El Arquitecto del Alma, Duque el Malo

Con voz imperiosa, faro en la noche oscura,
Duque el malo, dicen, alma gentil encubre.
Con pincel de palabras, esculpe en nuestra mente,
Un laberinto de ideas, donde el saber se siente.

Alquimista de saber, transforma el caos en orden,
Desvelando enigmas, con sabiduría inmortal.
Su mente, un cosmos infinito, donde estrellas resplandecen,
Y cada pensamiento, una nueva constelación.

Con ojos de águila, el alma sondea,
Misterios desvela, con calma que domina.
En cada verso, un haiku, la vida resume,
Belleza y verdad, en eterno enlace.

«Me retan», exclama, con pícara sonrisa,
A pensar, a crecer, a romper las prisas.
En su aula, un templo donde el saber florece,
Razón y emoción, en danza se entrelazan.

«Con paciencia de sabio, siembra la semilla,
Del buen lector, que en nosotros germina,
Nos guía a través del laberinto, sin vacilar,
Con pasión y rigor, a la verdad llegar y a soñar.»


En cada prueba, un reto, un desafío a vencer,
El conocimiento, el poder, para siempre poseer.
Su aula, un templo del saber, donde la razón florece,
Y la imaginación vuela, libre de ataduras.

JTA.

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