Nada más positivo que el árbol
con las ramas rotas y sin hojas
volando en medio del vendaval,
esperanzado a caer en tierra
echar raíces
y seguir viviendo.

Nada más feliz que una madre
viendo regresar a sus hijos,
sabiendo que la guerra ha terminado.

Nada más fuerte que la tierra
cargando el peso de nuestros inmensos sueños.

Nada más vivo que el amor
por los muertos.

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