Se sobreentiende que la finura de su alma se encuentra balanceándose entre bifurcaciones.
Una de seco relieve, amarillento, con viento constante. Los ratos de sol que hay son engañosos, escasos. Cuando uno comienza a disfrutarlos, se evaporan. La metáfora a cuenta gotas es maliciosa.
Su contraparte es húmeda, de contexto incierto, halo agradable y un pequeño resquicio donde se filtran malentendidos de forma constante. Creemos tener la punta del hilo y es una ilusión, meramente.
Cómo si la nubosidad que flota a derredor contuviese la suavidad de un beso inesperado.
Condiciono el sentir a las inclemencias climáticas, aunque la nobleza de su alma refiere a una hidalguía natural, anega la mente con agua de lluvia. Haz que tu alma toque el pasto. Mira a través de las montañas.
OPINIONES Y COMENTARIOS