PROCESOS Y DINÁMICAS DE ABUSOS
Freddy de Jesús ARAUJO A
EXPERIENCIA Y REFLEXIÓN SOBRE LAS DINÁMICAS DE ABUSO
Parte 1.
Preguntas generadoras:
¿CÓMO HA CAMBIADO MI MIRADA ACERCA DE LAS DINÁMICAS DE LOS ABUSOS EN ESTA PARTE DEL RECORRIDO?
Para mí, ha representado un cambio de perspectiva muy drástico. Antes de iniciar la formación, no tenía un concepto claro de los temas a tratar; pensaba que sería un proceso de reflexión más lógico. No obstante, he descubierto que es imprescindible vincular lo aprendido con mis experiencias personales.
¿QUÉ ACTORES HE RECONOCIDO?
En primer lugar, soy consciente de que todos en la Iglesia y en la sociedad tenemos un papel en la problemática del abuso. Somos actores de algún modo. Prefiero describir esta realidad como una enfermedad que requiere prevención, cuidado, atención, reparación y la aplicación de remedios saludables para sanar la comunión de la Iglesia herida y el corazón de las víctimas. Asimismo, es importante atender a los victimarios a través de los procesos judiciales y de salud mental correspondientes.
¿HA CAMBIADO MI MIRADA ACERCA DE ALGUNOS ACTORES EN LAS DINÁMICAS DE LOS ABUSOS?
Mi perspectiva ha evolucionado; noto una mejora en mi capacidad de atención y discernimiento, especialmente en entornos donde pueden actuar los individuos involucrados en dinámicas abusivas. La reflexión provocada por las películas me ha brindado una visión más amplia del proceso. Antes, mi enfoque se limitaba a la figura del agresor; ahora comprendo que hay muchos actores involucrados.
¿QUÉ PROCESOS HE IDENTIFICADO EN LAS DINÁMICAS DE LOS ABUSOS?
En la reflexión realizada en las películas: El bosque de Karadima (2015), Serie Netflix: The Keepers (2017) El crimen del Padre Amaro, puedo identificar los siguientes procesos que viven los actores.
Miedo al estigma social sobre los efectos de la denuncia:
La inquietud sobre la percepción ajena de la familia a menudo conduce a esconder situaciones de abuso para eludir el juicio o la discriminación. Este temor se intensifica ante el riesgo de ser estigmatizados o excluidos socialmente del ambiente religioso.
Protección del abusador:
A menudo, el abusador es parte del círculo familiar cercano, amparado por lazos emocionales y espirituales, dependencia económica o coerción psicológica. Esta protección suele surgir del temor a perder el soporte familiar, la conexión con la institución religiosa, el afecto, o las posibles repercusiones legales y sociales que implicaría reconocer y denunciar la conducta abusiva.
Choque y discrepancia cognitiva:
La dificultad de conciliar la imagen anteriormente positiva del abusador con sus actos puede causar un estado de confusión y conflicto interno agudo. Este impacto puede ser especialmente fuerte si el abusador ocupaba un rol protector o afectuoso en el contexto familiar, institucional o religioso, provocando un dilema emocional en el que los sobrevivientes o testigos se debaten entre el afecto previo y la traición de las conductas abusivas.
¿CÓMO ME HE SENTIDO?
En ciertos momentos, he experimentado una serie de procesos internos; me he sentido cuestionado, indignado, temeroso, y he sentido repulsión hacia los victimarios. He llorado de impotencia y dolor por las víctimas. He logrado integrar todos estos sentimientos a través de diversos cuentos relatados en el club de escritores de la fundación FUENTE TAJA.[1]
¿Qué emociones se han suscitado?
Desprecio hacia los victimarios y otros actores cómplices.
Gratitud hacia aquellos que luchan por crear entornos de reparación, apoyo y justicia para las víctimas.
¿ALGUNA EMOCIÓN SE HA MODIFICADO EN EL CAMINO?
Ya voy sintiendo un poco de compasión hacia los victimarios.
¿QUÉ HE APRENDIDO?
He aprendido a identificar los factores de riesgo, que son acciones o situaciones que pueden provocar conductas perjudiciales o peligrosas. Por otro lado, los factores de protección son aquellas medidas que crean ambientes seguros para prevenir el surgimiento de comportamientos inadecuados o nocivos.
¿CÓMO ME HE POSICIONADO ANTE LAS DINÁMICAS DE ABUSO EN ESTE PROCESO?
He adoptado una actitud de aprendizaje e integración de conocimientos a través de la escritura, con el objetivo de crear material útil para mi labor formativa y pastoral. Es esencial para mí aprender las formas adecuadas de apoyar a quienes han sufrido abusos, tanto dentro de la comunidad eclesiástica como en otros ámbitos, y también a aquellos que han infligido daño.
Parte 2.
¿CUÁLES SON LOS ACTORES EN LA DINÁMICA DE ABUSO?
Todas las personas involucradas en diversos entornos que se ven afectados por situaciones de abuso deben ser capaces de implementar protocolos de prevención y protección para las posibles víctimas.
¿QUÉ PROCESOS PODEMOS OBSERVAR EN ESTAS DINÁMICAS?
Podemos observar distintas formas de negación:
Minimizar la gravedad
Esta realidad de negación implica admitir que el abuso ocurrió, pero restarle importancia y seriedad al acto, alegando que «no fue tan malo» o que «ocurrió hace mucho tiempo». También puede incluir cuestionar la percepción del superviviente, insinuando que «quizás lo estás exagerando» o que «otros han sufrido peores cosas». Tales respuestas no solo invalidan la experiencia y el sufrimiento vividos, sino que también pueden agravar el trauma, dejando a la persona sentirse incomprendida, aislada y con su dolor puesto en duda.
Otras maneras de minimizar el abuso incluyen:
- Justificar las acciones del abusador alegando que «estaba atravesando un momento complicado» o que «no era consciente de sus actos».
- Menospreciar el impacto del abuso diciendo que «no fue algo tan grave al final» o que «eso ya está superado».
- Comparar el abuso con circunstancias consideradas «más graves», insinuando que lo vivido por la persona afectada no fue tan importante.
- A mi modo de ver todas estas tácticas de minimización resultan ser devastadoras, pues niegan totalmente la realidad y el dolor de la víctima, intensificando su sentimiento de soledad y abandono en un punto crítico de su camino hacia la recuperación.
Desviar la culpabilidad
En vez de responsabilizar al abusador, se traslada la culpa al superviviente o a circunstancias externas. Esto no solo prolonga el sufrimiento de la persona haciéndola sentirse culpable, sino que también obstaculiza su proceso de curación al debilitar el apoyo que podría obtener de su entorno.
Hacer caso omiso o fingir no darse cuenta:
Es posible que algunos miembros de la familia o la institución de la Iglesia elijan ignorar el abuso, comportándose como si nunca hubiese sucedido. Se rehúsan a hablar sobre cualquier evidencia o señal al respecto, lo que no solo dificulta la oportunidad de enfrentar y procesar el trauma, sino que también puede contribuir a un entorno donde el abuso continúa sin ser desafiado o solucionado.
¿CUÁL ES EL PROBLEMA PRINCIPAL EN LA DINÁMICA DE LOS ABUSOS? ¿LA VULNERABILIDAD? ¿EL PODER? ¿LAS PATOLOGÍAS DE LOS VICTIMARIOS? ¿LA ASIMETRÍA? ¿LOS PROBLEMAS INSTITUCIONALES? ¿LA FALTA DE CLARIDAD EN LOS LÍMITES RELACIONALES? ¿EL SILENCIO DE LOS MIEMBROS DE LA COMUNIDAD Y DE LOS QUE TIENEN EL PODER? JUSTIFIQUE SU RESPUESTA.
Personalmente, creo que todas las preguntas planteadas son parte esencial de la problemática. Añadiría a la problemática la falta de conciencia sobre la cultura del Buen Trato y la prevención en todos los sectores de la sociedad. El problema de los abusos se reduciría significativamente con el conocimiento de cómo crear Entornos Seguros para niños, jóvenes y personas vulnerables. Al abordar los abusos, se tocan las diversas formas que atentan contra la dignidad y el proyecto de vida de la persona. La cuestión central es evaluar los factores de riesgo que no se están abordando. Además, es vital prestar atención a los roles afectivos de personas ajenas al núcleo familiar, ya que las muestras de afecto pueden estar impulsadas por intenciones ocultas del abusador, lo que a menudo no es detectado ni entendido por los padres hasta que el daño es irreparable.
Otro problemas graves es la cultura del clericalismo: el clericalismo se entiende, vive e interpreta el ministerio recibido como un poder que se debe ejercer y que requiere subordinación, en lugar de como un servicio desinteresado y generoso que se debe ofrecer. Se suma también la cultura del silencio, surge de acciones culturales complejas que resultan en el silenciamiento de las personas, impidiendo que tanto hombres como mujeres expresen sus pensamientos, se presenten como sujetos activos y ejerzan influencia en su entorno. La incapacidad de expresar sus ideas o afirmar sus verdades les priva del derecho a actuar y ser genuinos. Este fenómeno se internaliza hasta tal punto que hablar representa un riesgo, debido a los castigos internalizados. Por otro lado, la cultura del machismo, tan arraigada en los sectores de la sociedad latinoamericana, promueve comportamientos que perpetúan el deterioro sistemático de la dignidad, el respeto y la integridad física y mental de las mujeres, niñas y personas de identidades de género diversas o sexualidades distintas. Esta forma de violencia refleja la desigualdad profundamente enraizada en la creencia de la superioridad masculina, lo que conduce a actos de violencia y discriminación basados en prejuicios y estigmatización.
[1] https://clubdeescritura.com/?p=14032768
Fuentes de investigación: FACTORES DE RIESGO DE ABUSO SEXUAL INFANTIL Artículo de revisión, Lina Marcela Orjuela Gómez, Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium
Glosario de términos de Recorrido Histórico de la Crisis Actual de Abusos en la Iglesia, Smiriglia Lucas. ITER- PREA CULTURA DEL BUEN TRATO Y PREVENCIÓN DE ABUSOS
Profesores: Pbro. Lic. Lucas E. Smiriglia
Psicóloga: Irama Cardozo Quintana.
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