Tienes tiempo? Quizá para un té o un café. Esta fue parte del inicio de una historia corta, de un amor que no lo es tanto. Es más bien intenso, pero no solo pasional sino que profundo.
Dos personas que se conocieron esporádicamente en un trabajo nuevo, con el pasar de las semanas su atención se conecta y comienzan las primeras interacciones. ¿Quien diría que tendrían tanto en común? Reconociendo sus gustos, conectando historias de la infancia, valorando sus ideas como si fueran parte del otro.
Las sorpresas no dejaron de acontecer con el pasar de los meses, conectando y redescubriendo incluso hasta sus propios valores. ¿Es que realmente puede existir alguien así? Cuánto tiempo pensaron que una conexión así no podría funcionar fuera de una novela, lo que genera la idea de que no está ocurriendo en verdad. ¿Será que podemos intentar algo más? Eso se descubriría durante el próximo mes…
La historia sigue durante los fríos de julio acá en el hemisferio sur. En pleno invierno se le ocurre a él dar un paso, ¿Podemos vernos fuera del trabajo?
No había mucha sorpresa, el deseo era mutuo, las ganas estaban ahí de siempre, solo faltaba la pregunta. La verdadera sorpresa era saber que sus casas estaban tan próximas que se podrían encontrar a solo unas esquinas, durante tantos años estuvimos aquí, al menos 15 años de nuestras vidas. Siempre cerca, pero nunca tanto para poder verse…
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