Impacto del Uso Excesivo de Redes Sociales en el Desarrollo Integral de los Adolescentes: Desafíos y Soluciones

Impacto del Uso Excesivo de Redes Sociales en el Desarrollo Integral de los Adolescentes: Desafíos y Soluciones

Por:

Chavez Bautista, Daniel Jesus
Miranda Rosales, Jose Carlos
Ramos Sernaque, Katty Jasmin


¿Qué tan conscientes somos del impacto que las redes sociales tienen en el desarrollo emocional y social de los adolescentes? En el Perú, durante los últimos cinco años, el uso excesivo de redes sociales entre los adolescentes ha demostrado tener consecuencias negativas significativas en su bienestar emocional y social. Este problema requiere un enfoque preventivo y educativo que fomente un uso responsable y equilibrado de estas plataformas. Es crucial reflexionar sobre el papel de los padres, docentes y adolescentes en la promoción de hábitos saludables que permitan aprovechar los beneficios de la tecnología sin comprometer el desarrollo integral de los jóvenes.

La era del conocimiento trajo consigo diversos beneficios y ventajas para la humanidad, sin embargo, también conlleva otros riesgos como son las adicciones, en efecto, “la adicción a internet ha sido reportada en diversos contextos socioculturales y es motivo de preocupación por la afectación que originaría dentro de las relaciones interpersonales de quienes la padecen, así como en el ámbito familiar, laboral y académico» (Estrada et al., 2021, p. 142), tenemos la certeza que el uso excesivo de redes sociales no solo absorbe el tiempo de los estudiantes, sino que también tiene consecuencias negativas en su comportamiento y salud mental pudiendo desarrollar respuestas emocionales menos controladas; posiblemente debido a factores como el estrés, la falta de descanso adecuado o la exposición a contenidos conflictivos en línea. Esta realidad destaca un problema cada vez más común en los entornos escolares con el riesgo de quedar atrapados en patrones de dependencia que afectan tanto sus relaciones interpersonales como su rendimiento académico. Es decir, observamos que no solo afecta su salud mental, sino que también puede provocar conductas problemáticas como la agresividad. Es preocupante ver cómo algo que debería servir para conectar a las personas acaba generando, en muchos casos, un mayor aislamiento emocional y ansiedad. Además, esta dependencia a las redes les quita tiempo que podrían destinar a actividades que fomenten su desarrollo personal, académico o social fuera del mundo digital. Por eso creemos que es fundamental que tanto los padres como los profesores tomen un papel activo en orientar y moderar el uso de estas plataformas, buscando que los jóvenes encuentren un balance que les permita aprovechar la tecnología sin perjudicar su bienestar emocional y psicológico. ¿Son realmente efectivas las medidas preventivas en este campo? ¿Sería efectiva la inclusión de programas de educación digital para fomentar un uso más consciente y saludable de la tecnología?

Diversos estudios han evidenciado que el uso desmedido de redes sociales tiene un impacto significativo en la salud mental de los adolescentes, afectando tanto su bienestar emocional como sus relaciones interpersonales. Guzmán y Gélvez (2023) destacan que “se ha dado un incremento de seguidores en las redes sociales con un aumento exponencial de consecuencias asociadas a su uso problemático y desproporcionado, que provoca problemas en la salud mental en la población, especialmente los adolescentes” (p. 2). Tenemos la certeza de que el uso excesivo de redes sociales en adolescentes genera más perjuicios que beneficios, afectando profundamente su desarrollo emocional y social. Si bien estas plataformas ofrecen oportunidades para la comunicación y el aprendizaje, su diseño está enfocado en captar la atención de manera continua, lo que fomenta una dependencia emocional y una búsqueda constante de validación externa. Este comportamiento no solo afecta la autoestima de los adolescentes, sino que también la aleja de experiencias esenciales como el fortalecimiento de habilidades sociales cara a cara y el autocontrol. Además, reemplazan actividades clave para su desarrollo personal, como el tiempo en familia o el estudio. Por ello, es innegable que, aunque las redes sociales tienen aspectos positivos, el impacto negativo de la ansiedad, la depresión y la adicción prevalece si no se promueve un uso equilibrado. ¿Qué estrategias pueden ser efectivas para reducir el uso problemático de redes sociales en los adolescentes?, ¿podría la educación digital en las escuelas ser una herramienta para abordar esta problemática?

Reafirmando lo mencionado, es innegable que la tecnología se ha incorporado a la vida moderna de manera sostenida, por ello es necesario tener en cuenta las implicancias que trae consigo, al respecto Condori et al. (2023), menciona que:

el avance tecnológico en la sociedad que vivimos nos proporciona mayor comunicación, entretenimiento, información. Además, permite la interacción con otros familiares, amigos desde el anonimato, sin embargo, en los años actuales se evidencia las secuelas negativas con el uso o abuso de utilizar las aplicaciones que proporciona la tecnología» (p. 19)

No cabe duda de que, aunque la tecnología ha mejorado la comunicación y el acceso a la información, el uso excesivo de redes sociales también trae consecuencias negativas. Más allá de conectar a las personas, estas plataformas pueden generar dependencia, afectando la concentración y disminuyendo el interés en actividades importantes como el estudio y las relaciones personales, donde el abuso de las redes, en lugar de solo ser una herramienta de interacción, puede convertirse en un obstáculo para el bienestar emocional y social, especialmente en los jóvenes, quienes son más vulnerables a estos efectos. En este contexto, podemos decir que, aunque las redes sociales tienen un valor positivo en términos de conectividad y acceso rápido a la información, los valores negativos tienden a ser más fuertes cuando su uso se convierte en una adicción. Este uso excesivo puede afectar la salud mental, provocando ansiedad, estrés y, en algunos casos, aislamiento social. Creemos que el valor negativo principal radica en cómo pueden llegar a desplazar actividades importantes como el estudio o el tiempo en familia. Esto nos muestra que, si bien las redes pueden ser beneficiosas, es necesario usarlas con equilibrio para evitar que perjudiquen aspectos importantes de nuestras vidas. ¿Qué intervenciones podrían ayudar a reducir la adicción a redes sociales entre los estudiantes?, ¿sería efectiva la inclusión de programas de concientización en el uso de redes sociales en las universidades?

Es evidente que el uso excesivo de redes sociales entre adolescentes tiene consecuencias preocupantes en su desarrollo físico y psicológico. Como afirman Roque et al. (2022):

La adicción a redes sociales está asociado con las obsesiones, impulsos y comportamientos que provocan angustia, hostilidad en efecto el uso excesivo de ellos en los adolescentes provoca una alteración física y psicológica con el desarrollo del cerebro, formación de la identidad, habilidades sociales, emociones, ansiedad, depresión y hostilidad(p. 62).

Resulta claro que el uso constante y sin control de estas plataformas puede generar dependencia, ansiedad, y hasta hostilidad, interfiriendo en aspectos cruciales del crecimiento adolescente, como la formación de su identidad y habilidades sociales. La realidad que se muestra es que, aunque las redes sociales son una herramienta poderosa, su mal uso se convierte en una amenaza para la salud mental y el bienestar general de los jóvenes. Este problema expone la necesidad de crear conciencia sobre el impacto que el uso excesivo de redes puede tener y sugiere que los adolescentes necesitan límites y orientación para evitar estos efectos negativos en su desarrollo. Consideramos que el uso excesivo de las redes sociales en adolescentes presenta más valores negativos que positivos. Aunque estas plataformas permiten estar conectados y acceder a información, el problema surge cuando su uso se vuelve descontrolado, afectando la salud mental y el desarrollo personal de los jóvenes. En lugar de fomentar relaciones sanas y una autoestima equilibrada, el uso desmedido puede llevar a dependencia, ansiedad y problemas de identidad, pues los adolescentes buscan validación constante a través de «likes» y comentarios. Esto puede generar un impacto negativo en su vida diaria y en su capacidad para interactuar cara a cara, lo cual es fundamental en su etapa de crecimiento. Por eso, creo que el verdadero valor de las redes debería enfocarse en un uso moderado y consciente, evitando que interfiera con el bienestar emocional de los adolescentes. Si bien es cierto, las redes sociales ofrecen oportunidades de conexión y aprendizaje, pero por otro, si no se usan con moderación, se convierten en una fuente de problemas emocionales, como la ansiedad y el aislamiento. Esto plantea preguntas como: ¿Qué papel deberían jugar los padres y las instituciones educativas en la regulación de este uso?, ¿es posible desarrollar estrategias que permitan a los adolescentes disfrutar de los beneficios de las redes sin que afecten su salud mental? Además, ¿cómo podríamos educar a los jóvenes para que sean conscientes del impacto que las redes pueden tener en su bienestar?

La solución a la adicción a redes sociales entre adolescentes no puede limitarse únicamente al comportamiento individual, sino que requiere una colaboración activa entre padres, docentes y adolescentes. Como afirma Rodríguez de Pando (2020):

se pretende mostrar un programa deseable y útil para los adolescentes en la que los docentes y padres y/o tutores legales puedan implicarse y ser conscientes de los factores de riesgo que pueden provocar un uso inadecuado o abusivo de las redes sociales, para que éstos sepan cómo ayudar a los adolescentes a hacer un uso más adecuado y sano de ellas (p. 27).

Es razonable decir que la importancia de crear programas de prevención, no solo estén dirigidos a adolescentes, sino que también involucren activamente a sus padres y docentes. Podríamos decir que la solución a la adicción a redes sociales no debe centrarse únicamente en el adolescente, sino que requiere la colaboración de su entorno. La propuesta muestra la necesidad de que los adultos a cargo tengan las herramientas y conocimientos necesarios para reconocer los factores de riesgo y guiar a los jóvenes hacia un uso saludable de estas plataformas. Expone una realidad en la que, sin el apoyo y la educación adecuada en el hogar y en la escuela, los adolescentes pueden caer fácilmente en un uso excesivo o problemático de las redes sociales, afectando su desarrollo personal y emocional. En ese sentido, creemos que el valor positivo de esta propuesta es el enfoque en la responsabilidad compartida entre padres, docentes y adolescentes, ya que esto es esencial porque no solo se busca modificar el comportamiento del adolescente, sino también capacitar a los adultos para que puedan identificar y manejar los factores de riesgo en el uso de redes sociales. Involucrar a los padres y profesores añade un elemento de apoyo constante y crea un entorno más seguro y consciente para los adolescentes. Creo que este enfoque tiene un gran valor porque fomenta una educación integral y preventiva, donde los jóvenes no solo reciben normas, sino también comprensión y guía en su entorno cotidiano. Esta perspectiva resalta la importancia de una intervención educativa conjunta y de que los adultos en el entorno del adolescente estén informados y preparados para actuar. Las preguntas que nos hacemos son: ¿Están los padres y docentes realmente capacitados o dispuestos a asumir este rol en la era digital?, ¿qué recursos o apoyo adicional necesitan para poder guiar efectivamente a los adolescentes?

Es innegable que abordar el uso excesivo de redes sociales en adolescentes requiere un enfoque basado en datos confiables y diagnósticos precisos. Martín et al. (2021) afirman que “para el diagnóstico en los grupos de riesgo detectados, la evaluación psicológica que guíe la intervención educativa debe ser complementada con… tests validados” (p. 313). Estamos de acuerdo con la idea de que para abordar eficazmente el uso excesivo de redes sociales en adolescentes, es esencial realizar evaluaciones psicológicas respaldadas por tests validados, lo cual se daría a través de intervenciones educativas, las cuales deben basarse en diagnósticos precisos que identifiquen los factores de riesgo específicos en cada adolescente. Al utilizar herramientas de evaluación confiables, los profesionales pueden diseñar estrategias personalizadas que aborden las necesidades particulares de los jóvenes afectados. Consideramos que este enfoque es fundamental para enfrentar el problema del uso excesivo de redes sociales. La utilización de tests validados asegura que las evaluaciones sean objetivas y confiables, lo cual es crucial para diseñar intervenciones efectivas. Además, al centrar las acciones en datos precisos, se optimizan los recursos y se aumenta la probabilidad de éxito en la reducción de la adicción a las redes sociales entre los adolescentes. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Están las instituciones educativas y de salud mental en Perú equipadas con los recursos y personal capacitado para llevar a cabo estas evaluaciones? ¿Cómo se puede garantizar que los resultados de estos tests se utilicen adecuadamente para guiar intervenciones efectivas? Es necesario reflexionar sobre la implementación práctica de este enfoque y considerar políticas públicas que faciliten el acceso a herramientas diagnósticas y formación especializada para los profesionales involucrados.

Abordar la adicción a redes sociales en adolescentes requiere soluciones prácticas y efectivas que consideren su realidad social y emocional. Según Sánchez (2022), «como objetivo general se plantea proponer un programa cognitivo conductual para reducir la adicción de redes sociales en estudiantes del nivel secundario de una I.E en Moche, 2022» (p. 28). La propuesta de Sánchez Condori sugiere un programa cognitivo conductual como solución para reducir la adicción a redes sociales en estudiantes de secundaria. Tenemos la idea de que este enfoque busca dotar a los adolescentes de herramientas para reconocer y gestionar el uso excesivo de redes, promoviendo hábitos más saludables y controlados. Con técnicas específicas, el programa pretende modificar los pensamientos y conductas adictivas, ayudando a los estudiantes a mejorar su autocontrol y bienestar emocional. En nuestra opinión, la propuesta tiene un valor positivo importante, ya que aborda de manera práctica y específica la adicción a redes sociales en adolescentes, un problema actual que impacta en su desarrollo psicológico y social. La elección de un enfoque cognitivo conductual es especialmente acertada, ya que este tipo de intervención ha demostrado ser eficaz para modificar patrones de conducta y pensamiento, lo cual es crucial para formar hábitos de uso saludable en redes. Además, el programa tiene un valor preventivo al enfocarse en jóvenes, lo cual podría reducir problemas emocionales y sociales a largo plazo. Destacamos el enfoque práctico de la propuesta para abordar la adicción a redes en adolescentes, usando técnicas efectivas de control de hábitos. Sin embargo, surgen preguntas sobre su eficacia en un entorno de uso constante de redes y sobre cómo adaptará el programa a las diferentes necesidades de cada estudiante. Esto resalta la importancia de evaluar y ajustar el programa en función de los resultados individuales.

No cabe duda de que la educación digital comienza en casa, y los padres desempeñan un papel fundamental en la formación de hábitos responsables en el uso de redes sociales. Astorga y Schmidt (2019) señalan que:

Educar en ciberseguridad en el uso de las redes sociales en línea es responsabilidad, en primera instancia, del padre y la madre de familia, por ende, es necesario que se establezca una metodología de enseñanza y aprendizaje bilateral; de manera que el sujeto adulto se autoeduque y actualice constantemente en normas de seguridad y manejo de las redes sociales (p. 17).

Realmente, es innegable que los padres tomen un rol activo en la educación digital de sus hijos, especialmente en temas de ciberseguridad, sin embargo, la realidad actual revela que muchos adultos carecen de los conocimientos necesarios para guiar adecuadamente a sus hijos, exponiéndolos a los múltiples riesgos que implica el uso desmedido o inadecuado de las redes sociales. Esto subraya la necesidad de establecer una cultura de ciberseguridad en los hogares, donde los padres no solo supervisen, sino también se eduquen de manera constante en el manejo de estas plataformas. Desde nuestro punto de vista, el valor positivo en las declaraciones radica en la responsabilidad compartida entre padres e hijos para enfrentar los riesgos de las redes sociales. Creemos que este enfoque fomenta una cultura de ciberseguridad en el hogar, donde los padres no solo supervisan, sino que también educan y guían de manera informada. Esto es importante porque, en un entorno digital en constante cambio, los adolescentes necesitan orientación y límites claros que solo pueden establecerse si los adultos comprenden plenamente las plataformas que sus hijos usan. Además, al implicar a los padres, se promueve una relación de confianza, donde los jóvenes pueden aprender a usar la tecnología de forma segura y responsable. Se puede destacar el enfoque en la responsabilidad de los padres para educarse y así poder guiar a sus hijos en el uso seguro de las redes sociales, sin embargo, esta idea también genera algunas interrogantes como: ¿Están todos los padres realmente preparados para asumir esta responsabilidad en un mundo digital tan complejo? ¿Existen suficientes recursos accesibles para que los adultos puedan educarse adecuadamente sobre ciberseguridad?

En conclusión, el uso excesivo de las redes sociales entre los adolescentes genera graves consecuencias en su desarrollo emocional, social y mental. Como hemos argumentado, esta dependencia tecnológica provoca ansiedad, agresividad, aislamiento y una pérdida de habilidades interpersonales, cuestiones abordadas en los textos analizados. Es crucial implementar programas educativos que involucren a docentes y padres, promover evaluaciones psicológicas adecuadas y fomentar una cultura de ciberseguridad en los hogares. Este problema exige un enfoque integral y preventivo, donde la moderación en el uso de redes se convierta en un hábito saludable. Solo así lograremos un equilibrio entre los beneficios de la tecnología y el bienestar de nuestros jóvenes. ¿Estamos preparados como sociedad para asumir esta responsabilidad?

Referencias

Astorga-Aguilar, C., y Schmidt-Fonseca, I. (2019). Peligros de las redes sociales: Cómo educar a nuestros hijos e hijas en ciberseguridad. Revista Electrónica Educare, 23(3), 1-24. https://doi.org/10.15359/ree.23-3.17

Bueno García, R. (2023). Propuesta de reducción del impacto negativo asociado al uso de las redes sociales por adolescentes [Tesis de Maestría, Universidad Miguel Hernández de Elche] https://hdl.handle.net/11000/32742

Condori Sinty, T., Quispe Mamani, A., y Quiro Sucapuca, Y. (2023). Adicción a redes sociales y cansancio emocional en estudiantes universitarios de la carrera de Psicología de una universidad privada en la ciudad de Juliaca, 2022. Revista Científica de Ciencias de la Salud, 16(2), 18-32. https://doi.org/10.17162/rccs.v16i2.19594

Estrada Araoz, E. G., Mamani Roque, M., Gallegos Ramos, N. A., y Mamani Uchasara, H. J. (2021). Adicción a internet y agresividad en estudiantes peruanos de educación secundaria. Apuntes Universitarios, 11(1), 140-157. https://doi.org/10.17162/au.v11i1.560

Guzmán Brand, V. A., y Gélvez García, L. E. (2023). Adicción o uso problemático de las redes sociales online en la población adolescente. Psicoespacios, 17(31), 1-18. https://doi.org/10.25057/21452776.1511

Martín-Martín, M., Asensio-Muñoz, I., & Bueno-Álvarez, J. A. (2021). Uso de las redes sociales en estudiantes de secundaria: análisis de perfiles para la intervención educativa. Revista Complutense de Educación, 32(3), 303-314. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8021133

Roque Rengifo, D. O., Alvarez Monteza, M., Gastelo Barrantes, K. J., y Ramírez Vega, C. (2022). Adicción a redes sociales y agresión en los adolescentes de la provincia de San Martín. Revista Científica de Ciencias de la Salud, 15(1), 60-69. https://doi.org/10.17162/rccs.v15i1.1756

Sánchez Condori, C. M. (2022). Propuesta de un Programa Cognitivo Conductual para reducir la Adicción de Redes Sociales en Adolescentes de una Institución Educativa en Moche [Tesis de maestría, Universidad Nacional de Trujillo] https://hdl.handle.net/20.500.12692/100351

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