Seres vivientes pensantes sintientes
abandonados a su suerte
ciclos repetidos a saciedad
en un sociedad inclemente
corrupta en su esencia hipócrita
blasfema en la expresión de sus credos
en el rodar de la rueca hilante
hilarante en su orgullo y soberbia vanas
vaciados de su significado verdadero
confiados en fórmulas sin sentido auténtico
extraviados por sus guías ciegos
pastores incapaces de tomarse el cáliz
temerosos del poder insensato imperante
arraigados los corazones en sus vicios
las víctimas confundidas con los victimarios
escondidas las faces tras mascaradas
tras delirios de santidad o de maldad
la sinceridad desterrada por el lucro
al nacer el alma ya muerta
agonía de la ingenuidad innata
¿Dónde está nuestra razón de ser?
¿Es tapar nuestras vergüenzas
o huir de nuestros temores,
como las bestias en la noche?
El dolor no es mi objeción
ni siquiera la indiferencia
es el espectáculo insoportable y nauseabundo
de una humanidad que admira lo peor
la escoria que rezuma de sus poros
vístanlo como quieran
¡No me arrodillo ante vuestros
sucios egos sacralizados!
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