Responsabilidad social y ciudadanía
La Violencia Digital en Estudiantes: Un Desafío Emergente para el Bienestar y la Educación en 2024
Castillo Cadeniillas Daniel
Paico Santos Wiseman
Vargas Rivera Michael
Villanueva Portilla David
En la actualidad, los estudiantes están cada vez más inmersos en el mundo digital, lo que plantea tanto oportunidades como riesgos. ¿Pero qué ocurre cuando este entorno virtual se convierte en un espacio de acoso y violencia? La violencia digital, o ciberacoso, se ha convertido en una problemática creciente en Lima, Perú, afectando profundamente a los jóvenes en su salud mental, su rendimiento académico y su bienestar social. Aunque las autoridades han implementado leyes y estrategias para combatir este fenómeno, los casos siguen siendo alarmantemente frecuentes. Por ello, es urgente adoptar una postura firme contra este tipo de agresiones, promoviendo el respeto y la empatía en el uso de las plataformas digitales. Así, el propósito de este artículo es analizar el impacto de la violencia digital en los estudiantes limeños y proponer soluciones que ayuden a crear un entorno virtual más seguro y protector para las nuevas generaciones.
En el contexto actual, la violencia digital ha cobrado relevancia en diversos países, incluidos aquellos de América Latina, y Lima-Perú, no es una excepción. Al respecto, Cáceres y Valkiria (2024) señalan que en los últimos tiempos «se denota un incremento en casos de violencia digital a nivel internacional y propiamente en Bolivia, lo que indica que: ‘En 2021, se recibió 3.504 denuncias de violencia sexual contra menores, casi 10 por día. Se desconoce cuántas fueron resultado de captación de las víctimas por medios digitales'» (p. 11). Este dato pone de manifiesto la magnitud del problema, especialmente en entornos en línea como redes sociales, donde los menores son vulnerables a ser captados y acosados. En mi opinión, la falta de normativas claras que protejan a las personas en el ámbito digital se convierte en una deficiencia legal, lo que deja a las víctimas desprotegidas. Por esta razón es crucial que los marcos legales se actualicen para incluir delitos cometidos en plataformas virtuales, protegiendo así tanto a estudiantes como a docentes en el entorno educativo.
A lo largo de los últimos años, el avance de las tecnologías ha transformado las interacciones sociales, dando paso a nuevas formas de violencia, como el ciberacoso. En este sentido, Acebedo y Cabrera (2024) señalan que «el ciberbullying es una modalidad de violencia entre pares que se manifiesta mediante el empleo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)» (p. 123). Este fenómeno ha adquirido mayor visibilidad debido al uso extendido de las redes sociales, que se han convertido en un espacio donde las agresiones se manifiestan de diversas maneras. En mi perspectiva, el estudio realizado en una universidad revela que los agresores son predominantemente hombres, mientras que las mujeres suelen ser las principales víctimas, con formas de acoso que incluyen mensajes ofensivos y amenazas. A nuestro juicio, lo que más llama la atención es la actitud pasiva de los testigos, quienes en su mayoría no intervienen, lo que perpetúa el ciclo de violencia. Este hallazgo subraya la necesidad urgente de implementar programas de concientización y prevención dentro de las instituciones educativas, para que tanto víctimas como observadores aprendan a actuar de manera responsable frente a estos incidentes.
La violencia digital también tiene un impacto directo sobre la salud mental de las víctimas, particularmente cuando se trata de adolescentes. En este contexto, Garaigordobil y Larrain (2020) explican que «víctimas, cibervíctimas, agresores y ciberagresores no-heterosexuales, comparados con los heterosexuales, tendrán significativamente peor salud mental, lo que se manifestará en más síntomas de depresión, ansiedad social, mayor psicopatología general y más síntomas psicopatológicos diversos» (p. 81). Este estudio revela la alta vulnerabilidad de los adolescentes LGTB, quienes enfrentan mayores tasas de trastornos como ansiedad y depresión a raíz del ciberacoso. En nuestra opinión, este hallazgo resalta la urgente necesidad de implementar estrategias de prevención y apoyo en las escuelas, dirigidas específicamente a proteger a este grupo particularmente vulnerable. Además, esto invita a reflexionar sobre cómo las instituciones educativas pueden ser más inclusivas y proteger de manera efectiva la salud mental de los adolescentes frente a la violencia digital.
Por otro lado, el uso intensivo de las redes sociales puede generar riesgos de adicción, especialmente entre los adolescentes. Al respecto, Klimenko et al. (2024) sostienen que «evaluar el riesgo de adicción a redes sociales e internet en 324 adolescentes colombianos reveló mayor riesgo en mujeres para redes sociales y en hombres para videojuegos y contenido sexual» (p. 38). Este fenómeno de adicción está vinculado a una serie de problemas de salud mental, como la ansiedad y la baja autoestima, lo que agrava aún más el impacto de la violencia digital. Considero que, en vista de estos resultados, es crucial desarrollar programas educativos que fomenten habilidades emocionales y de autorregulación entre los jóvenes, para que puedan hacer un uso equilibrado y saludable de las tecnologías. En consecuencia, me parece que la implementación de estos programas en el ámbito escolar es fundamental para crear una generación más consciente y responsable en el uso de las redes sociales.
En ese marco, el papel de los estudiantes de comunicación social puede ser fundamental en la creación de un ambiente educativo más seguro y respetuoso. En este sentido, Rivas y Munive (2019) afirman que «el propósito y objetivo como estudiantes de comunicación social es promover un cambio social a través del uso de las teorías de la comunicación que permitirá la elaboración de una estrategia comunicativa y ayudará a disminuir o mitigar las posibles conductas y/o prácticas que se puedan estar presentando o que sean repetitivas dentro de las instalaciones del colegio, dando así el grado de importancia que tiene esta práctica dentro de las ciencias sociales y su influencia en el uso de un lenguaje adecuado previniendo hostigamientos, faltas verbales y divulgación de material íntimo o sensible» (p. 7). Tenemos la certeza que los estudiantes de comunicación social, al estar inmersos en la dinámica digital, tienen una perspectiva única para abordar problemas como el ciberacoso y la difusión irresponsable de contenido. La intervención de los estudiantes para corregir conductas inapropiadas podría ser clave para fomentar un sentido de comunidad y responsabilidad compartida, contribuyendo así a la creación de un entorno más seguro y empático en el ámbito digital.
En la lucha contra la violencia digital, es esencial involucrar a las instituciones educativas para crear programas educativos eficaces. En este contexto, García (2023) plantea que «el acoso y el ciberacoso afectan profundamente a los adolescentes, quienes están en un proceso crucial de formación de su identidad» (p. 81). Por ello, es crucial que las escuelas implementen programas educativos sobre empatía, involucren a las familias y establezcan espacios de escucha. Aseveramos que este enfoque integral puede ser fundamental para prevenir y mitigar los efectos negativos de la violencia digital, creando comunidades inclusivas y protegiendo a los jóvenes. Sin embargo, también es necesario cuestionar si estas iniciativas son realmente suficientes y si se están adaptando adecuadamente a las necesidades de los estudiantes en la era digital.
La educación en ciudadanía digital juega un papel clave en la prevención del ciberacoso y la violencia digital. Al respecto, Aznar-Martínez et al. (2024) señalan que «para combatir eficazmente el ciberacoso y la violencia digital, es esencial proporcionar una educación integral sobre la ciudadanía digital. Los programas deberían centrarse en enseñar a los estudiantes a identificar y responder a los riesgos en línea, así como a fomentar la empatía y el respeto hacia los demás» (p. 141). Este tipo de educación debe enseñar a los estudiantes a identificar y responder adecuadamente a los riesgos en línea, además de fomentar valores como la empatía y el respeto. Creemos que los programas educativos deben ser más completos y no solo centrarse en los riesgos, sino también en la promoción de un uso responsable de las tecnologías. Esto no solo garantizaría la seguridad de los estudiantes, sino que también contribuiría a la creación de una sociedad digital más consciente y respetuosa.
El uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la enseñanza exige una innovación pedagógica que se adapte a las necesidades actuales. Torres-Madroñero y Torres-Madroñero (2020) sostienen que «la implementación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en procesos formativos en las ciencias sociales requiere del desarrollo de nuevas metodologías que incorporen la sensorialidad, la flexibilidad y nuevos formatos de formación. En este sentido, PazRed propone un modelo pedagógico fundamentado en la educación crítica para la paz con apoyo de las TIC y la virtualidad» (p. 38). Este enfoque pedagógico es clave para la formación de competencias ciudadanas y el desarrollo de una memoria histórica crítica. En mi opinión, es fundamental que este tipo de innovación pedagógica se aplique también en la formación de los estudiantes en cuanto al uso ético y responsable de las TIC. De esta forma, se contribuiría a la creación de una cultura digital que valore la paz, la empatía y el respeto, elementos esenciales para mitigar la violencia digital en el entorno educativo.
En conclusión, la violencia digital es un fenómeno creciente que afecta profundamente a los jóvenes en el contexto educativo, impactando su bienestar emocional, social y académico. Es evidente que la falta de una regulación adecuada y la creciente presencia de las TIC en la vida cotidiana contribuyen a la vulnerabilidad de los estudiantes frente a prácticas como el ciberacoso. Por ello, es esencial que tanto las instituciones educativas como las familias trabajen en conjunto para implementar programas preventivos, brindar apoyo a las víctimas y educar sobre un uso responsable de las tecnologías. A través de la educación en ciudadanía digital, la promoción de valores como la empatía y el respeto, y la innovación pedagógica, podemos construir un entorno seguro y saludable que permita a los estudiantes desarrollarse plenamente, tanto en el ámbito digital como en el presencial. La colaboración de todos los actores involucrados será crucial para mitigar los riesgos asociados a la violencia digital y fomentar una cultura de paz en las redes sociales.
Referencias
Acevedo Rojas, E. S., & Cabrera Millán, Y. D. (2024). Percepción de ciberbullying en estudiantes de pregrado de la Universidad Nacional de Ingeniería, Lima-Perú, 2020. Revista IECOS, 25(2), 104–132. https://revistas.uni.edu.pe/index.php/iecos/article/view/2055/3020
Aznar-Martínez, B., Casarramona-Basany, A., Grané-Morcillo, J., Lorente-De-Sanz, J., Prats-Fernández, M.- Àngel, & Ballester-Brage, L. (2024). Uso responsable de Internet y seguridad digital: revisión sistemática de programas educativos. Estudios Sobre Educación, 47, 125-152. https://doi.org/10.15581/004.47.006
Cáceres, A., & Valkiria, L. (2024). Regulación de violencia digital en el sistema educativo. http://repositorio.umsa.bo/xmlui/handle/123456789/35990
Garaigordobil, M., & Larrain, E. (2020). Bullying and cyberbullying in LGBT adolescents: Prevalence and effects on mental health. Comunicar,
28(62), 79–90. https://doi.org/10.3916/c62-2020-0
García Celestino, M. (2023) Influencias y referentes positivos contra el acoso y el ciberacoso en adolescentes: una propuesta comunicativa [Tesis de Maestría, Universidad de Valladolid] Repositorio UVA. https://uvadoc.uva.es/handle/10324/61136
Klimenko, O., Hernández Florez, N. E.., Carmona Carmona, P., Mesa Herrera, J. A., & Patiño Parra, J. G. (2024). Riesgo de adicción a redes sociales e internet, habilidades sociales y bienestar psicológico en estudiantes de básica secundaria. Revista Virtual Universidad Católica Del Norte, (73), 38–71 DOI: https://doi.org/10.35575/rvucn.n73a3
Rivas Mayorga, L y Munive Campo, R. (2019). Estrategia de comunicación para mitigar el ciberbullying en el instituto comercial Jorge Cortázar. Universidad Cooperativa de Colombia, Facultad de Ciencias Sociales, Comunicación Social, Bogotá. https://hdl.handle.net/20.500.12494/15464
Torres-Madroñero, MC y Torres-Madroñero, EM (2020). PazRed. Una propuesta de educación virtual para la formación de estudiantes universitarios en competencias para las Ciencias Sociales. Trilogía Ciencia Tecnología Sociedad, 12 (23), 37-59. https://doi.org/10.22430/21457778.1715
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