Corazones en la Distancia

Corazones en la Distancia

Astra X

10/12/2024

La Despedida en el Aeropuerto

Después de dos semanas maravillosas juntos, llenas de risas, abrazos y momentos que quedarán grabados en mi corazón, llegó el día que tanto temíamos: la despedida. Por motivos de trabajo, debía regresar a la ciudad donde vivía, y aunque ambos sabíamos que este momento llegaría, no estábamos preparados para lo difícil que sería.

Ese día, el trayecto en el metro hacia el aeropuerto fue silencioso. Cada estación que pasaba sentía que me acercaba más al momento inevitable. Íbamos juntos, pero nuestras mentes estaban cargadas de pensamientos. Nos mirábamos de reojo, tratando de disfrutar hasta el último instante juntos, aunque el peso de la despedida ya comenzaba a sentirse.

Cuando llegamos al aeropuerto y llegó el momento de hablar, tus palabras me sorprendieron. Me miraste con seriedad y, en un tono lleno de emociones, dijiste:

—Ahora ya no vas a venir… Solo era un pasatiempo, ¿no?

Tus palabras dolieron, no porque las creyera, sino porque reflejaban lo difícil que era para ambos estar en esta situación. Fue nuestra primera diferencia como pareja, una conversación que no esperábamos tener. En ese momento entendí que, aunque nos amábamos profundamente, no estábamos exentos de las dudas y los miedos que trae consigo la distancia. No existen las parejas perfectas, pero quizá eso era lo que nos hacía reales, humanos.

Cuando llegó la hora de despedirnos, fue más duro de lo que jamás imaginé. Nos abrazamos con fuerza, como si quisiéramos detener el tiempo, pero la realidad nos golpeó: teníamos que separarnos. Ambos quedamos con el corazón roto, pero una promesa nos dio fuerzas para seguir adelante. Nos miramos a los ojos y dijimos:

—En diciembre nos volveremos a ver.

Esa promesa fue nuestro refugio, la luz al final del túnel que nos mantendría fuertes a pesar de la distancia.

Mientras avanzaba hacia la puerta de embarque, volteé una última vez. Ahí estabas tú, parada en la entrada, con la mirada fija en mí, los ojos brillantes de emociones encontradas. Esa imagen se quedó grabada en mi mente, recordándome que cada sacrificio valía la pena, porque lo que teníamos era verdadero.

La distancia era un nuevo reto en nuestra historia, pero en mi corazón sabía que, cuando hay amor, ni el tiempo ni los kilómetros pueden apagarlo.

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