En el mundo de los negocios, muchos tienden a enfocarse solo en los números.
Y claro, los números son importantes: márgenes, ganancias, productividad, ROI… todo eso tiene su lugar.
Pero hay algo más que hace que los números cobren vida: el impacto que generamos en el planeta, en las personas y en los productos o servicios que ofrecemos.
¿Por qué? Porque, como bien dijo Dale Dauten, “el ganador es siempre el que muere después de haber disfrutado las mayores alegrías”.
Y esas alegrías no se miden solo en billetes, sino en el legado que dejamos, la calidad de vida que mejoramos y el mundo que cuidamos.
Al final, si no cuidamos esos tres pilares, planeta, personas y calidad. ¿qué estamos ganando realmente?
El planeta: nuestro hogar no tan renovable
Cuando hablamos de cuidar el planeta, parece obvio, ¿no?
“Sí, claro, reciclamos en la oficina, usamos bombillas LED y tenemos el logo verde en la web».
Pero la verdad es que el cuidado ambiental va mucho más allá de pequeños gestos.
Se trata de decisiones a largo plazo y de pensar en la sostenibilidad como una parte fundamental del negocio.
En ROI Agile sabemos que esto no es solo una moda, sino una necesidad.
Hemos visto que las empresas que se comprometen de verdad a reducir su huella de carbono o a adoptar prácticas de economía circular no solo mejoran su reputación, sino que también aumentan su rentabilidad.
¿Por qué? Porque los consumidores hoy valoran mucho más una marca que cuida el medio ambiente.
Y aquí viene el verdadero truco: la sostenibilidad también genera ahorros.
Hace un tiempo, uno de nuestros clientes decidió implementar una política más agresiva en la reducción de plásticos en sus productos.
Al principio, parecía una movida arriesgada, pero con el tiempo descubrieron que, al optimizar sus empaques y reutilizar ciertos materiales, lograron no solo reducir costos, sino que también ganaron una base sólida de clientes fieles que apreciaban este cambio.
¡Y eso que al principio tenían miedo de que «el público no lo notara«!
Como diría Steve Chandler: «Ser la causa, no el efecto».
Si queremos un cambio positivo en el mundo, debemos ser los pioneros y no esperar a que todo el mundo nos siga.
Las personas: el motor detrás de cada negocio
Esto es simple: sin personas, no hay empresa.
Si no cuidamos a quienes trabajan con nosotros, las ideas brillantes, las estrategias grandiosas y las mejores intenciones se quedan a medias.
A menudo, nos encontramos con gerentes que, al ver que los resultados no llegan, descargan su ansiedad en sus equipos.
Y aquí hay un secreto: cuando nos volvemos ansiosos y transmitimos ese nerviosismo, lo único que logramos es que los demás quieran salir corriendo lo más rápido posible.
Una vez trabajamos con un equipo en donde los gerentes estaban desesperados porque los números no cerraban.
La solución no fue gritar más fuerte ni poner más presión, sino todo lo contrario: ayudarlos a encontrar una estabilidad interna y a comunicarse de manera más efectiva.
Uno de los puntos que marcamos fue la importancia de cumplir con todas las promesas, incluso las triviales.
Vincent van Gogh tenía razón cuando decía que las grandes obras no se logran de golpe, sino gracias a la suma de pequeños sucesos.
Prometer algo a un colaborador y cumplirlo, aunque sea algo tan simple como ese café prometido en una reunión, puede marcar una gran diferencia en la confianza y la motivación.
El bienestar de las personas en una organización va de la mano con la calidad del trabajo que producen.
Cuando los empleados se sienten escuchados, valorados y apoyados, sus niveles de productividad suben.
Más importante aún, la innovación y las ideas fluyen con mayor facilidad. ¿Y qué empresa no quiere eso?
Cuidar a las personas significa invertir en ellas, no solo con salarios justos, sino con un ambiente donde sientan que su trabajo tiene un impacto real.
Productos y servicios: calidad en todo lo que hacemos
En cuanto a los productos y servicios que ofrecemos, es crucial que sean seguros y de calidad.
¿Quién quiere asociarse a una empresa que vende algo que puede dañar a sus clientes?
La reputación, la confianza y la fidelidad del consumidor dependen de la seguridad y la calidad de lo que ofrecemos.
Esto no significa que todo tiene que ser perfecto desde el primer día.
De hecho, a veces los productos evolucionan, pero lo que no puede fallar es el compromiso con la mejora continua y con la seguridad.
Uno de nuestros principios en ROI Agile es la entrega de valor constante, lo que significa que siempre estamos buscando maneras de mejorar los productos y servicios de nuestros clientes.
Y no se trata solo de evitar riesgos o problemas legales; se trata de crear algo que las personas realmente quieran y necesiten.
Cuando se habla de calidad, no es solo el material o el diseño del producto lo que cuenta, sino la experiencia completa del cliente.
Desde el momento en que alguien compra hasta que usa el producto o servicio, esa experiencia debe ser impecable.
Un buen ejemplo de esto es una empresa con la que trabajamos que, después de varios reclamos de clientes por defectos en un producto, decidió tomar medidas drásticas: retirar todo el stock defectuoso, aunque eso significara pérdidas importantes en el corto plazo.
A largo plazo, sin embargo, esa decisión les generó más confianza y lealtad de sus clientes, demostrando que estaban comprometidos con la calidad y seguridad de lo que ofrecían.
Cerrando con broche de oro: lo que podemos aprender
Al final, como diría George Allen, “la mayoría de las personas alcanzan el éxito porque se proponen continuar hasta lograrlo”.
Si queremos ser responsables en los negocios y cuidar el planeta, las personas y la calidad de nuestros productos o servicios, no podemos abandonar en el primer intento.
¿Qué podemos aprender de esto?
- Ser la causa, no el efecto:
Si queremos un mundo más verde, empresas más humanas y productos de calidad, tenemos que ser los primeros en actuar.
No se trata de esperar a que otros cambien; se trata de liderar con el ejemplo. - Cumplir con todas las promesas, incluso las pequeñas:
Esto crea confianza, tanto dentro como fuera de la empresa.
No subestimemos el poder de los pequeños gestos y cómo pueden generar un impacto mayor. - No abandonar nunca:
Los cambios significativos requieren tiempo.
La sostenibilidad, la motivación del equipo y la mejora de productos no suceden de la noche a la mañana.
Hay que perseverar, ajustando el rumbo cuando sea necesario, pero sin dejar de avanzar.
Las 3P:Consejos para prevenir problemas comunes
Finalmente, aquí van algunos consejos prácticos para prevenir problemas en estos tres pilares:
- Planeta:
Realiza auditorías periódicas para evaluar tu huella ambiental y busca formas de mejorar.
No te conformes con solo cumplir las normativas, ve más allá. - Personas:
Invierte en formación continua para tu equipo.
No todo es capacitación técnica; también es importante fomentar habilidades blandas como la comunicación y la empatía. - Productos y servicios:
Establece controles de calidad rigurosos desde el inicio del proceso de producción. Más vale prevenir problemas antes que tener que enfrentarlos luego.
En resumen, cuando cuidamos las 3P, el planeta, las personas y la calidad, los números en nuestra empresa también tienden a mejorar.
Pero más allá de eso, lo que estamos haciendo es construir una empresa que tiene un impacto positivo en el mundo, y eso, al final del día, es lo que realmente cuenta.
Preguntas
Aquí tienes 5 preguntas de autoevaluación para que tu empresa se examine en el tema
- ¿Tu empresa tiene políticas claras de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente?
- ¿El bienestar y desarrollo de los empleados es una prioridad constante en tu empresa?
- ¿Tus productos o servicios cumplen con estándares estrictos de seguridad y calidad?
- ¿Tu empresa cumple con todas las promesas hechas a clientes y colaboradores, incluso las triviales?
- ¿Tu empresa busca constantemente innovar y mejorar sus procesos, productos o servicios?
Si una o más respuestas fueron negativas, hay trabajo que hacer y somos los candidatos ideales para ayudarte a hacerlo.
- Implementación de Responsabilidad Social Empresaria
- Gestión del cambio organizacional
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