TESTIGO, CÓMPLICE Y CULPABLE

TESTIGO, CÓMPLICE Y CULPABLE

Sergio Raul Rojo

02/04/2018

Hoy, tomando un café,(pocas veces lo hago) hubo un momento de transición, algo así como cuando decimos, «se me puso la mente en blanco». Duro un instante y…me encontraba mirando fijamente la taza de café, observando el vapor que se elevaba, lento, elegante, se contorneaba en el aire como una odalisca. Aparecieron entonces pensamientos sobre el café.

El café(pienso yo) es testigo, cómplice y culpable de diferentes situaciones, situaciones que involucran a uno o más individuos. El café puede ser testigo de tus momentos de zozobra, de noches interminables de desvelo, noches previas a un examen, noches en la que esperas el regreso de alguien o estas esperando una noticia. Hasta una costumbre puede ser, de tomarse un cafecito después de cada comida.

El café puede ser cómplice de esos jóvenes o no tan jóvenes, esos que han fijado una hora y un lugar, puede estar en una esquina o a mitad de cuadra…es lo que menos importa…»¿ Nos vemos ahí ?»-«¡ Dale !».

Una mesa junto a la vidriera, dos sillas enfrentadas, dos tazas de café y dos almas que se quieren unir. De cómplice pasa a ser testigo de aquel que se quedo triste y abatido, sentado a la mesa junto a la vidriera, con la mirada fija y perdida atravesando los cristales, enfrentado a una silla vacía, un solo café y su alma en soledad.

También es culpable de las reuniones y encuentros, que se repiten día a día o una vez por semana de aquellos viejos amigos. Por culpa de un café que fue a buscar, coincidió con su compañera de oficina, el oficinista…y fue ahí que empezó todo, nació una relación y el café fue testigo. O simplemente como un complemento del que se sienta todos los días a leer las crónicas de un diario.

¿ Y vos, alguna vez tomaste un café testigo, cómplice o culpable…?

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