Todo.

Nunca sentí esto, no encuentro las palabras para expresarme. Al mismo tiempo, siento que si no escribo, voy a explotar. ¿Qué me provoca este sentimiento de agotamiento? No es fácil sentir algo desconocido. Desconozco las herramientas para hacerle frente. Desearía entenderme mejor ahora mismo. Escribo infinitos textos y ninguno logra expresar lo que siento. A veces creo entenderme un poquito, pero mi cabeza es una bomba de tiempo que ha sido activada después de tanto estar dormida. Me miro y no me reconozco. Desearía poder huir y estar solo para pensar en la inmensidad del mundo. Se dificulta cuando tus pensamientos son interrumpidos por algo que creías olvidado y enterrado.

No es nada sencillo ser escritor, o intentarlo, y guardarme lo que pienso; capaz pueda perjudicarme, pero la vida es muy corta y hermosa como para acobardarme. ¿Cuánto tiempo hemos desperdiciado en este mundo por el simple afán de complacer? ¿Viste cómo me fui por las ramas? Bueno, eso es a lo que me refiero cuando digo que no logro expresar lo que siento, porque mi cabeza no está clara. Lograron distorsionarla. A veces, la tranquilidad puede llegar a ser aburrida, pero no me encuentro contento con esta bomba que recibí. Desconozco completamente quién está leyéndome ahora. Espero que estés bien mientras lees esto. ¿Alguna vez te sentiste tan perdido con algo que creías claro? En mi caso, sí, y espero poder aclararlo pronto.

¿Por qué? Tengo miles de preguntas y todas me llevan a hablarte para tener una respuesta. Me encantaría meterme en esa cabeza para comprenderte y así ayudarte. Tantas cosas han pasado y sigo queriendo verte bien.

Nunca es tarde para reparar algo roto. A veces, una reconstrucción puede ser aún más bella que la original. De los escombros salen las estructuras más hermosas y de las cenizas, las aves más bellas. Jamás hay que perder la esperanza en lo que uno creía perdido. Porque así es la vida: un sinfín de vueltas que nos llevan a esquinas desiertas que involucran seres que creíamos alejados de nuestra alma.

Atte.

Facundo Verardo D’Agostino