No quiero recordar como fue la vida sin ti, como me sentía perdida, sola, desorientada, fuera de lugar, sin saber conectar con nadie a mi alrededor y sin saber encajar en ningún sitio. 

Cierro los ojos y vuelvo una y otra vez a aquel día, a aquel momento tan importante en mi vida; vuelvo a aquella calle, donde te vi por primera vez, aquella calle donde se paró el tiempo por unos instantes, el lugar más especial del mundo para mi; aquel momento, se me quedó grabado en la mente, aquel sentimiento tan mágico, que solo yo sentí, se quedo guardado dentro de mi, y no consigo darle explicación a lo que paso en el aquel instante.

Tú, has sido todo para mi y todo lo serás; solo tu me pones la piel de gallina y los ojos en blanco; entre tus brazos vuelvo a sentirme viva; siempre sabes rascarme la felicidad; contigo lo quiero todo, porque tu eres quien me hace volar, y todavía, tengo miedo de dormirme si no te veo, todavía, tengo miedo de despertar y que no estés a mi lado.

Pero yo sé que nuestro amor es más que todo eso, es más que estos dos cuerpos físicos; nuestro amor es más que desear perdernos en el cuerpo del otro sin aliento y sin tiempo; porque este sentimiento no solo corre por nuestras venas, no solo está en nuestros cuerpos o en esta vida; nuestro amor estuvo en vidas anteriores y en cuerpos anteriores y volverá en próximas vidas y en nuestros próximos cuerpos; porque si te juré amor en esta vida, …

¿Por qué no jurarte también la siguiente?

y la siguiente, …

…y la siguiente,…

…y al siguiente,…

Todas mis vidas son para ti.

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