de Josefina?”- dijo Leonora, -“solo iremos de visita, hija, hace meses que no la vemos”- dijo Fernanda sonriente, Alejandra tenía hambre, -“espera un poco, cuando lleguemos a tu hermana le diré para ir al mercado y cocinamos juntas”- dijo Fernanda, todas tomaron un microbús y fueron en busca de Josefina.
Llegaban a una casa, Fernanda tomaba de la mano a Alejandra, -“aquí es la dirección según la que nos dejó Martin”- dijo Fernanda, -“¿en esa casa?”- dijo Yuliana, mirando con desaire la casa, -“creías que la casa donde iba a vivir nuestra hermana iba a ser un palacio”- dijo Leonora sonriente, -“ya no hagan ese tipo de comentarios”- dijo Fernanda cuando fue a tocar la puerta, los vecinos del barrio los miraban, -“la gente aquí nos mira extraños”- dijo Yuliana, -“es lógico, somos gente nueva en el lugar”- dijo Leonora, en eso la puerta se abrió, Josefina las veía, -“hola hija”- dijo Fernanda sonriente la abrazo, -“hermanita”- dijo Alejandra alegre, -“hola hermana”- dijo Leonora sonriente, Yuliana seria la veía, -“¿qué hacen aquí?”- dijo Josefina sorprendida, -“pues, nos vinimos a Trujillo, ahora viviremos en esta ciudad”- dijo Fernanda sonriente, -“¿dejaron Huamachuco, y papá?”- dijo Josefina sin entender, -“él se quedó allá, es una larga historia que contar, solo te digo que ya no regresaremos”- dijo Fernanda, -“¿y en donde se van a quedar ahora?”- dijo Josefina seria, Fernanda y sus hijas la veían, -“Andrés está buscando un lugar en donde quedarnos, mientras te parece si no fuera molestia en que nos quedemos en tu casa”- dijo Fernanda apenada, -“lo siento mamá por lo que les allá pasado en Huamachuco con papá pero no pueden quedarse aquí”- dijo Josefina seria, -“¿Qué?”- dijo Fernanda avergonzada con ganas de querer llorar, -“lo siento mucho hermanas, pero lo que les sucedió con papá, yo no tengo que ver, soy harina de otro costal te acuerdas”- dijo Josefina seria miro a su madre, -“claro, entiendo”- dijo Fernanda avergonzada, “¿no nos dejaras quedarnos en tu casa?”- dijo Yuliana seria, -“aquí no hay espacio donde puedan quedarse, lo lamento por ustedes”- dijo Josefina, con los ojos rojos, -“entiendo, no queríamos incomodar”- dijo Fernanda sonrió con los ojos de lágrimas, -“tengo hambre mamá”- dijo Alejandra, -“vamos a un mercado a comer algo, ¿nos puedes decir dónde hay uno cerca?”- dijo Fernanda sonriente soltaba lágrimas, -“a tres cuadras a la derecha sigan de frente”-dijo Josefina seria la veía los ojos, -“Josefina quedamos con Andrés en vernos aquí en tu casa, si viene le dices que estaremos en el mercado esperándolo”- dijo Fernanda, -“yo le daré tu mensaje mamá”- dijo Josefina, -“gracias, y disculpa por las molestias”- dijo Fernanda marchándose con sus hijas, -“no te preocupes”- dijo Josefina soltando una lagrima, Josefina entro en su casa cerró la puerta, se tapó la boca y se puso a llorar.
-“No puedo creer que Josefina no nos haya invitado pasar a su casa”- dijo Leonora sorprendida y decepcionada, -“ahora se cree porque está viviendo en la ciudad, les dije que iba a cambiar, es una mal agradecida, una mala hermana”- dijo Yuliana, -“no, no la reprochen nada, yo la entiendo, hijas cuando ustedes tengan su familia les pasara lo mismo ya verán”- dijo Fernanda soltando una lagrima, -“yo no te dejare afuera mamá”- dijo Leonora, -“yo tampoco”- dijo Alejandra, -“gracias, mejor vamos al mercado a comer algo si”- dijo Fernanda se secó las lágrimas, sonreía con sus hijas. -“lo siento hermanitas, lo siento mamá pero no puedo olvidar lo que paso”- dijo Josefina llorando.
En el mercado, la familia ingresaba a un puesto de comida, todas se sentaban a comer, Fernanda se veía aun triste, -“mamá ¿qué paso con Josefina, porque cuando te vio parecía que quería llorar, recuerdo que antes que se fuera con Martin, ella y tu tuvieron una fuerte discusión”- dijo Leonora, -“aun ella está enojada, y sabes no la culpo, debí escucharla, creerla, es mi hija y yo de tonta no lo hice, por eso no la reprocho esa actitud fría que tuvo conmigo, pero mejor no hablemos de eso, es algo que viviré arrepentida y espero que tu hermana me perdone algún día”- dijo Federica se secó la lágrimas, Leonora la calmaba, empezaron a comer con sus hermanas.
Mientras la familia paseaba por el mercado, se cruzaron con un hombre, -“¿doña Fernanda, niñas que hacen por aquí?”- dijo Martin contento, -“hola Martin, pues decidimos venirnos a vivir aquí”- dijo Fernanda apenada, -“que buena noticia, vinieron toda la familia , creí que don Santos no se animaría a dejar Huamachuco”- dijo Santos, -“no Martin, no vinimos mis hijas y Andrés, Santos se quedó por allá”- dijo Federica apenada, -“entiendo, peor debieron avisarnos para ir a recogerlos a la estación de buses, ¿Por qué no escribieron?, Josefina estará contenta en saber que están aquí”- dijo Martin sonriente, -“no lo creo, fuimos a verla y no se alegró para nada”- dijo Yuliana seria, -“Yuliana”- dijo Fernanda seria, Leonora, -“¿Qué ya fueron a la casa?, ¿y qué les dijo?”- dijo Martin extrañado, -“estaba ocupada creo, además tenemos que esperar a Andrés, quedamos en reunirnos con él por aquí, sabes ha comprado un terrenito aquí en Trujillo”- dijo Fernanda sonriente, -“ojala sea por donde estoy viviendo, ahí hay muchos terrenos en venta pero vamos y lo esperan allá, luego yo vengo por el mercado me lo encuentro y lo llevo para la casa”- dijo Martin, -“no creo que quiera Josefina porque ni nos hizo pasar”- dijo Yuliana, -“Yuliana por favor”- dijo Fernanda seria, -“¿Qué, que Josefina no les hizo pasar, es cierto eso doña Fernanda”- dijo Martin sorprendido, -“es que nos dijo que no tenía espacio y la entendemos además como te dije que Andrés nos dijo que lo esperemos aquí”- dijo Fernanda apenada, -“ni tomar un vaso con agua nos ofreció”- dijo Yuliana seria, -“ya basta niña que manera de abrir la boca cuando nadie te la pide, Leonora lleva a las niñas a dar una vuelta”- dijo Fernanda seria, -“si mamá, estaremos aquí a la vuelta”- dijo Leonora llevándose a sus hermanas, -“doña Fernanda, no puedo creer lo que escucho, iré hablar seriamente con Josefina, la casa no es grande pero pueden estar ahí son nuestra familia”- dijo Martin serio, -“no hijo, no le digas nada, ella tiene sus motivos y créeme que los entiendo”- dijo Fernanda triste, -“pero como pudo hacerles esto, a sus hermanas a usted que es su madre”- dijo Martin sin entender, -“ya te dije que tiene sus razones, y no me molesto por lo que hizo, es más me lo tengo ganado su enojo, gracias muchacho pero iré a ver a mis hijas, quiero que conozcan esta ciudad tan bonita, iremos a pasear un rato, ya nos veremos luego, les diremos dónde nos estaremos quedando para que nos vayan a visitar”- dijo Fernanda despidiéndose, se marchó, Martin se veía incomodo se fue a su casa.
-“Hay Yuliana de verdad que te pasas, como vas a decir todo eso que nos hizo Josefina al Martin”- dijo Leonora, -“es la verdad no dije nada que no sea mentira”- dijo Yuliana, -“pero mamá no quería que se entere Martin”- dijo Leonora, -“ahí viene mamá”- dijo Alejandra, -“hijas, vayamos a conocer un poco la ciudad, que les parece y tu Yuliana debes ser más prudente con lo que dices”- dijo Fernanda seria, Yuliana no decía nada solo hizo un gesto de molesta.
Martin llegó a su casa, veía a Josefina lavar los platos, -“Josefina se puede saber por qué no recibiste a tu familia aquí en la casa”- dijo Martin serio, -“¿cómo lo sabes?”- dijo Josefina, -“por qué me los cruce a tus hermanas, a tu madre, hacerle este desaire a ellas que son tu familia, ¿Qué sucede contigo por qué hiciste ese acto tan bajo?”- dijo Martin serio, Josefina le dio la espalda, -“mírame a la cara y dime ¿qué paso?, ¿Por qué te fuiste de Huamachuco molesta con tu madre, que fue lo tan grave que te animo a venirte conmigo?”- dijo Martin serio, Josefina se puso a llorar se fue a la sala se sentó en uno de los sillones, -“vamos Josefina, no te quedes callada háblame que fue lo que paso”- dijo Martin preocupado, -“está bien te lo contare aunque me muera de la vergüenza, espero que me entiendas”- dijo Josefina llorando, -“te escucho”- dijo Martin, ella se secaba las lágrimas.
(Anita Santivañez- la boda canción de fondo), -“recuerdas aquel lunes por la tarde cuando fuimos a la plaza, me pediste que sea tu novia, fue el día más feliz de mi vida”- dijo Josefina platicándole. –“¿Entonces aceptas casarte conmigo?”- dijo Martin sonriente, -“claro que acepto”- dijo Josefina sonriente, Martin la abrazo por la cintura y empezó a darle vueltas mientras la cargaba, -“oye bájame me voy a marear”- dijo Josefina alegre, -“es que estoy contento, ahora seré el hombre más feliz de Huamachuco”- dijo Martin sonriente, -“ya no exageres, ya es tarde, tengo que estar en casa antes que venga papá y no me encuentre”- dijo Josefina, -“está bien, te dejo cerca”- dijo Martin tomándola de la mano. Llegaron por una calle, -“hasta aquí nada más déjame, yo iré sola”- dijo Josefina, -“está bien, hasta mañana mi amor”- dijo Martin, ambos sonrientes se dieron un beso, cuando en la esquina de la calle apareció Yuliana, rápido retrocedió y se escondió para que no lo vieran, se tapó la boca sorprendida. -“Adiós”- dijo Martin despidiéndose de Josefina, -“¿qué pasa a quien miras tú?”- dijo Leonora, acercándose a Yuliana -“a nadie”- dijo Yuliana luego cruzo la calle con Leonora, -“hola hermanas, vine a recogerlas de la escuela, mamá me lo ordeno”- dijo Josefina algo nerviosa, -“¿solo a eso te mando?”- dijo Yuliana, -“si, ¿a que más me va mandar?, a verdad a traer el pan para la cena, donde tengo la cabeza, si no llego con el pan mamá se enojaría conmigo”- dijo Josefina, -“¿en dónde la traerás la cabeza?”- dijo Leonora, -“¿o en quién?”- dijo Yuliana sonriente, Josefina la miro y fue con sus hermanas.
Al llegar a la casa, Josefina ayudaba a su madre, -“¿ya está la leche lista?, mantenga la casa limpia, ordenen todo ya saben que a su padre no le gusta el desorden”- dijo Federica apresurada acomodaba todo, -“tranquila mamá, ve a bajar la ropa de papá del tendedero, yo me encargo de arreglar lo que falta”- dijo Josefina, -“la ropa, tengo que plancharla”- dijo Fernanda marchándose, -“yo te ayudo mamá, mamá se pone muy nerviosa cuando no tiene listo lo de papá”- dijo Leonora, siguiéndola, -“ya sabe cómo le grita si no tiene a su gusto”- dijo Yuliana sentándose en el sofá, miraba a Josefina barrer, -“te veo muy alegre hermanita ¿a qué se debe tanta felicidad?”- dijo Yuliana, -“a nada, solo estoy contenta”- dijo Josefina mientras barría, -“no me mientas a ti te paso algo más”- dijo Yuliana, -“no me paso nada Yuliana, ya te lo dije”- dijo Josefina, -“no se deberá tanta felicidad debido a alguien, no sé tal vez un muchacho llamado Martin”- dijo Yuliana, Josefina soltó la escoba, -“¿qué quieres decir Yuliana, que sabes?”- dijo Josefina seria, -“te vi hermanita besándote con Martin, no lo vayas a negar porque mis sospechas ya vienen de tiempo, tantas veces salir sola a comprar el pan, ir sola recoger los pagos de las sillas, quieres ir sola al mercado, y de casualidades cerca a esos lugares veía Martin, si mi mamá me mandaba buscarte por que te demorabas y me di cuenta de todo”- dijo Yuliana, -“él solo me compra las sillas”- dijo Josefina nerviosa, -“¿te las compra por que le gustas, tú y él andan en algo, por eso hoy los vi besándose”- dijo Yuliana, -“¿qué dices?”- dijo Josefina asustada, -“los vi, y si se besan es porque ya son novios o ¿no?, dime que dirá mamá, los hermanos o papá cuando se enteren que andas con Martin”- dijo Yuliana sonriente, -“por favor hermanita no le digas nada a nadie, te lo ruego”- dijo Josefina asustada la sujetaba de los brazos, -“tranquila no se lo diré a nadie, crees que quiero ver como papá te agarraría a golpes, no soy mala hermana pero recuerda que en el pueblo todo se sabe y alguien le dirá si te ve con él y ahí no abra nadie quien pueda cubrirte”- dijo Yuliana sonriente, se soltó y se fue a su habitación, Josefina se veía nerviosa.
La noche llegaba, la familia completa estaba en la mesa cenando, el silencio se presenciaba, -“¿ustedes, ya han recibido pago de sus patrones?”- dijo Santos serio mirando a Andrés y a Ernesto, -“si papá, aquí está el dinero para el diario mamá, no es mucho porque no hubo mucho trabajo”- dijo Andrés, -“espera”- dijo Santos metiendo la mano y arrebatándole el dinero, -“con esto compras lo necesario, no montones o se pudren los alimentos, lo demás será para comprar nueva paja para las sillas”- dijo Santos serio, guardo el dinero en su bolsillo, -“yo solo gane esto”- dijo Ernesto mostrándole su dinero, -“¿solo esto?, si es una miseria, deberías esforzarte más cargando, solo alcanzara para comprar la comida de los animales ni eso creo, deberías ser como tu hermano que gana más”- dijo Santos molesto, Ernesto agachaba la cabeza, -“aun es un niño papá, no hay que exigirle demasiado”- dijo Andrés, -“¿Por qué te metes cuando corrijo a alguien dime?, vete a dormir mejor, recuerda que mañana tienes que madrugar para irte a trabajar”- dijo Santos quitándole su pan y su vaso con leche, -“no deberías quitarle a nuestro hijo la comida, si quieres más puedes pedírmelo”- dijo Fernanda algo temerosa, -“¿qué has dicho?”- dijo Santos serio, -“papá por favor, no discutan, mamá tranquila ya no tengo hambre”- dijo Andrés, se levantó y se fue a su habitación, -“¿y tú que hiciste hoy?”- dijo Santos, -“estaba ayudando a mamá a lavar tu ropa, luego fui hacer ovillos de hilos con doña Iris”- dijo Josefina algo asustada, -“mucho tiempo pasas con esa vieja, ¿no será que andas viéndote con algún por ahí?”- dijo Santos serio, -“no papá ¿cómo crees?”- dijo Josefina algo nerviosa, –“si yo me entero que una de mis hijas o mi mujer anda en boca de la gente, ya saben cómo les va a ir, y mi nadie me hace pasar vergüenza”- dijo Santos enojado miraba a todas las mujeres, -“tranquilo, yo la voy a ir a dejar si quieres”- dijo Fernanda, -“quien te ha dicho que hables”- dijo Santos dándole un bofetada, Fernanda soltaba lágrimas y se tocaba su cara, -“¿papá por qué le pegas?, no estaba haciendo nada malo créeme yo no haría nada para avergonzarlos a ustedes”- dijo Josefina, -“menos mal porque ya sabes lo que te pasaría si me entero de que andas de que hablar”- dijo Santos enojado, se levantó y se fue a su cuarto, Fernanda recogía la mesa, -“te ayudo mamá”- dijo Josefina triste, -“déjalo así, vez lo que provocas, por eso te digo que no andes hablando con ningún muchacho por la calle, si tu papá se entera que nadas hablando con ese muchacho, se va a desquitar conmigo”- dijo Fernanda molesta lloraba, Josefina se quedó callada, -“¿Qué sucede mamá?”- dijo Andrés apareciendo ante ellos, -“dile a tu hermano porque tu papá me pego, la gente murmura, yo avergonzada tengo que rogarles que callen y no hablen de ti Josefina, así que ya sabes te comportas como una muchacha decente o tu padre se le saldrá el diablo que lleva dentro”- dijo Fernanda llorando, se fue a la cocina, -“¿con quién andas, con quien te andan vinculando?”- dijo Andrés serio, -“con nadie”- dijo Josefina apenada soltaba lágrimas, -“entonces ¿Por qué mamá te dijo eso?”- dijo Andrés serio, -“dile hermanita, ¿Por qué te quedas callada?”- dijo Yuliana seria, -“¿tú sabes algo?”- dijo Andrés serio, -“no se nada hermano, solo escuche a mamá que le prohibía acercarse con Martin, él que trabaja a lado de doña Iris”- dijo Yuliana seria, -“¿es cierto eso?, andas con él?”- dijo Andrés serio, -“no ando con nadie, por favor dejen de atormentarme”- dijo Josefina yéndose a su recámara entre lágrimas, -“para mí que si nada, no la viste como se fue llorando, pareciera que la culpa no la deja tranquila”- dijo Ernesto, -“iré hablar con ella”- dijo Andrés serio lo miro, -“no hermano, puede ser que papá los escuche, si quieres hablar con ella esta noche no, en otro momento cuando papá no este por favor”- dijo Leonora, -“tiene razón, en otra oportunidad”- dijo Andrés serio se fue a su habitación, Alejandra cenaba muy tranquila.
Josefina estaba en su recamara, -“¿acaso nunca podre enamorarme?”- dijo ella llorando abrazaba a su almohada, cuando en eso tocaron la puerta de su cuarto, -“¿papá, que se te ofrece?”- dijo Josefina secándose las lágrimas, -“quiero que vayas a ponerme agua para bañarme”- dijo Santos serio, -“ahora lo hago”- dijo Josefina, iba salir pero Santos la sujeto del brazo, -“Josefina no quiero que ningún hombre te haga daño, eres mi primera hija, mi niña y no quiero que sufras por nadie, si soy duro con ustedes es porque mi carácter es fuerte pero los quiero a todos por igual, son mi hijos”- dijo Santos acariciándole su cabello, -“si papá, entiendo, iré a poner tu agua al fuego”- dijo Josefina, -“¿por qué tanta prisa, acaso tanto es el temor que me tienes?”- dijo Santos deteniéndola nuevamente, -“no papá, como crees”- dijo Josefina algo nerviosa, -“¡Josefina!, ve a recoger la ropa de tus hermanos que está en el tendedero”- dijo Fernanda seria apareciendo ante ellos, -“anda hijita, que tu madre ponga mi agua al fuego”- dijo Santos acariciándole la mejilla, Josefina se marchó apresurada, -“ahora pondré tu agua al fuego, ve al baño a esperar que te la lleve”- dijo Fernanda seria, Santos serio se veía, se marchó.
Al día siguiente, Josefina estaba dando de comer a los cuyes, -“quiero que vayas a cobrar de unas sillas que ayer vendió tu padre a don Aurelio, hoy quedo en pagarle”- dijo Fernanda, -“si mamá ahora voy”- dijo Josefina, -“Josefina, ida y vuelta no quiero que te entretengas con nadie en el camino”- dijo Fernanda seria, -“no mamá, ahora regreso”- dijo Josefina marchándose. Josefina tocaba la puerta de la casa de don Aurelio, -“buenos días don Aurelio, vine a recoger el dinero por las sillas que mi padre le vendió”- dijo Josefina, -“si aquí tengo el dinero, espérame aquí”- dijo el señor entrando a su casa, -“hola mi amor”- dijo Martin cubriéndole los ojos por la espalda, -“Martin me asustaste”- dijo Josefina, -“¿qué pasa?, estas muy nerviosa”- dijo Martin riéndose, -“hay Martin, creo que deberíamos vernos en lugares donde nadie pueda vernos, lo que pasa es que hay rumores de que me ven contigo llegan a los oídos de mamá y ella tiene miedo que papá se entere, ya sabes que él no quiere que nadie esté en habladurías de la gente”- dijo Josefina, –“bueno si ese es el problema, si quieres voy a pedir tu mano a tu padre y así evitamos esos comentarios”- dijo Martin sonriente, -“¿de verdad eso harías?”- dijo Josefina, -“si, ya tengo mi dinero ahorrado para mantenerte, es mas hoy voy a Trujillo, iré a comprar material para nuestra casita, compre un terreno, te quería dar la sorpresa para cuando nos casemos”- dijo Martin sonriente, ella lo abrazo, le dio un beso, -“te amo, te amo”- dijo Josefina contenta abrazándolo, empezó a soltar lágrimas, -“¿porque lloras mi florecita?”- dijo Martin, -“porque eres tan bueno y me ayudaras a salir de mi casa que tanto me asfixio”- dijo Josefina sonriente, Martin la abrazaba y calmaba, en eso Artemisa cruzaba por la calle, -“yo conozco a esa muchacha, si es la hija de Santos, vaya, vaya, quien iba a decir ya anda de casquivana y ¿ese muchacho no es el Martin?”- dijo Artemisa sonriente, luego se marchó.
-“Hola señores vengo a venderles mi pan, tengo de todo tipo, Santos ¿no quieres comprarme unos?”- dijo Artemisa llegando al trabajo de Santos, -“está bien dame unos para llevar y comer en el camino”- dijo Santos, -“¿por qué tan serio?, deberías estar contento”- dijo Artemisa, -“¿contento, y porque debería de estarlo?, las ventas de sillas están bajas y las lluvias están malogrando las chacras”- dijo Santos serio, -“es verdad, pero debes estar como lo está tu hija la Josefina, además cuando se case seguro tu yerno te ayudara con sus chacras”- dijo Artemisa sonriente, -“¿Qué estás diciendo?”-dijo Santos molesto se puso de pie, -“pues a lo que dice todo mundo, y si lo dice es por lo que ve, ven a tu hija con el Martin muy acaramelados desparramando amor, no me digas que no están comprometidos por que las escaneas que presumen ya parece que fueran esposos”- dijo Artemisa sonriente, -“Artemisa de mis hijas no se habla, no te permito que…”- dijo Santos serio, -“no solo lo digo yo, sino medio Huamachuco, es que ella se deja ver con el muchacho pero que más quieres es un buen hombre”- dijo Artemisa sonriente, Santos enojado tiro su bolsa de pan y se fue del trabajo, Artemisa miro su pan en el suelo se veía molesta, los demás hombres la miraban y murmuraban, -“yo solo digo lo que veo y escucho”- dijo Artemisa seria.
-“Que cansada me siento de ir a la escuela”- dijo Yuliana sentándose en el sofá, Leonora se sentó a descansar, -“no hay tiempo para descansar, deben ir a vender las sillas, en cuando venga Josefina se van”- dijo Fernanda cocinando, -“¿y Alejandra dónde está?”- dijo Leonora, –“fue a recoger la comida para los cuyes, anda mírala Yuliana”- dijo Fernanda seria, -“todo yo”- dijo Yuliana seria, -“aquí esta el dinero mamá”- dijo Josefina sonriente, -“¿porque tardaste tanto?”- dijo Fernanda seria, recibía el dinero y lo contaba, -“es que don Aurelio se demoró en sacar el dinero de su casa”- dijo Josefina, -“¿segura?”- dijo Yuliana sonriente, Josefina la miro seria y le decía que no hablara, en eso se abrió la puerta, -“¡¿dónde está Josefina?!”- dijo Santos furioso, -“¿Qué pasa papá?”- dijo Josefina asustada lo miraba, -“aquí estas, te advertí que no quería que andes en boca de la gente, comportándote como una perdida”- dijo Santos furioso le dio una bofetada tirándola al suelo, Fernanda asustada se metió, -“espera Santos de que hablas, no puedes pegarle así a tu hija”- dijo Fernanda, -“tú no te metas, seguro tú le tapabas todas sus cochinas, me querían ver la cara de idiota pero ya les dije que me llego a enterar de todo”- dijo Santos furioso sujeto a Fernanda de los cabellos y le dio un golpe en la cara tumbándola en el suelo, la nariz le sangraba, -“¡mamá!”-dijo Leonora yéndose ayudar a su madre, -“¿papá por qué me pegas que hice?”- dijo Josefina llorando se tocaba el rostro, -“no finjas mas ya sé que andas con un hombre a mis espaldas”- dijo Santos quitándose el cinturón de los pantalones, y se puso a pegarle a Josefina, mientras ella lloraba y le pedía que dejara de golpearla, -“¡confiesa mala hija!”- dijo Santos, -“papá ya no le pegues”- dijo Leonora asustada lloraba, -“papá escúchame por favor”- dijo Yuliana asustada, -“tú lo sabias, también estabas enterada muchacha del demonio”- dijo Santos dándole una bofetada Yuliana, -“papá por favor déjame explicarte, Martin va a venir a pedirte mi mano, es un caballero me respeta”- dijo Josefina llorando se cubría el rostro, -“¡cállate la boca carajo, si viene lo agarro a escopetazos, mejor que ni se acerque porque lo mato!”- dijo Santos furioso, Josefina lloraba asustada, Leonora se tapaba la boca, Fernanda lloraba en el suelo al ver como castigaban a su hija.
La noche llegaba, Leonora pasaba una pomada su hermana en la espalda, -“me duele Leonora, me duele mucho”- dijo Josefina llorando, -“tranquila hermanita el cebo de cuy es bueno para el dolor, ya te va pasar”- dijo Leonora, -“por tu culpa, mira lo que ocasionaste, hasta yo pague los platos rotos”- dijo Yuliana seria veía a Josefina, -“basta Yuliana, no es momento de reproches”- dijo Leonora llorando, -“mamá está muy adolorida, no deja de llorar, el papá se fue a embriagarse, vendrá mas furioso a golpearnos”- dijo Yuliana, -“Yuliana ya”- dijo Leonora, -“como tu no recibiste ningún golpe”- dijo Yuliana molesta lloraba, -“no fue mi intención ocasionar esto, discúlpeme hermanas, lo lamento”- dijo Josefina llorando, -“ya hermana, ya paso si dices que Martin vendrá a hablar con los papás estoy segura que se arreglará, además todos conocen a Martin saben que es un buen hombre, que más quiere papá tendrá un buen yerno”- dijo Leonora llorando, -“no escuchaste lo que dijo que lo iba a matar, si lo mata, papá se pone loco como un zorro de monte”- dijo Josefina, -“no lo hará daño, cuando venga el hermano Andrés y junto con mamá lo convencerán de que acepten al Martin sea tu esposo”- dijo Leonora, -“no lo creo”- dijo Josefina llorando.
Fernanda estaba en su habitación acostado boca abajo, soltaba lágrimas, -“qué difícil es ser mujer, como no hubiese sido hombre”- dijo Fernanda llorando, -“¿mamá te sigue doliendo, te paso la pomada de cebo de cuy?”- dijo Alejandra, -“si hija pero con mucho cuidado que me duele”- dijo Fernanda triste, Alejandra triste le ayudaba a calamar su dolor.
Andrés y Ernesto llegaron a casa, -“por fin conseguí el trabajo como ayudante, mañana va a ser mi primer día en trabajar en la zapatería, no le digas aun a mamá quiero darles la noticia cuando ya sea un zapatero experto”- dijo Andrés sonriente a su hermano, cuando en eso Yuliana apareció llorando y abrazo a su hermano mayor, -“¿qué sucede por qué lloras?”- dijo Andrés, -“papá golpeo a mamá a Josefina y a mí también”- dijo Yuliana entre lágrimas, -“¿Qué, pero que paso?”- dijo Andrés sin entender, -“la descubrió, no sé cómo pero ya sabe que Josefina anda con Martin por su culpa nos pegaron a todas”- dijo Yuliana molesta, -“¿y mamá?”- dijo Andrés yéndose a ver a su madre, -“eso le pasa a Josefina por querer buscar marido tan pronto”- dijo Ernesto serio, -“pero nosotras no debimos de pagar sus errores”- dijo Yuliana seria, -“ya sabes lo bestia que es papá, se desquita con todos”- dijo Ernesto, -“¿no vas a ir a ver como esta mamá?”- dijo Yuliana seria, -“ya fue Andrés para ella es suficiente la presencia de él, a mí no me hará caso”- dijo Ernesto serio, Yuliana sería lo miro y se fue.
-“No puede ser, mira como te dejo mamá, tenemos que denunciarlo, parar con esto”- dijo Andrés entre lágrimas molesto miraba a su madre acostada, -“no hijo, como puedes mandar a tu propio padre a la cárcel, esto pasara, es algo normal en los matrimonios, discuten, pelean pero luego todo queda olvidado”- dijo Fernanda triste, -“mamá pero mírate como te dejo, no me quiero imaginar como dejo a Josefina, tenemos que decirle a tu hermano mi tío Felipe”- dijo Andrés serio, -“la última vez que tu papá me golpeo, termine con torceduras, mi hermano le hizo un reclamo y me fue peor, Felipe me dijo que lo denunciara pero yo no le hice caso, solo le dije que no se meta en mi relación con tu padre, termine perdonándolo, Felipe me dijo que no volviera a buscar su ayuda ya que no le hare caso, hijo los trapos sucios se lavan en casa no se ventilan, acuérdate de eso”- dijo Fernanda soltando lágrimas, -“¿y si luego te da un mal golpe y te mata?”- dijo Andrés serio, -“yo soy fuerte, viviré muchos años tranquilo, tu papá no sería capaz de matarme”- dijo Fernanda, -“iré a ver a josefina, Alejandra quédate acompañando a mamá”- dijo Andrés marchándose.
Josefina estaba puesta unas vendas, en eso entro Andrés, -“déjanos solos”- dijo Andrés mirando a Leonora, -“pero”- dijo Leonora, -“Leonora obedéceme”- dijo Andrés serio, Leonora miro a Josefina, ella la miro y le dijo que se fuera con la mirada. Al quedarse solos, Andrés se sentó a su lado, -“así que andas con Martin, mira lo que te paso”- dijo Andrés triste, -“no me regañes más, me duele el cuerpo no hagas que me duela el corazón con las palabras que me vayas a decir”- dijo Josefina llorando, -“no vine a regañarte, pero debiste contármelo, hubiéramos hablado con papá para que Martin y tú…, pero ya están echas las cosas, empezaste mal pero abra remedio, yo te apoyare hermanita, conversare con papá para que hablemos con Martin y soluciones esto”- dijo Andrés triste, Josefina lloro y lo abrazo, agradeciéndole, ambos se abrazaban.
Al día siguiente, Josefina despertaba no veía a sus hermanas, veía a su padre que la observaba, -“papá”- dijo ella asustada, se cubrió con las sabanas, -“ya se fueron todos, ahora vamos hablar”- dijo Santos serio, -“papá, Martin es un buen hombre créeme que no hice nada de que te avergonzaras ni mamá, ni tú”- dijo Josefina triste, -“te encontrabas con él a escondidas como si fueras una…, todos se deben estar riendo de mí, de tus hermanos, de tu madre, ensuciaste el nombre de la familia, tu honra”- dijo Santos serio, -“por favor, perdóname no fue mi intención eso, yo solo me enamore”- dijo Josefina triste, -“cállate, no repitas esa palabra ¿qué sabes tú de eso, si aún tienes 18 años?”- dijo Santos molesto tapándole la boca se veía furioso, Josefina asustada lloraba, -“tú no sabes que es el amor, eres un niña, una niña tonta que se dejó engañar, sabes fui temprano a buscar a ese tipo a que dé la cara, que responda y me entere que se fue a Trujillo, si, huyo el muy cobarde, se burló de ti”- dijo Santos serio, -“no papá, él fue a Trujillo por trabajo, me dijo que va a regresar”- dijo Josefina soltando lágrimas, -“mentira, te abandono, seguro porque ya consiguió de ti lo que quería, dime ¿ya fuiste su mujer?”- dijo Santos molesto, -“papá como me preguntas eso”- dijo Josefina llorando, -“¡respóndeme!”- dijo Santos enojado, -“papá, él me quiere”- dijo Josefina llorando, -“¡eres una perdida, eso es lo que eres, una perdida!”- dijo Santos dándole un bofetada, -“no me pegues por favor, papá me duele”- dijo Josefina cubriéndose la cara, -“tú no ibas a ser de nadie, ibas a ser mi niña, entendiste mía, mi niña”- dijo Santos enojado, la abrazaba fuertemente, respiraba fuertemente en su rostro, -“¿papá que haces, papá soy tu hija?”- dijo Josefina asustada, -“si mi niña, mía, mi niña”- dijo Santos enojado dándole besos en la cabeza, al abrazaba fuerte, -“¿qué pasa aquí?”- dijo Federica seria entrando al cuarto, Santos rápido soltó a Josefina, se alejó de ella, Josefina asustada temblaba, -“¿que estabas haciendo?”- dijo Federica extrañada, -“resondrándola por haberse metido con ese tipo, porque ese tipo la engaño, se fue a Trujillo, se burló de ella”- dijo Santos serio, -“¿es cierto eso Josefina?”- dijo Federica, -“él va a regresar”- decía Josefina temblando y llorando, -“contesta hija, ¿es verdad lo qué dice tu padre?”-dijo Federica sujetándola de los brazos, -“¿que más va poder ser, que creías que le hacia estúpida?”- dijo Santos enojado, -“a mí me pareció que…”- dijo Federica seria, -“a ti no te pareció nada, mejor es que mantengas a esta niña dentro de la casa porque si sale será la burla de la gente, yo me tragare la vergüenza de lo que hablen de mi pero esta niña no sale entendido”- dijo Santos enojado se marchó, -“mamá, mi papá me asusto, él me abrazaba de una manera, que me daba miedo, su forma de demostrarme cariño me asusta, ayúdame mamá no quiero que se me acerque”- dijo Josefina temblando, -“cállate, no hables así de tu padre”- dijo Federica dándole una bofetada, -“mamá créeme por favor, tengo miedo, mi papá me asusta”- dijo Josefina llorando, -“¿cómo puedes expresarte así de tu padre?, él no te haría daño, no es un monstruo”- dijo Federica enojada, -“mamá por favor créeme”- dijo Josefina temblando, -“ya cállate, te vas a quedar encerrada aquí y no saldrás a la calle, mucha vergüenza nos ocasionaste a todos”- dijo Federica marchándose, Josefina se tapaba la boca y lloraba en silencio.
La noche caía, Leonora y Yuliana ingresaban a su cuarto, veían a Josefina asustada, -“hermana ¿te encuentras bien?, mamá me dijo que te trajera esto de comer”- dijo Leonora dándole un plato de comida, -“no tengo hambre, por favor cierra la puerta de la habitación atráncala”- dijo Josefina nerviosa, -“¿Por qué?”- dijo Leonora, -“yo aún voy a salir y luego regresare”- dijo Yuliana seria, -“¡bueno entonces sale y cuando regreses tocas, luego atrancan la puerta!”- dijo Josefina furiosa, sus hermanas vieron su reacción, -“tranquila, está bien, eso haremos, pero cálmate”- dijo Leonora abrazándola, Yuliana molesta cerró la puerta puso una silla para atrancar la puerta y se fue a su cama a acostarse, -“¿qué es lo que tienes?”- dijo Leonora, -“no quiero hablar por favor, solo no me dejen sola”- dijo Josefina llorando.
A la mañana siguiente, Martin llegaba a su casa, sonriente iba a abrir la puerta cuando de pronto se acercó Santos por sus espaldas y lo sujeto del brazo mientras lo arrincono contra la pared, -“a ti te quiera encontrar desgraciado vas a pagar por lo que le has hecho a mi hija”- dijo Santos enojado, -“don Santos tranquilícese”-dijo Martin, -“ninguna tranquilízate, desgraciaste a mi hija, por tu culpa está en boca de todo el pueblo, mi familia es la burla de la gente”- dijo Santos molesto, -“señor, yo quiero a la buena a Josefina, es más iba ir a pedirle hoy la mano de su hija”- dijo Martin, -“¿pedirle la mano?, ¿Cómo crees que le voy a dar la mano a mi hija a alguien como tú?, un pobre diablo”- dijo Santos enojado, -“se equivoca tengo mis ahorros, le voy a dar una casa que compre en Trujillo, le voy a dar la vida que se merece, es más si usted gusta puedo apoyarles a ustedes en lo que se les ofrezca por que seremos familia”- dijo Martin adolorido contra la pared, Santos lo miraba y lo soltó, -“¿es enserio lo que dices?”- dijo Santos soltándole el brazo, -“claro que sí, será mi suegro y yo le voy apoyar en lo que me diga y en lo que pueda también”- dijo Martin, -“¿cuánto tienes ahorrado?, necesito ver para creer”- dijo Santos serio, -“pase a mi casa le mostrare que no le estoy mintiendo”- dijo Martin, santos ingreso a su casa. Martin saco un fajo de billetes, -“vaya, aquí debe haber mucho dinero”- dijo Santos mirando el fajo, -“vendí mi ganado, y el ultimo bosque de eucalipto que tuve”- dijo Martin, -“dime algo, ¿cuánto estas interesado en mi hija?”- dijo Santos tomando el fajo de dinero, -“¿qué quiere decir?”- dijo Martin, -“¿quieres que te de la mano de mi hija?, dime ¿cuánto estas dispuesto a pagar por ella?”- dijo Santos sonriente, -“me está vendiendo a Josefina, ella no es un cordero o una gallina para que usted la venda y yo comprarla”- dijo Martin serio, -“entonces tomate tu dinero, quédatelo, eso si te prohíbo que te le acerques, ella no va a volver a salir de la casa es más voy a mandarla lejos a casa de una hermana mía en un pueblo del cual no lo sabrás”- dijo Santos serio salió de la casa, -“don Santos no puede hacernos esto”- dijo Martin siguiéndolo. -“Entonces no quieres a mi hija tanto como dices, el dinero es más importante que para ti”- dijo Santos serio, -“para mí no pero veo que para usted si”- dijo Martin serio, -“lo único que quiero es que mi hija no caiga en la miseria, ¿quién me garantiza que tu amor será para siempre, que no te vayas aburrir?, luego la dejaras embarazada y te olvidaras de ella y de su hijo, este dinero que quiero que me des será como una garantía si eso sucediera”- dijo Santos, -“yo no le haría eso a Josefina ni abandonaría un hijo mío”- dijo Martin serio, -“no creo en tu palabra, en fin esta conversación ya se acabó y ya hable, si te acercas a mi casa tomare mi machete y te descuartizo”- dijo Santos enojado se dio media vuelta y se marchaba, -“espere, está bien, acepto, le daré mi dinero a cambio de dejarme casar con Josefina, y me la llevare a Trujillo”- dijo Martin, -“te la vas a llevar lejos a mi niña, creo que será lo justo”- dijo Santos, Martin abrió la puerta de su casa, Santos ingreso.
Era ya tarde, -“tienen que ir a vender las sillas”- dijo Federica, -“¿Qué, yo también?”- dijo Yuliana seria, -“si Yuliana, tú también, Josefina no saldrá de la casa hasta que tu padre lo diga, ella se quedara castigada”- dijo Fernanda seria, -“a ella la premian sin trabajar luego que hizo todo el escándalo y a mí me castigan yendo a trabajar”- dijo Yuliana seria, –“basta Yuliana”- dijo Leonora, -“¿haber que sucede aquí?”- dijo Santos llegando a casa, sus hijas guardaron silencio, -“¿qué haces aquí tan temprano?”- dijo Fernanda extrañada, -“llama a Josefina”- dijo Santos, -“¿a Josefina, para qué?”- dijo Fernanda, -“obedece”- dijo Santos serio, en eso vieron entrar a Martin, -“buenas tardes doña Fernanda, hola niñas”- dijo Martin saludando a todas, -“¿que hace Martin aquí?”- dijo Yuliana, -“a ti que te importa, esto es asunto de adulto, siéntense ustedes y guarden silencio”- dijo Santos serio, Leonora tomo de la mano a Yuliana y Alejandra y se sentaron en un sillón, Fernanda fue por Josefina. –“Josefina tu padre está afuera con Martin, vamos sal de la habitación que quiere hablar contigo”- dijo Fernanda, -“¿Martin y papá?”- dijo Josefina sorprendida, -“si niña, péinate un poco, arréglate esa blusa sino pensaran que te volviste loca”- dijo Fernanda ayudándola, Josefina se veía algo nerviosa.
-“¿Que vendrá hacer aquí’”- dijo Leonora, -“seguro ya lo convenció”- dijo Yuliana seria, -“¿qué está pasando hermana?”- dijo Alejandra sin entender, –“nada silencio”- dijo Leonora hablando en voz baja. Cuando Josefina salió, Fernanda la acompañaba, -“¿papá?, ¿Martin, hola?”- dijo Josefina, -Josefina, -“¿qué te paso?”- dijo Martin viéndola con los ojos llorosos, -“nada, no tengo nada”- dijo Josefina mirando a sus padres, Martin los veía también, -“don Santos, doña Fernanda, quiero hablar con ustedes, eh venido aquí para pedirles la mano de Josefina, me quiero casar con ella y llevármela a vivir conmigo a Trujillo”- dijo Martin, Josefina sonrió, Fernanda estaba sorprendida con sus hijas, Santos serio se mostraba.
-“¿Que estás diciendo, que te vas a llevar a mi hija?”- dijo Fernanda triste, -“sí, quiero llevármela a vivir conmigo, conseguí un trabajo en Trujillo, ahí tengo una casa donde nos iremos a vivir luego de casarnos”- dijo Martin sonriente miraba a Josefina tomándole las manos, -“¿Qué dices Josefina?”- dijo Santos serio la miraba, -“acepto”- dijo Josefina sonriente soltaba una lagrima, Santos serio la miraba, -“¿entonces me dan permiso?, yo prometo que a su hija no les faltara nada, tengo un buen trabajo en un tráiler de carga, tendrá una casa, pueden ir a visitarla cuando ustedes deseen”- dijo Martin, -“Martin está diciéndonos que será un buen yerno, nos dará posada cada vez que vayamos a Trujillo a ver a nuestra hija, será un buen esposo para ella y un buen yerno que nos dará su apoyo cuando lo necesitemos”- dijo Santos sonriente, -“¿de verdad quieres casarte hija?”- dijo Federica triste, -“si mamá, yo lo quiero”- dijo Josefina, -“no se diga más, decide cuándo será la boda”- dijo Santos sonriente.
-“¿Que te hizo cambiar de opinión, hasta hace dos días querías matar a Martin?, golpeaste a tu hija por meterse con ese muchacho y ahora le das la bendición para que se la lleve lejos, a Trujillo”- dijo Fernanda sin entender, -“hable con él, me dijo que cuidara a mi hija, me dio su palabra, además, que prefieres que sigan hablando la gente, es mejor que salga casada y se vaya del pueblo que siga en boca de todos, ese muchacho limpiara su honra ya verás”- dijo Santos serio, -“pero la gente hablara, ¿de porque la boda será tan pronto?, dirán que estará embarazada”- dijo Fernanda, -“ya me hartas, no se te tiene contenta con nada, es mi decisión eh dicho y punto final, ve a traerme algo de tomar mejor y rápido”- dijo Santos enojado le grito, Fernanda asustada se marchó.
-“¿Qué hiciste para convencer a mi papá?”- dijo Josefina hablando con Martin por la chacra, Yuliana unos metros atrás los estaba cuidando, -“te lo contare pero prométeme que no le dirás nada a nadie, y que no pensaras lo peor de mi”- dijo Martin, mirando a Yuliana que estaba cuidándolos, -“no te preocupes no puedo pensar mal de ti”- dijo Josefina preocupada, Martin le conto el arreglo que tuvo con su padre, Josefina soltaba lágrimas, -“ósea me vendió y tu me compraste”- dijo Josefina, -“no es así amor, era eso o te iban alejar de mi lado, yo no soportaría vivir sintió, el dinero a mí no me importa eso se gana con trabajo, con esfuerzo pero a ti no podría recuperarte si te pierdo”- dijo Martin, -“papá es un hombre avaricioso, cruel, quiero irme lejos de esta casa, por favor sácame de aquí”- dijo Josefina abrazándolo, -“pronto nos casaremos y nos iremos de aquí pero ¿tu familia, tus hermanos, tu madre?”- dijo Martin, -“ellos se las arreglaran aquí, ahora tengo miedo de quedarme aquí”- dijo Josefina algo asustada lo abrazo, -“¿Por qué me mandan a mí a cuidar a ese par?”- dijo Yuliana seria.
La anoche llegaba, Fernanda le platicaba los sucedido a Andrés, Ernesto serio la escuchaba, -“no puedo creer que papá haya cambiado su decisión de la noche a la mañana, aquí hay gato encerrado”- dijo Andrés pensativo, -“a mí también me parece extraño, pero tu hermana se va a casar y su nombre quedara limpio ante las habladurías del pueblo”- dijo Fernanda triste, -“seguro se casa porque está preñada”- dijo Ernesto, -“¡calla la boca, mi hermana no está embarazada”- dijo Andrés serio, -“¿cómo puedes hablar así de tu hermana?”- dijo Fernanda seria, -“¿sino, por qué tanta prisa?, papá debe saberlo, además esos se veían a escondidas y tenían sus cosas”- dijo Ernesto serio sonrió, -“no vuelvas hablar así de nuestra hermana, tu eres su hermano o eres como esos bocas sucia que hablan mal de la gente, así que no vuelvas hablar así de mis hermanas”- dijo Andrés molesto, lo levanto del sillón y lo empujo, -“mejor vete a dormir Ernesto” dijo Fernanda seria, -“me voy, los dejo que se sigan engañándose a ustedes mismo”- dijo Ernesto marchándose serio, Fernanda calmaba a Andrés, ambos seguían platicando sobre la boda.
-“Así que te vas a casar, te felicito hermana, aunque sabes te voy a extrañar cuando te vayas”- dijo Leonora triste, -“yo también te voy a extrañar”- dijo Alejandra, ambas la abrazaron, -“estaremos conversando escribiré cartas, y para eso ustedes tienen que seguir yendo a la escuela par que me puedan escribirme y así nos comuniquemos”- dijo Josefina, -“seguro cuando estés en la ciudad, te cambiara y serás otra”- dijo Yuliana seria, -“no digas eso”- dijo Josefina, -“ya dejen de hablar tanto, quiero dormir”- dijo Yuliana seria se acostó dándoles la espalda, Josefina platicaba en voz baja con sus hermanas.
Los días pasaban, era el día de la boda, -“que lindo vestido usas me siento orgullosa que salgas de blanco de la casa”- dijo Fernanda mirando a su hija vestida de blanco, -“¿de verdad mamá, te sientes orgullosa de mi?, por qué hace unos días me tapabas la boca cuando te confesa lo que papá…”- dijo Josefina triste, -“no hablemos de eso, es el día de tu boda, no hay que discutir, hija, hemos tenido diferencias pero este día no quiero que lloremos ni tú, ni yo”- dijo Fernanda triste, -“me voy mamá, por fin me iré de esta casa sabes debería sentirme feliz pero también me siento aliviada porque ya estaré lejos del peligro, me da pena dejar a mis hermanas, por favor cuídalas, mamá que no te cieguen los celos”- dijo Josefina seria soltó una lagrima, -“ya vas a empezar, contigo no se puede hablar bien, siempre quieres discutir conmigo”- dijo Fernanda dándole la espalda, -“lo único que quiero es que cuides a tus hijas, a mis hermanas, créelas cuando ella te digan algo, por favor, sabes cómo es papá, aunque sea por ellas atrévete hacer algo”- dijo Josefina triste, -“mejor vete, te están esperando en la iglesia”- dijo Fernanda soltando lagrimas seria, no le daba la cara, Josefina soltó una lagrima y se marchó, Fernanda miro la cama de su hija y se puso a llorar.
Josefina salía de la iglesia, Martin la tomaba del brazo, ambos sonriente estaban casados, Santos sonreía mirando a su hija, Josefina al verlo se sintió nerviosa. Ya en la recepción, la fiesta empezaba, era algo pequeña con pocos invitados, -“hermanita deseo que te vaya bien, Martin se ve un buen hombre pero si te hace una marranada me avisas, yo iré por ti y te traeré a casa, no importa lo que hablen la gente yo no quiero que sufras”- dijo Andrés triste, le dio un abrazo, -“gracias hermano, pero Martin no se atrevería a maltratarme, más bien quiero encargarte que cuides a mis hermanas, de papá”- dijo Josefina, -“¿a qué te refieres?”- dijo Andrés, -“a que ya sabes cómo se pone de violento, les vaya dar un mal golpe, también cuida a mamá”- dijo Josefina soltando lágrimas, -“eso hare”- dijo Andrés dándole un brazo. -“Que linda se ve, como me gustaría casarme así como Josefina”- dijo Leonora, mirando a su hermana, -“será dentro de muchos años, hijos aun estás niña para pensar en eso”- dijo Federica seria. -“¿No la vas a felicitar, ni a despedirte?, no sabemos cuándo la veremos”- dijo Ernesto, a Yuliana, -“no soy hipócrita, ella estará bien los fregados seremos nosotros los que nos quedamos aquí en el pueblo”- dijo Yuliana seria, Ernesto sonrió, fue a despedirse de su hermana y Martin. Leonora se acero con Alejandra abrazaron a su hermana, -“promete que la vas a cuidar, que la protegerás, que no le pasara nada”- dijo Fernanda llorando, -“tranquila señora, le prometo que la cuidare, y ustedes pueden ir a Trujillo a visitarla cuando quieran, miren aquí les doy la dirección en donde iremos a vivir, no es un barrio lujoso pero estaremos cómodos”- dijo Martin sonriente, Fernanda le dio un abrazo recibiendo la dirección, -“hijita te cuidas mucho, estas muy bonita, ¿en qué momento mi niña se convirtió ya en mujer, que no me di cuenta?”- dijo Santos sonriente, estaba algo ebrio, la abrazo, Josefina se sentía incomoda, Martin se acercó, -“me la cuidas o te las veras conmigo”- dijo Santos sonriente, luego se iba a tomar con sus amigos, -“¿todo bien?”- dijo Martin, -“si”- dijo Josefina, -“vamos a bailar un huaynito”- dijo Martin sonriente, Josefina sonrió y se fue a bailar con su esposo.
Era la hora de despedirse, -“hija, ¿te puedo dar la bendición?”- dijo Fernanda, -“te lo agradecería mamá”- dijo Josefina triste soltó unas lágrimas, Fernanda le dio la bendición mientras lloraba, ambas se dieron un abrazo, Leonora, Andrés y Alejandra estaban tristes, se despidieron de su hermana, Santos la miraba, estaba ebrio a un costado, Yuliana se acercó y se despidió toda seria, Ernesto sonriente se despidió de ambos, Josefina los miraba mientras se alejaba, Martin cargaba las maletas, subieron al bus este se alejó del pueblo.
Ya en el presente, Josefina abrió los ojos, termino de contar todo lo sucedido a Martin. –“No puedo creer que un padre le haga eso a su hija”- dijo Martin sorprendido, -“mamá no me creyó, así que me moleste con ella, por eso temo que si la recibimos luego se reconcilie con papá y vengan a la casa, no quiero eso, no lo quiero”- dijo Josefina asustada abrazo a su esposo, -“tranquila eso no sucederá, mientras yo esté vivo nadie te hará daño”- dijo Martin, -“mamá le perdono todo a papá puede ser que este pleito que tengan vuelvan a reconciliarse”- dijo Josefina, -“sabes, tu hermano Andrés ha comprado un terreno, cerca de aquí a la otra calle, si han comprado es pro que se han separado definitivamente”- dijo Martin, -“con mamá no se sabe”- dijo Josefina triste.
-“Ya me canse de tanto caminar, quiero descansar”- dijo Fernanda cansada, -“mira allá hay un parque, vamos a descansar ahí”- dijo Leonora, señalando el parque, Yuliana y Alejandra fueron a jugar por que el parque, -“mamá ¿me puedes decir por qué Josefina está molesta contigo, que hiciste para que ella se molestara?, por que a ti te vi con la cara de sentirte culpable”- dijo Leonora, -“no me preguntes Leonora, es algo que ya paso y no quiero hablar”- dijo Fernanda, -“¿tan grave fue?”- dijo Leonora, -“si, pero la culpa la tengo yo, ya no hablemos hija por favor, ahora estoy preocupada en donde iremos a vivir”- dijo Fernanda, -“mamá, ¿ese no es el hermano Andrés?”- dijo Leonora viéndolo platicar a su hermano con un señor, Andrés por casualidad las vio, le pareció extraño verlas en el parque, se acercó a ellas, -“¿qué hacen aquí?, les dije que me esperen en casa de Josefina, ¿o no la encontraron en su casa?”- dijo Andrés, Fernanda y Leonora se veían las caras, -“si la encontramos pero no nos dejó quedarnos, es más ni nos dejó entrar por un momento, nos echó”- dijo Yuliana seria se acercándose, -“Yuliana”- dijo Leonora seria le decía que se callara, -“¿Qué?, ¿Josefina no les dio posada?”- dijo Andrés sorprendido, -“es que iba a salir hacer sus cosas, ni modo que nos quedemos, además no quería incomodar, mejor aprovechamos en salir a conocer por aquí, el mercado la zona”- dijo Fernanda, -“ya, vengan conmigo, vamos a nuestra nueva casa”- dijo Andrés sonriente, -“¿nuestra nueva casa?”- dijo Leonora, -“si, síganme”- dijo Andrés contento, todos lo siguieron.
Llegaron a la calle donde vivía Josefina, -“¿por aquí viviremos?, Josefina será nuestra vecina, no le va a gustar”- dijo Yuliana, -“hija por favor”- dijo Fernanda seria, -“si, seremos sus vecinos compre esta casa, el dueño ya me entrego los papeles y tuve que ir al municipio a ponerla a mi nombre, ahora aquí vamos a vivir”- dijo Andrés mostrándoles el terreno aun no construido, solo muros y una puerta, -“pero no tiene techo, ¿cómo nos vamos a proteger de la lluvia?”- dijo Alejandra, -“hermanita, aquí no llueve como en la sierra, tranquila, poco a poco iremos construyendo, comprare unas esteras para armar la casa, los cuartos, estaremos cómodos, tranquilos, sin nadie que nos grite ni nos golpee”- dijo Andrés, -“tienes razón hijo, gracias”- dijo Fernanda, Alejandra y Leonora le agradecían, -“primero comprare mis herramientas para trabajar en mi zapatería y luego construir”- dijo Andrés contento, -“¿una zapatería?”- dijo Yuliana, -“si, y ustedes me ayudaran a trabajar, así aprenderán a cómo hacer zapatos, yo les enseñare, tal vez más adelante pongan sus zapaterías”- dijo Andrés, -“claro que te ayudaremos”- dijo Fernanda, -“yo quiero aprender así que cuenta conmigo”- dijo Leonora, -“yo también quiero aprender”- dijo Alejandra, -“si no queda de otra”- dijo Yuliana, -“mamá también hice averiguaciones, hay una escuela aquí a tres cuadras, podrán estudiar el turno nocturno, serán pocas horas y saldrán temprano, porque quiero que sigan estudiando, los tramites que te piden son fáciles”- dijo Andrés, -“está bien, iré averiguar para que puedan estudiar tus hermanas”- dijo Fernanda sonriente.
Las horas pasaban, traían unas esteras y las colocaban como pared, iban construyendo su casa, -“hola cuñado”- dijo Martin viéndolos construir, -“hola Martin, mamá me dijo que estaban de salida”- dijo Andrés, -“si, pero ya estamos en casa, veo que seremos vecinos, ¿necesitas ayuda?”- dijo Martin, -“claro que si”- dijo Andrés, Martin ingreso a la casa y empezaba ayudar a la familia. -“¿Cómo está mi hermana?”- dijo Andrés mientras trabajaban, -“bien, contenta de verlos, ¿qué les parece si hoy van a casa a comer?”- dijo Martin, -“¿a comer a tu casa, seremos acaso bien recibidos?”- dijo Yuliana seria, -“claro que sí, ella me contó lo sucedido y se siente mal porque no pudo ofrecerles hospedaje, me pidió que venga a invitarles a cenar, vamos acepten, somos familia y hace tiempo que no nos reunimos”- dijo Martin, -“es que no quisiéramos incomodar”- dijo Fernanda, -“por favor doña Fernanda, es usted mi suegra, acompáñenos”- dijo Martin insistiendo, -“vamos, no hagamos ese desaire a la familia, ya les dije que debemos estar unidos mientras estemos vivos”- Andrés sonriente, Fernanda acepto.
La noche llegaba, Josefina estaba en su cocina, Martin llego de sorpresa, -“¿qué paso?”- dijo Josefina mirándolo extraño, -“acabo de llegar con tu madre y tus hermanos, los invite a comer”- dijo Martin, -“¿están aquí en la casa?”- dijo Josefina, –“si, en la sala, se quedaran comer esta noche”- dijo Martin, -“Josefina son tu familia no puedes tratarlos así, tienes que aprender a perdonar, tus hermanos no tienen la culpa de lo que sucedió, además es tu madre, no puedes vivir enojada con ella toda la vida, aprovecha que está viva, que cuando no este contigo lo vas a lamentar, están cerca de ti, serán nuestros vecinos, vivirán aquí a una calle, los veras todos los días, y que nuestros tu cara de molesta de señalarla como culpable, no serás feliz, no podrás vivir tranquila, el perdón te ayuda tener una vida mejor, créeme yo te lo digo por tu bien, sin familia es vivir en tristeza”- dijo Martin, Josefina lo miraba soltaba lágrimas, lo abrazo, -“tienes razón”- dijo ella llorando.
-“Mamá, hermanos, buenas noches”- dijo Josefina mirándolos, Fernanda se puso de pie, -“si quieres nos vamos”- dijo Fernanda avergonzada, -“no, quédate mamá, quédense todos, perdóneme, lamento lo que hice, perdón mamá”- dijo Josefina yendo a abrazarla, se puso a llorar, Andrés no entendía lo que sucedía, -“no hija, tú no tienes que pedir perdón, sino yo por no…”- dijo Fernanda, -“no hablemos del pasado, vivíamos el presente”- dijo Josefina llorando, Leonora soltaba lágrimas, -“¿Qué sucede aquí?”- dijo Andrés, -“nada cosas de mujeres”- dijo Leonora, -“bueno, iré a comprar pollito a la brasa, es una comida que les va a encantar, ya regreso, Josefina prepara la mesa”- dijo Martin sonriente salió. La familia cenaba, se veían contentos todos reunidos por probar ese nuevo platillo.
Ernesto estaba en su casa cocinando, -“¿ya está la comida?”- dijo Santos molesto, -“aquí está”- dijo Ernesto sirviéndole en la mesa, -“¡¿qué comida es eso, no tiene sabor a nada, que no sabes hacer algo bien?, eres un inútil un bueno para nada!”- dijo Santos molesto tiro el plato de la mesa, -“trato de hacer lo mejor que puedo”- dijo Ernesto algo asustado, -“me iré a comer a la calle, esta comida es para perro, y tu intenta comer esa porquería”- dijo Santos molesto se marchó, Ernesto recogía el plato del piso, luego se veía molesto lo tiro contra la pared, empezó a llorar enojado. Santos iba por la calle, -“¿qué pasa Santos, estas de mal humor?”- dijo Artemisa apareciendo ante él, -“algo”- dijo Santos, -“sabes que me entere, que tu familia se fue del pueblo, dime ¿a dónde fueron y porque se fueron, tu sabes que en el pueblo ya empezaron los rumores y dicen que te abandonaron es verdad eso?”- dijo Artemisa, -“eso no te incumbe ni a ti ni a nadie”- dijo Santos serio, -“vaya al parecer le atinaron los chismes, pero no te pongas de malas, si se fueron ya regresaran por que no son nada sin ti, ahora que estas solito vamos a mi casa y nos hacemos compañía, yo te atenderé como se debe”- dijo Artemisa sonriente lo tomo del brazo, -“está bien, vamos”- dijo Santos yéndose con ella.
-“¿Que, estas esperando un bebé, que noticia tan buena, felicidades”- dijo Fernanda abrazando a Josefina, -“felicidades a ambos por que serán padres y me harán tío”- dijo Andrés sonriente felicito a Martin, los demás felicitaron a los futuros padres, -“por eso no pudo viajar a Huamachuco, el doctor indico nada de esfuerzo, pero ustedes ¿Por qué no respondían las cartas?”- dijo Martin, -“¿cartas, que cartas?”- dijo Fernanda, -“escribimos varias veces, claro llegaban a dirección del trabajo de papá ya que estaba cerca de la oficina de correo”- dijo Josefina, -“no recibimos ninguna, ni nos enteramos de la existencias de esas cartas”- dijo Andrés, -“bueno no importa, ya están aquí, y como seremos vecinos estaremos en comunicación, que les parece que este fin de semana vamos a conocer la plaza de armas de Trujillo”- dijo Martin sonriente, -“si vamos”- dijeron Leonora y a Alejandra contentas, -“si vayan a divertirse, yo no puedo ir aun”- dijo Josefina, -“entonces yo me quedare contigo”- dijo Fernanda, -“no mamá, yo ya conozco, es bueno que tu vayas a conocer los lugares así no te vayas a perder, vayan salgan a distraerse, yo estaré bien se los prometo”- dijo Josefina sonriente, -“Martin, sabes de un lugar donde pueda comprar hormas de zapatos, herramientas, es que quiero empezar a trabajar en la zapatería lo que aprendí en Huamachuco”- dijo Andrés, -“un zapatero que bueno cuñado, claro que conozco un mercado donde venden todo lo necesario y barato”- dijo Martin sonriente, todos se veían contentos.
Los días pasaban, (mira para arriba mira para abajo- katunga, canción de fondo), la familia a iba conocer la plaza de armas de la ciudad, se veían contentos, Andrés junto con Martin iban al mercado a comprar material para trabajar en la zapatería, compraban cuero, hormas, martillo y todo lo necesario para su nuevo emprendimiento. Fernanda estaba cargando agua en baldes para bañar a sus hijas menores y para cocinar. Josefina se despedía de Martin cuando se iba trabajar en el tráiler. Las niñas era su primer día de clases, el profesor presentaba a cada una en sus respectivas aulas escolares, Luego por las mañanas se veía a toda la familia que estaban ayudando hacer los zapatos, Fernanda cocía los zapatos, Yuliana lustraba el calzado, Leonora iba cortando las plantillas, Andrés iba armando, y Alejandra iba guardándolos en bolsas listos para ser vendidos.
-“Espero que hoy le vaya bien a mi hijo, en la venta de zapatos”- dijo Fernanda, -“ya verás que sí mamá, nos quedaron muy bonitos, me gustaría que también hiciera zapatos para mujer”- dijo Leonora, ambas lavaban ropa, -“a mí me hizo unos zapatos nuevos”- dijo Yuliana contenta, -“ya a bañarse todas, recuerden que derechito vienen a la casa, nada de conversar ni aceptar nada de gente extraña”- dijo Fernanda, -“si mamá, no te preocupes”- dijo Leonora, todas se alistaban para irse a la escuela, cada quien se iba a su salón de clases.
-“Hola, tú eres la nueva vecina”- dijo un niño saludando a Alejandra, -“si, yo te eh visto vives cerca de mi casa”- dijo Alejandra, -“así es, soy Cesar”- dijo el niño sonriente saludándola. Yuliana estaba en su salón, unos niños la miraban y se reían, -“¿qué me miran, tengo monos en la cara o qué?”- dijo Yuliana seria, los niños intimidados dejaron de mirarla y reírse. -“Hola Leonora”- dijo un jovencito, acercándose a Leonora, -“¿Chito?, primo que sorpresa, ¿qué haces aquí?”- dijo Leonora, -“aquí estoy estudiando, te vi hace unos días peor no me anime a saludarte, ¿y tú desde cuando estás aquí en Trujillo?”- dijo Chito sonriente, -“hace unos días me vine a vivir con mi familia, estamos viviendo aquí cerca, que distraída que fui que no me di cuenta de ti”- dijo Leonora, “si ya me di cuenta”- dijo Chito sonriente, -“Chito ¿quién es ella, porque no nos la presentas?”- dijeron unos jovencitos, -“tranquilos, es mi prima, no se metan con ella”- dijo Chito, -“está bien”- dijeron los jovencitos, se sonreían viendo a los primos, -“tranquila prima, , si alguien te molesta me avisas para ponerlo en su lugar, yo te protejo”- dijo Chito, -“gracias primo”- dijo Leonora sonriente, ambos se ponían a platicar.
Andrés se encontraba afuera de una casa, toco la puerta, abrió Olinda, -“Andrés que sorpresa mi amor, ¿qué haces aquí?”- dijo ella contenta, -“ya vez, te dije que iba a venir por ti, ahora estoy viviendo en Trujillo, traje a mi familia, es más te cuento que estoy empezando a fabricar zapatos, soy zapatero, acabo de vender mis primeros zapatos, me fue muy bien”- dijo Andrés contento, -“te felicito Andrés, me da mucho gusto que te vaya bien”- dijo Olinda sonriente, -“Olinda que haces en la puerta de la casa, con quien conversas…”- dijo don Teodoro el padre de Olinda, serio veía a Andrés, -“don Teodoro buenas noches, ¿Cómo está?”- dijo Andrés sonriente queriendo darle la mano para saludarlo pero el padre de Olinda no le respondió el saludo, -“pasa a la casa hija”- dijo Teodoro serio, -“pero papá”- dijo Olinda, -“obedece”- dijo Teodoro, Olinda miro triste a Andrés y entro a su casa, -“señor, usted sabe que yo quiero casarme con su hija, eh hablado con usted en Huamachuco”- dijo Andrés, -“si ya lo sé, pero ya no estamos en Huamachuco, ahora estamos en la ciudad, Andrés, tú eres un buen muchacho pero yo quiero para mi hija alguien que pueda darle la felicidad, tranquilidad en su vida, y en tu familia hay muchos problemas, no quiero algo así para mi hija”- dijo Teodoro, -“señor, esa vida de problemas se acabó ahora tengo una nueva vida aquí en Trujillo, créame, estoy trabajando, tengo mi propio negocio, soy un zapatero comerciante ahora pronto seré un empresario, a su hija no le faltara nada, tendrá una vida plena”- dijo Andrés, -“¿fabricante?, pero si en Huamachuco solo cargabas sacos”- dijo Teodoro, -“ahora eh cambiado, señor tengo ya una casa, mire ahora usted tiene razón en que no le puedo ofrecer nada a Olinda, pero pronto lo tendré, mire yo le aseguro que en un año tendré donde llevarme a vivir a Olinda, me casare con ella, solo deme un año”- dijo Andrés decidido, -“¿y tus padres, saben de esta decisión?, ni siquiera vienen hablar conmigo para hacer el compromiso”- dijo Teodoro, -“mis padres se han separado, ahora estoy viviendo con mi madre, si quiere a ella puedo traerla para que hablemos, le prometo que no le defraudare ni a Olinda, ni a usted”- dijo Andrés, -“está bien, serán prometidos pero recuerda que un compromiso se puede romper, te daré un año muchacho para que me demuestres que eres un hombre de palabra”- dijo Teodoro, Andrés le agradecía.
A la mañana siguiente, (Janette, porque te vas, canción de fondo), Leonora cantaba muy contenta, -“¿y tú porque estas tan feliz?”- dijo Yuliana, mirándola, -“¿por qué, acaso no puedo estarlo?”- dijo Leonora sonriente bailaba, saco a bailar a Alejandra, Yuliana seria las veía, se levantó de la mesa y fue por su radio y la apago, -“¿por qué la apagas?”- dijo Alejandra, -“es mía, mi hermano me la compro”- dijo Yuliana seria, -“que envidiosa eres”- dijo Alejandra, -“es mío, si quieres una radio pídele a Andrés que te compre uno a ti”- dijo Yuliana seria, -“déjala, no vale la pena discutir”- dijo Leonora, -“¿qué sucede, ahora por qué discuten?”- dijo Andrés llegando a su casa, -“porque no nos quiere prestar su radio para escuchar música”- dijo Alejandra, -“estábamos bailando muy a gusto pero Yuliana dice que es su radio, y la apago para que no escucháramos, ni bailáramos la música”- dijo Leonora, -“Yuliana compre la radio pero para que la usen todos”- dijo Andrés, -“tú me dijiste que la iba a usar yo”- dijo Yuliana seria, -“si pero debes prestarle a nuestras hermanas, aprende a compartir, cuando les compre a tus hermanas algo, ellas también pueden prestártelas, así hacen los hermanos, entendido, aquí se comparte en familia”- dijo Andrés, Yuliana molesta les dio la radio y se fue a su recama, –“ya hablare con ella, escuchen, bailen, y díganme ¿que bailaban, un huaynito?”- dijo Andrés sonriente, -“no, era una cantante extranjera, canta muy bonito”- dijo Leonora, -“que les parece si llevamos la radio al taller, escuchamos todos mientras trabajamos”- dijo Andrés, sus hermanas aceptaron.
(Julio Jaramillo- nuestro juramento, canción de fondo), Andrés cantaba mientras trabajaba, Leonora estaba cociendo los zapatos, Alejandra los lustraba, Fernanda estaba en la cocina preparando la comida mientras cantaba, -“hemos jurado amarnos hasta la muerte…., y si los muertos aman después de muertos amarnos más”- cantaba ella triste, -“si yo muero primero es tu promesa…, sobre de mi cadáver dejar caer…, todo el llanto que brote de tu tristeza…, y que todos se enteren de tu querer”- cantaba Andrés, -“si tú mueres primero yo te prometo…, escribiré la historia de nuestro amor…, con toda el alma llena de sentimientos…, la escribiré con sangre con tinta sangre del corazón”- cantaba Leonora, -“hermanita te la sabes”- dijo Andrés sonriente, -“siempre la escuchas que me la aprendí, debe ser que estás enamorado”- dijo Leonora, -“así es”- dijo Andrés, -“ya está la comida, a la mesa todos”- dijo Fernanda llamándolos a comer.
En la mesa ya todos reunidos platicaban, -“luego hable con el padre de Olinda y eso fue lo que me dijo”- dijo Andrés, -“ósea ¿cree que no eres merecedor para esposo de Olinda?”- dijo Federica seria, -“mamá no te enojes, dime tú como madre también querrás a un buen hombre para tus hijas, el señor esta haciendo la mismo que cualquier padre haría, y yo le voy a demostrar que conmigo no se equivocara, así que mañana mismo nos vamos a pedir la mano de Olinda, seremos prometidos”- dijo Andrés sonriente, -“si eso te hace feliz te acompañare, pero que no se atrevan a hacerte un desaire porque si no ya sabes cómo me pongo”- dijo Federica seria, -“mamá por favor, apóyame en esta, yo quiero a la Olinda, que todo salga bien”- dijo Andrés, -“Andrés se nos va casar”- dijo Leonora sonriente, Alejandra lo bromeaba, Yuliana seria estaba, -“si me voy a casar y algún día ustedes también lo harán pero debe ser con un buen hombre ya saben”- dijo Andrés mirándolas, -“a propósitos de buenos hombres, mamá no sabes a quien vi en la escuela, al primo Chito”- dijo Leonora sonriente, -“¿al primo chito, esta estudiando contigo?”- dijo Andrés, -“si él ya termina este año y me dijo que luego buscara trabajo de albañil como su padre”- dijo Leonora, -“¿qué será de la tía Altagracia?, ella se vino aquí hace como 4 o 5 años creo”- dijo Andrés, -“si está viviendo a la otra calle del colegio me dijo cuándo vamos a visitarlos”- dijo Leonora, -“no se hija la prima Altagracia es algo creída, seguro lo que hará es preguntarnos por qué nos vinimos, que es de su padre, ya me imagino que se imaginara y como es muy chismosa”-dijo Fernanda, -“pero mamá es nuestra única familia que tenemos aquí”- dijo Leonora, -“es verdad mamá, no hay de malo en pasar a saludarla, así como que te distraes un poco”- dijo Andrés, -“está bien, no les prometo cuando pasaremos pero algún día será”- dijo Fernanda, Leonora se veía contenta, Yuliana la miraba extraña, -“más bien les quiero contar algo, quiero ir al mercado que está en el centro, me han contado que están dando puestos para trabajar, quiero tener mi puestito”- dijo Fernanda emocionada, -“¿pero mamá como te vas a ir?”- dijo Andrés, -“hay hijo solo será medio turno, lo tengo programado, Leonora cocinara en las mañanas, en las tardes ya me encargo yo, así te voy ayudando en los zapatos, así construimos mas rápido la casa, no quieres traer a tu futura esposa aquí, en una bonita casa, pues déjenme trabajar para poder ayudar”- dijo Fernanda, -“claro que si mamá, cuenta conmigo”- dijo Leonora, -“luego me enseñas a vender en el mercado”- dijo Alejandra, -“si no me queda de otra”- dijo Andrés, te apoyamos dijeron todos, Yuliana seria se veía.
Al día siguiente, Fernanda estaba en el mercado, se veía algo tímida sin saber a quién preguntar, -“por fin poder trabajar por mi propia cuenta, esto no podía hacerlo cuando estaba con Santos”- dijo Fernanda mirando a varias mujeres trabajando en el mercado, -“¿dígame en que le puedo ayudar?”- dijo un hombre, -“buenos días, usted debe ser el administrador de este mercado, es que me han dicho que por aquí están dando oportunidad de trabajar, es que quisiera tener un puestito”- dijo Fernanda, -“claro que si señora, estos son los precios de los puestos, depende la ubicación es el costo”- dijo el administrador, -“tanto dinero es que yo no tengo esa cantidad ni para el más barato”- dijo Fernanda desanimada, -“lamentablemente no puedo ofrecerle más baratos, son precios fijos”- dijo el joven, -“no me diga eso joven por favor necesito trabajar, es que tengo hijos aun menores que mantener y necesito ganarme la vida”- dijo Fernanda, -“mire señora, le puedo ofrecer una mesa para que pueda vender sus productos, no es la gran cosa pero es un espacio en medio de un pasadizo, ¿Qué le parece?”- dijo el administrador, -“¿y cuánto esta esa mesa?”- dijo Fernanda, el administrador le indico el precio, -“es algo costoso pero puedo pagarle en partes”- dijo Fernanda, -“claro que sí, mire le voy a leer el contrato, luego usted firma o pone su huella”- dijo el administrador, empezando con la lectura, Fernanda lo escuchaba atenta, luego se veía que estrechaba la mano del administrador muy contenta. Fernanda veía su mesa de trabajo, -“hola, ¿te sucede algo?”- dijo una mujer de edad, -“hola, es que me dieron este lugar para trabajar pero no sé dónde comprar mi mercadería para poder empezar”- dijo Fernanda, -“la mayoría compra en el mercado del sur”- dijo la mujer, -“¿en el mercado del sur?, es que yo no sé cómo llegar ahí, ¿me podría indicar que auto debería tomar?”- dijo Fernanda, -“mi esposo me está esperando para irnos allá, aquí ya compramos lo necesario, ahora me dirijo para allá, si quieres te llevo”- dijo la mujer sonriente, -“se lo agradecería mucho señora”- dijo Fernanda, -“bueno vamos, apresúrate”- dijo la mujer sonriente. Fernanda la siguió fueron a una camioneta, -“que paso Isabela, ¿Quién es la señora?”- dijo el esposo de la mujer, -“bueno la encontré extraviada, me pareció bueno ayudarla, va al mercado del sur, quiere hacer unas compras te parece si le damos un aventón”- dijo Isabela, -“claro que sí, ¿cuál es su nombre señora?”- dijo el esposo de Isabela, -“soy Fernanda, disculpe, por no presentarme antes”- dijo Fernanda apenada, -“soy Isabela y es mi esposo, Jaime”- dijo Isabela subiendo a la camioneta, Fernanda contenta se veía al subir.
-“Te has preguntado como estará nuestro hermano Ernesto?”- dijo Leonora a Andrés, mientras trabajaban, -“le escribí una carta, le dije a un amigo que se lo entregara personalmente a él, por si acaso papá no le vaya dar el mensaje, le dije donde puede escribirnos y si se anima a venir para pasarle la dirección, ojala me dé respuesta”- dijo Andrés, Leonora sonreía. -“Así que eres de Huamachuco, no conocemos ese lugar pero dicen que es lindo cálido”- dijo Isabela, -“si lo es, es tranquilo el pueblo, aunque es chico ya saben todo se llega saber ahí, ustedes son de aquí?”- dijo Fernanda, -“si, me imagino, mira aquí es, nosotros iremos a comprar fruta y conservas, ¿tú a dónde iras?”- dijo Isabela, -“es que la verdad no conozco, no sé dónde empezar”-dijo Fernanda, -“está bien te acompañaremos, dime que es lo que te gustaría vender en tu puesto”- dijo Isabela, -“bueno yo sé de vender verduras, papas como en mi pueblo, lo que cosechaba, así que quiero vender eso”- dijo Fernanda, -“te llevare a los lugares donde puedes comprar esos productos”- dijo Isabela sonriente, Fernanda le agradecía.
Ernesto seguía en su trabajo en la chacra, -“Ernesto acaba de llegar una carta, es de tu hermano Andrés”- dijo un joven, Ernesto recibió la carta, -“es de Andrés, le está yendo bien como zapatero, necesita ayuda para seguir trabajando, pero no iré, aquí tengo trabajo y yo voy a salir adelante, solo sin su ayuda”- dijo Ernesto serio arrugo la carta y la rompió. Fernanda llevaba sus bolsas con las compras del mercado, -“y se toma ese auto, le dices que te deje en la parada del mercado central”- dijo Isabela sonriente le daba las instrucciones, -“muchas gracias doña Isabela, gracias don Maximiliano, por su ayuda, cuando vayan al mercado vayan a visitarme, les daré a un buen precio sus compras”- dijo Isabela, -“está bien, cuídate mucho y espero que te vaya bien en tu primer día”- dijo Maximiliano, Isabela se marchó, la pareja la veía, -“te cayó bien Fernanda verdad cariño”- dijo Maximiliano, -“mi madre era igual que ella, así de luchadora, me hizo recordar a mi niñez, bueno vamos que tenemos que ir a recoger a las niñas a la escuela”- dijo Isabela, Maximiliano sonreía.
Fernanda llegaba a su casa, -“¿cómo te fue mamá?”- dijo Andrés, -“bien hijo, sabes me dieron un sitio, una mesa para poder trabajar, me salió muy barato poder pagarlo en unos meses, hijos no saben como me sentí trabajando, ganando mi dinero en el mercado, la gente que trabaja a mi lado todos son buenas personas, estoy tan contenta, me siento útil”- dijo Fernanda contenta, -“mamá, tú nunca has sido una inútil, has hecho tanto por nosotros, que eres la mamá más trabajadora, sacrificada, y te queremos por eso”- dijo Andrés abrazando y felicitándola, sus hijas la felicitaban, -“gracias hijos, escucharlos me hace tener muchas más ganas de trabajar, saben encontré a unas buenas personas, que me ayudaron a realizar las compras, se llaman Maximiliano y doña Isabela”- dijo Fernanda contándole que conoció a la pareja de esposos.
Era ya de noche, Andrés se veía algo nervioso, bien peinado y vestida, Fernanda salía con un traje nuevo, -“¿mamá y ese traje de donde te lo compraste?”- dijo Leonora sonriente, -“es de segunda mano pero aun esta como nuevo, me gusto y lo pagare en partes para dar una buena impresión a la familia de Olinda, tengo que ir bien vestida, luego les mostrare donde hay ropa de segunda en buen estado y muy bonita, también les mostrare el mercado donde trabajo, el mercado donde hice compras aún más baratas para mis ventas”- dijo Fernanda, -“yo quiero conocer tu puesto de trabajo”- dijo Alejandra, -“las llevare a una en distintos días, para que me ayuden y aprendan a trabajar así pueden dedicarse a algo distinto de los zapatos”- dijo Fernanda, -“a mí me gusta el zapato”- dijo Andrés, -“a mí me gustaría aprender de ambos, puede ser que me anime con cualquiera”- dijo Leonora, -“bueno ya es hora de ir a pedir la mano a esa muchacha, no quiero llegar tarde y digan que mi hijo es un impuntual”- dijo Fernanda tomando aire, -“mamá por favor”- dijo Andrés sonriente, -“que te vaya bien hermano”- dijo Yuliana, dándolo un brazo, -“yo sé que te ira bien”- dijo Leonora, -“no regresen muy de noche”- dijo Alejandra, Andrés tomo del brazo a su madre y al salir vieron a Josefina en la puerta, -“¿Josefina que haces aquí?”- dijo Andrés sorprendido, -“mamá me conto que ibas a pedir la mano de tu novia, y no dejare a mis hermanas solitas, les hare compañía, Martin ya se acostó así que vayan con cuidado, espero que salga todo como lo deseas hermano”- dijo Josefina sonriente, -“no abran la puerta a nadie, no tardamos”- dijo Fernanda a sus hijas, se despidió de josefina y se marchó con su hijo.
-“¿Que desean hacer ustedes?”- dijo Josefina, -“yo iré a dormir tengo mucho sueño”- dijo Yuliana seria tomo su radio y se fue, -“no le hagas caso, mejor cuéntanos como te va en Trujillo”- dijo Leonora, -“no conozco mucho, Martin se la pasa viajando en el tráiler, transportando sacos por aquí por allá, solo conozco lo fundamental”- dijo Josefina, -“pues nosotras te contaremos lo que sucedió en Huamachuco”- dijo Leonora, -“si es sobre papá, mamá ya me contó lo sucedido”- dijo Josefina, -“no, algo que no lo hemos contado a nadie, pero no le digas a mamá, es sobre una vez que casi nos lleva el rio a Alejandra y a mi”- dijo Leonora, -“Leonora eres una chismosa”- dijo Alejandra, -“la hermana no le contara a nadie”- dijo Leonora, -“ya a ver cuéntenme que paso”- dijo Josefina escuchándolas.
Andrés se veía nervioso, tomado del brazo de su madre, estaban tocando la puerta de la casa de Olinda, cuando en eso abrieron la puerta, era don Teodoro quien serio los veía, -“buenas noches don Teodoro”- dijeron ambos, él serio los veía sin responder el saludo. –“Buenas noches pasen los estábamos esperando”- dijo don Teodoro, madre e hijo ingresaron, Olinda sonriente los esperaba.
-“En Huamachuco llueve muy fuerte, aquí hasta ahora no llueve así, hay un río en Trujillo pero esta algo lejos de aquí en una zona descampada, y díganme ¿cómo recibieron el terremoto?, ¿hubo pérdidas?” – dijo Josefina, -“si, muchos perdieron sus animales, sembríos, carreteras bloqueadas, las casas se cayeron, de nosotros se cayeron unos muros, nos asustamos mucho pero no salimos heridos”- dijo Leonora, Alejandra estaba dormida, -“que pena por los paisanos, por aquí también hubo un gran alboroto peor las casas no se cayeron la mayoría eran de esteras ese entonces”- dijo Josefina, -“Josefina, quiero contarte algo, se trata de un muchacho”- dijo Leonora sonriente, -“¿un muchacho?, hermana estas muy chiquita para pensar en enamorados, ya sabes cómo es mamá, recuerda cuando se enteró lo de Martin y yo, y Andrés es muy celoso, mejor dedícate a estudiar”- dijo Josefina, -“ya sé que aún no puedo tener enamorado, pero no puedo evitar sonrojarme cuando lo veo, cuando estoy con él platicamos…, aunque no me ha propuesto nada yo siento que le gusto, él a mí me gusta”- dijo Leonora sonriente, -“ya no sigas mejor, olvídate de eso”- dijo Josefina , -“Josefina, creí que me ibas a entender, tu llevaste una relación a escondidas, te enamoraste, sabes que es algo que no se puede evitar, solo llega y nace el amor”- dijo Leonora triste, -“yo tenía 18 años, era una mujer mayor, sabía lo que es el amor, tú aun tienes 15 años, no sabes de esas cosas, aun estas muy chica te falta más edad para que sepas si es amor o no, además mírame a mí, para que acepten a Martin pase por muchos sustos, cuantas lágrimas, tuve que irme, alejarme de ustedes, no quiero que sufras igual que yo, estar lejos de tu familia se extraña demasiado, a veces quería regresarme a estar con mi familia pero no podía, primero termina la escuela y cuando ya seas una mujer adulta con un trabajo ya puedes pensar en tener novio, casarte o lo que tú quieras, pero primero debes tener un trabajo”- dijo Josefina, -“por eso quiero aprender a realizar zapatos como Andrés pero yo quiero dedicarme al diseño de mujeres”- dijo Leonora suspirando, luego se puso triste, -“dime ¿es un buen muchacho?”- dijo Josefina, -“si lo es, me respeta enserio”- dijo Leonora, -“si es un buen muchacho entonces sabrá esperarte”- dijo Josefina, -“tienes razón, mejor cuéntame que tal los vecinos por aquí te hablas con alguien por aquí”- dijo Leonora, Josefina sonreía y le contaba que muy poco hablaba con los vecinos.
-“Mi hijo es un muchacho responsable, honesto, leal, lleno de virtudes, trabajador, un hombre de palabra”- dijo Fernanda, -“mamá ya”- dijo Andrés sonriente, -“bueno, él tienen las mejores intenciones con su hija, las de matrimonio si los chicos quieren hacerlo, así que él quiere formalizar un compromiso, tal vez ahora no tenga nada que ofrecerles pero está trabajando para eso y cuando tenga todo listo pues vendrá a pedir la mano de su hija para contraer matrimonio”- dijo Fernanda, -“está bien, todo claro señora, entiendo la posición de su hijo, ya hable con Olinda y ella también quiere como esposo a su Andrés, lo conozco a usted y a su familia y sé que son muy correctos, decentes, trabajadores, así que yo doy el consentimiento que sean prometidos, podrá venir a visitarla y salir con ella, pero traerla a una hora prudente, de una señorita de su casa”- dijo don Teodoro serio, -“¿puedo sentarme a lado de Olinda?” – dijo Andrés sonriente, -“claro que si muchacho”- dijo Teodoro, Andrés tomo de la mano a Olinda, ambos se veían contentos, en eso llego la hermana de Olinda con unas bebidas, brindaron por el compromiso de la pareja.
Pasaban unos días, -“así que tu hijo ya se comprometió con su enamorada, espero que les vaya bien a los jóvenes”- dijo Isabela en el mercado platicando con Fernanda que le atendía su mandado, -“si ceñito, a él le está yendo bien los zapatos, mis hijas van bien en sus clases, están todos contentos”- dijo Fernanda sonriente, -“sabes me gustaría conocer a tu familia”- dijo Isabela, -“pues usted dirá cuándo va a visitarme, mi casa es humilde pero eso si hay un gran calor de familia”- dijo Fernanda, -“está bien iré a tu casa con Teodoro pero luego quiero que tu familia y tú vayan a la mía a visitarme”- dijo Isabela sonriente, Fernanda le agradecía.
Andrés estaba trabajando, junto con sus hermanas estaban haciendo varios zapatos, -“tengo que hacer muchos, tengo un pedido de un señor que me quiere comprar varios pares de mis zapatos, los va a llevar a la selva”- dijo Andrés, -“pues cuando vea que son muy buenos tus zapatos va a regresar a pedirte más”- dijo Leonora contenta, -“Leonora mira lo que encontré entre tus cosas, ¿creo que es tuya esta carta?”- dijo Yuliana, apareciendo ante sus hermanos, -“¿qué haces buscando mis cosas?”- dijo Leonora molesta, fue a quitársela, Alejandra la miraba, Andrés serio miro a sus hermanas, -“lo que llegue a leer se trata de una carta de amor”- dijo Yuliana, -“¿es cierto eso Leonora, es una carta de amor, te andas mandando cartas con alguien?”- dijo Andrés serio, -“no Andrés, no es ninguna carta de amor”- dijo Leonora algo nerviosa, -“¿a no?, pues dáselo a Andrés que la lea y se quite la duda”- dijo Yuliana sonriente, Leonora seria veía a su hermana, -“a ver préstame, Leonora, dame esa carta te he dicho”- dijo Andrés serio, Leonora se lo dio, Andrés empezó a leerla, -“¿qué es esto Leonora?, está claro que es una carta de amor, acaso, ¿estas con enamorado Leonora? Respóndeme, ¿para eso te mandamos al colegio?”- dijo Andrés serio, -“no hermano, déjame explicarte esa carta le pertenece a una amiga, no está dirigida para mi”- dijo Leonora nerviosa, -“¿una amiga, crees que soy idiota?”- dijo Andrés enojado –“que cuento más barato”- dijo Yuliana, -“ya basta Yuliana tu siempre provocas las peleas, estoy harta de tu lengua venenosa”- dijo Leonora molesta queriendo llorar, -“no le grites, si ella me mostro esta carta es porque no quiere que estés metida en estos pleitos”- dijo Andrés serio, -“además yo no rebusque tus cosas, estaba limpiando el cuarto y la vi en el suelo de casualidad, supuse que debe ser tuya porque mía no es y de Alejandra no creo”- dijo Yuliana sonriente, -“esa carta es de una amiga me pidió para llevarla a leerla y me dijo que luego le diera mi opinión, que le ayudara a escribir una carta en respuesta para ese chico que le gusta, mira no está dirigida a mí, no dice mi nombre”- dijo Leonora, -“¿estas segura?, mira Leonora si me estas mintiendo será mejor que…”- dijo Andrés serio, -“créeme hermano, no tendría por qué mentirte, si quieres vamos a la escuela y le preguntamos a mi amiga para que te confirme lo que te estoy diciendo”- dijo Leonora, -“esta vez te voy a creer, confiare en ti, ustedes van a la escuela a estudiar no a perder el tiempo con enamoraditos, entendido, ya les dije tienen que estudiar , ya cuando sean mayores con un trabajo pueden hacer su vida, mientras están para la supervisión y el cuidado de mi madre y el mío ”- dijo Andrés serio mirando a todas, -“yo te obedezco en todo hermano”- dijo Yuliana sonriente, -“Yuliana ve a seguir haciendo tus cosas que luego revisare tus cuadernos a ver cómo vas en tus clases”- dijo Andrés, -“yo estoy bien”- dijo Yuliana sonriente se marchó, -“¿me quedaron bien los zapatos lustrados hermano?”- dijo Alejandra, mostrándole su trabajo, -“si hermana gracias, Leonora sigue trabajando y olvídate de estas cositas de ayudar a tus amigas en eso, no quiero problemas con otras personas entendido”- dijo Andrés serio siguió trabajando, Leonora se veía con ganas de querer llorar.
Era ya de noche, todos estaban reunidos en la mesa, -“¿no me digas que vendrá esa señora aquí a la casa?, ¿que no tienes vergüenza de traerla aquí?, mira cómo vivimos”- dijo Yuliana, -“eso que tiene que ver Yuliana y fíjate como me hablas baja el tono a tu voz, la casa es humilde, limpia y la señora Isabela sabe cómo vivimos, es una buena mujer que no se fija en cómo somos, me tiene aprecio quiere conocerlos a ustedes, ella no es una mujer estirada ni tiene aires de creerse superior a los demás”- dijo Fernanda, -“está bien mamá pero me sorprende que te hayas echo tan amiga de la señora tan rápido, me alegra que tengas una amiga”- dijo Andrés, -“por lo que nos has contado se escucha que la señora Isabela es una buena persona, yo también quiero conocerla”- dijo Leonora sonriente, -“nos portaremos bien mamá”- dijo Alejandra, -“si quieres te ayudamos a preparar un lonchecito”- dijo Leonora, -“gracias hija”- dijo Fernanda.
Era el día en que vendría Isabela junto con su esposo a visitarlos, Maximiliano, -“buenas tardes Fernanda”- dijo Isabela, -“pasen por favor están en su humilde casa , les presento a mis hijos, es la mayor, Josefina su esposo no pudo asistir por que está trabajando”- dijo Fernanda, -“mucho gusto señora Isabela, señor Maximiliano, mi madre nos habló de ustedes gracias por ayudarla en el mercado”- dijo Josefina, -“de nada, y dime ¿Cuántos meses tienes?”- dijo Isabela, -“ya cumpliré cuatro”- dijo Josefina, -“¿y ya sabes qué será?”- dijo Maximiliano, -“aun no, mi esposo quiere que sea niño y yo niña pero aceptaremos lo que Dios nos envié mientras este sano”- dijo Josefina, -“él es Andrés mi segundo hijo”- dijo Fernanda, presentándolo, -“tu mamá nos habló de ti, el muchacho enamorado, vaya eres un chico muy apuesto, tu novia es muy afortunada”- dijo Isabela sonriente, -“gracias”- dijo Andrés, -“me gustaría ver tu trabajo, te puedo recomendar con unos amigos, podrían convertirse en tus clientes”- dijo Maximiliano, -“muchas gracias, se los agradezco señores”- dijo Andrés sonriente, -“ella es mi tercera hija Leonora, mi quinta hija Yuliana y mi última hija Alejandra”- dijo Fernanda, presentando a sus hijas, -“que lindas señoritas”- dijo Isabela, -“¿y el cuarto hijo o hija?, te saltaste un orden”- dijo Maximiliano, -“el curto es mi hijo Ernesto, él no quiso venirse conmigo a Trujillo decidió quedarse en Huamachuco a trabajar y acompañar a su padre”- dijo Fernanda algo triste, -“entiendo”- dijo Maximiliano, -“pero trajimos pan para el lonchecito, queso y jamonada”- dijo Isabela cambiando de tema, -“no debieron molestarse, aquí hay pan de nuestra sierra, huevos, y cerdito frito”- dijo Fernanda, -“si todas preparamos para ustedes”- dijo Leonora, -“tomen asiento por favor”- dijo Fernanda sonriente.
Ya en la mesa al terminar de comer, la pareja de esposos escuchaba a cada uno de los hijos de Fernanda, -“vaya se ve que todos son muy trabajadores, yo tengo dos hijas, ellas están muy ocupadas en el colegio de señoritas, se la pasaban metidas en sus clases de pintura y de idiomas, casi nos las vemos”- dijo Isabela, -“todos aquí se hacen compañía”- dijo Maximiliano, -“si, estamos todos organizados, trabajando por la mañana y estudiando por la noche”- dijo Fernanda, -“¿estudian en la noche?”- dijo Isabela, -“si aquí cerca, a un par cuadras esta nuestra escuela”- dijo Leonora, -“¿no es peligroso que unas señoritas anden solas por la calle en la noche?”- dijo Isabela, -“nosotras sabemos cuidarnos, las tres nos vamos y las tres juntas regresamos”- dijo Yuliana, -“yo las espero, las veo desde lejos tengo buena vista”- dijo Fernanda sonriente, -“además aquí no hay duende que nos lleve”- dijo Alejandra, -“¿duende?”- dijo Isabela sonriente, -“es que los duendes suelen llevarse a los niños que no están bautizados, y aquí no hay por eso no corremos riesgo”- dijo Alejandra, -“¿no están bautizados tus hijos?”- dijo Isabela, mirando a Fernanda, -“no, aun no tengo dinero para los gastos y no conozco a nadie que sean los padrinos de ellos”- dijo Fernanda sonriente, -“pues no se diga más, si tú quieres yo sería la madrina de tus hijos”- dijo Isabela, -“claro ¿por qué no?, nosotros podemos ayudarte con los preparativos de la iglesia, tenemos tiempo de sobra, que estamos aburridos, nos gustaría que nuestros ahijados sean tus hijos” – dijo Maximiliano, -“¿enserio aceptarían a mis hijos como sus ahijados?, muchas gracias, enserio son muy buenas personas doña Isabela y don Maximiliano”- dijo Fernanda sonriente quería llorar, agradecida les tomo de la mano, -“gracias don Maximiliano, y a usted doña Isabela”- dijo Andrés, -“muchas gracias, son muy buenos en aceptar ser los padrinos de mis hermanas”- dijo Josefina sonriente, -“aceptaremos pero desde ahora nada de llamarnos don Maximiliano y doña Isabela sino padrino y madrina, lo mismo va para ti Fernanda debes tutearnos seremos compadres”- dijo Maximiliano, Fernanda soltaba lágrimas de felicidad, -“gracias, por fin ingresa buenas personas en nuestra vida, en nombre de toda mi familia les agradezco”- dijo Fernanda secándose las lágrimas, -“ya no llores, ahora hablemos de los preparativos cuando les compraremos la ropa para su bautizo porque los preparativos de la iglesia se hacen muy deprisa conozco al padre de la iglesia”- dijo Isabela sonriente, la familia les agradecían contentos.
-“Me van a bautizar, será una ceremonia sencilla algo familiar pero estaré por fin bautizada, mis hermanas y yo, son muy buenos mis futuros padrinos”- dijo Leonora, contándole a Chito, -“veo que se han hecho buenos amigos de la tía Fernanda, se lo ha ganado tu mamá ya que es una buena madre, antes que se me olvide te traje esto”- dijo Chito dándole una rosa, -“gracias, esta bonita”- dijo Leonora sonriente, -“tan bonita como tú”- dijo Chito sonriente, -“¿enserio te parezco bonita?”- dijo leonera, -“claro que si»- dijo Chito sonriente se acercó, en eso Leonora veía a su hermana Yuliana que estaba con Alejandra, -“espera ahí están mis hermanas, no quiero que nos vean muy juntos”- dijo Leonora alejándose un poco, -“hola hermanita, hola Chito”- dijo Yuliana sonriente se acercó a ellos, -“hola Chito”- dijo Alejandra, -“que lindas están primas, cada vez más grandes ya unas señoritas”- dijo Chito, -“los veo conversando mucho a ustedes”- dijo Yuliana, -“somos amigos, primos, compañeros de clase, ¿qué tiene de malo?”- dijo Leonora seria, escondiendo su rosa por la espalda, -“solo digo”- dijo Yuliana, -“no empieces Yuliana”- dijo Leonora seria, -“vamos a nuestros salones”- dijo Yuliana llevándose a su hermanita, -“algo maliciosa se ve”- dijo Chito sonriente, -“si lo es”- dijo Leonora.
-“Así que aceptaron ser los padrinos de tus hermanas, todavía existe gente buena en Trujillo”- dijo Olinda, caminando con su novio por un parque, -“si, me cayeron muy bien los amigos de mamá, ahora siento que todo nos está empezando a ir bien en la vida, venir a Trujillo fue lo mejor que pudimos hacer”- dijo Andrés acariciándola, se dieron un beso.
Era el día del bautizo de las niñas, vestidas de blanco estaban en la iglesia, todos escuchaban la misa del sacerdote, Fernanda agradecida por qué les está yendo bien en la vida, Josefina y Martin agradecían por su bebe y pedían que llegue sano, Andrés y Olinda se miraban y pedían que la salud y el trabajo no les falte, las niñas eran bendecidas con el agua bendita, Isabela y Maximiliano aceptaban ser los padrinos y aceptar la misión de cuidarlas y guiarlas, las niñas eran bautizadas. En la ceremonia Isabela y Maximiliano les presentaban a sus hijas, unas señoritas simpáticas y amables, luego todos fueron a un pequeño almuerzo, las niñas se veían contentas tras recibir el sacramento del bautizo.
(Yo quiero ser un triunfador- Los Iracundos, canción de fondo), Andrés estaba llevando sus zapatos a vender, le estaban pagando, en eso unos hombres a lo lejos lo veían contar su dinero, lo siguieron sin que se dé cuenta. –“Con esto podre comprar más material para mi casita”- dijo Andrés sonriente, dio media vuelta y veía a los hombres que se detuvieron, lo miraban extraño, decidió tomar otro camino para prevenir, los dos hombres lo siguieron, Andrés se metió por el mercado, apresurado caminaba, se dio cuenta que lo iban siguiendo, rápido empezó a correr, los hombres corrían de tras de él, -“¡detente!”- dijo uno de los hombres, Andrés no se detuvo corrió hasta ver a un policía, -“¿qué sucede?”- dijo el policía, -“me vienen siguiendo esos tipos, creo que me quieren asaltar”- dijo Andrés cansado, el policía veía a los jóvenes estos huyeron cuando vieron al policía, -“¡deténganse delincuentes!”- dijo el policía yendo tras ellos, Andrés le estaba pasando el susto. Al llegar su casa veía a su madre y sus hermanas, -“¿qué te pasa hijo estas pálido?”- dijo Fernanda, -“es que unos hombres me iban asaltar”- dijo Andrés, Leonora se asustó, -“¿Qué dices pero cómo?, ¿te hicieron daño?”- dijo Fernanda asustada, -“no me paso nada tranquilas, me estaban persiguiendo pero encontré a un policía y fue a detenerlos, yo ya me regrese a casa”- dijo Andrés, -“debes tener más cuidado no puedes andar solo por la calle con tanto dinero, Leonora ve por un vaso con agua para el susto”- dijo Fernanda, -“creo que me vieron contando mi dinero, pero ya paso seré más precavido”- dijo Andrés tomando asiento, -“solo a ti se te ocurre contar el dinero en plena calle”- dijo Yuliana, -“estaba revisando de no tener algun billete falso”- dijo Andrés, -“ya paso hijo”- dijo su madre calmándolo, sus hermanas lo abrazarlo.
-“Bueno ya me voy a trabajar, hoy vendrá una gran cantidad de maíz y de papas”- dijo Martin, -“conduce con cuidado ya sabes cómo son los conductores aquí”- dijo Josefina adolorida, -“¿qué te pasa, que tienes?”- dijo Martin, viéndola que se empezó a quejar, -“los dolores, me empezaron a dar los dolores, creo que ya voy a tener a nuestro hijo”- dijo Josefina adolorida, -“en estos días ibas a dar a luz, voy a traer la maleta y nos vamos al hospital”- dijo Martin nervioso, -“avísale a mi madre, a mis hermanos por favor”- dijo Josefina, -“claro que si”- dijo Martin apresurado, Josefina estaba con los dolores de parto. En el hospital, Martin estaba a lado de su esposa, él tomaba sus manos, Josefina estaba dando a luz por parto natural. –“Espero que salga todo bien”- dijo Fernanda, -“tranquilízate mamá no le pasara nada, nuestra hermana es fuerte”- dijo Andrés, en eso vieron a Martin soltando lágrimas, -“¿por qué esa cara, que fue lo que paso?”- dijo Fernanda, -“es una mujercita, soy papá de una mujercita suegra, son lágrimas de felicidad cuñado”- dijo Martin alegre los abrazo, -“felicidades”- dijo Andrés, -“me diste un susto muchacho, pero felicidades”- dijo Fernanda. En la casa esperaban las demás hermanas, -“tanto escándalo por el nacimiento de un bebe”- dijo Yuliana, -“Yuliana ¿a ti nada te alegra verdad?”- dijo Leonora seria, -“¿tendremos una sobrina o sobrino?”- dijo Alejandra coloreando, -“iré a mi cuarto con mi radio a escuchar música”- dijo Yuliana yéndose, Leonora y Alejandra estaban en la sala esperando noticias.
Josefina estaba cargando a su hija, le estaba dando de lactar, -“felicidades hija”- dijo Fernanda, viéndola, -“felicidades hermana”- dijo Andrés sonriente, se acercaron a ver a la bebe, -“¿y cómo se va a llamar?”- dijo Fernanda, -“se llamara Irma”- dijo Josefina, -“¿cómo mi mamá?, gracias mi amor”- dijo Martin sonriente abrazo a su esposa, Fernanda se vio algo celosa.
Josefina estaba ya en su casa con su hija en brazos, -“que linda bebe, esta preciosa”- dijo Leonora conociendo a su sobrina, -“ya tengo alguien con quien jugar, ya quiero que crezca para jugar a las muñecas”- dijo Alejandra, -“aún faltan años para que puedan jugar, pero se llevaran muy bien”- dijo Josefina sonriente, -“¿y Yuliana no vino?”- dijo Josefina, -“se quedó cuidando la casa”- dijo Leonora, -“seguro luego vendrá a ver a su sobrina”- dijo Andrés contento, Martin se veía contento con su hija.
-“Me gustaría ver a tu nieta, le llevare un regalito”- dijo Isabela, en el mercado, -“gracias comadre, hablare con Josefina para ver que día nos reunimos”- dijo Fernanda, -“los bebes son una bendición”- dijo Maximiliano, -“si lo son, yo que tengo 6 hijos, todos son mi vida, aunque no los tenga juntos”- dijo Fernanda, luego se puso triste, -“¿qué te pasa porque te pones triste?, deberías estar contenta porque ya eres abuela”- dijo Isabela, -“es que, me acorde de mi hijo Ernesto, no sé qué será de él, Andrés le escribe y escribe pero no responde, no sé si estará bien, un amigo de Andrés que viaja muy seguido a Huamachuco dice que lo ve y sigue trabajando, a Santos lo ven con la mujer esa, es algo que ya no me importa pero temo que descuide a mi hijo, solo que este”- dijo Fernanda, -“deberías traerlo contigo”- dijo Maximiliano, -“no quiere, él no desea salir de Huamachuco, quiere quedarse ahí, si no ya me respondiera las cartas”- dijo Fernanda triste, Isabela y Maximiliano se miraban.
Andrés terminaba de construir su casa, colocaban una botella de champan en su techo, Maximiliano rompía la botella como tradición al finalizar la casa, todos aplaudían, Fernanda alegre con sus hijos, Isabela y su familia se veían contentos, algunos vecinos estaban acompañándolos.
Meses pasaron, Andrés tenía puesto un traje de vestir elegante, Fernanda se acercó, -“hoy te vas a casar hijo, ya dejas de ser mi hijito y serás un hombre de familia”- dijo Fernanda triste, -“mamá no te pongas así, es mi boda, no mi velorio”- dijo Andrés sonriente, -“no digas eso, no traigas la mala suerte”- dijo Fernanda secándose las lágrimas, -“¿mala suerte?, mamá no me pasara nada, no me voy a morir, es más yo creo que serás tú quien me va enterrar a mí, mírate estas más joven para tu edad”- dijo Andrés sonriente, Fernanda se secó las lágrimas mientras sonreía, Andrés le dio un abrazo. -“Hoy se casa nuestro hermano, hace tiempo que no estamos en una boda, desde que se casó Josefina”- dijo Leonora, platicando con sus hermanas, -“espero que Olinda trate como se debe a mi hermano, se llevara un gran hombre, nosotras ya no seremos su prioridad”- dijo Yuliana seria, -“él no se va de la casa, la traerá a vivir con nosotros”- dijo Leonora, -“a mí me cae bien”- dijo Alejandra, -“chicas ya están listas, tenemos que ir a la iglesia”- dijo Josefina, con su bebe en brazos, -“nuestro hermano sí que ahorro muy bien para casarse, en una iglesia, un gran salón”- dijo Leonora sonriente, -“si esta si será una boda no como la tuya hermanita que fue tan pobre”- dijo Yuliana sonriente miro a Josefina, -“no le hagas caso ya sabes cómo es ella”- dijo Leonora tomando de la mano a Alejandra.
Familiares y amigos se encontraban en la iglesia, Andrés se veía nervioso, -“tranquilo hijo, todo saldrá bien”- dijo Fernanda, tomándolo del brazo, -“no me digas que te arrepentiste a último momento”- dijo Yuliana, -“cómo crees, estos nervios son de alegría”- dijo Andrés, -“hola comadre, hola Andrés, ¿nervioso?”- dijo Maximiliano, sonriente llego con su familia, -“llegamos justo a tiempo”- dijo Isabela sonriente, sus hijas que saludaban todos, -“¡ahí viene la novia!”- dijo Alejandra corriendo entre los invitados. Andrés contento veía a Olinda con su vestido de blanco ingresar a la iglesia, (Gavilán o paloma- José José, canción de fondo), él recordaba sus paseos con Olinda por Huamachuco, tomados de la mano por el campo, mirando la puesta de sol en las lomas, la futura pareja de casados se miraban y sonreían, ella ingresaba del brazo de su padre. Teodoro entregaba su hija a Andrés, sonrientes ante la iglesia, la pareja escuchaba las palabras del sacerdote, las hermanadas de él se veían contentas por Andrés, Fernanda se secaba las lágrimas de alegría, Andrés juraba amor eterno, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, Olinda le respondía lo mismo, el sacerdote les dio la bendicen, -“lo que Dios une que no lo separe el hombre”- dijo él, la pareja de recién casados se dieron su beso, al salir de la iglesia, con una gran sonrisa, recibían las felicitaciones, los pétalos de rosas caían como lluvia por parte de los invitados.
La pareja bailaba el Danubio azul, clásico de las bodas, luego pasaron los padres a bailar con sus hijos los recién casados, todos aplaudían. -“Que linda fiesta, la novia estaba hermosa como me gustaría casarme algún día así como lo hizo el hermano y Olinda”- dijo Leonora suspirando, -“sueñas en casarte tan rápido, si aún no tienes a nadie que se fije en ti”- dijo Yuliana, -Leonora se quedó callada mirándola seria, -“ya no empiecen disfruten de la noche, que luego tenemos que ir a bailar con el hermano”- dijo Josefina sonriente, así paso de mayor a menor de las hermanas bailaba con Andrés, lo felicitaban. La noche era de pura felicidad para todos, sobre todo para Andrés y Olinda.
Mientras en Huamachuco se veía Ernesto que estaba frente a un espejo, se limpiaba el labio que estaba golpeado, a un costado estaba la invitación de su hermano que había llegado pero que decidió no ir, -“se debe estar casando ahora, todos felices mientras yo viviendo en este infierno”- dijo Ernesto adolorido se curaba sus heridas por los golpes que había recibido.
Andrés y Olinda estaban acostados en su cama, -“te quiero Andrés, y ahora que soy tu mujer, espero que esta felicidad sea para siempre”- dijo Olinda sonriente, -“estaremos juntos por siempre hasta que seamos viejitos”- dijo Andrés tomándole su mano, la besaba, Olinda la abrazaba.
Olinda estaba con Alejandra, ella le ayudaba peinarla, -“tienes un cabello tan largo muy bonito”- dijo Alejandra, -“gracias Alejandra, ahora es momento de ir a preparar la comida, ¿me ayudas?”- dijo Olinda, -“si claro”- dijo Alejandra, acompañándola. Yuliana estaba cruzada de brazos seria. Los días iban avanzando, Fernanda estaba en el mercado, Isabela se acercaba a platicar con ella, -“pues la muchacha sabe hacer sus cosas, es una buena esposa, atiende a mi hijo como un rey, sabes ahora él decidió viajar por Santiago de Chuco, y por el Norte del país, los clientes que le consiguió el compadre Maximiliano le están haciendo muchos pedidos”- dijo Fernanda sonriente, -“me alegra mucho que les esté yendo bien”- dijo Isabela sonriente. Leonora estaba en el salón de clases, ella escribía muy concentrada, en eso Chito le cubrió los ojos por la espalda, ella sonreía, Chito se aparecía frente a ella, ambos se reían. Andrés se encontraba por unas calles del norte del país, en eso veía a Artemisa, -“vaya, ¿quién iba a decir que nos íbamos a encontrar aquí, Andrés?”- dijo Artemisa, -“¿Artemisa, que haces por aquí?”- dijo Andrés serio, -“pues ya vez decidí cambiar de rumbos, mírame ahora soy otra”- dijo Artemisa sonriente se dio una vuelta para que la viera como era su nuevo atuendo, -“que bien por ti, con tu permiso”- dijo Andrés, iba a irse, pero ella lo sujeto del hombro, -“¿qué te pasa, estas molestos conmigo?, no entiendo por qué, si no te echo nada”- dijo Artemisa sonriente, -“Artemisa ¿todavía tienes el cinismo de decir que no has hecho nada malo?, en el pueblo la gente hablaba lo de mi padre y tú”- dijo Andrés serio, -“esos eran puros chismes, nada real, yo era su amiga nada más, ya sabes cómo eran el pueblo, por eso me fui de ahí, ahora estoy por aquí en busca de negocios, sabes creo que me voy a ir a Trujillo, ahí hay más oportunidad ¿verdad?, tú vives ahí creo, ¿me puedes ayudar a buscar un lugar donde quedarme?, es que no conozco a nadie por allá, vamos dame una mano”- dijo Artemisa sonriente, -“pídeselo a un amigo, debes tener muchos, a mi padre por ejemplo”- dijo Andrés, -“pues no los tengo, y sobre tu padre ya te dije que no hay nada, mira te lo puedo jurar, solo eran chismes, créeme, que me parta un rayo si te miento”- dijo Artemisa sonriente se le acercó, le tocaba la camisa, -“no se Artemisa no quiero líos, soy un hombre casado y no quiero que se mal interpreten las cosas por ahí alguien que nos vea juntos, será mejor que cada quien tome su camino”- dijo Andrés, -“¿estas casado?, felicidades, mira yo no te pido nada más que me ayudes a llegar Trujillo, me ubicas en un lugar céntrico y de ahí ya nos dejamos de ver si quieres, solo te pido eso compañía hasta llegar allá”- dijo Artemisa, -“está bien pero apresuraste porque ya me regreso”- dijo Andrés, -“gracias, vámonos”- dijo Artemisa sonriente, iba adelante muy coqueta.
Josefina estaba bañando a su hija, -“esta grandecita nuestra Irmita, pronto será su cumpleaños, tan rápido paso un año, deberíamos hacer su fiesta”- dijo Martin, -“rápido se va el tiempo, ya estamos cerca de los años 80, te imaginas cuando lleguemos al años 90, lo grande que será nuestra Irma”- dijo Josefina, -“ella ya será una señorita, muy guapa, espero que los muchachos no me la molesten porque seré un padre muy celoso”- dijo Martin, -“ya me imagino como serás”- dijo Josefina sonriente, -“sabes, estoy pensando en construir unos cuartitos más para la casa quiero agrandarla”- dijo Martin, -“como tú digas yo te apoyo en lo que tu decidas”- dijo Josefina sonriente, Martin le daba un beso, ambos bañaban a su hija.
Andrés estaba en el bus, Artemisa a su lado, -“te has vuelto un hombre muy guapo, ya serán como dos años que no te eh visto y te has mejorado”- dijo Artemisa, mirándolo coqueta, -“¿cómo están en el pueblo?”- dijo Andrés, -“¿preguntas por tu papá y tu hermano?, Ernesto sigue en la chacra trabajando, tu hermano ya tendrá como 15 años, algo pleitista se ha vuelto pero eso sí muy respetado en el pueblo, tu padre al parecer dejo su trabajo, sabes se hundió en la bebida, se ha vuelto un ebrio desde que ustedes lo abandonaron, él les echa la culpa, la soledad la depresión pero yo sé que él se lo busco que lo abandonen, ya no es el mismo hombre de antes, y cuéntame, ¿Por qué lo abandonaron?”- dijo Artemisa, -“que extraño que no te conto”- dijo Andrés, -“no, éramos muy amigos para que me contara sus cosas intimas”- dijo Artemisa, -“cambiemos de tema, ¿cómo están Teófilo, don Jeremías”- dijo Andrés, -“ellos están bien”- dijo Artemisa mientras le platicaba le tocaba el brazo, Andrés la miraba, se alejó, se sentía nervioso, Artemisa sonreía mientras le iba contando los acontecimientos.
-“Este año termino la escuela, pronto seré mayor de edad”- dijo Leonora, -¿y qué piensas hacer cuando seas mayor de edad?, ¿irte de la casa, porque te veo muy animada por querer ser ya una adulta?”- dijo Yuliana, -“pienso buscarme un trabajo, ser independiente”- dijo Leonora, -“muy bien, ¿y que te gustaría trabajar?”- dijo Olinda, -“me gustaría dedicarme también a la zapatería, ya me enseño mi hermano, pero quiero hacer modelos femeninos”- dijo Leonora, -“me parece muy bien, te felicito, tienes que tener un capital primero, seguro Andrés te apoyara”- dijo Olinda sonriente, en eso empezó a sentir un mareo, -“¿estás bien Olinda?”- dijo Leonora, -“solo fue un mareo”- dijo Olinda. Llego Fernanda del trabajo, -“mamá, Olinda tuvo un mareo”- dijo Alejandra, -“¿qué te pasa muchacha, estas pálida, has comido?”- dijo Fernanda, -“si acabo de comer, tranquilas solo fue un mareo, ya me paso”- dijo Olinda, -“esto no es normal, duermes casi todo el día, mareos, no será que…”- dijo Fernanda, -“¿qué cree que tenga doña Fernanda?”- dijo Olinda, -“que estés esperando un bebe”- dijo Fernanda, -“¿usted cree?”- dijo Olinda sonriente, -“claro que sí, tienes los síntomas de una mujer que está en encargo, un hijo le haría muy feliz a mi Andrés”- dijo Fernanda sonriente, -“si, nos haría muy feliz que seamos padres, Andrés estaba esperando que tuviéramos un hijo”- dijo Olinda sonriente se tocó el vientre. Mientras en el bus se veía a Andrés y a Artemisa que se besaban.
-“No Artemisa esto no está bien, lo que estamos haciendo no puede ser, así que no se vuelva a repetir entendido”- dijo Andrés, -“está bien tranquilo, no tienes por qué molestarte, solo fue un momento de debilidad de ambos, no insistiré, seamos amigos sí, todo está olvidado y borrado”- dijo Artemisa dándole la mano, Andrés le dio la mano, -“está bien, olvidado”- dijo Andrés, se veía algo incómodo, miraba por la ventana del bus, Artemisa sonriente se tocaba los labios a sus espaldas de él.
Al llegar la ciudad de Trujillo, Andrés bajaba del bus, -“hay casi me caigo”- dijo ella sujetando del brazo de él, -“debes tener cuidado, ¿Por qué vienes con esos zapatos, si no puedes caminar bien?”- dijo Andrés, sujetándola que se apoye sobre él, -“son los que están de moda, se llamaban tacos, aquí en la ciudad muchas chicas los usan, por eso yo los uso para verme bien, sino pensaran que soy una recién bajadita del cerro, mírame, deje los vestuarios de Huamachuco, aquí seré otra chica más de ciudad”- dijo Artemisa sonriente, -“mejor vamos a buscar un hospedaje donde puedas quedarte porque tengo que irme a casa a ver a mi familia”- dijo Andrés, -“¿está bien pero puedo tomarte del brazo?, es que aún tengo que agarrar practica al caminar con los tacos, por favor”- dijo Artemisa tomándolo del brazo, Andrés no le quedó otra que aceptar. Llegaron a un hospedaje, Artemisa miraba muy sonriente al recepcionista, -“Andrés me acompañas a mi cuarto por favor, solo ayúdame a cargar mi maleta, y luego te puedes ir si gustas”- dijo ella coqueta, -“está bien”- dijo Andrés, serio la acompaño. Al llegar al cuarto de ella, Artemisa veía la cama, -“pasa Andrés, no te voy a morder a menos que tú quieras”- dijo ella sonriente se sentada en la cama, -“ya me tengo que ir”- dijo él serio, -“mañana me puedes acompañar a dar una vuelta por la ciudad es que no conozco a nadie, quiero ver unas propuestas de trabajo, tú debes saber lo difícil que es llegar aquí a Trujillo, vamos acompañe a ver una propuesta de trabajo, una vez que lo consiga si quieres dejamos de vernos”- dijo Artemisa, -“no sé si pueda, mañana tengo cosas que hacer”- dijo Andrés, -“entonces dime ¿qué día me acompañas?, no quiero ir solita”- dijo Artemisa insistiéndole, -“pasado mañana podría acompañarte, hare unas compras por el centro para mis zapatos de paso”- dijo Andrés, -“como tú digas”- dijo Artemisa, -“cuídate y que pases buena noche”- dijo Andrés marchándose, -“ya sabes donde vivo, puedes venir a visitarme cuando quieras”- dijo Artemisa sonriente, Andrés se marchó, ella empezó a reírse, -“pobre imbécil, igualito a su padre, caerá, ya sé que eres un empresario exitoso y te está yendo bien, te succionare todo el dinero, y cuando ya no te necesite, me encargare de meterte en el vicio de la bebida como tu padre”- dijo Artemisa riéndose, se acostó en su cama.
Andrés llegaba a su casa, Olinda sonriente fue a abrazarlo y le dio un beso, -“qué bueno que llegaste Andrés ¿cómo te fue en tu viaje?”- dijo Olinda, -“muy bien, no saben todo lo que eh ganado, pero dime ¿Cómo estás?, está todo bien?”- dijo Andrés, si todo bien”- dijo Olinda, -“hermanito”- dijeron sus hermanas menores yéndose a abrazarlo, -“¿hijo cómo te fue?”- dijo Fernanda, -“bien mamá logre vender todo, me dijeron que quieren más zapatos tengo un gran pedido, y saben pondré un letrero para buscas empleados que trabajen para mi”- dijo Andrés, -“¿y nosotras?”- dijo Leonora, -“ustedes harán el trabajo más sencillo hermanas, pero en otra parte de la casa, mientras contratare a hombres que me ayuden a armar zapatos y cosas que yo hacía, pero ustedes en el taller no estarán más, entendido”- dijo Andrés, -“si está bien hermano”- dijo Leonora, -“que me trajiste”- dijo Yuliana, -“esta vez no pude comprarles nada, tenía mucho trabajo, me duelen los pies de tanto caminar, solo descanse en el bus”- dijo Andrés, -“vamos Olinda prepárale el baño, yo le serviré su comida”- dijo Fernanda, Olinda fue a obedecer. –“¿Qué pasa, de que se ríen, sucede algo?”- dijo Andrés mirando a todas sonreír, -“no es nada hijo, ve a la mesa que te llevaremos tu plato favorito”- dijo Fernanda, Andrés obedeció.
Andrés ingresaba la ducha, sentado en un banco, Olinda le enjabonaba la espalda, -“vi a mi madre muy contenta, a mis hermanas también ¿qué les sucede, sabes?”- dijo Andrés, -“bueno si, no quisieron decirte nada porque yo se los pedí que guardaran el secreto, yo tendría que decirte esta noticia”- dijo Olinda sonriente, -“¿qué noticia?”- dijo Andrés, -“mira, es una prueba de embarazo”- dijo Olinda, -“¿qué quiere decir?”- dijo Andrés sonriente, -“dos rayitas significa positivo, vamos a tener un bebe”- dijo Olinda alegre, Andrés dio un grito de felicidad, la abrazo y la beso, ella se reía con él. La familia escuchaba los gritos de felicidad de Andrés, -“les dije que se pondría contento”- dijo Fernanda, -“otro niño más en la familia, ahora ya dejaremos de ser su prioridad del hermano”- dijo Yuliana seria, cuando de pronto tocaron la puerta, -“¿Quién será?”- dijo Leonora, yéndose abrir la puerta, –“seguro Josefina, vino a ver a Andrés”- dijo Fernanda, al abrir se quedó sorprendida viendo a Ernesto con mochila en mano, -“buenas tardes mamá, hola hermanas”- dijo Ernesto serio se veía.
-“Pronto será el cumpleaños de nuestra Irma, así que le haremos una fiesta”- dijo Martin sonriente, -“me encargare de hacer los preparativos, le pediré ayuda a mis hermanas para que me ayuden”- dijo Josefina, -“vamos a ver a tu familia, a comentarles sobre la fiesta”- dijo Martin sonriente, -“está bien, vamos”- dijo Josefina.
-“¿Qué haces aquí Ernesto?, creíamos que no te íbamos a volver a ver”- dijo Yuliana seria, -“Yuliana”- dijo Leonora seria, -“pasa hijo por favor, me da mucho gusto volver a verte”- dijo Fernanda con lágrimas en el rostro, se veía contenta, -“Ernesto hermano”- dijo Leonora sonriente, -“Ernesto”- dijo Alejandra contenta lo abrazo, -“¿cómo estas, cuando llégate, tienes hambre?, te sirvo algo, ven toma asiento”- dijo Fernanda soltando lágrimas, -“así que esta es la casa de Andrés”- dijo Ernesto mirando la casa, -“así es, aquí vivimos, ahora le hablo a tu hermano para que te vea, te ha extraño mucho, ¿porque no viniste a su boda?”- dijo Fernanda, -“tenía mucho trabajo no podía dejarlo”- dijo Ernesto, -“Ernesto, hermano que milagro, ven dame un abrazo”- dijo Andrés contento fue abrazarlo, -“¿y cómo está mi papá?”- dijo Alejandra, -“mi papá”- dijo Ernesto, -“no hablemos de eso ahora, mira te presento a Olinda, mi esposa”- dijo Andrés presentándola a su esposa, -“mucho gusto, Andrés y tus hermanas me hablaron de ti”- dijo Olinda, -“bueno, yo vine a Trujillo porque quiero conseguir un trabajo”- dijo Ernesto, -“que casualidad, estoy a punto de buscar gente para mi zapatería, trabaja conmigo, te contrato”- dijo Andrés, -“yo no sé nada sobre zapatería”- dijo Ernesto, -“puedes aprender, yo te voy a enseñar hermano”- dijo Andrés, -“es verdad, nosotras ya hemos aprendido”- dijo Leonora, -“si hijo, aquí tendrás la ayuda de tu hermano, un techo, el amor de una familia, me alegra mucho que estés aquí con nosotros”- dijo Fernanda abrazándolo, Ernesto se veía serio, en eso tocaron la puerta, Alejandra fue abrir, Martin y Josefina ingresaron, -“¿Ernesto?, hermano, ¿cuándo llegaste?”- dijo Josefina sonriente fue a darle un abrazo, Martin lo saludo, -“estamos toda la familia reunida ahora, eso me da mucha alegría verlos juntos a mis hijos- dijo Fernanda soltando lágrimas, -“ya mamá no llores, ahora todos estamos juntos eso es lo que importa”- dijo Andrés abrazándola.
-“Papá se dedicó a embriagarse, todos los fines de semana lo tomo de vicio, ahora trabaja dos o tres veces por semana, su carácter sigue igual o empeoro diría yo, grita, me canse, así que reuní mi dinero y decidí vine a Trujillo a empezar un nuevo empleo”- dijo Ernesto, -“que te parece si te dedicas a ir a dejar mi mercadería, haya lugares que se me hace difícil llegara tiempo, nos vamos a dividir los repartos”- dijo Andrés, -“está bien, aceptare”- dijo Ernesto, -“mis hijos zapateros, empresarios, estoy tan orgullosa de todos ustedes”- dijo Fernanda sonriente los miraba.-“Familia yo vine para pedirles su ayuda, en un mes mi hija Irma cumplirá un año, queremos celebrarlo, me apoden ayudara con los preparativos”- dijo Josefina, -“claro que sí, cuenta conmigo”- dijo Leonora, -“yo te puedo ayudar en lo que necesites”- dijo Andrés, -“gracias, sabía que íbamos a contar con su apoyo”- dijo Martin agradecido.
En la noche, Andrés estaba en su habitación con su esposa, -“estoy muy contento, me va bien el trabajo, seré padre, mi hermano está de con nosotros, mi familia está unida, estoy viviendo lo que siempre eh querido vivir, una familia en armonía”- dijo Andrés, -“me alegro mucho por ti, estoy contenta ser parte de tu vida”- dijo Olinda, Andrés la abrazaba.
Al día siguiente, Andrés estaba afuera de la habitación de Artemisa, -“hola, Andrés, gracias por venir, me acompañas a buscar empleo”- dijo Artemisa, -“para eso vine, vamos”- dijo Andrés, -“eres un amor de persona, todo un caballero”- dijo Artemisa sonriente le acaricio el cabello, se marcharon juntos.
Los días pasaban, era el día del cumpleaños de la hija de Josefina, Martin y Josefina su lado estaban ayudándole a soplar la vela del pastel, todos los invitados contentos aplaudían, -“gracias por venir al cumpleaños de mi nieta compadres”- dijo Fernanda, -“como no vamos a venir, si Irma, es una niña tan hermosa, de paso queremos pedirte un favor, sabes nos iremos a la capital, hacerme unos exámenes médicos de chequeo rutinario, y quisiéramos que te des una que otra vuelta por mi casa para ver a mis hijas”- dijo Isabela, -“claro cuenten conmigo, pero todo bien, ¿te sientes enferma?”- dijo Fernanda, -“no, solo es un chequeo general”- dijo Isabela, -“esperemos que todo salga bien”- dijo Maximiliano sonriente, abrazo a su esposa. –“¿Qué extraño, donde estará el hermano que no ha llegado?”- dijo Yuliana, -“ya debería haber estado aquí”- dijo Ernesto sonriente, -“tal vez tuvo un contratiempo no vayan a preocupar más a Olinda, mírenla como esta de preocupada, mejor ayúdenme a repartir las golosinas para los niños”- dijo Leonora, -“no soy la sirvienta”- dijo Yuliana seria se fue , Leonora repartía sola, -“entretenido con un contratiempo, claro como no”- dijo Ernesto sonriente. Olinda estaba en la puerta esperando a que apareciera su esposo, -“¿que pasa hija, que haces aquí en la puerta?, está corriendo aire, vamos pasa a la casa”- dijo Fernanda, -“es que Andrés me dijo que iba estar aquí para la fiesta de Irma y no llega me preocupa, temo que algo le haya pasado”- dijo Olinda preocupada, -“está trabajando, me dijo que iba a llegar tarde, además no traigas los pensamientos malos, la mente es muy poderosa acuérdate, vamos a la fiesta que están repartiendo el pastel”- dijo Fernanda haciéndola pasar.
-“Ya debo irme a casa, se me hizo tarde, tengo una reunión familiar”- dijo Andrés vistiéndose, -“vamos quédate a dormir, di que tienes un viaje de última hora como la vez pasada”- dijo Artemisa acostada en la cama, -“esta vez no puedo porque no saque zapatos, mira otro día me quedare toda la noche, hoy no”- dijo Andrés, -“está bien, pero antes que te vayas, me podrías dar un dinerito para pagar la pensión del cuarto, lo poco que gano solo me alcanza para mis cosas y mi comida”- dijo Artemisa, -“está bien, te parece esto suficiente”- dijo Andrés dándole dinero, -“si esta bien”- dijo Artemisa sonriente recibió el dinero, Andrés se retiró.
Los amigos se iban de la fiesta, -“bueno ya nos tenemos que ir, fue un bonita fiesta, cuiden a esa pequeña preciosa”- dijo Isabela, -“gracias por venir a la fiesta doña Isabela, saludos a sus hijas”- dijo Josefina, -“gracias compadres les acompaño a la esquina”- dijo Fernanda acompañándolos. Andrés llegaba a la fiesta con regalo en mano, -“Andrés donde estabas, mira la hora que llegas, ya termino la fiesta”- dijo Olinda, -“se me hizo tarde, fui a cobrar unos clientes”- dijo Andrés, -“pero me tenías preocupada, y porque hueles así a perfume”- dijo Olinda, -“a perfume, de que hablas, Olinda tuve un día cansado no te inventes cosas, iré a saludar a mis hermanos”- dijo Andrés haciéndole a un lado, Olinda se veía triste, -“hola hermana, perdón por llegar tarde pero los clientes”- dijo Andrés, saludando a Martin y a sus hermanos, -“tranquila ya está aquí, ya no estés preocupada”- dijo Josefina acercándose a Olinda, -“si, lo bueno es que llego a salvo”- dijo Olinda sonriente.
Olinda ya en su habitación con Andrés, se veía triste, -“¿a ti que te pasa por que estas con esa cara?”- dijo Andrés acostándose a su lado, -“nada, no es nada, son emociones del embarazo”- dijo Olinda, -“a bueno, estoy muy cansado, buenas noches”- dijo Andrés, -“es que hoy no te acuerdas que cumplimos un año de novios”- dijo ella soltando lagrimas pensaba, lo miro dormir.
Era ya otro día, -“iré a dejar los zapatos a la sierra, vendré pasado mañana”- dijo Ernesto, -“Ernesto la última vez que viajaste el clientes me llamo molesto porque no llego su pedido para el medio día, y él tenía que irse a esa hora, tienes que ser más puntual no quiero perder clientes por tus retrasos”- dijo Andrés serio, -“bueno ese día se me hizo tarde, y dije que lo sentía”- dijo Ernesto serio, -“Ernesto solo te pido que seas responsable, si te encargue que vayas a dejar los pedidos es porque pensé que lo eras”- dijo Andrés serio, -“si no crees que lo soy entonces anda tú, yo me quedo a trabajar aquí en el taller”- dijo Ernesto serio soltó la mercancía, -“tú te vas a lo que yo te ordene, no se te olvide que soy tu jefe, así que obedece mis órdenes, tu solo eres un empleado más aquí”- dijo Andrés enojado lo sujeto de la camisa y lo arrincono contra la pared, -“hermanos cálmense, no se vayan a pelear, que dirá mamá cuando los vea así, ella está en el mercado trabajando”- dijo Leonora, -“Andrés por favor”- dijo Yuliana abrazando a su hermano, -“por eso no quería trabajar contigo, porque sabía que me ibas a tratar como un empleado más, no como tu hermano”- dijo Ernesto molesto se soltó y se marchó de la casa, Olinda se acercó a Andrés a tomarlo del brazo pero él se soltó y se fue a su habitación molesto.
-“Hablare con ellos, no es bueno que se estén peleando, no le digas nada mamá cuando llegue de trabajar”- dijo Josefina yéndose a buscar a su hermano, luego de haber escuchado a Leonora lo que había sucedido. –“¿Qué te pasa Andrés, porque estas reaccionando últimamente así?, tienes un carácter, mucho trabajas, estas fuera de casa mucho tiempo, llegas de mal humor, te noto extraño conmigo”- dijo Olinda, -“Olinda por favor, no quiero sermones, ahora no tengo humor para escucharte, déjame solo”- dijo Andrés enojado, -“¿te das cuenta como me hablas?”- dijo Olinda asustada, -“perdón no quería gritarte pero esto de Ernesto me tiene así”- dijo Andrés, -“¿hermano podemos hablar?”- dijo Josefina, Olinda la veía llegar, -“los dejo conversar”- dijo Olinda, -“Leonora me contó lo sucedido con Andrés, ¿hermano que sucede?”- Josefina sentada a su lado a platicar tranquilamente.
-“¿Qué te pasa Olinda?”- dijo Alejandra, -“nada, no tengo nada”- dijo Olinda llorando, -“¿y por qué lloras entonces?”- dijo Alejandra, -“por lo que sucedió me dio algo de pena, pero ya se me paso, mejor te ayudo con tus tareas, a ver dime en que te ayudo”- dijo Olinda secándose las lágrimas. -“bueno hermano, yo ya me retiro, hoy viajara Martin, conducirá toda la noche y le ayudare a preparar sus cosas para su viaje, mañana nos vemos y piensa en lo que hablamos”- dijo Josefina despidiéndose de su hermano.
Fernanda llegaba su casa de trabajar, -“¿y donde están todos?”- dijo Fernanda, -“Andrés y Olinda en su cuarto, Ernesto salió de la casa y no regresa, y Leonora en su cuarto leyendo unas cartitas muy alegre”- dijo Yuliana, -“¿Qué quieres decir?”- dijo Fernanda, -“nada mamá, solo te digo lo que veo, está muy misteriosa leyendo cartitas”- dijo Yuliana. Leonora se encontraba en su cuarto leyendo una carta, la abrazaba, -“Chito, de verdad que eres muy romántico, ojala que el próximo año se cumpla lo que deseamos”- dijo Leonora sonriente se puso de pie, -“Leonora que es lo que estás haciendo, y esa carta que tienes, a ver dámela”- dijo Fernanda seria, -“mamá son cosas personales”- dijo Leonora nerviosa, -“a ver dámela”- dijo Fernanda estirando la mano, -“mamá, necesito que vayas a ver a los hermanos creo que están discutiendo”- dijo Alejandra, Fernanda fue a ver lo que sucedía, -“mira hermano, si no confías en lo que estoy haciendo mejor ve tú, te devuelvo tu trabajo”- dijo Ernesto enojado, -“Ernesto cálmate, creo que no debí tratarte así, bueno como fue primera vez puede suceder los percances, no quiero que dejemos de trabajar juntos, te seguiré dando mi confianza, perdón por lo de la mañana”- dijo Andrés, -“¿Qué sucede hijos?”- dijo Fernanda apareciendo ante ellos, -“nada mamá solo arreglamos las cosas como hombres, como hermanos”- dijo Andrés, -“está bien, seguiré trabajando para ti”- dijo Ernesto, Andrés le dio un abrazo, hicieron las pases, todos aplaudían al verlos reconciliarse.
Llegaba la noche, Andrés llego al cuarto de Artemisa, -“¿qué haces aquí?”- dijo Artemisa, -“quiero olvidar los problemas de casa, ¿puedes ayudarme si o no?”- dijo Andrés serio, -“claro, pasa”- dijo Artemisa sonriente, Andrés la empezó a besar y se desvestía.
-“Andrés está muy extraño, no sé qué le pasara, ya no pasa mucho tiempo con nosotros, su familia”- dijo Olinda, hablando con Fernanda, -“no lo abrumes con tanta pregunta, dale su espacio, los hombres si se meten mucho en su vida se amargan, y pueden empezar los problemas, no lo controles, hija él te quiere y está ocupado en el trabajo así que no te preocupes”- dijo Fernanda, Olinda se veía pensativa.
Al día siguiente, Ernesto entregaba sus pedidos a los clientes, por sus espaldas apareció una joven de cabello corto, -“hola Ernesto creí que no ibas a venir”- dijo Paulina sonriente, -“hola Paulina, pues ya me ves, cuando yo te digo que vendré es porque vendré a verte”- dijo Ernesto, -“¿viniste por mí, me llevaras a pasear como la otra vez a esos lugares que me gustan?”- dijo Paulina coqueteándolo, -“solo acompáñame a terminar de dejar mis pedidos y luego seré todo tuyo”- dijo Ernesto sonriente.
-“Chito me gusto todo lo que me escribiste, enserio fue lindo”- dijo Leonora, -“entonces ¿qué dices?, ¿aceptas ser mi novia?, porque eso te propuse en la carta”- dijo Chito contento, -“claro que acepto”- dijo Leonora dándole un beso, detrás de un árbol estaba Yuliana espiándolo, -“sabía que no ibas hacer trabajos escolares, hay Leonora que pecado estas cometiendo, y todavía con el primo Chito”- dijo Yuliana sonriente se tapaba la boca riéndose.
Fernanda estaba en el trabajo, conversando con sus vecinas, al dar vuelta preguntar a un cliente en que podía atenderlo, vio a Santos que la hablo, -“hola Fernanda”- dijo Santos sonriente, Fernanda impactada por la impresión se apoyó sobre la mesa de su puesto, se le cayeron al piso unos vegetales, -“¿qué haces aquí, que vienes a buscar aquí?”- dijo Fernanda seria, -“solo vine a ver a mi aun esposa, a ver cómo están mis hijos”- dijo Santos, -“yo ya no soy tu esposa, tu y yo ya nos hemos separado hace años”- dijo Fernanda seria, -“¿separados?, pero aún estamos casados, acuérdate un papel dice que aun eres mi mujer”- dijo Santos sonriente, -“será solo un papel que lo diga, porque para mí, tú ya estás muerto, aunque seas el padre de mis hijos no dejare que nos vuelvas hacer daño, ahora vete, porque esta vez no pienso dejarme maltratar, vete”- dijo Fernanda seria, -“¿qué sorpresa, la ciudad te ha sacado carácter?”- dijo Santos sonriente se le acercaba, -“no te me acerques o te juro que…”- dijo Fernanda tomando un cuchillo que lo utilizaba para cortar sus verduras, -“¿sucede algo Fernanda, pasa algo doña Fernanda, necesitas ayuda Fernandita?”- dijeron algunos compañeros de mercado acercándose para ayudarla, -“¿quiénes son ellos, tus defensores?”- dijo Santos serio, -“lárgate, y cuidado con acercarte a mis hijos porque ahora sí sé defenderme y no me interesa perder la vida con tal de defenderlos”- dijo Fernanda seria, -“son mis hijos, no puedes impedirme que los vea, ya averigüe en donde viven, donde estudian, en cualquier momento me acercare a saludarlos, estoy seguro que se alegraran de ver a su padre”- dijo Santos riéndose, se marchó, -“¿estás bien Fernanda?”- dijo una amiga, -“estas pálida mujer, necesitas un vaso con agua, iré a traerte”- dijo otra vecina, -“¿Por qué tuvo que regresar ese desgraciado”- dijo Fernanda llorando.
Leonora salía de la escuela, Alejandra y Yuliana iban platicando, -“apresúrense hermanitas, hay que llegar temprano a casa”- dijo Leonora, -“¿porque estas muy alegre hermanita?”- dijo Yuliana, -“porque me fue bien el día de hoy”- dijo Leonora avanzando, Yuliana sonreía.
Al llegar a casa, Leonora fue a su cuarto, guarda otra carta en una caja debajo de su cama, -“¿Qué escondes en esa caja Leonora?”- dijo Yuliana, -“Yuliana no escondo nada, deja de aparecerte así de sorpresa”- dijo Leonora, -“a ver muéstrame lo que tienes”- dijo Yuliana, -“no es de tu incumbencia”- dijo Leonora seria, -“quiero ver que escondes”- dijo Yuliana, queriéndole quitar la caja, -“deja, son mis cosas”- dijo Leonora forcejeando su caja, -“quiero ver lo que escondes”- dijo Yuliana, -“eh dicho que lo dejes”- dijo Leonora dándole una bofetada, Yuliana se tocaba la cara, -“perdón hermana, no quería pegarte pero es que tú te metes en mis cosas”- dijo Leonora arrepentida, -“te vas arrepentir de haberme puesto una mano encima, ahora mismo le diré a mis hermanos, a mi madre que andas con Chito”- dijo Yuliana furiosa tocándose la cara, -“¿qué estás diciendo, que mentira estas inventado?”- dijo Leonora asustada, -“no te hagas la tonta, vi cómo te besabas con el primo Chito, ustedes dos son enamorados o novios, lo que sea, esto no le gustara ni a mi hermano, ni a mi madre, ahora tú serás la que sufrirás por el golpe que vas a recibir”- dijo Yuliana corriendo a contarle todo a su hermano, -“¡Yuliana espera, ven aquí!”- dijo Leonora siguiéndola. Cuando logro alcanzarla, -“¡suéltame, no me toques, pecadora!”- dijo Yuliana furiosa, -“Yuliana por favor no le digas nada a mi madre se enojaría, me echarían de la casa, Andrés me castigara horrible, por favor hermanita te lo suplico, mira hago lo que tú me pidas pero no le digas nada, te lo ruego”- dijo Leonora se arrodillo y empezó a llorar, -“así te quería ver, arrodillada ante mí, suplicándome, esta bofetada que me diste me dolió pero a ti te dolerá más lo que vas a recibir”- dijo Yuliana seria, -“por favor Yuliana”- dijo Leonora soltando lágrimas, -“¿qué sucede aquí?”- dijo Olinda apareciendo, -“nada”- dijo Leonora poniéndose de pie, -“nada cuñadita”- dijo Yuliana, -“¿cómo que nada?, Leonora te estaba rogando que no hicieras algo, ¿qué pasa?, ustedes son hermanos porque se tratan así”- dijo Olinda, -“¿que sucede?”- dijo Andrés apareciendo antes ellas, Leonora se quedó callada, asustada se tapó la boca, Yuliana sería lo miraba, -“¿qué pasa entre ustedes, porque pelean de nuevo?”- dijo Andrés serio, -“es que Leonora”- dijo Yuliana molesta, -“yo le pegue a Yuliana y le estaba pidiendo que me perdone que no te dijera nada a ti ni a mamá o me iban a castigar”- dijo Leonora hablando primero, estaba muy nerviosa, -“¿y por qué le pegaste a nuestra hermana?”- dijo Andrés abrazando a Yuliana, -“dile porque lo hiciste o le digo yo”- dijo Yuliana molesta, -“porque ella quería que le preste mis útiles y yo no quería luego me las quiso tomar sin mi permiso, me enoje y le pegue, fue por impulso, le estaba pidiendo perdón”- dijo Leonora agachando la cabeza, soltaba lágrimas, -“si estas arrepentida, Yuliana acepta las disculpas, vamos hermana, no seas orgullosa, hagan las pases y que no se vuelvan a repetir”- dijo Andrés, -“está bien aceptare las disculpas de Leonora”- dijo Yuliana sonriente, -“ahora todo solucionado, vamos a cenar”- dijo Andrés, -“espera Andrés, tu mamá llego algo extraña del trabajo parecía que había llorado”- dijo Olinda, -“iré hablar con ella”- dijo Andrés, yéndose a verla.
-“¿Mamá, que sucede?, Olinda me dijo que llegaste de trabajar extraña como que hubieras llorado”- dijo Andrés, -“no tengo nada”- dijo Fernanda, -“mamá no mientas, algo paso te conozco, dime ¿acaso ya no cofias en mí?”- dijo Andrés, -“está bien hijo, te lo diré pero no quiero que te preocupes, ni le vayas a preocupar a tus hermanos con lo que te voy a decir”- dijo Fernanda, -“¿mamá que sucede?, me asustas”- dijo Andrés, -“en el mercado, fue a verme tu padre”- dijo Fernanda, -“¿qué?, ¿pero que hace aquí?, ¿Cuándo llego?, ¿qué te dijo?, ¿te hizo algo ese infeliz?”- dijo Andrés, no hables así de tu padre, hijo no puedes renegar y guardar odio”- dijo Fernanda llorando, -“mamá, ese hombre nos hizo daño, a ti y mis hermanos”- dijo Andrés, -“pero es tu sangre”- dijo Fernanda, -“reniego que lo sea”- dijo Andrés molesto, -“ya no sigas más Andrés, no hables así de tu padre, ¿qué te pasa?, estas cambiado, ahora tienes un carácter tan frio, tú no eras antes así, dime ¿qué te pasa, con quien te juntas, quien te aconseja que actúes así?”- dijo Fernanda sujetándole de los brazos, -“mamá, el muchacho tonto, sumiso que se dejaba hacer daño, ahora ya se sabe defender de quien sea, así sea mi padre, ya no más agachare la cabeza”- dijo Andrés serio, -“hijo quiero que seas el de antes, ese muchacho más sereno, que lo arregla conversando de la manera más fácil”- dijo Fernanda, -“no puedo mamá, ahora soy otro, la vida me a echo más fuerte y me siento feliz tal como soy ahora”- dijo Andrés serio, Fernanda lloraba, -“mamá si intenta hacerte daño, no te quedes callada, dímelo, tengo que hablar con los hermanos que estén atentos si lo ven por la calle, mejor dime que fue lo que te dijo”- dijo Andrés serio, Fernanda le contaba lo que sucedió.
Ernesto estaba tomando en una cantina junto con Paulina, (El súper trio- la cadena se rompió, canción de fondo), -“salud, porque estamos disfrutando de la vida, de la juventud, del amor”- dijo Ernesto, -“salud, por llegar a mi vida”- dijo Paulina sonriente, -“sírvanos otra copa cantinero”- dijo Ernesto ebrio, -“vamos a otro lado donde podamos estar más solitos”- dijo Paulina sonriente, -“claro que si”- dijo Ernesto, -“pero luego de esta copa, digamos salud por los dos”- dijo Paulina sonriente, Ernesto bebía.
-“No puedo creer que haya venido aquí a Trujillo a perturbar nuestra tranquilidad”- dijo Leonora, -“¿no dejarás que nos lleve de nuevo a Huamachuco, verdad hermano?”- dijo Yuliana algo asustada abrazo a Andrés, Josefina se veía nerviosa soltaba lágrimas, –“tranquila no te pasara nada”- dijo Martín calmándola, -“si les dije esto, es para que tengan sus precauciones, cualquier cosa me avisan, pero si yo lo encuentro primero le pondré un alto, así que tranquilas hermanas, a ustedes no les volverá hacer daño nuestro padre”- dijo Andrés serio, todos lo miraban.
Josefina llegaba a su casa y empezaba a llorar, Martin iba tras de ella mientras cargaba a su hija, -“cálmate por favor, no debes asustarte, tú hermano dijo que se iba a encargar de que nos les hicieran daño, además también estoy aquí, no permitiré que tu papá te haga daño”- dijo Martin, -“y si intenta volver hacerlo”- dijo Josefina abrazándola y llorando, -“tranquila, no lo permite”- dijo Martin sentado a su lado la abrazaba, Josefina lloraba, -“espero que no le suceda a mis hermanas lo que a mí me sucedió”- dijo Josefina, -“todos estamos unidos no será como antes”- dijo Martin tranquilizándola.
Ernesto llegaba a su casa, -“¿cómo te fue hermano?”- dijo Andrés, -“bien aquí traigo tu dinero”- dijo Ernesto dándole el dinero, Andrés empezó a contarlo, Ernesto lo miraba, -“aquí falta dinero”- dijo Andrés, -“uno de los clientes me dijo que la próxima semana pagara el resto, era aceptarle o traerme la mercadería”- dijo Ernesto serio, -“¿qué cliente fue?”- dijo Andrés serio, -“él que compra zapatos para puro escolar”- dijo Ernesto, -“hablare con él”- dijo Andrés, -“¿que no me crees, no confías en mí, crees que me robe tu dinero?”- dijo Ernesto serio, -“no es eso, solo que me dijo que te iba pagar todo, no por partes”- dijo Andrés serio, -“¿entonces, que hubiera hecho?, dime, traerme los zapatos, ¿eso querías que haga?, te hubieras molestado si me los traía, creía que eso ibas a ser tú en mi lugar, eso me pasa por hacerte un favor”- dijo Ernesto molesto, Andrés serio lo miraba, –“¿qué sucede ahora?”- dijo Fernanda mirando a sus hijos, -“nada mamá, no pasa nada”- dijo Andrés serio, -“¿cómo qué no?, si los veo discutiendo”-dijo Fernanda, -“no es nada mamá”- dijo Ernesto molesto se fue a su cuarto, -“háblale bien a mi mamá”- dijo Andrés serio, -“¿qué sucede hijo, porque discutías con tu hermano?”- dijo Fernanda, -“por cosas del trabajo, no recibió el pago completo de un cliente pero ya luego lo resolveré, tranquila si, mejor dime fuiste ver a las hijas de doña Isabela y don Maximiliano a ver cómo están”- dijo Andrés, -“si, están bien las niñas les deje preparada una comida riquísima, les dije que cualquier cosa pueden venir a buscarnos”- dijo Fernanda, -“qué bueno, mañana me daré una vuelta con Olinda a ver como está”- dijo Andrés, Fernanda le agradecía. -“Tengo que aprender a realizar zapatos, cuando aprenda me largo de aquí”- dijo Ernesto serio.
Leonora estaba con Chito en la escuela, -“así que Yuliana nos vio, entonces quiere decir que nos tenemos que ocultar de ella, ser más precavidos”- dijo Chito, -“no, creo que mejor sería terminar con esto, Chito, yo…”- dijo Leonora triste, -“no, por favor no me termines, acabamos de empezar, mira yo te prometo hablar con mi madre, con tu madre y tus hermanos, que nos den permiso para poder estar juntos hare lo que me pidan pero quiero tener su aprobación”- dijo Chito, -“esto es algo que no puede ser, tú y yo somos primos, familia, si se enteran lo verían como una aberración”- dijo Leonora soltando lágrimas, -“y eso que tiene de malo, hace mucho tiempo los primos se podían enamorarse y vivían felices, la sociedad lo permitía, en otras épocas se acepta el casamiento, si ambos lo deseaban, porque había amor entre ellos, además somos primos lejanos, no primos hermanos”- dijo Chito tomándola de las manos, Leonora lo miraba, -“yo sé que tú me quieres tanto como yo a ti, luchemos por esto que sentimos, luchemos por nuestro amor”- dijo Chito, -“yo creo que no funcionara, esto jamás será bien visto, te echaran de la casa si decides quedarte con él, a ti Chito, mi hermano te romperá la cara”- dijo Yuliana acercándose de sorpresa por las espaldas a ambas, -“no le tengo miedo a nadie, ni a tus amenazas, mejor deberías aprender a no soltar veneno en contra de tu familia, eso te ayudaría mucho más como persona”- dijo Chito, -“idiota como te atreves a insultarme de esa manera”- dijo Yuliana seria, -“ya basta Yuliana, no le hables así”- dijo Leonora seria, -“y todavía lo defiendes, pero yo sé cómo ponerte en tu sitio”- dijo Yuliana seria se marchó, Leonora fue tras ella, la sujeto del brazo, -“ya basta de tus amenazas, no provocaras que te tenga miedo, cuando salga de la escuela le diré a mi madre lo que siento por Chito y que tú me chantajeas, me ira peor pero a ti también te castigaran”- dijo Leonora soltándola del brazo, se fue tomada de la mano con Chito, Yuliana seria cruzo los brazos.
Josefina estaba saliendo de su casa, en eso al salir de la tienda vio a su padre, -“¿hijita como estas?”- dijo Santos sonriente, Josefina asustada lo miro, -“¿qué haces mirándome así?, parece como si huebras visto al diablo, ¿no le vas a dar un abrazo a tu padre?, hace tiempo que no nos vemos seguro me extrañaste, ¿Cómo está mi nietecita, quiero conocerla?”- dijo Santos sonriente abría los brazos, Josefina asustada lo miraba.
En la mesa estaban todos cenando, Yuliana miraba fijamente a Leonora, esperaba a que hablara, -“mamá, hermanos, quiero conversar con ustedes, tengo que decirles algo que eh estado ocultando hace tiempo”- dijo Leonora nerviosa, -“¿qué sucede hija, por qué estas pálida?”- dijo Fernanda, -“¿te sucede algo, estas enferma?”- dijo Andrés sin entender lo que pasaba, -“¿no estarás embarazada?”- dijo Ernesto serio, -“habla hija que tienes, me asustas”- dijo Fernanda asustada, -“es que…, tengo, tengo un sentimiento hacia un muchacho, estoy enamorando, perdón”- dijo Leonora soltando lágrimas agacho la cabeza, todos se quedaron sorprendidos, -“¿qué dices, que estas de enamorada con alguien?, Leonora tu estas muy chica para eso, tú vas a la escuela a estudiar no a buscar novio”- dijo Andrés molesto se puso de pie, -“como se te ocurre estar pensando en eso, dime ¿desde cuando andas de enamorado?”- dijo Fernanda seria, -“¡habla Leonora!”- dijo Andrés molesto golpeo la mesa, ella no dejaba de llorar, -“para eso vino a la capital, uno creyendo que va a prepararse y miren con lo que resulta”- dijo Ernesto serio, -“perdón, es algo que no pude evitarlo, es propio de la edad”- dijo Leonora tapándose el rostro, -“no vengas con esas tonterías, dime de quien se trata, quiero hablar con ese tipo, seguro que te está metiendo ideas en la cabeza, ¡habla!”- dijo Andrés tomándola del brazo la levanto de la mesa, Leonora asustada lloraba peor no decía nada solo se cubría el rostro, -“iremos la escuela hablar con ese muchacho a que termine esto, así que dinos de quien se trata, habla de una vez”- dijo Fernanda molesta, -“no diré nada aunque me golpeen”- dijo Leonora asustada.
Josefina veía a su padre acercarse, ella retrocedió y soltó la bolsa con el pan que había comprado, -“¿qué tienes hija, porque te asustas, tu sabes que no soy un monstruo, eres mi hija querida, recuerda que gracias a mi estas felizmente casada”- dijo Santos sonriente, -“¡aléjate de mí, aleje o no respondo!”- dijo Josefina tomando una piedra del camino, -“no pensaras en atacar a tu padre, ¿serias capaz de herirme?”- dijo Santos, -“¡si te acercas si, aléjate de mí!”- dijo Josefina enojada lloraba de rabia, Santos serio la miraba, en eso se acercó, Josefina le arrojo la piedra en la cabeza, Santos se tocó la cabeza, veía sangre en su mano, Josefina asustada lo miraba, -“¡te atreviste a faltarle el respeto a tu padre!”- dijo Santos enojado, -“tú me lo faltaste a mí, hace tiempo dejaste de ser mi padre”- dijo Josefina llorando, -“¡eres una…!”- dijo Santos levantando la mano, -“¡espere don Santos, ¿qué intenta hacer?, espero que no vaya a tocar a mi esposa!”- dijo Martin molesto se acercó ante ellos, -“¡mira lo que me hizo tu esposa, mi propia hija me ataco, me hirió!”- dijo Santos enojado, le mostraba la sangre en su mano, -“pues por algo lo hizo, tal vez en defensa propia”- dijo Martin serio, -“¿en defensa, de que hablas?”- dijo Santos enojado, -“no sé, dígamelo usted”- dijo Martin serio, -“no sé a qué te refieres Martin, están locos, ambos, seguro tú le metiste ideas a mi hija para que esté en contra mía, que le hiciste, dime”- dijo Santos furioso, -“no me haga hablar don Santos, yo puedo decir muchas cosas, y sabe que son verdad, así que evite el escándalo, y retírese no queremos que salga más lastimado”-dijo Martin serio, -“esto no se quedara así, ya nos volveremos a ver Josefina”- dijo Santos serio marchándose, Josefina se veía asustada, Martin se acercó y la abrazo, -“vamos a casa, vamos que deje a nuestra hija durmiendo, tranquila ya paso”- dijo Martin llevándosela. Llegando a su casa, Josefina lloraba, -“¿qué le hice a mi padre?, no lo pensé, solo actué, es que se me acercaba y creí que…”- dijo Josefina nerviosa empezando a llorar, -“tranquila, no te va a pasar nada, ya no estás sola, tu familia ya sabe cómo es tu padre, te van proteger y yo también”- dijo Martin abrazándola, Josefina a lo abrazaba y lloraba.
Leonora no dejaba de llorar, -“¡si no vas hablar, vete a tu cuarto, obedece!”- dijo Fernanda molesta, Leonora se marchó entre lágrimas, -“¿ustedes saben de quien se trata?”- dijo Andrés mirando a Yuliana y a Alejandra, -“yo no la eh visto con nadie, solo con sus amigas, y con el primo Chito conversando, nadie que parezca enamorado”- dijo Alejandra asustada, -“yo tampoco la eh visto pero la notaba misteriosa, con las cartitas que recibía, a mamá le dije hace días”- dijo Yuliana, -“es verdad, yo me olvide de averiguar eso pero el lunes iré a la escuela a dar con esto y me encargare de terminarlo”- dijo Fernanda seria, -“mamá no quiero que nadie se aproveche de mi hermana y ustedes si saben algo será mejor que me lo digan o me molestare enserio”- dijo Andrés enojado, las hermanas menores decían no saber nada, Ernesto sonreía y tomaba su refresco.
Al día siguiente, Leonora estaba con los ojos hinchados, -“¿sigues llorando hermana?, mira como traes los ojos”- dijo Alejandra acostándose a su lado, -“no nos dejó dormir bien, toda la noche se pasó llorando, le diré a Andrés que por su culpa no pudimos dormir”- dijo Yuliana seria, -“¿por qué me odias Yuliana, dime que te echo, porque te gusta verme infeliz, dime, ahora ya estarás contenta, no?, se descubrirá todo, me castigaran y me alejaran de…, ojala hermana nunca sufras cuando te enamores porque es algo doloroso, no lo deseo a nadie, ni a ti que me has hecho daño”- dijo Leonora secándose las lágrimas, Yuliana se sentía culpable, se marchó de su cuarto, Alejandra acariciaba sus cabellos de su hermana.
-“Andrés que es esto”- dijo Olinda sacando de su camisa unos pendientes, Andrés la miraba, -“respóndeme Andrés que significa esto”- dijo Olinda, -2los compre que más van a poder ser, iba regalárselo a Leonora porque ya se acerca su cumpleaños pero con todo esto que paso no se los merece si quieres échalos a la basura”- dijo Andrés serio, se marchó, Olinda se quedó pensativa, -“no se pro que no me lo creo”- dijo Olinda triste.
Josefina estaba con Martin platicando, -“¿crees que debería decirle a mis hermanos lo que paso ayer?”- dijo ella, -“yo hablare con ellos”- dijo Martin, -“igual me van a preguntar a mí, yo conozco a mi madre, a mis hermanos será mejor que les diga yo”- dijo Josefina, -“entonces hagámoslo juntos, vez que no te pasara nada mientras estemos juntos”- dijo Martin tomándola de las manos, Josefina le agradecía.
Fernanda estaba en el mercado atendiendo, salía con sus productos a vender, ofrecía a cada puesto del mercado, al cruzar a otra sección del mercado, de repente Santos la sujeto del brazo, le tapó la boca y le apretó el cuello, -“mira lo que me hizo la loca de tu hija, la has convertido en una salvaje, una delincuente, atacar a su propio padre”- dijo Santos furioso le hablaba en voz baja, Fernanda asustada lo miraba, -“debería denunciarla por lo que me hizo, un buen susto en la cárcel le haría recapacitar que a un padre no se le falta el respeto”- dijo Santos enojado, Fernanda lo empujo, alejándolo de ella, -“pues algo debiste de haberle hecho para que te atacara, no será que intentaste propasarte con ella”- dijo Fernanda enojada, -“¿cómo se te ocurre?, que mente más enferma y podrida tienes, se ve que la ciudad te ha cambiado”- dijo Santos serio, -“crees que no me he dado cuenta, eres un asqueroso, y si te vuelves acercar a mis hijos a tratar de hacerles daño, seré yo la que te rompa la cabeza que hasta el hospital iras a dar”- dijo Fernanda furiosa, -“¿me estas amenazando?, cuidado con lo que dices Fernanda, se ve que te me estas descarriando, no recuerdas como hacía para callarte esa boca y me respetes”- dijo Santos enojado, -“¡ya no te tengo miedo, y si te estoy amenazando!, así que ya sabes, no vuelvas acercarte a mis hijos, porque ahora seré yo la que también golpee”- dijo Fernanda enojada, -“son también mis hijos”- dijo Santos serio, -“¿tu hijos?, no fuiste un buen padre, los tratabas como sirvientes, pero, como mulas cuando no hacen caso, eso no es de un padre, hasta mí me golpeabas por cualquier motivo, pero ya se acabó, aquí en la ciudad eh cambiado, me eh echo más fuerte, más valiente, con ganas de enfrentar a quien sea por mis hijos, y si vas a la policía, vamos a ver quién sale más trasquilado, yo podría hablar muchas cosas y el perjudicado serias tú”- dijo Fernanda furiosa, Santos serio la miro y se marchó, Fernanda respiraba muy rápido, se tapó el rostro y se puso a llorar.
Andrés estaba paseando por el centro con Artemisa, -“gracias por acompañarme, no sabes el nuevo trabajo que eh conseguido seré la recepcionista, usare un teléfono, solo recibiré llamadas y anotare en un cuadernito las citas de mi jefe”- dijo Artemisa contenta, -“me parece muy bien”- dijo él pensativo, -“’¿Qué te pasa cariño, te veo pensativo, no me digas que tienes problemas en el trabajo o en tu casa, ya sé con tu esposa”- dijo ella sonriente lo acariciaba, -“problemas con mi hermana Leonora, al parecer tiene enamorado ye so no me gusta”- dijo Andrés serio, -“eso es propio de la edad, solo que se cuide para que no salga embarazada”- dijo Artemisa sonriente, -“no hables así de mi hermana, ya te dije que no me gusta hablar de mi familia entendido”- dijo Andrés serio, -“está bien, pero tu tocaste el tema”- dijo Artemisa, -“mejor vamos a tomar algo, quiero una cerveza”- dijo él serio, Artemisa sonriente lo seguía.
-“de aquí cuando nos volveremos a ver?”- dijo paulina, acariciando a Ernesto, -“tal vez el próximo fin de semana depende a donde me toque ir, pero si no es la próxima será la próxima, por fin ya sé dónde vives”- dijo Ernesto sonriente el acariciaba, -“te voy a extrañar”- dijo paulina, -“y yo a ti, peor antes que me vaya”- dijo Ernesto besándola y abrazándola, paulina sonreía.
Olinda estaba platicando con Alejandra, -“¿cuándo darás a luz a tu bebe?, ya quiero conocer a mi sobrino o sobrina”- dijo Alejandra mientras la peinaba, -“falta algunos meses, pronto nacerá y podrán jugar”- dijo Olinda sonriente, -“¿qué te gustaría que fuera, niña o niño?”- dijo Alejandra, -“la verdad lo que la vida nos mande, pero Andrés quiere que sea niño, que lleve su apellido de generación en generación”- dijo Olinda, -“¿y que, las mujeres no llevan el apellido de generación en generación?”- dijo Alejandra, -“no, el apellido del hombre no se pierde, perdura mientras tenga hijos hombres, en cambio el de la mujer se extingue”- dijo Olinda pensativa, Alejandra la miro sin entender, -“así es la vida, las mujeres estamos al mando de las leyes del hombre, ojala algún día las cosas puedan cambiar”- dijo Olinda pensativa se tocaba su vientre.
Josefina iba abrir la puerta tras escuchar que alguien la llamaba, veía a su madre que ingreso, -“te encontraste a tu padre y tuvieron un pleito”- dijo Fernanda triste, -“si, ¿cómo te enteraste, te lo encontraste?”- dijo Josefina asustada la hizo pasar, -“fue al mercado y discutimos”- dijo su madre, queriendo llorar, -“te hizo daño?”- dijo su hija, -“tranquila, no me hizo nada, mejor cuéntame ¿qué paso?”- dijo Fernanda secándose las lágrimas. Fernanda escuchaba el relato de su hija, la abrazaba, -“tranquila hija, cálmate, ya paso, no vine a reclamarte, solo quería saber si estás bien, si no te hizo daño”- dijo Fernanda llorando, -“si Martin no hubiese llegado a tiempo no sé qué le haría”- dijo Josefina llorando, -“perdóname hija, por no escucharte antes, por no creerte, por poner primero a ese hombre y no a ti que eres mi hija”- dijo Fernanda abrazándola, Martin las veía unidas.
Era ya de noche, Fernanda les platicaba a sus hijos lo sucedido de Josefina, -“no puedo creer que este aquí, solo para hacernos daño”- dijo Andrés molesto, -“¿crees que intente venir a buscarnos a nosotros?”- dijo Leonora, -“no seas ave de mal agüero “- dijo Yuliana seria, -“no lo sé, pero lo único que les pido es que no estén a solas, su padre cuando está enojado es…, dudo que las lastime pero no quiero arriesgarme, así que nos avisan a cualquiera que estemos cerca, ya platique con Martin para que este alerta”- dijo Fernanda preocupada, -“debería ir a ponerlo en su lugar”- dijo Andrés serio, -“no Andrés, es tu padre, y es mejor que evitemos más pleitos, si se acerca a ustedes, lo denunciare”- dijo Fernanda, todos se veían asustados, -“no tengan miedo hermanos, aquí estoy yo para cuidarlas, no les hará daño, ya no más maltratos de Santos”- dijo Andrés abrazando a sus hermanas.
Al día siguiente, Fernanda se alistaba para ir a trabajar, cuando abrió la puerta vio a Ernesto llegar, -“hijo como te fue en los cobros”- dijo Fernanda, -“bien, me pagaron todo”- dijo Ernesto ingresando la casa, -“quieres que te prepare algo para comer”- dijo Fernanda, -“no mamá, solo quiero descansar, camine mucho por la ciudad”- dijo Ernesto, -“¿quieres que te pase una pomada para el dolor?”- dijo Fernanda, -“no mamá, yo puedo hacerlo solo, ya no me trates como un niño, mejor ve a trabajar y déjame descansar si”- dijo Ernesto yéndose a su recamara, Fernanda se puso triste y se marchó.
-“Tengo que ir al doctor a pasar consulta, ¿me acompañas?”- dijo Olinda a su esposo, -“no puedo amor, mira le diré a Yuliana y Alejandra que te acompañen, tengo mucho trabajo por hacer, Ernesto me dijo que abra muchos pedidos, necesitamos ahora más dinero para cuando nazca el niño”- dijo Andrés, -“¿y si es niña?”- dijo Olinda, -“no digas eso, será niño, ahora tengo que ir a trabajar”- dijo Ernesto marchándose a su taller, Olinda se veía triste.
Fernanda estaba en el trabajo, cuando en eso la saludaron, -“si dígame caserita en que le puedo ayudar”- dijo ella sonriente, levanto la mirada mientras limpiaba su puesto, -“¿qué haces aquí?”- dijo Fernanda seria, -“que sorpresa doña, termino en el mercado, sabe eso es lo que aspira a ser, un verdulera”- dijo Artemisa sonriente, -“no es un trabajo que me avergüence, vergüenza daría meterme con hombres ajenos y ser una vividora”- dijo Fernanda seria, -“¿por qué lo dice, por experiencia, acaso alguien le quito a su esposo, pero quien le va quitar ese borracho?, no me haga reír”- dijo Artemisa riéndose, -“pues alguien tan bajo tan denigrante igual que él, alguien que no vale nada, tal vez la conozcas”- dijo Fernanda –“yo no conozco a nadie así”- dijo Artemisa, -“¿segura que no la has visto?, yo creo que si, en el espejo todos los días”- dijo Fernanda seria, -“bueno me voy porque aquí huele a puras verduras podridas”- dijo Artemisa sonriente, -“esa es fragancia que emiten las mujerzuelas, ve y báñate”- dijo Fernanda seria, la gente del mercado se empezaba a reír, Artemisa seria se puso, -“saludo de mi parte a tus hijos”- dijo Artemisa marchándose, Fernanda seria se quedó.
-“¿Qué piensas ir a la escuela Leonora?”- dijo Ernesto, -“si, tengo clases” dijo Leonora seria alistaba sus útiles, -“¿crees que Andrés y mamá te van a dejar ir luego de lo que dijiste?”- dijo Ernesto, -“tengo que cumplir con mis deberes”- dijo Leonora, -“¿deberes?, sabes que ellos no te dejaran que tengas una relación, ellos no permitirán que te cases”- dijo Ernesto, -“por qué dices eso?”- dijo Leonora seria, -“ellos quieren que ustedes estén en casa, sometidos a sus órdenes, a lo que ellos quieren, sus normas, si me entiendes verdad, por eso para que puedas iniciar algo tienes que irte lejos, eso pienso hacer yo, muy pronto me iré de la casa, seré independiente y hare con mi vida lo que se me plazca porque yo no soy esclavo de nadie, tal vez tú deberías hacer lo mismo, hermana, piénsalo”- dijo Ernesto marchándose, Leonora se veía pensativa.
-“¿Por qué esa mujer me miro así? ¿Por qué se expresó de mis hijos de esa forma?, como si ellos la trataran como amiga, creo que me quiso decir algo pero que…, ojala no sea lo que estoy pensando”- dijo Fernanda pensativa, en eso se acercaron sus compadres, -“Isabela, Maximiliano, compadres ¿cuándo llegaron?”- dijo Fernanda sonriente, -“acabamos de llegar, fuimos a casa a ver a nuestras hijas y luego vinimos a verte”- dijo Isabela, -“gracias por cuidar a nuestras hijas, nos dijeron que tú y tus hijos iban a verlos muy seguido, ¿cómo están comadre?”- dijo Maximiliano, -“bien gracias”- dijo Fernanda alago triste, -“tu cara no dice lo mismo, algo te pasa, cuéntanos que te pasa con confianza”- dijo Isabela, -“tantas cosas han pasado que no sé por qué empezar, no quiero arruinarles el día con mis cosas”- dijo Fernanda queriendo llorar, “a nosotros nos gustaría ayudarte, tú lo has hecho cuidando a nuestras hijas, te tenemos aprecio a ti a tu familia nos importa lo que les pasen”- dijo Isabela, Fernanda se secó las lágrimas y empezaba a platicarles lo sucedido.
La noche llegaba, Olinda estaba en su cama, Andrés llegaba a su habitación, -“¿Andrés dónde estabas?, tus trabajadores estaban preguntando por ti todo el día, dijeron que es día de pago y necesitan su dinero”- dijo Olinda, -“por un día de retraso, ya mañana les voy a pagar o acaso creen que me voy a morir”- dijo Andrés serio se cambiaba la camisa, Olinda veía la camisa, empezó a olerla, -“huele a cerveza, ¿estuviste tomando?”- dijo ella, -“si ¿Por qué, o no tengo derecho a tomar con mis amigos?, también tengo que divertirme, no todo es estar metido en la casa”- dijo Andrés serio, -“¿Andrés que te pasa?, tú no eres así”- dijo Olinda, -“¡Olinda ya!, tengo muchos problemas ahora como para que me origines uno más, en la casa problemas con mis hermanas, en el trabajo, ¿ahora contigo?, Olinda puedes quedarte callada mejor, solo a si serias una buena esposa”- dijo Andrés enojado, se marchó, Olinda se veía asustada por el grito que le dio.
Fernanda estaba en su casa sirviéndole la comida a Ernesto, -“¿ya estas lista mamá? nos vamos”- dijo Andrés serio, -“¿no vas a comer primero?”- dijo Fernanda, -“mamá quiero resolver esto de Leonora, de una vez”- dijo Andrés serio, -“está bien, vamos”- dijo Fernanda, Ernesto sonreía al verlos salir.
Leonora triste estaba en la escuela, la profesora daba sus clases, Chito sonriente estaba mirándola pero cuando vio que ella lo miro ella no lo saludo a Chito le pareció extraño que no le devolviera el saludo.
En medio camino a la escuela, -“Andrés quiero preguntarte algo”- dijo Fernanda, -“¿qué pasa mamá?”- dijo Andrés, -“hoy en la tarde fue Artemisa, la mujercita esa del pueblo, fue a insultarme, discutimos, pero al irse me dijo que le mandara saludos a mis hijos, acaso ¿tú has tenido un trato con ella?”- dijo Fernanda seria, -“mamá si la eh visto, pero no le tome interés, , no es mi amiga para quedarme a platicar lo que vino hacer aquí en Trujillo, y si te mando saludos tal vez fue Ernesto recuerda que él se quedó más tiempo en el pueblo que yo, tal vez lo decía por él, o tal vez por molestarte ya sabes cómo es ella, pero dime que te dijo la voy a buscar y la pongo en su lugar”- dijo Andrés serio, -“no hijo no es necesario que vayas a buscarla, yo ya lo hice”- dijo Fernanda pensativa.
-“¿Se puede saber qué te pasa?, estas distante conmigo”- dijo Chito acercándose a Leonora, -“Chito escúchame, ayer le dije a mi familia que estoy enamorada sin decir tu nombre, y no sabes como reaccionaron, tengo miedo que te busquen problemas”- dijo Leonora soltando lágrimas, -“escúchame, ya te dije que nada ni nadie nos podrá separar, si se enteran los enfrentaremos juntos”- dijo Chito acariciándole el rostro, haciendo que la mire frente a frente, -“¡¿así que estas con el primo Chito?!”- dijo Andrés enojado, Fernanda sorprendida estaba mirando a su hija. Chito y Leonora se puso de pie asustados, -“escúchenme por favor, tía, primo”- dijo Chito, -“¡cómo te atreves, ¿estas enfermo o qué?!”- dijo Andrés dándole un golpe en la cara, Chito cayó al piso, -“¡Andrés por favor no!”- dijo Leonora asustada, -“¡como te atreves a cometer esta aberración, Leonora pero que tienes en la cabeza!”- dijo Fernanda enojada la sujetaba de los brazos y la sacudía, -“¡vamos párate si eres tan hombrecito!”- dijo Andrés enojado, lo miraba en el suelo a su primo tocándose el ojo, -“¿qué sucede aquí?”- dijo una maestra llegando ante la escena, -“maestra por favor ayude a Chito”- dijo Leonora llorando, -“nos vamos de aquí, no regresaras a la escuela”- dijo Andrés molesto tomo del brazo a su hermana y se la llevo la fuerza, -“no pueden sacarla de la escuela”- dijo su maestra, -“ella no va a regresar por que este tipo es un…, disculpe maestra”- dijo Fernanda seria miro a Chito y se marchó, Chito era levantado del suelo, todos los alumnos murmuraban.
-“¿Cómo puedes hacer esto, que dirá la prima cuando se entere que Chito y tú…?”- dijo Fernanda, -“la familia será señalada, pero esto se acabó me oyes”- dijo Andrés enojado, Leonora lloraba más el silencio guardaba.
-“No sabes lo que me entere hermana”- dijo Alejandra acercándose a Yuliana, -“¿qué te enteraste?”- dijo Yuliana seria, en su carpeta de escuela escribía en su cuaderno, -“vinieron la mamá y el hermano, encontraron a Chito y a Leonora, le dieorn un golpe a él y se llevaron a Leonora a la casa, pobre de mi hermana”- dijo Alejandra preocupada, -“¿pobre?, ella solita se lo busco”- dijo Yuliana, -“¿porque eres así con nuestra hermana?, a veces creo que no nos quieres”- dijo Alejandra, -“por qué digo la verdad y les digo sus errores creen que soy la mala, yo no me equivoque, sino Leonora”- dijo Yuliana seria le dio la espalda y seguía leyendo su cuaderno, Alejandra triste la veía.
-“Josefina mira, es tu mamá, con tus hermanos”- dijo Martin mirando por la ventana, Josefina se acercó a ver lo que sucedía, salió a ver lo que sucedía. -“¿Mamá, Andrés que pasa, porque Leonora está llorando?”- dijo Josefina, ayúdame hermanita, ayúdame por favor” dijo Leonora preocupada sin entender lo que sucedía, -“en la casa hablamos, esta muchacha se ah convertido en una sinvergüenza”- dijo Fernanda molesta llevándose a Leonora del brazo, Josefina los seguía.
Olinda escuchaba los llantos en la calle, fue abrir la puerta y entraron Fernanda y sus hijos, -“¿qué pasa?”- dijo Olinda algo asustada, -“vete a tu cuarto, esto es cosa de mis hermanas y mi madre”- dijo André serios, Olinda asustada lo miraba, -“obedece”- dijo Andrés enojado, ella se marchó, -“¿ya pueden decirme que sucede?”- dijo Josefina sin entender lo que sucedía, Leonora se soltó de su madre y abrazo a Josefina, -“hermanita ayúdame por favor”- dijo Leonora llorando, -“¡¿cómo se te ocurre meterte con tu primo, dime que tienes en la cabeza?!”- dijo Andrés furioso levanto la mano, -“¡no hermano!, no hagas algo que te puedas arrepentir luego”- dijo Josefina evitándolo, -“debería hacerlo, porque lo que hizo es algo que… me da asco”- dijo Andrés enojado, -“que no te has puesto a pensar lo que la gente hablara de nosotros, los vecinos, la familia de la prima, ella que es una habladora, una chismosa, por algo no me juntaba con ella”- dijo Fernanda enojada, -“¿con el primo Chito, es verdad hermana?”- dijo Josefina, -“claro que es verdad, los vimos, se estaban besando”- dijo Andrés, -“solo le decía que debíamos terminar la relación”- dijo Leonora llorando, -“todavía te atreves a decir que estaban terminándolo, ese pecado”- dijo Fernanda molesta, -“mamá yo lo quiero pero tuve que terminarlo porque ustedes no lo iban aprobar”- dijo Leonora entre lágrimas, -“¿cómo crees que íbamos aprobar eso…”- dijo Andrés enojado, -“la ciudad te ha cambiado, pero yo te voy a enderezar muchacha loca”- dijo Fernanda seria, se acero y empezó a sujetarla de los cabellos y a darle de bofetadas en la cabeza, -“¡mamá no, mamá para por favor!”- dijo Josefina tratando de evitar que sigan golpeando a su hermana, -“¡ayúdame Josefina por favor ayúdame, que no me pegue!”- dijo Leonora llorando, -“¿qué sucede que no me dejan dormir?, mañana tengo que levantarme temprano para traba… ¿qué pasa aquí ahora?’”- dijo Ernesto mirando a todos, -“encontramos a nuestra hermana con el primo Chito”- dijo Andrés serio, -“¿qué, Leonora y el primo Chito?, no puede ser cierto, entonces ese dicho que dicen aquí en la ciudad que a la prima se le arrima”- dijo Ernesto riéndose, -“¡cállate la boca!, no es el momento para tus ironías”- dijo Andrés molesto, -“está bien pero como este no es mi asunto me voy a dormir, por favor no le peguen muy fuerte que sus gritos me despiertan”- dijo Ernesto serio se marchó, -“no cabe duda que a Ernesto no le importa la familia”- dijo Josefina, -“Leonora dejarás de ir a la escuela, te quedaras en la casa hacer los quehaceres del hogar, a enseñarles a nuestras hermanitas en sus clases, y no volverás a salir hasta que se te pase eso que sientes por ese desgraciado, no quiero que te encuentres con ese tipo porque me va a conocer, si me entero que se ven a escondidas, yo…”- dijo Andrés mostrándole sus puños, -“vete a dormir ahora, mañana tienes muchas cosas que hacer en la casa”- dijo Fernanda dándole la espalda, -“primero iremos a un médico ginecólogo, quiero saber si ella aun es señorita”- dijo Andrés serio, -“Chito me respeto todo el tiempo”- dijo Leonora, -“eso lo dirá le médico cuando te revise, a ti no te creo nada, mañana iremos aun doctor eh dicho, y si él se atrevió lo denunciare”- dijo Andrés enojado se marchó a su habitación, -“te llevaré a tu cama, vamos”- dijo Josefina, llevándose a su hermana, Fernanda no les daba la cara, se sentó y se puso a llorar en silencio.
-“Trata de entenderme, en el corazón no se manda, nació el amor”- dijo Leonora llorando, -“pero con el primo Chito, si hubiese sido cualquier otro te hubiese comprendido pero esto, no sé qué decirte”- dijo Josefina peinándola, -“en los tiempos antiguos aceptaban el compromiso entre parientes, además no somos parientes cercanos somos lejanos, creo que tú me entenderías ya que pasaste por lo mismo”- dijo Leonora, -“no hermana, yo no me metí con un familiar eso trae un conflicto peor”- dijo Josefina, -“el amor es el amor, no importa la procedencia”- dijo Leonora acostándose.
-“¿Quieres que te prepare un té para los nervios?”- dijo Olinda temerosa, al ver a su esposo serio, -“no gracias, quiero dormir y despertar de esta pesadilla, esta humillación que nos hizo mi hermana, no sé si la perdonaría”- dijo Andrés pensativo, -“Andrés pero si ellos se quieren”- dijo Olinda, -“¿qué dices?, ¿tú aprobarías eso?, Olinda si no vas apoyarme mejor cállate, no quieor que te metas en los asuntos de mis hermanas, entendido, en lo de nosotros nadie se mete, tu tampoco te metas en los asuntos de mi familia”- dijo Andrés enojado le dio la espalda, Olinda se quedó callada.
Chito estaba en su casa, se escuchaban gritos, regaños, en eso Chito entro a su cuarto, empezó alistar una mochila con su ropa, -“no dejare que me separen de ella, Leonora es el amor de mi vida, al diablo con mi familia yo sé p que hare”- dijo Chito saliéndose su cuarto.
Alejandra y Juliana llegaron a casa, veían a Fernanda con los ojos hinchados que había llorado, -“¿ustedes lo sabían?”- dijo Fernanda triste, -“¿saber qué?”- dijo Alejandra, -“de que su hermana andaba con su primo”- dijo Fernanda, -“yo no mamá”- dijo Alejandra, -“yo tenía mis sospechas pero no me hiciste caso”- dijo Yuliana cruzada de brazos, -“vayan a dormir, no quiero preguntas sobre su hermana”- dijo Fernanda seria, las hermanas obedecieron.
Leonora estaba en su cuarto sin poder dormir, las horas pasaban, veía sus hermanas dormir, se levantó de la cama, salía a caminar por la sala en eso escucho pequeños golpecitos producidos por unas piedritas, ella se asomó por la ventana, fue abrir la puerta, -“Chito que haces aquí?, estás loco si mi hermano o mi madre se ve no sabes cómo te va a ir”- dijo Leonora sorprendida, -“no les tengo miedo, Leonora vine por ti para irnos lejos, juntos mi amor, vámonos, fuguémonos de aquí”- dijo Chito acercándose le hablo en voz baja, le estiraba su mano, Leonora estaba sorprendida, -“¿qué estás diciendo, como crees que me voy a ir contigo?, no puedo dejar a mi familia, ellos nos buscaran y si nos encuentran nos ira peor, será mejor que te olvides de mí”- dijo Leonora, -“no Leonora eso no, no me olvidare de ti, te amo, Leonora, mi madre me corrió de la casa, me dijo cosas que… no creo que viene al caso mencionarlas pero me abrió los ojos, comprendí que si quiero algo lo tengo que luchar, sin miedos, enfrentara el mundo por lo que quiero, y si es a tu lado me darás las fuerzas que necesito, piénsalo, que prefieres quedarte atemorizada, quedarte con la duda de no intentarlo, o enfrentar la vida juntos, ser felices, tengo dinero ahorrado, pondremos un negocio lo que tu tanto quieres, una zapatería y juntos mi amor, dentro de unos meses seremos mayores de edad, saldremos adelante pero como pareja”- dijo Chito, aun estiraba su mano, Leonora lo miro, agacho la cabeza y cerró la puerta, -“Leonora no renuncies, esta es nuestra oportunidad, demuéstrame que eres esa mujer que siempre quisiste ser, arriesgada, trabajadora y que me quiere”- dijo Chito, Leonora soltaba lágrimas, (Daniela romo- de mi enamórate, canción de fondo, Chito dio media vuelta al ver que no salía, -“Chito”- dijo ella abriendo la puerta, él voltio sonriente, ella fue y lo abrazo, -“quiero estar contigo, que suceda lo que tenga que suceder”- dijo ella, Chito le dio un beso.
Al día siguiente, Andrés despertaba, tocaron la puerta de su cuarto, -“Andrés abre es urgente”- dijo Yuliana, -“¿qué pasa Yuliana?”- dijo Andrés al abrir su puerta, -“Leonora no está en su cama”- dijo Yuliana, -“¿qué dices, como que no está?”- dijo Andrés. El llego al cuarto de Leonora, vio a su madre llorando, -“se fue hijo, Leonora se escapó de la casa”- dijo Fernanda llorando, Alejandra lloraba, -“seguro se fue con el primo Chito”- dijo Ernesto, -“si fuera así, vamos a buscarla, iré a casa del primo Chito y si me entero que está viviendo ahí, la traeré arrastras si es necesario”- dijo Andrés serio, salió a buscarla, Ernesto fue con él, -“yo les acompaño”- dijo Fernanda. -“Olinda quédate a cuidar a mis hermanas”- dijo Andrés enojado, entro a su habitación, se puso sus zapatos apresurado, -“¿qué pasa?”- dijo Olinda, -“ya regreso iré por Leonora”- dijo él marchándose.
-“Lo único que faltaba, que Olinda se escapara con Chito”- dijo Yuliana seria, -“no estamos seguros de lo que paso, así que no afirmes nada”- dijo Josefina cargando a su hija, -“entonces ¿dónde crees que este?, que se fue a la escuela”- dijo Yulaina, -“¿va a regresar mi hermana?”- dijo Alejandra triste, -“veras que si”- dijo Josefina preocupada, -“tranquilicémonos, oremos para que regrese sana y salva”- dijo Olinda mirando a sus cuñadas, -“orar no arregla nada”- dijo Yuliana seria. –“¡Cómo me entere que estas solapando esa relación te juro que me olvido que eres mi familia!”- dijo Fernanda enojada, discutía con la mamá de Chito, la puerta le cerraron en la cara, -“la tía no sabe nada, al contrario se molestó, al parecer no le importa lo que le pase al primo Chito”- dijo Ernesto, -“si no está aquí, ¿dónde podrían estar?, hay que buscarlos”- dijo Andrés, -“¿pero dónde crees que este?”- dijo Martin, acompañándolos, -“no tienen dinero, así que no creo que estén lejos, ¿me ayudas a buscarla cuñado?”- dijo Andrés, -“claro que te acompaño”- dijo Martin, -“Ernesto llévate a mamá a casa que se tome un té para los nervios”- dijo Andrés, -“no hijo yo también iré a buscar a mi hija” dijo Fernanda llorando, -“mamá nerviosa y llorando no me ayudaras a buscarla tranquilo, Martin y yo no regresaremos sin ella, veras que la encontraremos, ve a casa y espérala ahí, tal vez llegue arrepentida, Ernesto luego que dejes a mamá nos alcanzas en el centro que estaremos por ahí, dentro de una hora entendido”- dijo Andrés, -“está bien pero yo dudo que la encontremos, deben estar muy lejos”- dijo Ernesto desanimado, Andrés serio lo miro, luego se fue con Martin a buscar a Leonora.
Los cuñados buscaban por las calles de Trujillo a Leonora, preguntaban por ella y por chito, pero nadie daba información por las características de ellos. Fernanda estaba llorando, Josefina y Olinda trataban de calmarla. Ernesto estaba por el centro de la ciudad, tomaba una soda. Pasaron las horas, ya se hizo de noche, Martin y Andrés llegaron a casa, -“¿la encontraron?”- dijo Fernanda, -“no madre, hemos ido hasta las comisarías, a los hospitales y nada, quisimos poner una denuncia pero nos dijeron que tenían que pasar 2 días para levantarla”- dijo Andrés cansado, -“¿dónde podrán estar, donde?”- dijo Fernanda llorando, su hijo la abrazo, Martin abrazo a su esposa.
Al llegar a su casa, Josefina le quitaba los zapatos a Martin, le ponía agua caliente en los pies, -“caminamos demasiado, me duelen los pies”- dijo Martin, -“ojala que mi hermana donde este, se encuentre bien”- dijo Josefina triste. –“No creo que aparezca en unos días”- dijo Ernesto, Fernanda no dejaba de llorar, -“puedes callarte, que no ves como esta mamá y tú dando tus comentarios desatinados”- dijo Andrés enojado, -“solo digo que ya no se hagan ilusiones, se fue y punto”- dijo Ernesto, -“mejor vete si”- dijo Andrés, -“tranquilo hermano, ya me voy ya no tengo nada que hacer aquí”- dijo Ernesto yéndose, Alejandra abrazaba a su madre, Yuliana abrazo a Andrés.
Era ya un nuevo día, Josefina estaba haciendo limpieza, cuando vio una carta debajo de su puerta, la tomo, -“es de Leonora”- dijo Josefina sonriente, fue a ver a su madre. –“Mamá una carta de Leonora”- dijo Josefina llegando a casa de su madre, -“a ver léela tu que sabes leer”- dijo Fernanda, -“yo la leo”- dijo Andrés tomando la carta y empezando a leerla, toda la familia escuchaba muy atentos, -“familia estoy hospedada con Chito, me encuentro bien, hemos decidido trabajar juntos y poner un negocio, saldremos adelante y les demostraremos que somos muy maduros, responsables y cuando nos volvamos a ver estarán contentos de que seamos alguien en la vida, espero que nos perdonen por lo que hicimos fue algo que no debió suceder pero es algo que nos vimos obligados a realizar, la decisión la tomamos juntos, cuídense mucho y les mandare una carta semanal para que sepan que me encuentro bien, saludos familia, los quiero”- dijo Andrés soltando una lagrima, -“es una sinvergüenza”- dijo Yuliana seria, -“basta Yuliana”- dijo Josefina seria, Fernanda se sintió mareada, Andrés la sujetaba, todos asustados se veían.
Los días pasaban, los meses, Olinda estaba en el hospital dando a luz, Andrés estaba preocupado en la sala de espera, caminando de un lado a otro, Fernanda lo tranquilizaba, el doctor salía, le dieron la noticia que había nacido el bebe, era una niña Andrés sonriente estaba, -“vamos a ver a tu hija”- dijo Fernanda contenta. Andrés cargaba a su hija, -“perdón por no darte un hijo varón”- dijo Olinda algo cansada, -“no te preocupes, aun somos jóvenes, mas adelante podemos tener uno, pero estoy contento de que sea una niña preciosa, gracias amor”- dijo Andrés sonriente.
(Palito ortega – bienvenido amor), Yuliana estaba toda una señorita, tendiendo la ropa escuchando su radio, ella se veía muy contenta, Alejandra estaba más grandecita, jugaba con la hija de Olinda, -“no dejen sus juguetes en el piso, pueden pisarlos y resbalarse”- dijo Olinda sonriente, estaba nuevamente embarazada, -“yo tengo que ir a trabajar”- dijo Yuliana sonriente, -“¿no vas ayudarme en la cocina?”- dijo Olinda, -“hoy no cuñada, otro día te ayudo, tengo que aprender a hacer costuras de zapatos que me enseñara mi hermano”- dijo Yuliana marchándose, –“Yo te ayudo, por fin mi mamá ya me enseño a cocinar”- dijo Alejandra, Olinda le agradecía. -“Te dejo si, luego hablamos cuídate”- dijo Andrés sonriente, colgó la llamada telefónica, -“hermano estoy lista para mis clases de costura”- dijo Yuliana sonriente, -“tú eres mi mano derecha, mientras yo estoy fuera en mi trabajo, tú cuidas mi negocio”- dijo Andrés, -“tus viajes, si claro”- dijo Yuliana sonriente, -“Yuliana, cuidado con ese sarcasmo, no quiero que Olinda te oiga y me metas en problemas”- dijo Andrés, -“tranquilo hermano, soy muy cuidadosa, no diré nada que te perjudique”- dijo Yuliana sonriente, Andrés le enseñaba a trabajar.
-“Ya han pasado como tres años sin saber de mi Leonora, ¿cómo estará mi hija?”- dijo Fernanda pensativa, -“pero en sus cartas te escribe que está bien”- dijo Isabela, conversando con su comadre en el mercado, -“si pero no es como verla, la extraño mucho”- dijo Fernanda, -“si volviera, ¿la perdonaría?’”- dijo Isabela, -“sí, luego de tenerla tantos años lejos, aceptaría su relación, para una madre que no perdonaría por los hijos”- dijo Fernanda pensativa, Isabela se veía adolorida, -“¿estás bien comadre?”- dijo Fernanda, -“si solo es el dolor de siempre, llego a casa a tomar mis pastillas”- dijo Isabela se veía cansada, -“¿qué dicen los médicos?”- dijo Fernanda, -“que siga con el tratamiento”- dijo Isabela, -“¿y el compadre no ha probado en llevarte a otro médico?”- dijo Fernanda, -“no, le dije que estoy bien con el tratamiento de este médico, no quiero preocuparlo más”- dijo Isabela, -“pero deberías decirle que el tratamiento ya no está funcionando como antes”- dijo Fernanda, -“por favor Fernanda no le digas nada, por favor, te lo pido como amigas, guárdame el secreto”- dijo Isabela.
(Pintura Roja- donde estas amor), Ernesto estaba con Paulina, besándose y paseando por un parque, luego estaban tomando y bailando en una discoteca, -“cuando me vas a presentar a tu familia como tu novia, ya han pasado años quiero conocerlos”- dijo Paulina sonriente, -“¿ya quieres que te oficialice?”- dijo Ernesto sonriente, -“creo que ya es tiempo o ¿crees que aún no?”- dijo Paulina, -“hay que quedar que día, te voy a presentar como mi mujer”- dijo Ernesto abrazándola, Paulina le abrazaba y sonreía a sus espaldas.
Andrés regresaba su casa, -“¿cómo te fue en el norte?”- dijo Olinda, -“muy pero muy bien, no sabes los clientes que eh echo, tendré muchos más pedidos”- dijo él sonriente, -“te felicito”- dijo Olinda, -“¿y cuando iremos a el doctor?, quiero saber que sexo será nuestro bebe, espero que sea hombre”- dijo Andrés, acariciaba el vientre, -“¿hombre?, amor, si sale hombre o mujer, lo que importa es que salga sano”- dijo Olinda, -“quiero tener también mi hijo hombre entiéndeme, con quien mirar el futbol, con quien salir, quien pueda seguir con la marca de mis calzados”- dijo Andrés, -“¿y que tu hija mujer no puede seguirlo?”- dijo Olinda, -“no entremos a discutir eso, tiene que ser un hijo hombre, mi hija mujer tendrá otra carrera pero yo quiero que lo que dejare huella lo continúe mi heredero, un varón”- dijo Andrés yéndose a cambiar, Olinda se veía pensativa.
Josefina estaba alimentando a su nuevo hijo, -“Leandro esta precioso, se parece a ti”- dijo Josefina, -“un nuevo miembro en esta familia, ahora creo que ya estamos completos, la familia, que siempre quise tener, un hijo varón y una mujer”- dijo Martin sonriente, -“ahora debemos ahorrar porque luego vendrán los gastos cuando entren estudiar, sabes que eh pensado en ponerme a trabajar”- dijo Josefina, -“¿qué trabajar?, no como crees, mientras yo trabaje, tu no iras a trabajar, y no lo hago por machista solo que quiero que cuides a nuestros hijos, además yo les voy a dar todo lo que necesiten, aquí quien se romperá el lomo seré yo”- dijo Martin, Josefina sonreía le agradecía.
En el mercado, Fernanda veía en mal estado a su comadre, -“no te veo bien, te acompañare a un médico”- dijo ella, -“no te preocupes es un dolor pasajero”- dijo Isabela, -“pero mira cómo te ves, quieras o no iremos al médico”- dijo Fernanda, -“te digo que…”- dijo Isabela sintiéndose mareada, se desmayó, -“¡¿comadre que tienes?, ayúdenme por favor!”- dijo Fernanda asustada, la gente del mercado se acercaba a ver lo que sucedía.
Maximiliano preocupado llegaba al hospital, Fernanda estaba con Andrés, -“¿cómo esta Isabela?”- dijo Maximiliano, -“los doctores están que la examinan”- dijo Andrés, -“¿pero que le paso?”- dijo Maximiliano, -“no lo sé, estábamos platicando cuando empezó a sentir sus dolores luego se desmayó”- dijo Fernanda preocupada, -“¿dolores, que dolores?, ella me dijo que ya no los tiene”- dijo Maximiliano, -“a mí me dijo que si, siguen igual de frecuentes, pero con los medicamentos le pasan”- dijo Fernanda, -“no sabía de eso, mis hijas están estudiando ahora les acabo de dar aviso en la universidad luego vendrán”- dijo Maximiliano preocupado, -“tranquilo, todo saldrá bien, solo hay que espera al doctor”- dijo Andrés, cuando el doctor apareció, pregunto por los familiares de Isabela, Maximiliano se acerco y dijo que era su esposo, -“tengo que darles una mala noticia, al parecer, la señora tiene insuficiencia renal avanzada, uno de los riñones ya no le funciona tenemos que operarla”- dijo el doctor, Fernanda empezó a llorar, Andrés la abrazaba, Maximiliano impactado se quedó por la noticia, luego empezó a llorar.
Paulina y Ernesto, estaban llegando a la casa de Andrés, -“Ernesto”- dijo Olinda viéndolo llegar con Paulina, -“cuñada, hermanas, les presento a mi futura esposa”- dijo Ernesto tomado de la mano con Paulina, Yuliana la miro de pies a cabeza, Alejandra se quedó sorprendida, -“así que ustedes son las hermanas menores de Ernesto, que lindas, Ernesto me hablo mucho de ustedes”- dijo Paulina sonriente, -“¿y mamá y mi hermano?”- dijo Ernesto, -“se fueron al hospital, la madrina de tus hermanas se puso mal, Andrés fue a darle el alcance”- dijo Olinda, -“pobre mujer, que tristeza, espero que se ponga bien, saben iré a mi cuarto a descansar con mi enamorada, luego me avisan cuando lleguen”- dijo Ernesto yéndose con Paulina, -“¿a tu cuarto?”- dijo Yuliana, -“si, tranquilas no haremos nada malo, estaremos con la puerta abierta”- dijo Ernesto sonriente, viéndolas a todas, -“no creo que a mamá le guste eso”- dijo Yuliana seria, -“no tiene por qué enterarse, además como les repito no hare nada malo”- dijo Ernesto mirándolas, se marchó.
-“Doctor haga algo para salvarla, opérela ya”- dijo Maximiliano, -“debido a su edad quiero decirles que la operación es muy riesgosa puede que no la resista, además con un riñón tendrá que tener muchos cuidados para tener una vida larga pero no creo que dure resista muchos años, el riñón que aún está sano está muy débil”- dijo el doctor, -“¿se va a morir, me quiere decir que se va morir de todos modos?”- dijo Maximiliano asustado, -“si se salva de la operación, no vivirá muchos años, solo un milagro podría hacer que pueda tener una larga vida”- dijo el doctor, Maximiliano lloraba, Fernanda lo abrazaba y lo consolaba. –“Necesito que firme unos papeles para poder operar y también donadores de sangre”- dijo el doctor, -“yo donare la que sea necesario, mi hijas ya vienen en camino, estoy seguro que donaran”- dijo Maximiliano, -“yo también donare”- dijo Andrés, -“a mí también sáquenme la sangre que necesiten pero salven a mi comadre”- dijo Fernanda, -“eso trataremos, nos acompaña señor a firmar”- dijo el doctor, Maximiliano fue con el médico, Andrés le dijo a su madre que espere a las hijas de su compadre mientras él acompaña a Maximiliano, Fernanda obedeció, se puso a orar para que salvara su comadre y amiga.
-“Viste se pasó de sinvergüenza, traer a esa tipa que tiene una pinta de…, espero que mi hermano lo vote de la casa”- dijo Yuliana seria, -“no digas eso, Andrés no lo haría”- dijo Olinda, –“yo creo que si lo haría”- dijo Yuliana, tocaron la puerta, Alejandra fue abrir, era Josefina con sus hijos, -“hola hermana, hola Irma”- dijo Alejandra sonriente, saludando a su hermana y sobrina, -“hola, vine en cuanto me entere lo que paso con la comadre de mi mamá, ¿cómo estará, saben algo?”- dijo Josefina, -“no aun nada, pero no sabes lo que acaba de ocurrir, Ernesto trajo a una tipita a casa y la metió a su cuarto”- dijo Yuliana seria, -“¿qué dices?”- dijo Josefina, -“si la traje, es mi futura esposa, me voy a casar con ella, así que les pido respeto, tiene su nombre y se llama Paulina”- dijo Ernesto serio, -“Ernesto está bien pero meterla a tu cuarto para eso está aquí la sala”- dijo Josefina, -“no te ofendas hermana, pero esta no es tu casa, quien puede decirme eso es Andrés, igual sé que les dará la razón, de una vez les digo, me voy a vivir con Paulina, si hermanas me voy de la casa, ya es tiempo de iniciar mi familia”- dijo Ernesto, todos lo miraban.
-“¿Cómo está mi mamá?, ¿se va a salvar verdad papá?”- dijo su hija mayor, la menor no dejaba de llorar, -“eso es lo que espero hija”- dijo Maximiliano, el doctor salía de la sala de operaciones, -“¿Cómo está mi esposa?”- dijo Maximiliano, -“¿salió todo bien verdad doctor?”- dijo Fernanda, -“lamentamos decirle que la señora no resistió, acaba de fallecer”- dijo el doctor, -“¡nooo…!”- dijo la hija abrazando a su hermana, Maximiliano se cubría el rostro con el brazo, todos lloraban por la partida de Isabela.
En un bus bajaban dos adolescentes, -“así que esto es Trujillo”- dijo un joven, -“venir de Huamachuco aquí a la ciudad hermano, veras que nos ira muy bien, emprenderemos un trabajo y saldremos de la pobreza”- dijo Gerónimo sonriente, -“solo espero que encontrar un buen trabajo”- dijo Sandro, los hermanos iban a casa de un hombre. -“Así que ustedes son los recomendados de don Saturnino, en primer lugar ¿saben lavar platos, trapear pisos?”- dijo el hombre con un cigarro, -“si sabemos y lo que no sabemos lo aprendemos rápido”- dijo Gerónimo, -“denos el trabajo lo necesitamos”- dijo Sandro, -“aún son unos niños”- dijo el hombre sonriente, -“yo tengo 14 y mi hermano 12”- dijo Gerónimo, -“les pondré a prueba, trabajaran una semana sin sueldo a ver cómo van, si les va bien pues los contrato”- dijo el hombre, -“¿una semana trabando gratis pero de que vamos a vivir?”- dijo Sandro, -“les daré techo y comida, ¿lo toman o lo dejan?”- dijo el hombre, los hermanos se miraban, lo pensaban, luego aceptaron, fueron a trabajar. Barriendo los pisos, lavando platos en el restaurante, haciendo todos los mandados de carga, se veían cansados, la noche llegaba, se pusieron a comer, -“esta rica la comida”- dijo Sandro, -“estoy muy cansado, si todos los días serán así, no creo que aguantemos trabajar una semana gratis”- dijo Sandro, -“no te eches para atrás, luego que vean que podemos, nos van contratar ya verás”- dijo Gerónimo, -“vine para ganar dinero para salir de esa vida de miseria que vivía, solo te digo algo, algún día tendré dinero y podre disfrutar de lo que yo quiera”- dijo Gerónimo, -“yo quiero mi casa propia”- dijo Sandro, -“ya terminaron de comer, tienen que irse a dormir, mañana tienen que levantarse muy temprano hacer el mercado, si ya comieron la sopa que sobro, vayan atrás, hay un cuarto y unos colchones, tomen unas cobijas viejas que hay atrás y duérmanse”- dijo el hombre serio se marchó, -“viejo explotador”- dijo Gerónimo, -“te vaya oír”- dijo Sandro.
Maximiliano llegaba a casa con sus hijas, -“iré a la funeraria hacer los preparativos para el velorio”- dijo Andrés triste, -“niñas, su madre ya está descansando, ella no quisiera verlas así tan mal, yo sé que ella las ve desde el cielo, las cuidara y desea que sean unas mujeres de bien, además aún tienen a su padre, por él tiene que ser fuertes, las necesita”- dijo Fernanda animando a las chicas que no dejaban de llorar, ellas le agradecían. Maximiliano iba a su cuarto, miraba un cuadro pintado de Isabela, -“¿cómo me pudiste dejar?, dijimos que íbamos a llegar hasta viejitos pero te me adelantaste, ¿qué será de mi…?”- dijo Maximiliano mientras tocaba el cuadro, (que será de ti- Roberto Carlos, canción de fondo).
Fernanda llegaba a su casa, -“¿mamá, que paso, tienes una cara?”- dijo Josefina, -“hijas, mi comadre falleció, no aguanto la operación, partió a mejor vida”- dijo Fernanda entre lágrimas, todos se pusieron tristes, Alejandra lloraba y abrazo a su madre, -“¿y don Maximiliano y sus hijas?”-dijo Josefina, -“están desechos, vine a cambiarme y a decirles que tenemos que acompañarlos nos necesitan, así que a ponerse su traje de negro por favor”- dijo Fernanda, -“¿y Andrés donde esta?”- dijo Olinda, –“fue hacer los preparativos del velorio, luego vendrá y nos dará el alcance”- dijo Fernanda, todos fueron a obedecer. Fernanda triste entraba a su cuarto, -“¿por qué la gente buena se va tan pronto, ella me dio la mano, en todo me apoyo, ahora descansa comadre, descansa amiga”- dijo Fernanda triste, al dar vuelta vio a Paulina cruzar por su cuarto, -“oiga señorita ¿y usted quien, que hace en mi casa?”- dijo Fernanda intrigada, al alcanzarla, -“hola, usted debe ser la madre de Ernesto, soy Paulina su futura nuera”- dijo ella sonriente, Fernanda se quedó sorprendida, -“mamá, te presento a Paulina mi futura esposa”- dijo Ernesto sonriente, -“¿Qué, tu futra esposa, Ernesto de que hablas?”- dijo Fernanda sin entender, -“mamá me voy a casar con Paulina”- dijo Ernesto sonriente la abrazaba, -“pero ¿cuándo la conociste, cuando lo decidiste?”- dijo Fernanda sorprendida, -“hace años que la conocí en uno de mis viajes al centro del país y la traje a Trujillo, mamá quiero asentar cabeza, ser un hombre de familia, es momento que sea independiente, por eso necesito que apruebes mi relación”- dijo Ernesto, -“Ernesto no tengo cabeza par esto ahora, mi comadre acaba de fallecer, luego hablamos de esto”- dijo Fernanda seria, se fue a su cuarto. –“¿Murió su comadre?, hay que pena”- dijo Paulina, -“era su única amiga, cambiémonos tenemos que ir al velorio”- dijo Ernesto.
Era el velorio, toda la familia estaba reunida, el rosario se iniciaba, Fernanda repartía el café negro, -“así que ella es la novia de Ernesto”- dijo Andrés, observándolos, -“si, no me inspiraba nada de confianza”- dijo Olinda, -“si mi hermano la escogió, es decisión de él, si se equivoca es su problema, ya está grande, dejémoslo que haga su vida lo que quiera”- dijo Andrés serio.
La familia regresaba del entierro, -“espero que las primas se pueden recuperar”- dijo Alejandra, -“¿son tus primas esas señoritas?”- dijo Paulina, mirando a Ernesto, -“así les dice de cariño”- dijo Ernesto, -“mi compadre está destrozado”- dijo Fernanda, -“tienen que seguir con su vida, superar esto de a pocos”- dijo Andrés, -“quiero acostarme un rato, fue un día difícil”- dijo Fernanda, -“te acompaño mamá”- dijo Josefina acompañándola, -“iré a dar una vuelta, vamos Paulina”- dijo Ernesto marchándose, -“iré a casa, los niños tiene que descansar, le dicen a Josefina que me voy adelantando”- dijo Martin llevándose a sus hijos, -“yo también quiero acostarme un rato” dijo Olinda llevándose a su hija, Andrés la acompañaba, Yuliana y Alejandra que se quedaron en la sala, -“debe ser triste perder a una madre, yo no me imagino si mi mamá nos faltara algun día”- dijo Alejandra, -“es parte de la vida, eso no se puede evitar”- dijo Yuliana, en eso tocaron la puerta, -“Martin que se abra olvidado”- dijo Yuliana seria, fue abrir, en eso vio a Leonora, -“hola Yuliana”- dijo Leonora, -“¿Leonora?”- dijo Alejandra sonriente, -“¿qué haces aquí?”- dijo Yulaina seria, -“vine a ver a mi madre a ustedes, me entere de la muerte de mi madrina pero cuando llegue ya estaba enterrada”- dijo Leonora, -“mejor hubiera sido que no te aparezcas ¿Por qué has vuelto, dinos?”- dijo Yuliana, -“ya te dije, vine a ver a mi madre, a ustedes”- dijo Leonora, intentando ingresar a la casa, -“tú no vas a entrar a la casa, te fuiste como una rata y te vas igual”- dijo Yuliana seria evitando que ingrese, -“Yuliana por favor, es nuestra hermana”- dijo Alejandra, -“tú cállate, esta no es su casa, es la casa de mi hermano”- dijo Yuliana seria, -“¿Yuliana porque eres así?, a pesar de los años que han pasado no has cambiado”- dijo Leonora, -“sigo siendo la misma y tú eres otra, así que mejor vete de aquí, porque una perdida no va entrar a la casa de mi hermano”- dijo Yuliana empujándola, Leonora la bofeteo, -“ya me canse de tus insultos, no te los voy a permitir, ahora que ya no eres una niña te puedo responder sin sentir culpa”- dijo Leonora seria, -“me volviste a pegar como aquella vez”- dijo Yuliana molesta, se tocaba su cara, -“no eres quien para juzgarme, y esta vez no te pediré perdón, así que si me buscas me encuentras”- dijo Leonora seria, Yuliana le quiso bofetear pero Leonora le detuvo el brazo antes que lo haga, -“si te atreves, te lo regresare más fuerte”- dijo Leonora seria, Yuliana se soltó, -“Leonora”- dijo Andrés sorprendido al verla, -“Andrés, hermano”- dijo Leonora triste, -“hermana, ¿cuándo llegaste?”- dijo Andrés acercándose lentamente, Leonora estaba nerviosa creía que la iba a golpear, él se acercó, la abrazo, Yuliana sorprendida estaba, -“¿Andrés se te olvido que hizo Leonora?”- dijo Yuliana molesta, -“si se me olvido, es mi hermana, los hermanos hagan cosas buenas o malas no dejan de ser nuestros hermanos, quien este libre que tire la primera piedra”- dijo Andrés, Yuliana seria estaba, se quedó collada, -“Leonora, hija”- dijo Fernanda saliendo con Josefina, -“hermanita”- dijo Josefina, ambas alegres al verla, todos se acercaron, la abrazaron, Leonora les pedía perdón por irse de la casa, -“hija, olvidemos el pasado, estas aquí en la casa de nuevo, te extrañe mucho”- dijo Fernanda llorando, -“hermana, sé que no fue lo correcto lo que hiciste, tardamos en entender y aceptar que tú puedes ser libre de tomar tus decisiones y si te equivocas, tú sola aprenderás, cosa que espero no te suceda”- dijo Andrés, -“¿cómo estas todo bien con el primo Chito?”- dijo Josefina, -“está en nuestra nueva casa, compramos una casa y la estamos pagando de a pocos, está a unos 20 minutos de aquí, saben, hice mi propia zapatería calzados para niños y niñas, me está yendo muy bien, estamos trabajando juntos como pareja, vine en cuanto me entere lo de mi madrina, lamento mucho no llegar a tiempo”- dijo Leonora, -“ella sabe que hiciste lo posible por llegar a tiempo”- dijo Fernanda, -“entonces que día traes a Chito y hablamos porque tiene que hablar con la familia, ya que aún no lo hace”- dijo Andrés secándose las lágrimas, -“conversare con él y lo traeré una noche, ahora tenemos mucho trabajo y no quiero quedarle mal con los clientes”- dijo Leonora sonriente, -“está bien hija, recuerda que aquí serás bienvenida cuando desees”- dijo Fernanda , Leonora les agradecía nuevamente.
Pasaron 5 días, Ernesto estaba con Fernanda platicando, -“¿así que te vas de la casa?”- dijo Fernanda sentada frente a su hijo, -“si mamá, eh decidió que también pondré mi negocio, eh aprendido en el negocio de los zapatos y trabajare para formar mi familia, es lo que tanto querías ¿no?”- dijo Ernesto, -“una madre siempre quiere que sus hijos formen una familia y vivan felices, que consigan una mujer de bien, pero la mujer que trajiste, ¿qué sabes?, dime, solo veo que estira la mano para pedirte dinero”- dijo Fernanda, -“mamá respétala, así como respetas a la mujer de mi hermano”- dijo Ernesto serio, -“tu hermano supo escoger a alguien que lo atienda, que se dedique a él, que le ayude en el trabajo, que no le saca dinero, en cambio la que elegiste solo le gusta sacarte a bailes, llegan ebrios, que vida vas a llevar”- dijo Fernanda seria, -“somos jóvenes, sale y se divierte conmigo, tenemos derecho a disfrutar de la vida, no todo es trabajo en la vida, pero claro como lo hago yo lo ves mal, pero si lo hiciera tu hijito Andrés con su esposa no dijeras nada”- dijo Ernesto serio, -“entonces no pidas que este de acuerdo con la vida que elegiste a esa mujer”- dijo Fernanda, -“¿abra algun día que te sientas contento por lo que haga mamá?”- dijo Ernesto, -“si haces las cosas correctas estaré orgullosa, si te equivocas solo tendré vergüenza y te las diré”- dijo Fernanda, -“yo siempre seré la oveja negra de la familia, tu vergüenza, Andrés es tu consentido, tu orgullo, lo pones por encima de todos tus hijos, no es justo mamá, tienes dos hijos hombres te lo recuerdo, pero eso no vale recordarte a ti solo te importo uno, ahora me voy y seré lo que tú no quieres ver en mí, un hombre de progreso”- dijo Ernesto serio con voz de querer llorar, -“no te voy a negar que siempre eh mostrado interés en Andrés y sabes ¿porque?, porque él me estuvo apoyando en los momentos más difíciles que pase con tu padre, pendiente de tus hermanas, de lo que hacía falta en la casa, era él más grande y ustedes unos niños, no los culpo, solo que entiendas que tu hermano se puso el papel de padre para ustedes, pero a ti solo te cegaban los celos, de tu parte sentía el rechazo, por celos de tu hermano, yo no puse una barrera entre nosotros sino tú, pero eso no significa que no me importen, todos son mis hijos y los quiero igual, así que ya sabes quién se enveneno solo, solo espero que puedas sacar todo eso negativo que llevas, y así puedas ser felices porque después de todo eres mi hijo y te quiero”- dijo ella soltando lágrimas, -“adiós mamá, nos veremos pronto”- dijo Ernesto soltando una lagrima, se marchó, Fernanda se secaba las lágrimas. Andrés apareció, -“escuche todo mamá”- dijo Andrés, -“hijo, yo…”- dijo Fernanda, -“Ernesto se dará cuenta con el tiempo que se equivocó, solo espero que le vaya bien”- dijo Andrés abrazando a su madre.
Los días pasaron, Andrés estaba con unos amigos en el restaurante, en eso vio a Gerónimo limpiar los pisos, -“Gerónimo luego quiero que vayas al mercado a comprar esta lista”- dijo el dueño, -“si señor”- dijo Gerónimo, -“¿terminaste de lavar los platos?”- dijo el dueño, -“mi hermano lavo los platos, yo me encargue de las ollas, todo está limpio en cuando venga el cocinero, su cuarto también está listo, lave su ropa también, mi hermano limpio el baño y la azotea”- dijo Gerónimo, -“ya date prisa que tienes que arreglar las sillas apresúrate”- dijo el dueño, -“señor puedo pedirle algo para comer, no tome desayuno y lo que me dio, se lo comió mi hermano”- dijo Gerónimo, -“si se lo comió tu hermano es cosa tuya, yo no tengo más para darles”- dijo el dueño marchándose, Gerónimo se puso triste, -“espera muchacho”- dijo Andrés, escuchando la plática del dueño y el joven, -“¿me habla a mí?”- dijo Gerónimo, -“si a ti, veo que eres muy trabajador, dime ¿cuánto ganas aquí, te pagan bien?”- dijo Andrés, -“me dan comida y techo pero pronto ganare más”- dijo Gerónimo, -“¿te gustaría ganar más?”- dijo Andrés, -“si, pero tengo que trabajar duro”- dijo Gerónimo, -“te puedo dar trabajo, tengo una zapatería y necesito gente, tendrás un sueldo si gustas”- dijo Andrés, -“¿una zapatería y que haría ahí?”- dijo Gerónimo, -“te encargarás de hacer todo lo que te diga y también puedes aprender a hacer zapatos, luego trabajaras como mi zapatero”- dijo Andrés, Gerónimo le agradeció, -“tengo mi hermano menor, ¿puedo llevarlo?”- dijo Gerónimo, -“claro que sí, ¿es trabajador como tú?”- dijo Andrés, -“si”- dijo Gerónimo, recibió un papel que Andrés con la dirección de su casa, -“aquí búscame”- dijo Andrés retirándose con sus amigos, Gerónimo se veía entusiasmado.
Olinda se sentía algo adolorida, -“¿qué te pasa Olinda?”- dijo Alejandra, -“me vienen los dolores, creo que…, se me rompió la fuente”- dijo ella mirando sus piernas, -“ya vas a dar a luz, ¡Yuliana ven ayúdanos!”- dijo Alejandra asustada, -“¿Qué sucede ahora?”- dijo Yuliana, -“quédate con Olinda, iré avisarle a Josefina”- dijo Alejandra marchándose.
Andrés se veía con Artemisa, -“¿qué sucede, te veo algo distante?”- dijo él acariciándole el rostro, -“siento que me estas dejando a un lado, ya no estas viniendo a verme como antes, solo paras en viajes al norte, y si te digo que me lleves no quieres, dime Andrés que sucede es que acaso tienes a otra por esa ciudad”- dijo Artemisa seria, -“no sé de lo que hablas”- dijo Andrés, -“¿crees que soy tonta?, estás haciéndome lo mismo que le hicimos a tu esposa Olinda, yo si me doy cuenta cuando un hombre tiene una nueva distracción, Andrés a mí no me vas a ver la cara de estúpida, si estás jugando conmigo yo puedo devolverte el doble”- dijo Artemisa molesta, -“¿me estas amenazando, quien te crees para hacerlo?, tú solo eres mi amante y punto y si no te gusta, aquí la dejamos”- dijo Andrés serio, la sujeto de los brazos, -“entonces tengo razón, es lo que quieres, dejarme por esa nueva golfa que tienes, pero ya te dije no soy estúpida como Olinda, yo si se defender lo que quiero”- dijo Artemisa, -“no la insultes, es más aquí se acabó, Artemisa no quiero que nos volvamos a ver”- dijo Andrés serio, -“tú no me vas a terminar, yo decidiré cuando se termine esto”- dijo Artemisa, -“estás loca, tú no eres más que una…”- dijo Andrés, Artemisa lo bofeteo, -“no te atrevas a ponerme una mano encima y cuidado con amenazarme porque no sabes cómo reaccionare , si te acercas a mi familia, si te atreves a decirle a mi esposa algo, si recibe un anónimo, te destruyo, no me conoces lo que soy capaz por defender a mi familia”- dijo Andrés, sujetándole de los brazos, luego la empujo a un lado, -“te acordaras de mi Andrés, esto no se acabó aún”- dijo Artemisa enojada, viéndolo irse.
Martin y Josefina llevaban a Olinda en un taxi rumbo al hospital, -“llamen a Andrés por favor llámenlo”- dijo Olinda llorando, -“apenas lleguemos al hospital, nos comunicaremos con él”- dijo Josefina, -“primero tenemos que asegurarnos que llegues a salvo”- dijo Martin. Alejandra y Yuliana estaban con sus sobrinos, -“no deberíamos quedarnos como niñeros”- dijo Yuliana seria, -“pues a mí me gusta jugar con Irma y los demás sobrinos”- dijo Alejandra, -“¿ya nacerá mi hermano?”- dijo Lucia, Alejandra le decía que si a la hija de sus hermano.
Fernanda estaba hablando por un teléfono público, -“si ahora mismo voy para allá, cierro el puesto y voy al hospital, hija, ustedes no dejen a Olinda sola”- dijo Fernanda colgando el teléfono, fue a cerrar su puesto, salía del mercado a tomar un transporte público, -“espera”- dijo Santos, sujetándola del hombro, -“¿qué haces aquí, creí que ya no ibas a regresar por aquí?”- dijo Fernanda asustada, -“¿quién dijo eso?, aquí está mi familia, mis hijos, mi mujer”- dijo Santos sonriente, -“¡vete de aquí!”- dijo Fernanda molesta iba a marcharse, -“¿tienes prisa a que se debe?, dime”- dijo Santos, -“es algo que no te importa”- dijo Fernanda seria, -“cuidado como me hablas, ya estoy cansado de que me hables así, ¿quieres que te enseñe a respetarme como antes?”- dijo Santos serio, sujetándola de los brazos, -“déjame o gritare”- dijo Fernanda, intentando soltarse, -“grita lo que quieras, pero a mí me vas a contestar con respeto”- dijo Santos serio, sujetándola fuertemente, -“¡suéltame!”- dijo Fernanda dándole una bofetada, Santos la soltó empujándola contra un auto estacionado, Fernanda se golpeó la cabeza, se desmayó, Santos asustado la miraba en el suelo, la gente del mercado se acercaba a ayudar a Fernanda, Santos se escapó.
En el hospital, el doctor hablaba con Josefina y su esposo, -“el bebe está corriendo un peligro, tendremos que hacer cesárea”- dijo el doctor, -“¿doctor no puede dar por parto natural?”- dijo Josefina, -“está complicándose, necesito su aprobación para realizar la cesárea”- dijo el doctor, -“su esposo aun no llega, pero ya no debe de tardar”- dijo Martin, -“tenemos que hacerla ya o él bebe puede correr riesgo o la madre”- dijo el doctor, la pareja de esposos no sabía que decir.
Yuliana estaba en su casa con Alejandra, en eso tocaron la puerta, -“¡ya vamos!, ¿pero quién toca así?”- dijo Yuliana enojada, yéndose abrir la puerta, en eso entro Artemisa, -“¿tú que haces aquí, que quieres en mi casa?”- dijo Yuliana seria, -“¿tú casa?, esta es la casa de Andrés, no la tuya, más bien llama a tu cuñada la tal Olinda quiero hablar con ella, y si esta Andrés también tráelo, quiero que ambos me escuchen lo que les tengo que decir”- dijo Artemisa sonriente, Alejandra no entendía lo que sucedía.
Leonora estaba en su casa Chito ambos trabajaban, -“¿por qué no le dijiste a tu familia que estas embarazada?”- dijo Chito, -“dicen que si se anuncia el embarazo antes de los tres meses traerá mala suerte”- dijo Leonora, -“son creencias, yo ya le dije a mi madre y a mi hermano que seremos padres”- dijo Chito, -“pero Chito habíamos quedado que…”- dijo Leonora, cuando se empezó a tocar sus piernas, -“¿qué te pasa?”- dijo Chito asustado, Leonora asustada levanto su mano, -“Chito, me estoy desangrando, Chito mi bebe”- dijo Leonora llorando dio un grito.
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Andrés llegaba a su casa con mercadería, -“¿Qué significa esto?, ¿qué haces aquí”- dijo Andrés molesto, miraba a Artemisa, -“vine hablar con tu familia, contigo, llama a tu esposa, tenemos mucho que hablar”- dijo ella tomando asiento en el sillón, sus hermanas la miraban sorprendidas, -“¿qué significa esto hermano, puedes explicarnos?”- dijo Alejandra, -“¿qué está pasando aquí Andrés que hace aquí la amante de papá?”- dijo Yuliana enojada, -“vete de mi casa ahora mismo”- dijo Andrés levantándola del brazo, -“¡suéltame! o te armo un escándalo que te vas arrepentir toda tu vida, te dije que conmigo no se juega”- dijo Artemisa soltándose, -“hermano ya échala, tienes que ir al hospital, Olinda fue llevada por que ya nacerá tu hijo”- dijo Alejandra, -“vamos al hospital o mejor no, te espero aquí”- dijo Artemisa sonriente, Andrés estaba enojado.
-“Está bien doctor hágalo, soy su cuñada y tomare responsabilidad, si es necesario que la operen háganlo pero sálvenla a ella y al bebe”- dijo Josefina, el doctor obedeció, -“¿y donde estará que no viene tu hermano?”- dijo Martin, -“no lo sé debería estar aquí, ni mi mamá llega”- dijo Josefina preocupada.
Una ambulancia subían a Fernanda, el oído le sangraba, la gente del mercado estaba preocupada, murmurando. Santos llegaba una estación de autobuses, -“la mate, me echaran muchos años de la cárcel, mis hijos me van a odiar, pero no dejare que me metan a la cárcel por la muerte de esa estúpida”- dijo Santos enojado.
-“Te llevare a un doctor ahora mismo, ¡un taxi por favor, ayúdennos!”- dijo Chito buscando un taxi, pero no había taxis cerca por donde Vivian, ni autos de transporte, -“resiste, tenemos que caminar más hasta encontrar quien nos ayude”- dijo Chito asustado, -“Chito ya no puedo caminar más, me estoy desangrando, voy a perder mi bebe, Chito mi hijo se muere”- dijo Leonora llorando, -“tranquilízate amor”- dijo Chito asustado sin saber qué hacer, unas personas se les acercaron, Chito les pedía ayuda, Leonora no dejaba de llorar.
Andrés sacado de la casa a Artemisa para que no los oyeran sus hermanas, -“¿Artemisa que es lo que quieres?, dime, ¿dinero eso es lo que quieres?”- dijo Andrés molesto, -“dame una buena cantidad y te dejo tranquilo, y no me refiero a las tonterías que me dabas, quiero mucho dinero, ¿cuánto vale la tranquilidad de tu familia?”- dijo Artemisa, -“eres una extorsionadora, pero te daré el dinero pero eso sí, te vas a largar de mi vida para siempre”- dijo Andrés molesto, -“eso se verá dependiendo de la cantidad que me des, tienes una gran casa, veo que estas construyendo hasta tres pisos, dame el dinero y te dejo viviendo feliz con tu esposita”- dijo Artemisa seria, -“como me arrepiento de haberme involucrado contigo, de que hayas aparecido en mi vida”- dijo Andrés, -“ya es tarde para lamentarse, así que de una vez dame el dinero que se hace tarde para que vayas a ver a tu esposa y a tu nuevo hijo”- dijo Artemisa, estirando la mano, Andrés entro a su casa, sus hermanas lo veían entrara molesto. Andrés tomaba dinero que tenía guardado. -“¿Que estará pasando?”- dijo Alejandra, -“si esa mujer vino es para molestar, nunca me ha caído bien”- dijo Yuliana seria. Andrés salía de su cuarto y se iba a entregarle del dinero Artemisa. -“Aquí tienes el dinero ahora lárgate de mí vista”- dijo Andrés enojado, -“¿crees que esto vale la tranquilidad de tu familia?, por favor esto no es nada sé que tienes más que ofrecer, tu zapatería es muy famosa, se cuánto ganas y esto que me das es lo que ganas por un solo cliente, quiero más Andrés”- dijo Artemisa devolviéndole el dinero, -“te daré esto ahora y mañana cuando vaya al banco te daré la otra parte”- dijo Andrés serio, -“quiero el triple”- dijo Artemisa, -“¡¿que, estas loca?!”- dijo Andrés sorprendido, -“entonces vamos a esperar a tu mamá y a tus hermanas adentro, o mejor primero vamos a ver a tu esposa y a su bebe tu decides”- dijo Artemisa tomándolo del brazo, -“no me toques desgraciada, está bien, te daré lo que me pides pero mañana te lo iré a dejar todo”- dijo Andrés serio, -“está bien, mañana te espero, a más temprano vayas a darme el dinero más temprano desapareceré de tu vida y no me dejes plantada sino en la noche me aparezco por aquí o por el hospital y hablo lo que se me plazca”- dijo Artemisa sonriente marchándose, Andrés enojado entro a su casa, -“ya vengo, iré al hospital a ver a Olinda y ustedes no digan a nadie de lo que vieron entendido”- dijo Andrés enojado, las hermanas obedecieron.
Josefina y Martin estaban tomados de la mano, cuando vieron la camilla de la ambulancia ingresar con Fernanda, -“es mi mamá, mamá, ¿Qué el paso?”- dijo Josefina asustada, -“al parecer un hombre la empujo y se dio un fuerte golpe en la cabeza”- dijo el paramédico llevándola, -“¿pero va estar bien?, señor contésteme”- dijo Josefina preocupada, -“la llevaran a sacarle unas radiografías, luego le dirán el diagnostico”- dijo una enfermera, -“¿será grave?”- dijo Martin, -“no les voy a mentir, presento una pequeña hemorragia en el oído y eso si es de cuidado, ahora permiso tenemos que atenderla”- dijo la enfermera marchándose, -“¿quién le pudo hacer esto a mi mamá?, ¿Qué nos está pasando?, primero lo de Olinda y su bebe, mi hermano que no aparece, ahora esto de mi mamá, mi familia esta con la desgracia”- dijo Josefina queriendo llorar, -“tranquila, tenemos que estar fuertes para todo esto que está pasando, vas a ver que saldremos de esta”- dijo Martin abrazando a su esposa.
Paulina y Ernesto estaban en una fiesta, bailaban, bebían, estaban ebrios, -“¿entonces compraste la casa?”- dijo Paulina sonriente, -“claro que sí, saque un préstamo al banco, la iré pagando de a pocos, ya contrate a gente para que trabaje para mí zapatería, conozco mucho clientes, los que tuvo Andrés, les propuse buenos precios para que empiecen a trabajar conmigo”- dijo Ernesto sonriente, -“pero quitarle los clientes a tu hermano, eso te va traer problemas con él, con tu madre también”- dijo Paulina, -“ni se van a enterar, además fueron algunos que para Andrés ni los sentirá su ausencia”- dijo Ernesto sonriente, dándole de beber de la botella a Paulina que sonreía.
Ya en un taxi, Chito y su esposa iban rumbo al hospital, -“dese prisa, mi mujer está perdiendo mucha sangre”- dijo Chito asustado, -“estoy tratando de ir lo más rápido que puedo señor, pero está lejos el hospital”- dijo el conductor, -“tranquila mi amor, no te desmayes ahora, resiste por favor, ¿Leonora?, ¡Leonora!”- dijo Chito viéndola que se desmayó, -“Leonora despierta por favor”- dijo Chito asustado.
Andrés llegaba al hospital, -“ya estoy aquí hermana, ¿dónde está Olinda como esta ella y mi hijo?”- dijo Andrés, -“está sometida a cesárea”- dijo Josefina, -“¿qué dices, por qué, que le paso?”- dijo Andrés, -“¿dónde estabas?, demoraste mucho, tuvimos que decirle que le hicieran la cesárea porque estaba en peligro ella y tu hijo”- dijo Josefina, -“no puede ser, tuve un contratiempo”- dijo Andrés asustado, -“y eso no es todo, mamá la trajeron, está en emergencias, tuvo un accidente, se golpeó muy fuerte la cabeza”- dijo Josefina llorando, -“¿qué dices?”- dijo Andrés sorprendido, Martin abrazaba a su esposa y la calmaba.
Alejandra junto con Irma abrían la puerta, en eso Gerónimo y Sandro la miraban, -“¿ustedes quienes son?”- dijo Alejandra, -“hola, ¿se encontrara el señor Andrés?, somos Gerónimo y mi hermano Sandro, el señor Andrés nos dijo que viniéramos a su casa porque nos iba dar trabajo”- dijo Gerónimo sonriente, miraba a Alejandra, Irma le sonreía a Sandro, -“¿quiénes son estos pelados?, Alejandra cuantas veces te he dicho que no abras la puerta a cualquiera, pueden ser unos ladrones”- dijo Yuliana seria, -“no somos ladrones, ya le dijimos que el señor Andrés nos dio su dirección porque nos ofreció trabajo”- dijo Gerónimo, -“¿mi hermano?, no creo que te diera trabajo a cualquier tipo, penándolo bien, tal vez para limpieza de la casa o de su taller”- dijo Yuliana seria, -“nos dijo que nos iba a dar trabajo en su zapatería”- dijo Gerónimo, -“es verdad, mi hermano no miente”- dijo Sandro, -“él no está salió al hospital, su esposa va a dar luz y no creo que hoy venga hasta tarde”- dijo Alejandra, -“bueno entonces otro día venimos” dijo Gerónimo, -“mañana pueden darse una vuelta, yo les diré que vinieron a buscarlo”- dijo Alejandra, Gerónimo le agradecía y se marchó. -“Esos niños se ven buenas personas”- dijo Irma, -“no vuelvan hablar con esos tipos, ya saben que Andrés no les gusta que hablen con cualquier tipo”- dijo Yuliana seria.
-“Te dije que nos había mentido”- dijo Sandro, -“no creo, además ya le escuchaste a su hermanita está en el hospital, su esposa esta en trabajo de parto”- dijo Gerónimo, -“entonces ¿vendremos a buscarlo?”- dijo Sandro, -“si, y cuando arreglemos el trabajo y el pago, podemos salir del restaurante para trabajar en una zapatería”- dijo Gerónimo sonriente.
El doctor llegaba a ver a Andrés, -“¿usted es el esposo de la señora Olinda?”- dijo el doctor, -“sí, soy yo, ¿cómo está mi esposa, mi hijo?, ¿están bien, verdad que están bien?”- dijo Andrés preocupado, el doctor lo miraba serio, -“la señora está bien y su hija también, no fue necesario que intervenga en una cesárea, cuando íbamos a practicársela la señora pudo dar un esfuerzo que pudo expulsar a su bebe de manera natural, tiene una hija preciosa”- dijo el doctor, Josefina y Martin se abrazaban, sonreían, -“¿una hija?, otra mujercita, bueno lo importante que está sana y salva como Olinda”- dijo Andrés, -“vamos a ver a tu hijo y luego iremos a ver a mamá”- dijo Josefina. Andrés sonriente iba con su hermana a ver a su hija, Olinda estaba dormida, -“la señora está dormida, le pusimos uno sedante, fue un parto muy duro, luego de unas horas la despertaremos para que pueda dar de comer a su bebe”- dijo la enferma, -“quiero ver a mi hija”- dijo Andrés, la enferma lo llevo a la incubadoras, él contento veía a su segunda hija, Martin y Josefina lo felicitaban.
Leonora llegaba al hospital, -“ayude a mi esposa, está embarazada y no dejaba de sangrar, ayúdela por favor”- dijo Chito asustado, la doctora le calmaba y le decía que espere mientras la atendían, Chito no sabía qué hacer, caminaba de un lado a otro, preocupado por su esposa y su hijo.
Josefina, Martin y Andrés iban a ver a su madre, -“¿cómo está mi madre, doctor?”- dijo Andrés, -“le sacamos una tomografía, al parecer el golpe que tuvo no fue nada grave, pero tiene que recibir medicamentos para evitar algún tipo de complicación, ahora esta sedada, dentro de una horas que despierte la observare como están sus signos vitales, tranquilos, no fue nada grave, solo una pequeña fisura pero pudo ser algo perjudicial”- dijo el doctor, Josefina y Andrés se tranquilizaban, -“¿pero cómo le sucedió esto a mi madre?”- dijo Andrés, en eso llegaron dos mujeres del mercado, preguntaron por Fernanda, -“ustedes deben ser sus hijos de Fernanda, ¿cómo está la doñita?”- dijeron las compañeras de trabajo, -“está bien, ustedes trabajan cerca de mi madre, ¿pueden decirme que paso?”- dijo Andrés, -“no vimos quien fue quien la empujo, según lo que nos dijeron a Fernanda lo empujo un hombre mayor, pero nosotras queríamos decirles que sospechamos de su ex esposo, porque lo vimos por el mercado deambulando, quisimos prevenirle a Fernanda pero no la encontramos, y ya cuando la encontramos nos enteramos lo que le había pasado”- dijeron las señoras, Andrés enojado quiso ir a buscarlo, -“Andrés por favor, ¿a dónde vas?”- dijo Josefina deteniéndolo, -“ese infeliz va a pagar por lo que le hizo a mi madre, lo voy agarrar la golpes”- dijo Andrés molesto, -“Andrés es nuestro padre”- dijo Josefina, -“no es mi padre, dejo de serlo ya hace mucho tiempo”- dijo Andrés, -“Andrés no vayas a cometer una locura, piensa en mamá, ella estará bien, cuando se levante nos quera ver a su lado, además aun te necesita tu esposa, tu hija recién nacida, por favor no te vayas, no las dejes ahora que te necesitan”- dijo Josefina deteniéndolo, -“es verdad cuñado, mira cuando se despierte tu madre podrán poner una denuncia por agresión, peor primero que se recuperen, ahora no es el momento indicado que no te invada la rabia, primero piensa en tu familia”- dijo Martin, Andrés furioso estaba golpeó la pared, Josefina empezaba llorar al ver a su hermano llorando.
Chito estaba en el hospital rezando con los ojos cerrados, en eso se acercó la doctora, se sentó su lado, -“¿usted es el esposo de la señora que acaba de entrar por el sangrado?”- dijo la doctora, -“si doctora, dígame ¿cómo está mi esposa, mi hijo, lo perdido?, dígame que no”- dijo Chito triste quería llorar, -“lo lamento pero lo perdió”- dijo la doctora, Chito lloraba, -“su esposa ahora le necesitara mucho más fuerte, ella está destrozada por la pérdida al igual que usted, para una madre es el dolor más grande saber que en ella se perdió un hijo, así que pase a verla, a darle fuerzas, apóyela, ambos se necesitan, ustedes son jóvenes, podrán tener otros hijos pero primero que se recupere su esposa de salud y de su mente”- dijo la doctora –“¿qué quiere decir?”- dijo Chito, -“tuvo una crisis nerviosa, tuvimos que ponerle un calmante”- dijo la doctora, -“¿qué hago?, no sé qué hacer, como manejar esta situación”- dijo Chito, -“mostrándole que no está sola, dándole ánimos, palabras de aliento, diciéndole que no la dejara y que si el destino quiso que pase esto, lo van a superar juntos, como pareja, pero debe estar fuerte a su lado, le acompañare”- dijo la doctora, Chito lloraba se iba secano las lágrimas. Leonora se veía de mente ida, Chito se acercó, la abrazo, al oído le susurraba lo que le había dicho la doctora, le tomaba su mano y el besaba la frente, Leonora estaba triste, ella le pidió perdón por perder a su bebe, -“no hay nada que perdonarte, solo paso, pero seremos fuertes, saldremos juntos de esta, somos pareja, acuérdate que te dije que no estás sola, nos tenemos el uno al otro”- dijo él secándose las lágrimas, ella lo miro, se abrazaron y lloraron juntos.
Gran Final
La noche llegaba, Fernanda despertaba, Josefina y Andrés estaban a su lado, -“¿mamá cómo te sientes?”- dijo Andrés, Josefina agradecía al cielo por que despertó su madre, -“hijos ¿dónde estoy?”- dijo Fernanda, -“en el hospital, te trajeron aquí porque sufriste un accidente, ¿qué paso mamá, quien te hizo esto?, ¿fue acaso papá?, dime ¿fue él?”- dijo Andrés serio, -“no hijo, no fue tu padre, ni lo eh visto”- dijo Fernanda, -“¿entonces quien fue mamá?”- dijo Josefina, -“un accidente, un hombre paso corriendo, no sé porque, creo que era un ladrón y me tropecé, luego no recuerdo, ¿su padre está aquí en la ciudad?”- dijo Fernanda, mintiéndoles, -“no lo sé mamá pero unas vecinas creen haberlo visto por tu trabajo, nosotros creímos que fue papá quien te hizo esto”- dijo Andrés, -“no, no fue él, ni si quiera lo eh visto”- dijo Fernanda algo cansada, -“¿estas segura mamá, no lo estás diciendo para calmarnos?”- dijo Andrés, -“si hijo porque te mentiría?”- dijo Fernanda, -“ya hermano dejémosla descansar, si dice que no fue papá pues dejémoslo ahí, lo importante es que mamá está a salvo”- dijo Josefina, -¿“y tu hijo nació?”- dijo Fernanda, -“si mamá, fue una mujercita, y se llamara Jennifer”- dijo Andrés, -“lindo nombre, felicidades hijo”- dijo Fernanda descansando, -“descansa mamá, para que pronto salgas del hospital a ver a tus nietas, te quiero mamá”- dijo él acariciándole el cabello, soltó una lágrima, –“y yo a ti, a ustedes, mis hijos”- dijo Fernanda mirando a los dos, ambos la abrazaron.
-“No quiero que mi mamá, ni mis hermanos se enteren de esto”- dijo Leonora pensativa, -“¿Por qué?”- dijo Chito, -“porque no, Chito será nuestro secreto, dime que no le dirás a nadie de lo que sucedió, prométemelo”- dijo ella, empezando a llorar, -“está bien pero no llores, será nuestro secreto”- dijo Chito acostado a su lado, Leonora se secaba las lágrimas se veía dura.
Al día siguiente, Andrés llegaba a su casa con Olinda y su bebe, -“quiero ver a mi hermanita” dijo Lucila, -“está bien con cuidado, hija”- dijo Andrés sonriente, -“¿y mi mamá dónde está?”- dijo Alejandra, -“mamá tuvo un accidente, tranquila fue una caída leve, así que tiene que quedarse en el hospital por unos días, queremos que se recupere”- dijo Josefina, -“pero ¿qué le paso?” dijo Yuliana, -“al parecer se cayó, tuvo un golpe en la cabeza, ya se va a reponer les manda saludos”- dijo Josefina, -“¿mis hijos donde están?”- dijo Martin, -“están que duermen en mi cama, se portaron muy bien”- dijo Alejandra, Martin le agradecía, Alejandra lo acompañaba a ver a sus sobrinos. –“¿Lograron comunicarse con Ernesto, con Leonora sobre el nacimiento de la hija de Andrés”- dijo Josefina, -“no pudimos hacerlo porque…”- dijo Yuliana mirando a Andrés, él serio la miraba, -“por qué no tienen número telefónico para llamarles”- dijo Yuliana, -“quiero descansar iré al cuarto”- dijo Olinda, -“te acompaño”- dijo Andrés con su niña en brazos, Josefina miro a Yuliana, -“¿qué sucedió?, tu querías decirme algo pero Andrés con la mirada te callo”- dijo Josefina, Yuliana le empezó a contar que Artemisa estuvo aquí, -“¿que abra querido esa mujer?”- dijo Josefina pensativa.
-“perdón por no darte un hijo varón”- dijo Olinda algo triste, -“mi amor no te preocupes, aún podemos volver a intentarlo, así que no te sientas mal, ya tendremos algún día nuestro hijo varón, mientras disfrutemos que tenemos dos bellas mujercita”- dijo Andrés sonriente mirando a sus hijas.
-“No puedo creer lo que dices, esa mujer vino a buscar a tu hermano, ¿acaso ellos…?- dijo Martin, -“no menciones nada del asunto, será mejor callarnos, no queremos originar un problema entre ellos, Olinda aun esta delicada”- dijo Josefina, -“y sobre tu padre, ¿creen que fue él quien le provocó el accidente a tu madre?”- dijo Martin, -“no lo sé, mamá dice que no, pero mejor es creerle, creo que mamá no lo aceptara ya que no quiere que mi hermano vaya a buscar a papá y cometa una locura”- dijo Josefina pensativa. Fernanda pensativa estaba en el hospital, se veía triste, soltaba una lágrima y se la secaba.
Al día siguiente, Leonora estaba en su casa, -“Leonora estabas callada todo el camino, escúchame, hijos podemos tener más adelante, si este no se logro puede ser que más adelante otro si”- dijo Chito, -“tenía la esperanza que si iba a nacer, ahora ya no sé qué pensar, puede ser que no esté destinada a ser madre, ya no me quiero ilusionar, mejor vamos a trabajar, eso me mantendrá la mente ocupada”- dijo Leonora poniéndose de pie y yéndose a su trabajo, Chito se veía triste.
Artemisa estaba recibiendo el dinero por parte de Andrés, -“toma tu dinero y desaparece de mi vida”- dijo Andrés serio, -“con esto me tendrás callada por unos años”- dijo Artemisa sonriente, -“¿unos años?, no, para toda la vida”- dijo Andrés, -“Andrés, sé que tienes otra familia por el norte, ¿crees que soy tonta?, tengo conocidos y se lo que haces por allá, ahora me voy a la selva a trabajar, me propusieron un buen empleo pero esta nos era la despedida sino un hasta pronto”- dijo Artemisa tomando su maleta y se marchó, Andrés enojado se quedó en el cuarto.
Santos estaba en su pueblo, llegaba a su casa ebrio, al ingresar vio su casa vacía, -“¿y mis muebles, donde están?”- dijo él enojado, registro su casa y estaba completamente vacía, llegaba su corral, -“mi casa…, malditos desgraciadas, que han hecho con mi casa, se llevaron todo, hasta si animales, me dejaron en la calle desgraciados”- dijo Santos enojado empezó a patear su puerta.
-“Buenas tardes señor Andrés, vine por el empleo que me había ofrecido a mi hermano y a mi”- dijo Gerónimo, -“es verdad, te lo había prometido, quiero que me ayuden en todo lo que puedan en mi casa, tendrán un buen sueldo, podrán pagarse un cuarto para vivir, me inspiran confianza se ven honrados, así que trabajarán conmigo dese hoy, también les enseñare a ser zapateros y cuando sean unos maestros, trabajaran para mí ¿qué dicen?”- dijo Andrés, -“¿y cuánto nos va a pagar?”- dijo Sandro, -“¿les parece bien esta cantidad?”- dijo Andrés dándoles un papel con una cantidad, -“si está bien, gracias”- dijo Gerónimo sonriente, -“y eso ganaran cada uno”- dijo Andrés, -“¿enserio cada uno?”- dijo Sandro sonriente, -“si, así que ya saben, no me fallen, métanle punche”- dijo Andrés, ambos hermanos le agradecían, Alejandra e Irma los miraban a los hermanos, ellas se reían y hablaban entre ellas.
Pasaron dos días, Fernanda llegaba a su casa, Andrés le acompañaba a bajar del taxi, al abrir la puerta, -“¡sorpresa!”- dijeron sus hijos y nietos, Fernanda contentaba estaba por la sorpresa, ver a toda su familia reunida, una gran mesa con bocaditos, un pastel globos de colores, -“ya que tu cumpleaños fue ayer y no pudimos celebrarte en el hospital, decidimos celebrarlo hoy, es tu cumpleaños mamá”- dijo Josefina sonriente, -“gracias hijos”- dijo Fernanda sonriente, empezó a soltar lágrimas, -“sin lágrimas mamá”- dijo Andrés, -“son lágrimas de facilidad hijo”- dijo Fernanda, -“¡feliz cumpleaños suegrita, conozca a su nieta!”- dijo Olinda presentándole a su nieta, Fernanda la cargaba, le daba un beso a su nieta, -“esta preciosa”- dijo ella, -“feliz cumpleaños mamá, te extrañamos mucho”- dijo Alejandra dándole un regalo, -“y yo a ustedes hijos, gracias”- dijo ella, -“feliz cumpleaños mamá, espero que te guste mi regalo que es el más bonito de todos”- Yuliana, -“de todos lo son”- dijo ella, ambas abrazaron a su madre. -“Mamá que bueno que te hayas recuperado, no pude ir a verte por que tenía mucho trabajo espero que me entiendas, estoy recién empezando y puedo quedarles mal a mis clientes”- dijo Ernesto, acercándose le dio su abrazo y su regalo, -“no te preocupes hijo, te entiendo”- dijo ella sonriente, -“suegrita me da mucho gusto verla de nuevo, tienen que ir a visitarme a mi casa, le va a encantar ver lo que me compro mi Ernesto, así que cuando pueda visíteme”- dijo Paulina sonriente, -“lo hare en uno de estos días”- dijo Fernanda fingiendo sonrisa. –“Mamá feliz cumpleaños, discúlpame por no ir a verte pero estuve enferma, una gripe fuerte”- dijo Leonora, -“si tía, tuve que estar atendiéndola, no me despegue de su lado para que se recupere”- dijo Chito, -“¿pero ya estas recuperada?”- dijo Fernanda, -“si, proe so estamos aquí, te extrañe mucho”- dijo Leonora queriendo llorar la abrazo, Fernanda le pregunto si le pasaba algo, -“nada”- dijo ella secándose las lágrimas, fingió una sonrisa. –“Mamá estamos muy contentos de verte recuperada, tengo que darte una noticia”- dijo Josefina sonriente, -“¿de qué se trata?”- dijo Fernanda, -“eh decidió que voy a trabajar en el mercado donde tu estas, seremos vecinas del puesto”- dijo Josefina sonriente, -“enserio que bueno mi hija”- dijo Fernanda alegre, -“si suegrita, Josefina tiene interés en trabajar desde que fue a cuidar su puesto, lo conversamos ira por las mañanas a trabajar cerca a usted”- dijo Martin sonriente. -“Ahora que estamos todos reunidos, podemos cantar el feliz cumpleaños a mamá”- dijo Alejandra, todos empezaron a cantarle el feliz cumpleaños, Fernanda sonreía al ver a todos reunidos. (Madre- Dina Paucar, canción de fondo).
Lo último que supe Santos es que anda vagando por las calles de Huamachuco, ya no le tienen respeto, creo que el mismo se perdió el respeto como ser humando, no lo deseo el mal, por fin es el padre de mis hijos, mis hijos ya no lo guardan rencor, pero si no se deja ayudar por ellos quien podrá ayudarlo, ahora me da pena verlo así.
-“Josefina y Martin se fueron a vivir en otro lugar de Trujillo, compraron un terreno más grande, hicieron una casa, y la casa la vendieron a mi hija Alejandra, Josefina y yo estamos juntas en el mercado, sus hijos ya son unos jovencitos, Irma y Leandro ya tienen familia, estoy segura que Martin que está en el cielo, estará cuidando de ellos.”- dijo Fernanda.
-“Andrés tuvo 4 hijas mujeres, el quinto hijo fue un varón que tanto quiso, su negocio de expandió por la selva, le va muy bien, tuvieron problemas con Olinda como toda pareja pero supieron solucionarlos, ahora sus hijos están yendo a la universidad, sus padres están orgullosos de todos ellos”- dijo Fernanda.
Leonora y Chito lograron tener tres hijos hombres, idénticos a su padre, Chito falleció luego de una enfermedad al hígado, a Leonora le costó trabajo superarlo, pero por sus hijos sigue adelante, cuenta con el apoyo de sus tres varones, además yo estoy viviendo con ella, no dejare a mi hija sola”- dijo Fernanda.
Ernesto ahora viaja a la capital a vender su zapatos para escolares, tuvo dos hijos, un hombre un joven idéntico a él y una niña que es un dulce, Paulina no cambio mucho, aunque se lleva bien con mis otras hijas, aún a mí no termina por convencerme, pero está feliz con mi hijo, es lo que importa”- dijo Fernanda.
Yuliana se enamoró de un hombre, tuvo dos hijos varones con él, pero al parecer se acabó el amor como muchas relaciones, al poco tiempo consiguió una nueva pareja y tuvo dos hijos más, a mí no me agrada el joven pero debo aceptar las daciones por fin es una mujer adulta, ahora se dedica al calzado para hombre, ella lo vende al norte del país”- dijo Fernanda.
Alejandra, mi hija la pequeña se hizo de compromiso con Gerónimo, ese muchacho no le da la vida que yo quisiera, me refiero a una vida de paz, pero ella con su carita triste solo me dice que podrá resolver sus problemas y que en me preocupe por ella, está trabajando en el mercado cerca de mi puesto, la veo contenta por sus cuatro hijos la veo más fuerte que nunca”- dijo Fernanda.
Una mano arrugadita por la vejez encendía la radio, (Leo Dan- Santiago querido, canción de fondo), -“Los hijos crecen, cada quien empieza a formar su familia, es la ley de la vida, dejarlos que ellos mismos construyan y sigan su camino, a veces una madre los trata de sobreproteger porque no quiere que se equivoquen, ni cometan errores, que no vayan a sufrir lo que una paso, pero es parte de la vida que ellos asuman sus errores y que puedan corregirlos pero no estarán solos, porque mientras yo tenga vida estaré apoyándolos, porque para una madre, el hijo malo no existe, somos humanos y nos equivocamos”- dijo Fernanda mirándose al espejo se peinaba, al dar media vuelta ya era una anciana mayor, habían pasado ya varios años. Fernanda sentada en una silla de ruedas, -“nos están esperando mamá”- dijo Leonora una mujer mayor, Fernanda vio a sus hijos, nietos reunidos, todos adultos, la esperaban para celebraban su cumpleaños número 90.
Fin
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, las canciones son las favoritas de esas épocas, 70 a 90. gracias
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