El Reflejo Maldito

El Reflejo Maldito

Autor: Joaquín Rodríguez

Derechos de Autor: Joaquín Rodríguez

Año: 2024

Sinopsis

En un extraño edificio se oculta un antiguo objeto que llevo a la desgracia a varias personas. Un grupo de niños aventureros y curiosos están a punto de develar aquel misterio que trasciende lo lógico y racional; sin embargo, antes deberán sortear varios obstáculos como el del casero del edificio que hace de guardián del sitio. Se avecina una noche perturbadora y terrorífica que promete a nuestros jóvenes protagonistas enfrentarse al susto de vidas.

Episodio 1 El viejo edificio

Los niños del barrio pronto entrarían a la pubertad y más que a jugar les gustaba sentarse y conversar en la vereda de la casa de los hermanos Tristán y Benjamín, su hogar estaba ubicado en una intersección la cual daba de frente a otra esquina en la que se encontraba un viejo edificio de ladrillo rojo que casi parecía en ruinas debido a dos grandes incendios que lo sacudieron en el pasado a pesar de todo en el primer piso vivía alguien, un hombre maduro y de apariencia robusta, siempre estaba con el ceño fruncido y jamás saludaba a nadie, su comunicación se limitaba para comprar en el almacén, la carnicería, verdulería y nada más. Al costado derecho del primer piso de este edificio se encontraba un patio amplio que servía como depósito de una mueblería, constantemente al lugar llegaban camiones de fletes para cargar y descargar el mobiliario, antes de la siete de la tarde todo el movimiento paraba, del segundo piso solo se podían observar las ventanas las cuales estaban cubiertas por unas antiguas persianas metálicas que no dejaban colar ni un rayo de luz a la habitación, el tercer y último piso directamente solo conservaba los marcos de la aberturas así que era iluminado de día por el sol como de noche por la farola de luz de mercurio que estaba en una esquina de la calle, también el lugar tenía una terraza a la cual era imposible su acceso debido a la precaria e inestable condición en la que se encontraba la tercera planta, en pocas palabras el inmueble corría un inminente peligro de derrumbe, pero seguía erguido y habitado.

Tristán era un chico de once años que llego al vecindario cuando apenas tenía cumplido sus tres años así que prácticamente su vida entera la había pasado en la casa donde actualmente vivía, por su parte su hermano Benjamín que por esos momentos tenía ocho años llevaba transcurrida toda su existencia en aquel barrio, para ellos el edificio era parte de su vida cotidiana así que no le daban mayor importancia. Lo mismo ocurría con la pequeña Candelaria una niña de once años que al igual que Benjamín había nacido en aquella zona, su vivienda estaba ubicada a media cuadra del hogar de los hermanos, iba a la misma escuela que los chicos, al mismo grado y curso que Tristán con el cual rápidamente trabo una amistad desde que ambos estaban en jardín de infantes, a ella tampoco le llamaba la atención el edificio después de toda era parte de su día a día, el que si tenía interés en el tétrico lugar era Marcos otro infante de once años que se había mudado a la zona apenas un año atrás, siempre les hacía notar esa curiosidad a los otros chicos con los que había logrado una muy buena amistad en poco tiempo, ya que el muchacho era muy simpático y bueno, sus camaradas siempre le decían a Marcos que el edificio no tenía nada malo y era mejor ni mirarlo porque si el casero Braulio te observaba viéndolo te ponía una mala cara y don Braulio era un tipo que daba miedo debido a su aura misteriosa.

Una noche de inicios de otoño, los cuatro niños estaban en la vereda de la casa de los hermanos charlando como de costumbre hasta el momento que sintieron unos extraños sonidos que venían de la vieja construcción.

— ¿Sintieron ese estruendo que viene del viejo edificio? Tal vez sea hora que nos vayamos todos a nuestras casas— Dijo Benjamín algo perturbado.

— Vos si tendrías que estar ya en casa, todavía sos muy chico—Le replico Tristán.

— Bueno, hablo el adulto responsable— Retruco en modo de broma Marcos tratando de distender nuevamente la charla.

— La verdad que sí fue un ruido bastante extraño— Contesto Candelaria que miraba la construcción tan atentamente que noto la presencia de alguien que los observa desde la terraza del lugar ¿Pero cómo podía estar alguien en esa terraza? Ellos jamás habían visto a don Braulio merodear más allá del primer piso.

— Vieron eso— Les dijo la niña al resto.

— Vos lo que querés es asustar a Benjamín— Hablo nuevamente en su tono burlón Marcos, pero en ese momento todos vieron la sombra de una persona que se proyectaba en la calle debido a la luz de mercurio, miraron a la planta alta del edificio y ahí estaba la silueta de una figura humana que antes de que puedan distinguirla mejor se perdió rápidamente entre las penumbras.

— Che yo les dije que ese lugar está embrujado— Eran las palabras de Marcos que paso de las bromas a un tono más serio.

— No sé, tal vez es don Braulio— Le contesto Tristán.

— No, no es don Braulio— Le replico Candelaria a lo que Marcos cuestiono.

— ¿Cómo sabes?

— Porque Don Braulio acaba de bajar de ese taxi— Fue la respuesta de una visiblemente asustada Candelaria que señalaba con el dedo como aquel parco sujeto bajaba de un automóvil.

— Le voy a contar lo que vimos— Dijo un valiente Tristán.

— No hermano, no le digas nada mira si se enoja con vos— Le suplico Benjamín, pero Tristán no dudo un momento y cruzo hasta el encuentro del hombre.

— Buenas noches y disculpe señor, le quería avisar que vimos ah alguien en la terraza del edificio— Era la primera vez que Tristán le dirigía la palabra al osco hombre.

— No los quiero ver cerca de este lugar, si me entero de que ustedes andan merodeando por aquí, no dudaré en contarle a sus padres para que ellos tomen medidas disciplinarias porque créeme; no vas a querer que el correctivo sé los de yo mismo— También era la primera vez que sintió la voz de ese tipo y confirmo por su tono grave que no era una persona para nada amistosa; sin embargo, todo este suceso no hizo más que despertar la curiosidad de Tristán por aquel edificio.

Cuando le contó a sus amigos sobre la respuesta tajante y amenazadora de Braulio, logro contagiarlos de aquella intriga, Marcos la había tenido todo el tiempo, pero ahora estaba más entusiasmado por saber qué cosas guardaba la vieja construcción, Candelaria de pronto sentía una fascinación por conocer la historia de ese sitio que antes no le llamaba la atención.

— Es una muy mala idea, definitivamente es una mala idea— Decía Benjamín totalmente temeroso.

— Tontín nadie quiere que vos te involucres en esto, déjaselo a los más grandes, anda mejor a mirar Dragon Ball Z por la TV— Le dijo su hermano.

— Siempre me tratas mal, te crees muy valiente, pero te apuesto todos mis juegos de play station que no te animas a entrar al lugar por la noche— Fueron palabras del niño para su hermano mayor.

— Acepto el reto, vas a perder todo tontín— Le contesto un Tristán enojado por aquella osadía.

— Basta ustedes dos, primero necesitamos tener más información del lugar, lo único que sabemos es que sufrió dos incendios mucho antes que naciéramos todos nosotros y que tanto el segundo piso, el tercer piso además de la terraza están clausurados, sin mencionar que si Braulio nos pesca adentro del edificio quien sabe qué nos haría— Les dijo una prudente Candelaria, pero Marcos le contesto nuevamente en modo burlón.

— Vos también tenés miedo de entrar al lugar y es natural porque eres una mujer, pero no te preocupes, aquí está este hombre para cuidarte— Los hermanos rieron del chiste, pero esto puso brava a la niña que dijo.

—Aquí el único miedoso además de torpe sos vos, en una semana todos vamos a entrar a inspeccionar el lugar, hasta ese momento insisto que busquemos información del inmueble además de preparar el equipo adecuado para entrar a él.

— ¿Equipo? Ahora te crees Lara Croft— Se volvió a burlar Marcos.

— La verdad que no entiendo cómo pudiste pasar hasta el último grado de primaria, necesitamos por lo menos linternas para iluminar el segundo piso que no tiene luz alguna— Ahora la niña era la que contestaba en tono sarcástico, los hermanos volvieron a reír, pero esta vez de Marcos que se puso rojo de vergüenza y callo su boca.

— Estoy de acuerdo en estos días nos debemos preparar y la próxima semana entramos al edificio en un momento que Braulio esté dormido o no se encuentre en su hogar— Dijo Tristán asumiendo el rol de líder de aquel grupo, luego de sus palabras todos los niños se fueron a sus casas muy intrigados por lo que habían sentido y presenciado esa noche.

Episodio 2 Un pasado perturbador

Pasado un par de días de aquel acontecimiento los tres varones habían dejado de sentir la curiosidad que tuvieron esa noche por aquel extraño suceso hasta que estuvieron reunidos con Candelaria que había hecho una excelente recopilación de datos y relatos que envolvían la antigua construcción de ladrillos rojos.

— Mis abuelos me dijeron que el edificio se construyó a fines de la década de mil novecientos cuarenta por unos inmigrantes de la región de los Balcanes que decidieron cambiar las guerras por un futuro más tranquilo en Argentina, estas personas vinieron sin nada, se dedicaban a hacer trabajos de albañilería, a fines de la década de mil novecientos treinta tenían una casa muy humilde en donde hoy está la edificación que ellos levantarían posteriormente, era una familia compuesta por un matrimonio y dos hijas, mi abuela se hizo amiga de su hija menor llamada Milka, estos inmigrantes eran personas de muy pocas palabras, pero habían aceptado a mi abuela hasta esa tarde que Milka la llevo para su casa, quería mostrarle un antiguo espejo de pie que les había llegado desde la misma Europa del Este, a mi abuela inmediatamente le llamo la atención aquel objeto y aunque era una niña pequeña no pudo sacarse más de la cabeza ese marco estilo gótico en color dorado opaco, pero lo que la sorprendió fue el vidrio del espejo que prácticamente no daba reflejo alguno, en ese momento el padre Milka entró al cuarto y muy ofuscado la tomo de la oreja con tal brutalidad que casi se la arranca en cuanto a mi abuela la corrió de su casa gritándole unas palabras en su idioma nativo y desde ese día corto relación para siempre con su ahora ex pequeña amiga europea. A los pocos años de este suceso la familia de los Balcanes empezó a prosperar económicamente de manera tan abrupta que pronto levantaron el edificio actual, ellos pasarían a vivir a la tercera planta del lugar mientras que los otros pisos servían como oficina, el amplio patio era donde guardaban las herramientas y materiales de construcción, casi que era increíble pensar que un albañil ahora sea dueño de una empresa tan grande, todo fue bien para ellos hasta esa tarde noche en que las llamas consumieron el inmueble, toda la familia escapo menos el hombre que en un desesperado intento por salvar algo del tercer piso no dudo en colarse entre las llamas donde encontraría el final de sus días, luego se supo que el objeto al cual intento rescatar era aquel viejo espejo, pasaron unos años y la empresa entro en bancarrota, la señora y sus hijas adolescentes decidieron volver a Europa a pesar de que la guerra no había terminado, vendieron el edificio con espejo incluido a un joven hijo de inmigrantes italianos que decidió remodelar el lugar y poner ahí mismo una pequeña empresa metalúrgica dedicada a hacer principalmente grandes portones de hierro, el joven primero tuvo una relación muy cordial con la gente del barrio, sin embargo, a medida que su empresa crecía también lo hacía su ego al punto que dejo de saludar a las personas oriundas de la zona, entrada la década de los ochenta el hombre formo una familia con la hija de un político muy conocido de la ciudad y empezó a ganar más dinero, influencia y poder, pero a mediados de los ochenta sufrió una enfermedad terminal que lo fulmino en cuestión de meses, el mismo día de su funeral un nuevo incendio sacudió el edificio y arraso con todo objeto que ahí se encontraba menos con el espejo, si ese mismo espejo que mi abuela vio a fines de la década del treinta y había sobrevivido a un incendio ahora lo hacía nuevamente, ella misma observo como lo sacaban los bomberos entre los escombros, a un año de aquella tragedia el padre de la viuda fue encontrado culpable en casos de corrupción y termino encarcelado, la mujer y sus hijos decidieron poner en venta el viejo inmueble nuevamente con espejo incluido, pronto los ex obreros de la metalúrgica empezaron a expandir la historia de que aquel cristal estaba maldito, en él vivía un demonio con el que sus anteriores dueños habían pactado prosperidad económica a cambio de algo que ese ente les cobraría en el futuro. Mi abuela dice que esto es solo una historia de supersticiosos, pero de que ella vio ese extraño espejo es una verdad absoluta.

— O sea que puedo pedir al diablo ese un arbusto de billetes— La oportuna broma sin sentido de Marcos para romper la tensión que se encontraba en los ojos de Benjamín y Tristán que mirando a su amiga le dijo.

— Tengo mucha intriga, Candelaria, ¿Vos decís que en el segundo piso estará el espejo?

— Es muy probable— Contesto ella.

— ¿Y Braulio? Recuerden que él vive ahí— Les recordó Benjamín.

— También averigüé sobre él— Repuso la niña— llego al lugar a fines de los ochenta contratado como casero por los actuales dueños de los que no tengo información alguna, de él solo sé que no se le conoce ningún familiar, no tiene amigos, la relación con la gente del barrio es distante aunque jamás tuvo problemas con nadie, no se le conoce otra actividad que no sea la de ser el casero del lugar.

— Todo esto es tan raro, nos vamos a sacar todas las dudas entrando al lugar, propongo que lo hagamos este sábado a la media noche— Sugirió Tristán.

— Como si mamá y papá te dejaran salir a esa hora— Le replico Benjamín.

— No se preocupen, tengo un plan, ustedes les dicen a sus padres que van a pasar la noche viendo películas en mi casa, lo mismo vas a hacer vos Marcos, por mi parte le digo a mi familia que ese sábado a la noche me quedo a dormir en la casa mi prima Fátima que ya hablo con mis padres. Traten de hacer que la coartada sea creíble y para que sea creíble Benjamín tiene que venir— Candelaria tenia elaborada la excusa que le dirían a los mayores.

— ¿Yo? ¿Por qué yo?— Era la respuesta de un temeroso Benjamín.

— La verdad que preferiría que no vengas, pero si no hay remedio te quedas fuera del lugar haciendo de vigía— Le dijo Tristán, a lo que Marcos repuso sarcásticamente.

— Como si un vigía nos sirviera.

— Yo voy con ustedes adentro del lugar— Contesto Benjamín que se había armado de valor ante la burla de los dos niños más grandes.

— En su momento veremos cuál será tu rol por ahora juntemos linternas con batería para iluminarnos cuando estemos adentro, recuerden llevar ropa y zapatillas cómodas, Tristán vos encargarte de encontrar una entrada al lugar, nos vemos el sábado a las diez de la noche fuera de mi casa, damos una vuelta por la plaza y a las doce de la noche empezamos con la operación para entrar el edificio ¿Están de acuerdo?— Candelaria terminaba de exponer su plan con el cual todos estuvieron de acuerdo y empezaron los preparativos para aquel día.

Episodio 3 Una torpe infiltración

Tristán había pasado los días anteriores al sábado buscando el lugar ideal por el cual podrían colarse al sitio sin que Braulio los pescara en el intento. Busco todo el miércoles y el jueves sin mayor éxito, casi estaba frustrado hasta que el viernes por la tarde cuando regresaba de la escuela noto que en la parte del fondo del terreno donde estaba el edificio había una pequeña puerta de la lata que realmente no tenía mayor seguridad que una cadena sostenida por un rústico candado que tal vez podría abrirse con la vieja llave maestra de su abuelo que fue portero de un condominio de departamentos, corrió hasta su casa a buscar el objeto, dio vueltas muchos cajones y pudo encontrarlo en el fondo de uno de estos, volvió a salir disparado hasta la puerta de lata y con muchos nervios introdujo la llave en la cerradura y a pesar de las bajas probabilidades que funcionara si lo hizo, la cadena y el candado cayeron al suelo haciendo un ruido estrepitoso lo cual hizo que el corazón de Tristán se acelere del miedo, esto podía alertar a la gente que andaba en el lugar o peor aún al viejo Braulio, pero en la calle no había nadie y de Braulio no tenía señal alguna así que recupero su compostura para proseguir colándose al terreno, tenía que buscar una entrada al segundo piso evitando al casero y para su suerte al costado del primer piso vio una escalera caracol que subía solamente para la segunda planta del inmueble, desde el lugar donde el muchachito se encontraba se podía distinguir perfectamente que solo estaba el marco de la puerta lo cual le dio alivio porque podrían ingresar a esa habitación sin otro obstáculo. Con toda esa información recolectada volvió a salir por el portón del fondo, coloco la cadena y el candado exactamente donde estaban. Ya en su casa llamo por teléfono a Candelaria y Marcos para contarles lo que había descubierto, todo estaba listo para el otro día.

— ¿Me podrían decir que buscamos realmente colándonos a ese lugar? —Pregunto Benjamín cuando los cuatro estaban reunidos alrededor del portón de lata.

— Ya te dije, si tenés miedo quédate afuera, no hace falta que entres con nosotros— Le contesto su hermano.

— Cada quien tiene sus propios propósitos, en el caso de Marcos y también el mío, queremos averiguar si esos ruidos y sombra que vimos el otro día tiene algo que ver con toda la historia que envuelve a este lugar— Señalo las razones Candelaria.

— Por mi parte, solo quiero tener una buena aventura y anécdota— Dio sus motivos Tristán.

— ¿No te parece algo básico? Tal vez deberías quedarte afuera con tu hermano más chico y dejar esto a los grandes— Se le mofó Marcos.

— ¿Qué dijiste? Si te dejo solo seguramente vas a meter la pata— Respondió un enojado Tristán.

— Se hacen los valientes, pero están tan o más nerviosos que yo ¿Trajeron todos las linternas o se las olvidaron por el miedo? Yo tengo la mía, aunque solo pude conseguir esta que es muy pequeña y tiene poca pila— Benjamín sacó de un bolsillo una linternita que parecía de esas que usan los médicos para ver en la garganta de sus pacientes.

— Yo pude conseguir esta que es de mi papá— Candelaria tomó de su mochila una gran linterna del tipo que usan los cazadores.

Tristán y Marcos se miraron las caras, ambos se habían olvidado de traer un objeto que los permitiera iluminar aquel lugar.

— Es lo primero que dije que consigan y lo olvidan ¿Qué hacemos? Tal vez no es conveniente seguir adelante— Dijo molesta pero pensativa la pequeña.

— Yo veo como un gato de noche, por mí no te preocupes, entremos de una vez que la luz de la casa de don Braulio está apagada, seguramente está dormido, si despierta no solo sería un fracaso todo esto también nos castigarían nuestros padres por mentirles— Le replico un envalentonado Tristán.

— Estoy de acuerdo, con tu linterna y la de Benjamín es más que suficiente, hagamos esto de una vez— Ahora el que se armó de valor fue Marcos.

— En ese caso primero cuando entremos vamos a usar la linterna de Benjamín que tiene una luz más pequeña, cuando estemos en el segundo piso usamos la linterna de cazador que es más potente y podrá iluminar mejor la habitación— Candelaria tenía una mente muy ágil para ser una niña tan pequeña, pensaba en todo meticulosamente.

Tristán abrió con su llave la cerradura y esta vez evito que la cadena y el candado cayeran bruscamente al piso, los dejo a un costado mientras los demás se colaban al lugar, Marcos era quien tenía la linterna de Benjamín que se le había dado para que este ilumine cuidadosamente el terreno, olvido que Marcos era un torpe y lo primero que hizo fue alumbrar para donde estaba la casa de Braulio.

—Dame eso, sos un estúpido por tu culpa esto puede terminar antes de empezar— Candelaria lo reprendió en voz baja y le quito la linterna para dársela a Tristán, ahora este estaba al frente, muy cuidadosamente ilumino para donde estaba la escalera caracol.

— Es por ahí, primero voy yo, una vez que este arriba los alumbro para que vengan uno a uno hasta donde estoy, recuerden que la escalera caracol es de lata y muy vieja, seguramente hará ruido si no pisan suavemente, traten de ser delicados en cada pisada— Tristán empezó a subir por esa frágil y precaria escalinata que era iluminada únicamente por ese diminuto rayo de luz, pero el jovencito lo hacía tan bien que era más sigiloso que un gato, cuando estuvo arriba hizo señas con un juego de luces de la linterna marcando que era el turno de los demás de cruzar la escalera.

— Primero voy yo— Tomo la posta Benjamín.

— ¿Vos? Mejor no, mejor quédate aquí, primero voy yo— Le contesto Marcos.

— ¿Y qué me agarré Braulio? Yo voy con ustedes— Le repuso el niño más pequeño.

— No hablen porque van a despertar a Braulio y ahí todos vamos a ser atrapados, anda vos Benja, luego voy yo y al final Marcos— Señalo el orden Candelaria mientras Tristán les hacía una nueva seña de luz para que se apuren. El pequeño Benjamín fue el siguiente en pasar y para sorpresa hasta de su hermano fue el más sigiloso del grupo por su parte Candelaria lo hizo de manera muy lenta, estaba asustada no obstante pudo lograr pasar hasta la entrada del segundo piso con éxito, Marcos seguía, pero se puso nervioso y con un torpe movimiento pateo un tarro de aluminio que estaba en un costado del suelo, el ruido que este produjo corto con el silencio de la noche, esto hizo entrar al niño a un momento de excitación y subió la escalera muy rápido haciendo rechinar esos viejos latones. Todos entraron en pánico, pero mantuvieron la calma para no hacer otro sonido, miraban atentamente para abajo esperando que la luz de la casa de Braulio se encendiera, estaban seguros de que serían descubiertos, sin embargo, al cabo de un par de minutos que parecían horas las luces de la vivienda seguían apagadas. Tomaron mucho valor y se adentraron en la habitación del segundo piso, cuando estuvieron adentro de la luz de la casa de Braulio se prendió.

Episodio 4 Maldito lugar

Adentro del lugar los chicos encendieron la linterna de Candelaria, lo primero que alumbraron fue el piso, este solamente era un rústico contrapiso, las paredes no tenían ningún recubrimiento eran del mismo ladrillo rojo y viejo que se podía observar desde la calle, aún se notaban las marcas del último siniestro por toda la fachada, en la esquina derecha había una escalera que llevaba a la tercera planta de la construcción, la escalera era del mismo material que él contrapiso dando la impresión de ser algo totalmente inseguro, en cuanto al espacio de la habitación estaba completamente vacío excepto en el centro donde estaba el espejo cubierto por una gran tela que parecía de gabardina, era de color blanco opaco con algunos símbolos dibujados que los niños no comprendían. Tristán se acercó hasta el espejo que tendría ocho pies de altura, era algo tan grande que casi daba contra el techo de la habitación dándole una sensación de ser más pequeña de lo que realmente era, Candelaria estaba atrás suyo iluminando el macabro Cristal mientras que Benjamín y Marcos observaban desde la oscuridad que no permitía que se viera su semblante pálido por el miedo que sentían en ese momento; sin embargo, la tensión y terror de todos se podía sentir en el aire de aquel cuarto.

— Es solo un espejo, no sé por qué tanto miedo— Dijo Tristán que quito la tela que lo cubría abruptamente. Candelaria pudo observar horrorizada que todo lo que dijo su abuela era cierto, el marco estilo gótico color dorado opaco y un cristal que prácticamente no los reflejaba, en ese momento un escalofrío recorrió a los cuatro que quedaron totalmente paralizados al sentir una grave pero corta risa que salía de ese cristal, de pronto la linterna se apagó.

— Las pilas… Las pilas se terminaron— Dijo tratando de buscar explicación a lo sucedido Candelaria.

— Mi linterna tampoco funciona— Le contesto Benjamín.

— Miren qué visitantes más pequeños tengo hoy en este lugar— Hablo la misma voz que rio hace un instante mientras que el espejo empezaba a dar un reflejo, era la proyección de un sujeto que vestía un chaleco medieval, unos pantalones estilo breeches con unas botas en sus pies y una capucha antigua que le cubría totalmente su rostro, todo en un color negro intenso, era algo que los niños jamás en su vida habían visto así que empezaron a gritar de la manera más horrible mientras ese sujeto del espejo reía y disfrutaba de la escena terrorífica que su presencia había generado pero, en ese momento la luz de una nueva linterna se internó en la habitación, Era Braulio que con una voz tan grave como la del espectro dijo.

— ¡Niños, rápido pónganse atrás mío!

Mientras los chicos corrieron atrás suyo este se puso a decir palabras en un idioma extraño y el demonio del espejo le respondía en otra lengua incomprensible para cualquier ser humano, en ese momento el cuarto empezó a temblar e iluminarse, los niños no paraban de gritar y las palabras que se decían Braulio y el demonio retumbaban en el espacio de aquella habitación, todo era un caos, en un instante que todo quedo iluminado Marcos pudo ver una vara de hierro que estaba cerca de la escalera que llevaba al tercer piso, tomando valor se fue a tomar la vara y luego volviéndose al espejo empezó a golpearlo con todas sus fuerzas, el cristal era muy duro pero al tercer golpe empezó a quebrarse. El demonio reía a carcajadas y Braulio le gritaba desesperado que no siguiera haciendo eso pero, el niño parecía estar en trance, finalmente el espejo se quebró y una luz apagada de color azul salió del ahora Cristal partido.

— ¿Niño por qué lo hiciste? Salgamos rápido de este lugar que es muy peligroso— La estructura empezó a temblar más fuertemente, los niños y Braulio salieron de la construcción hasta la calle, todos los vecinos estaban fuera de sus casas porque sintieron los ruidos, había quienes hasta vieron las luces.

Ya un poco más tranquilos en la casa de los hermanos los cuatro jóvenes, sus padres y Braulio estaban reunidos en el living del hogar, en aquel momento se percataron del atuendo que el hombre llevaba, vestía con una sotana de las que usan en la iglesia los curas pero esta era de color negro, alrededor del cuello tenía la estola color blanco con bordes dorados y adornada con dos grandes cruces en cada costado, la noche se ponía más extraña a cada momento.

Episodio 5 Revelaciones

Braulio observó como la mirada de los niños y la de sus padres era de intriga hacia él, entonces no le quedó más remedio que hablarles sobre su persona.

— Bueno, creo que es hora que les cuente quién soy realmente— Se dispuso a hablar el hombre con ropa de sacerdote.

— Chicos, es mejor que vayan a su habitación esta conversación es para adultos— Ordeno a los pequeños la madre de los hermanos.

— Señora, ellos presenciaron un suceso totalmente fuera de lo común, si usted está de acuerdo prefiero que los niños también escuchen lo que tengo para decir— Respondió el hombre mirando a nuestros jóvenes protagonistas.

— Bien, entonces por favor cuente quién realmente es usted y que es lo que está pasando en este lugar— Repuso el padre Candelaria, que también estaba presente junto a los padres Marcos.

— Soy un sacerdote que pertenece a la orden de los Caballeros de Malta— Les dijo.

— ¡Es cierto!, ahora que lo menciona reconozco la cruz que usan los caballeros de malta en su estola— Enfatizo un sorprendido padre de los hermanos.

— ¿Qué hace la orden de los Caballeros de Malta aquí?— Pregunto la madre de Marcos.

— Fui enviado por mis superiores a custodiar el espejo donde vivía un dublur, estas criaturas son demonios que viven en ellos y ofrecen pactos faustianos a los dueños del cristal, prosperidad económica a cambio de algo que el demonio les cobrara en algún momento de sus vidas, estos pactos suelen terminar en desgracias para estas personas y quienes los rodean, a pesar de todo esto el ser humano suele ser dominado por impulsos muy bajos que lo llevan a una ambición desmedida que siempre terminan en dicha tragedia, de esta desdicha el dublur se alimenta. Estos espejos fueron fabricados por un antiguo monje que practicaba el ocultismo en la región de Rumania, los sacerdotes de la orden de Malta tienen la misión de localizar y neutralizar cada espejo donde se encuentra el dublur, sin embargo, varios de estos objetos malditos terminaron dispersos por todo el mundo, como este que había llegado hace sesenta y cinco años desde Europa del Este.

— La familia de Milka— Lo interrumpió la niña que no podía salir de su asombro.

— Exacto, ellos fueron quienes de alguna manera hicieron llegar este artefacto a esta zona del mundo, realmente no sabemos cómo y dudo que lo sepamos porque el hombre que hizo esta operación falleció hace cincuenta años en el primer incendio del edificio, cuando su esposa e hijas volvieron a Europa se comunicaron con la iglesia que derivo el caso a la orden de los caballeros Malta protectores de los grandes secretos de la humanidad, cuando pudimos dar con la ubicación exacta de la zona donde estaba el cristal ya había ocurrido la segunda desgracia, mis superiores compraron el edificio y me enviaron a mí para custodiar y trabajar en el exorcismo del espejo, para no levantar mayores sospechas por medio de un testaferro alquilaron el galpón del costado del edificio a una empresa que se dedica a la fabricación de mobiliario para el hogar con la excusa de que yo sería el casero— Por fin podían escuchar del propio Braulio la historia de cómo el llego al barrio.

— Nunca lo habríamos imaginado— Fueron las palabras de la madre de los hermanos que trataba de procesar toda la información.

— Esa era la idea que no sospecharan nada jamás hasta que el trabajo esté realizado, por eso no me comunique con ningún vecino del lugar y me mostré como una persona osca.

— Pero si usted tenía que proteger la zona, ¿Por qué una noche sentimos ruidos que venían del segundo piso del edificio? Además, vimos una sombra en la terraza del lugar ¿A caso el demonio dublur no estaba contenido? Esa parte no me cierra— Lo cuestiono Candelaria.

— Entiendo tu cuestionamiento pequeña, este dublur se viene alimentado de tragedias hace más de quinientos años, es un ente muy poderoso incluso para un sacerdote de alto rango como yo, esa noche que tu amigo Tristán me dijo que vieron algo rondar el edificio yo llegaba de recoger agua purificada para la tela de gabardina que ustedes descubrieron, ese manto era el que contenía al demonio, si este se debilitaba él empezaría a dar pequeñas rondas alrededor del barrio.

— Ahora entiendo esos extraños símbolos que tenía el manto— Dijo Tristán.

— Tengo una duda ¿Ahora que el espejo está roto que pasara con el dublur? Esto no me gusta nada— Pregunto un perturbado Marcos.

— Realmente lo que hiciste al romper ese espejo fue liberar a este ser sobre natural; sin embargo, él debe estar en otra región en este momento poseyendo otro cristal adecuado para que viva, rastrearlo tomara años, quizás ninguno de nosotros ya esté vivo cuando eso ocurra, el dublur se hará mucho más fuerte— Fueron las duras palabras de Braulio a la gente que estaba reunida.

— ¿Metí la pata, verdad? Yo no sabía, no quería— Dijo Marcos rompiendo en llanto.

— No pequeño, no te culpo a ti por lo sucedido, por el contrario, fuiste muy valiente al tratar de salvar a todos tus amigos tú simplemente desconocías todo esto, pero comprenderás que yo no podía relatar esta historia o sería tomado como un loco, solo porque ustedes fueron testigos de estos sucesos creen en mis palabras— Braulio le hablo al niño tocándole el hombro.

A la mañana siguiente el edificio fue clausurado por peligro de derrumbe, por su parte Braulio desapareció del barrio de un momento al otro, ya nadie jamás lo volvería a ver por aquella ciudad y pasado unos meses la construcción fue derribada en su totalidad, estos niños jamás olvidarán lo que vivieron esa noche en aquel viejo edificio.

Mi pregunta es ¿En qué espejo está ahora el dublur? ¿Braulio y la orden de los caballeros de Malta darán con él? Todavía hay muchas incógnitas. Esta historia podría tener una continuación.

Glosario

Che: Termino usado en Argentina para llamar la atención de alguien o para referirse a alguien.

Pacto Faustiano: Creencia occidental que consiste en un acuerdo entre una persona y un demonio.

Tontín: En esta historia hace referencia a diminutivo de tonto.

Vos: Termino común relacionado con la cultura rio platense (Argentina y Uruguay) que sustituya el pronombre “tu”.

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