En la oscuridad de la noche perpetuamente entre mis ojos tengo un agonizante dolor que desencadena un grito asfixiante en la playa de mi iris donde habita el amor hacia mi doncella varada que se pregunta donde quedo el sol, los ecos la perturban y a lo lejos casi insonoro pero sofocador como el zumbido de una abeja el grito suena en el viento, las olas estrepitosas con cada vuelco aplauden los ecos que retumban en las pocas rocas encalladas en la orilla de mis pupilas.
Ojalá fuera tan hermoso y apacible como se escucha, ojalá fuera un lugar donde siempre pueda volver, pero es una fantasía muy linda para ser parte de la simple vida, de una vida que te toma de la mano te enseña a rodar y sostenerte, luego a gatear inclusive caminar para finalmente soltarnos para correr. Para correr, al principio felizmente por la embriaguez de la libertad por la desesperación de vivir, pero cada quien encuentra su barranco, su limite o su camino talvez.
Esta velada simplemente no veo ya el campo amplio en el que corría, no siento la suave brisa que me llenaba la sangre de avidez y frescura ni si quiera creo que encuentre el mismo barranco de mi prematura vida, solo veo un camino y solo lo veo si miro al frente o al piso , sin embargo tu sabes bien que prefiero mirar al frente que perdérmelo, ese camino está lleno de rieles oxidados y fornidos también de viejos tablones ya oscuros por la eternidad de su existencia, el viento sopla, mi corazón se acelera, la vida silvestre se queda callada ante su presencia, unas luces desorbitan mis ojos y ese sonido otra vez agobiante se acerca muy rápido, antes del impacto mis ojos se ajustan y miran sorprendidos, el agobiante dolor entre mis ojos no es mas que el recuerdo de tu estadía en mi cuerpo.
Si, así es, quizás solo es a mi pero el recuerdo de ti empieza en mis ojos, ahí es donde duermes mientras mi corazón respira y muere con cada día que pasa esperando el momento en el que despiertas, para que los consuele la dulce melodía de tu voz y la elocuencia de tus historias, divina tu voz, radiante e incluso vibrante, tan vibrante que el resonar de tu quejido recorre mis articulaciones para sacar de la rutina a mi pobre corazón , y es ahí cuando mis ojos no te quieren soltar, sabe que si llegas totalmente al centro de mi vida probablemente sea una noche larga llena de sudores y humo, llena del mas grande deseo de un hombre, tú.
Es la maldición de mi vida, te amo y te odio, te amo con tal remordimiento que mis ojos es el único lugar que te mereces, porque es el único lugar donde llega mi amor y lo mas puro de mi alma, es mis ojos la llave de mi ser, pero tu tienes negada la cerradura porque si la cruzaras mi odio te devoraría hasta no dejar ni migajas, y mi amor por ti quedaría atrapado, o atrapada como una niña en el fondo de un pozo sin nadie a su alrededor, talvez mi niña esta perdida en la oscuridad de mis pupilas o de la tuyas no obstante nunca vas a cruzar esa puerta por eso eres mi niña, la niña de mis ojos.
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