Esta ese hombre distinto
que decidió salirse del esquema social,
no pisar ni ser pisado por sus iguales,
volar sin separar los pies del suelo
y mirar la cara del cielo.
Ese hombre incomprendido entre el látigo
y lo absurdo, resuelto a no moverse de nuevo,
no abrir sus ojos
y dejar de sentir el dolor,
el que reunió en sus palmas toda la paz del universo.
Ese hombre es un esclavo que no entendía porque
su color de piel lo definía, o la diferencia entre las religiones
y culturas que movían al mundo.
Nació atado a las cadenas que guiaban
a un destino que no veía como suyo, hasta que se
sentó y decidió que no se movería de nuevo.
Ese hombre murió,
fue destrozado y enterrado,
pero fue más libre que toda la humanidad junta.
Encontró el cielo dentro de sí,
la posibilidad de escoger,
escucho los gritos y pudo ignorarlos… al principio solo
fue valiente, al final encontró lo que todos buscamos,
libertad
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