Depresión,
Pozo sin fin
Viví mucho tiempo aquí, conozco este lugar como pocos, algunos temen entrar porque saben que es difícil volver, no los culpo. Estoy sentado sobre esta que parece ser mi cama, pero es incómoda, dura, no duermo bien en ella, sufro de insomnio la mayor parte del año, no quiero caer en pastillas que curan, podría morir a causa de ellas, me conozco.
Oigo ruidos desde el exterior, difusos, entrecortados, no identificó lo que dicen, ni quienes caminan por encima de mí, algunos se animan a asomar su cabeza, pero inmediatamente la levantan, ya sea por el vértigo de lo desconocido o por el miedo a lo que vean, prefieren seguir caminando. Me alimento bien, no me puedo quejar, mis infusiones diarias están cubiertas, a veces la comida no me sabe a nada, el estómago se me cierra, a veces simplemente no quiero comer. Durante el día todo se me hace difícil, lo rutinario siento que me pesa el doble, finjo sonrisas para la gente que me conoce, cumplo con lo que tengo que hacer, doy lo mejor que el cuerpo me permita, y me doy un momento para extrañar, lo extraño mucho, no sé cuándo lo volveré a ver. Si ustedes están leyendo esto significa que a pesar de mi angustia, nunca perdí la fe, hubo un tiempo en que la persona que extraño, disfrutaba vivir, vivía allá afuera, donde da el sol, dialogaba con personas que apreciaba con el corazón, disfrutaba cada momento como si fuera el ultimo, realmente sentía que estar vivo valía la pena y contagiaba lo mejor de sí a los demás, qué bello era vivir, aquellos tiempos dorados.
Mi antiguo yo, ¿Cuándo vas a volver?
Un día todo cambió, caminando por el bosque, tropecé, primera herida, crecí, segunda herida, me lastimaron, tercera herida, me traicionaron y me mintieron, cuarta herida, me excluyeron y me dejaron solo, quinta herida, me hicieron sentir que mi vida no servía para nada, pensamientos suicidas.
Caí al pozo en el que ahora adopte como mi hogar, durante la caída trate de aferrarme de cualquier cosa que estuviera a la vista pero mis esfuerzos fueron en vano, el pozo me empujo hasta el subsuelo, metros y metros de distancia me separaban del mundo real, se venían tiempos oscuros, no estaba preparado, nadie lo está en realidad. A veces cuando la noche es tan tranquila, que por un momento olvido que estoy atrapado, veo volar a las aves, tan libres, tan vivas, cuanta belleza, ellas no me recuerdan porque caí a este pozo, me invitan a soñar, a recuperar lo que murió, a revivir a un muerto en vida que nunca más volvió pero sueña con verlo caminar una vez más entre los vivos.
Mi antiguo yo ¿Cuándo vas a volver?
Las paredes de este lugar me apagan por completo, el ambiente es muy lúgubre, solo escucho a las voces de mi cabeza, que me invitan siempre a conocer el mundo de los muertos, no las escucho y trato de silenciarlas con música, una simple melodía me regala una nota más de vida, un día más de resistencia, un día más entre los vivos, un día más que estoy cerca de ganar la batalla y salir de este pozo del infierno al que me empujaron, y que yo hice mi refugio. Cuando empecé a contar esta historia dije que viví, tiempo pasado, pero les mentí, porque sigo viviendo, tiempo presente.
Silencio
………..
Muerte
No conozco a mucha gente que haya salido de este pozo con vida, es muy difícil, pero hay ciertas personas muy conocidas a nivel mundial, que no solo me ayudaron en mis peores días con su voz angelical, sino que también me sirvieron de ejemplo, de que hay vida después de la muerte, solo hay que ser pacientes, de eso se trata vivir
Con amor, te quiero Billie
Rodrigo Gómez
OPINIONES Y COMENTARIOS