¿Privacidad? Un lujo en extinción en la era de las redes sociales 📱

¿Privacidad? Un lujo en extinción en la era de las redes sociales 📱

René Moya

19/11/2024

Ten cuidado si sales a la calle y te sucede algo que a otra persona le parezca curioso, gracioso, penoso o simplemente fuera de lo normal, estás a un botón de volverte un objetivo público. Los teléfonos celulares dejaron de ser solo herramientas para comunicarnos unos con otros, ahora pueden ser los ojos omnipresentes de una sociedad que parece haber perdido la capacidad de discernir entre lo informativo y lo invasivo.

Pero, ¿en qué momento cruzamos esa línea tan delgada entre compartir lo interesante y destruir la privacidad de otros? Si quieres saber por qué esta tendencia debería preocuparnos a todos, sigue leyendo.

En estos tiempos, basta con que algo «bizarro», curioso o fuera de lo común ocurra para que, como un acto reflejo, alguien saque su teléfono y lo grabe. Si es un hecho paranormal, un accidente o incluso un chisme, en segundos estará en redes sociales acumulando likes y comentarios. ¿Informar? Perfecto. ¿Denunciar algo importante? Aplaudido. Pero cuando el objetivo es dañar, burlarse o desprestigiar, ahí es donde el problema comienza.

El morbo y la necesidad de atención han llevado a muchas personas a violar sin reparos la privacidad de otros. Escenas íntimas, momentos de dolor o simplemente actos que no deberían ser de dominio público terminan en una vorágine de críticas, memes y juicios en plataformas digitales. Parece que, mientras más humillante o polémico sea el contenido, más viral se vuelve.

No todo merece ser grabado. Hay líneas que no deberíamos cruzar como sociedad. Lo que en su esencia podría ser una herramienta poderosa para visibilizar problemas o dar a conocer eventos importantes, se ha convertido en un arma para destruir la dignidad ajena. ¿Acaso hemos olvidado el respeto básico hacia los demás?

Grabarlo todo no te hace un héroe ni un influencer, solo te convierte en un espectador más de la caída del respeto humano. Aprendamos a usar las redes con empatía y sentido común. Porque el día que seas tú quien esté del otro lado de la cámara, quizás comprendas lo valiosa que es la privacidad en un mundo donde cada segundo puede ser compartido sin tu consentimiento.

Es momento de reflexionar antes de pulsar «grabar» y preguntarnos: ¿esto aporta algo al mundo, o solo contribuye a deshumanizarnos aún más?

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