No puede contener las lágrimas,
una pena desatada, sin final,
sus ojos cerrados, un velo de calma,
un ambiente brillante, un refugio especial.
La luz le molesta al abrir el parpadeo,
ignora ser un casto lienzo de anhelos,
a ser pintado por los colores más sinceros.
Ni siquiera sospecha que, a partir de ahora,
es uno de ellos, aurora de un nuevo día,
un pequeño latido, una dulce melodía.
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