Muchas Semillas

Muchas Semillas

cesarix

21/11/2024

Habíamos seguido la recomendación de ir a pasar un día familiar a un lugar con una cascada que ya habíamos visto en algún momento y teníamos ganas de ir antes de que ocurriese un peor momento, si llegara a ocurrir otra desventura que ocupara nuestras vidas, que era algo de lo más normal, ya que en nuestra tierra de donde veniamos era frecuente: algún duelo con revolver, problemas con las vacas de alguna índole como un ataque de serpiente, un saqueo de los indios al pueblo en venganza de batallas contra los confederados, o de unos bandoleros, o incluso del equipo del sheriff, o lo que fuera … El lugar en el que estábamos en un buen momento tiene una apariencia de confortable, con el continuo sonido del agua cayendo, con las gotas de agua de rocío brillando cuando el sol de la mañana las traspasaba, en el medio de la vegetación de la selva, rodeado por unas ruinas de una antigua civilización con símbolos de algún ser parecido al humano caricaturizado en la piedra, con algún escrito antiguo medio derruidos de glifos que no llegabamos a entender. Nuestro hijo fue a bañarse, mientras estaba en el agua nos besamos en la orilla, compartiendo un momento de felicidad.

– ¡Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

– El próximo día le traemos un amigo y nos quedamos un rato más fuera. – me dijiste bajando la mirada rebuscando mi cuerpo hacia abajo.

Estábamos bañándanos en aquel lugar natural bajo la cascada, cuando empezamos a oir desde el poblado muchos gritos y un gran revuelo, y en seguida vinieron a buscarnos. Uno de los vecinos nos dijo la noticia de los recientes acontecimientos.

– Han desaparecido todas las semillas Unohui-Huit, protegidas por dos cabañas, con un cortafuegos, estaba bajo control de cualquier inclemencia, protegidas, ¡y no están! – exclamó nuestro compañero algo extasiado, hablando sin aliento, por acudir a toda prisa a contarlo por los alrededores – ¡Alguien se las ha llevado!

– Volvamos al poblado – dije.

Esas semillas eran fundamentales ya que este año realizabamos una nueva siembra y la temporada comenzaba en seguida y las necesitabamos antes de que fuese demasiado tarde teniendo que esperar meses sin cumplir del todo la previsión de nuestras existencias de comida, ya que el fruto de la planta que producen es una parte importante del alimento de todos. Organizamos diferentes grupos de expedición en su busca por las zonas donde se conocía que se podían encontrar. Dejamos a nuestro hijo al cuidado con otros niños en el pueblo, y salimos recordando nuestras aventuras con TNT cuando llevabamos las alforjas repletas de pólvora e ibamos por los cañones. Conocíamos la selva y según las indicaciones había un lugar más lejano a dos días a pie que creíamos que era un lugar donde se iban a encontrar esas semillas y nunca nadie las había buscado. Al ir en su busca tuvimos que saltar con una cuerda por un acantilado, con un lazo desde el otro lado a un tronco de un árbol, con cocodrilos en el río que atravesaba bajo la altura por las que nos balanceamos, alcanzar una zona amplia con varios árboles más desperdigados en plena selva, y ahí estaban, tuvimos que recoger semillas con monos tirándonos frutos de cáscara, que nos quitaron los sombreros de vaquero y los tiraban mása alejados.

Volvimos con las semillas, los mejores frutos Unohui-Huit que ha habido en el pueblo nunca.

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