Un hilo rojo
Sé muy bien que estoy atado a ti, y nada hará que ese hilo se rompa.
Intento seguir con mi vida, intento encontrar la felicidad aunque el motivo principal de mi dicha ya no esté conmigo.
Jamás olvidaré tu risa ni aquellos besos que se convirtieron en mi arrullo antes de dormir. Esos momentos de pura felicidad, donde todo parecía tan perfecto, tan completo, siguen vivos en mi memoria.
Rezo a diario para que las cartas de la vida jueguen a nuestro favor, para que el destino nos permita encontrarnos de nuevo.
Nunca dejaré de amarte. Estás grabada en lo más profundo de mi ser, y sé con certeza que nunca podré arrancarte de ahí.
Vives en mi corazón, y siempre serás la dueña absoluta de él.
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