EL ESTRÉS ACADÉMICO: ¿UN OBSTÁCULO INEVITABLE EN LA UNIVERSIDAD?”

En el contexto universitario, especialmente en la Facultad de Derecho de la Universidad Privada del Norte, campus Los Olivos, el estrés se presenta como un fenómeno omnipresente. Este, a menudo afecta el rendimiento académico de los estudiantes, condicionando su estabilidad emocional y su desempeño general. ¿Es posible abordar y mitigar este problema para garantizar una experiencia educativa más equilibrada?

Según Silva-Ramos et al. (2020), el estrés es una reacción ante estímulos negativos que genera un desequilibrio cuando la presión supera la capacidad de respuesta del individuo. Este desequilibrio no solo afecta el estado emocional, sino que impacta directamente en el rendimiento académico. Sin embargo, lo preocupante es cómo se normaliza este fenómeno como un componente inherente a la educación superior.

¿Deberíamos aceptar el estrés como un mal necesario para alcanzar la profesionalización? Esto plantea un debate esencial: mientras algunas perspectivas consideran el estrés como un reflejo de la exigencia académica, otros lo ven como un síntoma de estructuras educativas que priorizan la productividad sobre el bienestar.

El entorno también juega un papel determinante. Vera y et al. (2023) señalan que la percepción del estrés varía según el contexto y la sensibilidad individual. Durante la pandemia, por ejemplo, la transición a la educación virtual exacerbó los niveles de estrés al reducir las interacciones sociales y sobrecargar a los estudiantes con trabajos independientes. La falta de contacto humano y el aislamiento fueron detonantes de ansiedad y síntomas depresivos, factores que aumentaron la deserción académica.

Estos hallazgos nos llevan a cuestionar: ¿Es el modelo educativo actual lo suficientemente flexible para adaptarse a las necesidades emocionales de los estudiantes? ¿Qué podemos aprender de este período para prevenir futuros picos de estrés?

Afortunadamente, existen estrategias de la vida universitaria. Este enfoque no solo perpetúa el problema, sino que subestima sus consecuencias a largo plazo, como la ansiedad, la depresión y, en casos extremos, la deserción académica.

El estrés no solo es resultado de las demandas internas de cada estudiante; también es una consecuencia de estructuras académicas que sobrecargan a los alumnos. ¿Es realmente necesario aceptar el estrés como inherente al proceso educativo? ¿O sería más adecuado rediseñar las dinámicas académicas para priorizar la salud mental y el aprendizaje significativo?

Espinosa-Castro et al. (2020) sugieren que adoptar un estilo de vida saludable es esencial para manejar el estrés. Esto incluye una buena alimentación, descanso adecuado y actividad física regular. Sin embargo, aunque estas prácticas son útiles a nivel individual, no abordan las raíces estructurales del problema.

Por otra parte, las técnicas como la relajación muscular de Jacobson, mencionadas por Zuazua y Ramírez (2017), ofrecen herramientas prácticas para manejar los síntomas físicos del estrés. Aunque efectivas, estas estrategias pueden ser insuficientes si no se acompañan de un cambio integral en el entorno académico.

Finalmente, fomentar la interacción social y el apoyo mutuo, como proponen Zapo, Huamán y Valderrama (2023), podría ser clave para crear una red de apoyo entre estudiantes. La creación de grupos de estudio y el acceso a servicios de orientación pueden no solo mejorar el rendimiento académico, sino también promover el bienestar emocional.

Es crucial cuestionar las dinámicas actuales que perpetúan el estrés como algo inevitable en la vida universitaria. Si bien los estudiantes pueden adoptar estrategias individuales para manejar el estrés, las instituciones educativas tienen la responsabilidad de implementar políticas educativas que reduzcan sus causas estructurales. Estas podrían incluir la revisión de cargas académicas, la promoción del bienestar integral y la formación de docentes para detectar y manejar situaciones de estrés en los alumnos; con el fin de empaticen con las formas de estrés que pueden presentar los estudiantes.

En conclusión, opino que el estrés no debe ser visto como un requisito para el éxito académico. Más bien, es un síntoma de sistemas educativos que necesitan adaptarse para formar no solo profesionales competentes, sino también personas emocionalmente saludables y equilibradas. ¿Está la educación superior preparada para dar este paso? La respuesta a esta pregunta definirá el futuro de las generaciones universitarias y las formas educativas que adopten considerando la prevalencia del bienestar de cada estudiante.

Referencias Bibliográficas

Armenta Zazueta & et al. (2020). Influencia del estrés en el rendimiento académico de estudiantes universitarios. Espacios, 41, 402-415. https://www.researchgate.net/profile/Lizeth-Armenta-Zazueta/publication/348096482_Influencia_del_estres_en_.pdf

De los Rios Z., D. (2023). Relación entre el estrés académico y satisfacción familiar en estudiantes universitarios de una universidad privada de Lima- Perú. PUCP. http://hdl.handle.net/20.500.12404/26603

Espinosa-C., J, Hernández-L. J., Rodríguez, J. E., Chacín, M., & Bermúdez-P., V. (2020). Influencia del estrés sobre el rendimiento académico. AVFT–Archivos Venezolanos de Farmacología y Terapéutica, 39(1).http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_aavft/article/view/18707

Silva-Ramos, M. F., López-Cocotle, J. J., & Meza-Zamora, M. E. C. (2020). Estrés académico en estudiantes universitarios. Investigación y ciencia, 28(79), 75-83. https://www.redalyc.org/journal/674/67462875008/67462875008.pdf

Vera-Calmet & et al. (2023). Psychometric Properties and Sociodemographic Profile of the Perceived Stress Scale in Peruvian University Students. Academic Journal of Interdisciplinary Studies 12 (4). https://pdfs.semanticscholar.org/234e/07c2c765ea083d1daa3dea4b2a328cd16257.pdf

Zapo, S. T. O., Huamán, H. I. M., & Valderrama, C. J. M. (2023). Impacto del estrés en el rendimiento académico de los estudiantes universitarios. Hacedor&, 7(2), 120-132. https://revistas.uss.edu.pe/index.php/HACEDOR/article/view/2525

Zuazua, A. L. V., & Ramírez, M. T. G. (2017). Intervención cognitivo-conductual y centrada en soluciones para disminuir el estrés académico en estudiantes universitarios. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 18(4), 1363-1387. https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=70107

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