Vuelan inertes en la luz que se cuela tras la ventana
los espacios entre tiempo y vida
Rompiéndose en fragmentos los dilemas
dejando mi ser danzando en el vacío
donde puedo estar, si no es aquí, y ahora
en la cruda realidad entre penumbra y soledad
eterno el silencio que yace ante mi camino
que vuelca el día en que se pronuncia,
sola en la deriva, de puentes que conducen al destino
veredas con rosas y espinas,
que conducen a las cadenas
que condenan la existencia
permanezco perdida, sin rumbo
buscando en la poca luz que queda
donde poder huir.
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