El mayor escándalo es minimizar el problema

El mayor escándalo es minimizar el problema

Circula un susurro de un suceso trágico que aflige a la comunidad. Un lobo ha irrumpido en el redil y ha sembrado el caos en la noche. Desde hace tiempo, este predador viene lastimando y acabando con las ovejas, y ahora muchas sufren un dolor atroz que les impide andar. Sus extremidades han sido mordidas, mientras los pastores optaron por el descanso en lugar de proteger a sus rebaños.

Los pastores se congregan en la oscuridad nocturna, ocultando un escándalo que podría revelarse, temerosos de perder su credibilidad y reputación. En la densa noche nublada del páramo, se acomodan en un salón con una gran mesa de madera, dominada por un imponente Cristo dorado. Con la chimenea encendida, el ambiente es cálido, en contraste con las ovejas que perecen de frío afuera. Un pastor, con un gesto de disgusto, toma la palabra y dice

– «Es inevitable que surjan escándalos…» mucha ovejas han dejado de ocultar lo que realmente está sucediendo, han mostrado sus heridas y nadie es capaz de afrontan la situación. 

Otro pastor llamado Virgilio toma la palabra y dice: 

Es hora de admitir que hemos dejado al rebaño a su suerte; optamos por el confort de nuestro hogar en lugar de la vigilancia nocturna. Aunque las ovejas sean numerosas y los lobos astutos, es urgente  actuar sin demora.

Bartolomé, el anciano sabio, toma la palabra y declara:

«Quedémonos tranquilos, no hagamos demasiados dramas ni nos carguemos con excesivos sentimientos de culpa. A fin de cuentas, ya hemos pedido perdón a quienes han sido víctimas y han sufrido por estos abusos. ¿Qué más podemos hacer todavía? Ojalá hubieran mostrado el mismo valor otros sectores profesionales culpables de las mismas conductas, en igual o mayor grado incluso que nosotros»

Otro pastor golpeando el suelo con su cayado dice: 

Ya hemos llevado a cabo las «disculpas litúrgicas» en las celebraciones penitenciales, lo cual es más que suficiente. Los lobos continuarán empleando sus estrategias; están organizados y a menudo se disfrazan de ovejas, e incluso de pastores. 

Entonces, en la sala casi oscura, iluminada solo por velas, un humilde pastor llamado Juan Marcos hace su entrada en silencio, llevando las marcas de mordidas y rasguños, testimonio de su reciente lucha contra los lobos. Tras él, un grupo de pastores lo sigue. La tensión se adueña del lugar; la chimenea se extingue repentinamente, y el frío se hace sentir. Un silencio incómodo domina la sala, y miradas críticas se dirigen hacia el joven pastor recién llegado. Con valentía, toma la palabra y comienza a hablar:

-No sé qué decisiones se han tomado para abordar el problema, pero no podemos escudarnos en la idea de que los escándalos son inevitables. Ese no es el tema de debate; debemos encarar a los lobos con valentía y alejarlos del rebaño, establecer zonas seguras donde cada oveja se sienta a salvo, para que nuestra conciencia pueda evocar las palabras del gran Pastor que decía:  «Pero ¡ay de aquel por quien viene el escándalo!» (Mt 18, 7). El mayor escándalo es minimizar el problema, sucumbir a la cultura del secretismo y carecer de discernimiento para actuar. Como pastores elegidos, nuestra misión es escuchar y responder al clamor de dolor de las víctimas.

Después de hablar, algunos pastores se alejaron silenciosamente de la sala para atender a sus ovejas. Las palabras del joven que les recordó su misión que aún resonaban en ellos. Comprendieron que no era suficiente con pedir perdón; era esencial mantenerse alerta y crear ambientes seguros. Entregar la vida por las ovejas al igual que el gran Maestro y Pastor, Jesús de Nazaret.

A los seminaristas futuros pastores , Juan Marcos les diría que no podremos ser verdaderos pastores si no vemos las heridas de nuestras ovejas. Si no las comprendemos; las ovejas, muchas veces, no hablan: sufren en silencio. Si nosotros no somos capaces de advertir, en sus ojos, el dolor que sobrellevan, corremos el riesgo de hacerles sufrir más. Y ¡Ay de los pastores que maltratan en vez de apacentar! Y cuando hablamos de nuestras ovejas, no nos referimos a las que frecuentan la parroquia, sino aquellas que están en las calles. Las que no se animan a entrar al templo porque siguen cargando ese sentimiento de culpa o porque tal vez guardan rencor. Creo que guardan la esperanza en su corazón de que, tal vez, hay un Dios que sí les entiende, que sí les ama, que no los juzga, y le rezan. (Fragmento extraído de la respuesta de Juan Marcos de un artículo escrito de Lucas Smiriglia)

No puedo permanecer indiferente; no se trata de crear dramas, sino de denunciar, escuchar, proteger, acompañar y educar la conciencia de la Iglesia entera. Todos, a través del Bautismo, hemos recibido la misión de guiar el rebaño del Señor.

Tema integrado: 

¿HA CAMBIADO ALGO EN LA IGLESIA
DESPUÉS DE LOS ESCÁNDALOS SEXUALES?
Análisis y propuestas para la formación. (Amedeo Cencini)

Autor: Freddy de Jesús ARAUJO A SchP.

ITER- PREA CULTURA DEL BUEN TRATO Y PREVENCIÓN DE ABUSOS

Pbro. Lic. Lucas E. Smiriglia
ITER- PREA CULTURA DEL BUEN TRATO Y PREVENCIÓN DE ABUSOS

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