Entre el Mar y la ausencia

Entre el Mar y la ausencia

Diego Burd

12/09/2024

Suma

de fracasos

olvidos

y

marcas que

se ahondan

en el

alma

naufragar

en el

mar verde

de tu

ojos

pertenecer

a los

fantasmas

que

alimentan

a la ciudad

mientras

corres en

busca

de un

cuerpo

silencioso

de muerte

mientras

las palabras

corrompen

las infinitas

posibilidades

de elegir

mi mano

acaricia la franca

madera

del bote donde

los inertes

cuerpos

son condenados

a habitar.

Entregados a la melancolía

destruyendo

las elecciones de dios

arrancamos

a la virgen

la promesa de morir

en este

sarcófago

de nuestras manos

saldrán el alimento

destinado

a sastifacer

las negaciones

de las palabras

así dios

puede dormir

mientras

la creación entra

en su agonía.

SOY

Sobran las horas,

y aun así los días se hacen cortos,

señal que nos acercamos a la muerte…

los días

son la suma de los fracasos

para vencer la blanca mano.

Recuerdo que su rostro se alineo con el espejo,

sus ojos destilaban lágrimas,

y sin poder acariciar sus negras pupilas,

sintió que alababa a las multitudes,

desnuda ante mí

era un ángel amando

las ausencias de los cuerpos…

entre las palabras y las lágrimas,

abalanzó la crueldad de un cuchillo

sobre mi cuello,

y comenzó a beber mi sangre,

«tranquilízate de ahora en mas serás eterno»,

«¿por que lloras?»

«porque la eternidad duele».

Buscamos ser eternos,

escaparnos de los misterios de la muerte,

queremos que esta vida no sea única,

sino un pasaje hacia algo…

el paraíso lo hemos creado

para salvar lo que los gusanos nos han arrebatado.

Judas, no traiciono a cristo, solo cumplió con su mandato,

aun así los hombres podemos quedarnos frente a la higuera

y pensar en colgarnos,

pero las 30 monedas han sido devaluadas

y el imperio nace cuando matan al nazareno…

ser dios es una invitación al suicidio.

Solo no soy ateo,

frente a la imagen de

tus senos,

recitad plegarias

cuando duermes a mi lado…

tu cuerpo es mi prisión,

mi salvación

aun cuando tú acaricias

las perlas de los mundos subterráneos

Insectos

Libramos la batalla contra las ínfimas condiciones de ser humanos,

cayeron los últimos primates,

alzados contra el fuego ínfimo de la victoria,

aniquilaron las hembras

luego de haberlas violado

detrás del horizonte

la noche asome su último rostro.

Julieta se asomo al balcón,

maldiciendo ser de una familia,

y romeo destruyo

la totalidad de su existencia arrojándose sobre el cuerpo de su amada,

besando las manos del destino,

las balanzas del pecado original permitió a Osiris no condenar a los amantes,

en el infierno solo había espacio para los amantes de dante…

Hoy pronuncie tu nombre,

cuando pensé que lo había olvidado,

la lujuria de alcanzar el poder solo nos conducido a la frágil estabilidad,

la posibilidad de revolución o reforma,

no fue planteada,

queríamos mantener el status quo…

el orden político se mantiene con la rutina de los amantes,

que llegan a la casa,

conversan sobre sus actividades,

se miran buscando respuestas a la pregunta por que aun estamos juntos,

se besan, y se van a dormir,

hacen el amor los fin de semana,

y quizás, en alguna fecha especifica,

el día de la independencia,

algún cumpleaños o cuando estén alcoholizados…

el alcohol nos libera del peso de la moralidad,

alcoholizado arrastre mi vientre sobre el césped mojado,

y vomite mi vida sobre algunos árboles.

Lagrimas derramada,

palabras que decimos para justificar lo injustificable,

y sentirnos libres,

no alcancé oír sus pensamientos,

pero imagine que me insultaba,

que me odiaba y me maldecía…

y quizás en sus sueños pude volverla a besar,

o quizás

ella me arranco los ojos,

me corto la garganta

y dejo que me muera desangrado sobre unas blancas sabanas…

mi muerte imaginada por alguien a quien le mentí amor…

¿cuantas veces mentimos amor?…

¿cuantas veces me mintieron?…

solo somos aquellos que sobrevivimos a la batalla donde dejamos de ser hombres

y nos convertimos en insectos

Posibilidades

Lituana acariciaba sus senos,

arrastraba su boca sobre el cuerpo de Analia,

ellas jugaban entre si,

mientras miraba como el partido

definía los lineamientos para el alzamiento revolucionario.

Mientras las niñas coqueteaban con el ratón mickey,

en la radio escucha la sinfonía

de una multitud pidiendo muerte a los delincuentes

y entre las banderas nacionales

las banderas del odio flameaban con igual fervor que los colores de la muerte…

las multitudes aclaman orden y tranquilidad,

ayer caminaban por las calles enfrentándose con la policia,

los militares se reunían con un antiguo vocero del antiguo régimen,

ansiosos por utilizar los juguetes,

ellas se desprendieron los corpiños

y pude ver como los senos de Analia se ponían duros,

como su lengua buscaba la boca de Lituana,

y acariciaba su entrepierna…

El ángel gabriel

pudo asomarse por una ventana para anunciar

la virginidad de alguna mujer,

y sabría que la posibilidad de estar sentado en la puerta

de una iglesia esperando la oportunidad de ser puro,

era proporcional a que nadie arroje la primer piedra.

Mientras tanto,

la misa continuaba,

y en un acto vampirico y caníbal

se invitaba a comer y beber del niño asado en el centro de la nave,

ya sus llantos no se escuchan,

quizás el ruido de los tanques

ocupaban la totalidad de los canales de transmisión auditiva,

y las ráfagas de las metralletas se dirigían

sobre los obreros y desocupados que cortaban la ruta.

Desde la plaza central la multitud eufórica

avanzaba detrás del fascista líder mesiánico,

ya podrido lo dejare que continué hablando frente al espejo,

que refleja lo único que el ama… su propia imagen.

Lituana y Analia juegan con un consolador

mientras me acuesto a beber una última copa de vino,

el techo contiene mas estrellas que el cielo nocturno…

aun la luna desnuda sus senos…

Analia disfrazada de sueño,

me dice quiero dormir con vos…

Hoy no, la muerte esta de fiesta.

La ultima cena

Sobre la mesa se acurrucaron las cartas

que se enviaron los embajadores,

las cabezas de jabalíes servidas en las brillantes bandejas,

el viento entraba por las ventanas abiertas,

y sobre los platos servidos las cucarachas se dedicaban a orar.

El teléfono sonó,

la conversación comenzó con unos monosílabos

«si»,

«no»,

«¿quien?»,

«¿la muerte?»,

«te dije el nombre».

En tan pocas palabras intentamos redimir el pecado…

hablamos de eso,

quedamos conformes

con las mentiras que nos dijimos,

y así los dos seremos libres hasta la próxima vez.

Un cuerpo busca otro cuerpo,

desnudos se alimentan de las sensaciones olvidadas en ese momento,

las convenciones de ser esclavos de las moralidades actuales.

Parado en el colectivo

comencé a pensar en la posibilidad

de ser esclavo de la mujer policía que se ubico a mi lado,

le comencé a mirar su hermoso culo con el pantalón ajustado,

la camisa le marcaba los grande senos,

quizás ubicara en ellos grandes ubres esperando alimentar mi boca…

ella tiene el poder de arrestarme,

de ser un objeto del estado de dominación,

podrá acariciar otras vergas en la prisión,

pero yo soy el único de acariciarla de manera

que deseara que metiera su arma en su vagina…

ella descendió

y solo colectivo continúo su camino hacia el destino prefijado.

Los cuerpos en la ciudad

se conforman como ausencias,

veloces,

mujeres bellas se desnudan en la plaza y comienzan a danzar…

la música transforma la selva urbana

y el aquelarre comienza,

los dioses han vuelto a nacer…

somos eternos mientras la ciudad arde…

muero pero el fuego devora mi cuerpo.

La guerra esta cerca,

los soldados esperan

su hora para ser héroes en la mísera de la guerra,

en la estupidez de la muerte,

las bombas arden,

siento como los gritos de la ciudad llaman

por sus nombres a aquellos

que no conozco…

aun puedo matar a alguien

antes de ser ejecutado por los miembros del clan…

Abro la carta de mesa,

la misma es la nota de mi suicidio,

veo sobre la mesa mi cuerpo caído por mi propia mano.

Labradores en mi piel

Susurraba las palabras como el peligroso homicidio

cometido por las maneras de los hombres,

la luciérnagas sobresalían de las matas,

y aun las ratas,

se escurrieron en las lunas

que asomaban por el horizonte.

Tus senos debieron alcanzar la prestancia de un dolor,

pero éramos placer y lujuria,

nos importa ser cuidados por los hombres?…

solo la finalidad de la existencia nos demuestra la eternidad.

Caminabas sobre los vidrios rotos,

tus pies sangraban,

las huellas nos marcaban el camino a casa,

dos mas dos eran frágiles cuatros,

y tus manos acariciaron mi cabello,

yo he muerto en las puertas de Troya,

cual es tu nombre?,

ahora solo somos dos,

mira el cielo caer en la muestra de nuestra obra,

el rojo de mis heridas,

aun no han parado de sangrar.

Occidente se cimentó sobre la muerte,

quizás la totalidad de la humanidad…

el hombre es la muerte…

y aun así nos expulsaron del paraíso,

tener el poder de desterrar las infinitas latitudes

y nunca caer bajo la espada del conquistador.

Unos han muerto,

sobre la muralla llueven las gotas de sangre,

la ciudad esta rodeada de cruces,

y los cuerpos que cuelgan de ellas dicen tu nombre…

ahora el dolor tiene nombre…

sobre las murallas nos despertamos para volver a combatir,

de nuevo seré decapitado,

y nuevamente dormiré eternamente,

labradores devoran mis miembros,

y los buitres sobrevuelan mi cuerpo ofrecido a los dioses,

mi corazón aun late,

siente como respira,

como descansa,

como se duerme…

puedes sentir como mis ojos se desvían buscando los tuyos,

pero aun me escapo hacia las brazas del infierno.

Los expulsados cayeron,

la batalla tuvo vencedores,

y las espadas con llamas están cuidando la entrada al imperio…

los ángeles huyan el fuego sagrado…

no hay nada más bello que el grito de la huida,

el status quo ha nacido,

habrá un reino del bien y un reino del mal,

y la humanidad será el campo de batalla,

derrotas y victorias,

avanzo sobre los cadáveres,

esperando tus senos agrios…

dios he sido derrotado,

mi cabeza te pertenece,

nadie escucha mis palabras,

tienen tanta sangre,

mis manos han recorrido tantos cuerpos

que aun sienten la totalidad de las pieles,

dios estoy frente a ti,

desnudo esperando enfrentarme contigo en mí ultima batalla.

Refugiado en tus brazos

Luces en la ciudad,

la noche asoma su rostro lentamente,

mientras la soledad me encuentra acariciando el rostro del olvido,

y pensé que dios era mujer,

para salvar el insulto a la mediocridad de la creación,

cuando el mundo me pesa

quiero huir hacia los rincones de las tumbas,

el cementerio contiene las totalidades de las facetas de la vida,

tumbas cuidadas,

recordadas con lagrimas flotando sobre la tierra,

aquellas donde las arañas tejen la hipocresía,

donde las fotos se cubren de un polvo,

mientras el rostro desaparece

de igual manera

tanto en el blanco y negro

como en los recuerdos,

y el osario de los sin nombre

de aquellos huesos que olvidaron pagar los impuestos…

mis huesos descansaran en el osario,

frente a la realidad.

Ahora que tú nombre es solo un respiro,

una camisa que me aprieta el cuello,

puedo arrancarle la ropa a tu mejor amiga,

recorrer sus senos,

acariciarla,

besar sus partes íntimas,

decirle palabras que quería decirle,

sentir su lengua recorriendo mi pecho,

sentir como su cuerpo rocía con su perfume mi estomago…

ahora puedo pedirle que me ofrezca su cuerpo

mientras nos duchamos,

descender sobre su intima vulgaridad

para sentir que su aura descansa sobre la refinada gracias de ser libres.

Todas las pesadillas

tienen un minuto donde el horizonte se dilata,

donde la muerte se confunde

con las ardientes llamas de las brujas ardiendo en los postes,

mientras en la tribuna el inquisidor

reza su último rosario antes de ir a masturbarse,

y dios me perdona

mientras busco arrancar las orejas

de su altísima santidad el papa,

y las voy a colgamerlas en el cuello,

y a esa mierda blanca la empalare

para que diga porque me haz abandonado…

que pasen a hacerme una encuesta espiritual,

«cree que Jesús es hijo de dios o un profeta»»,

«pase adelante, póngase cómoda… quiere beber algo»,

la miro que hermosa mujer,

que bella esta mientras busca en su maletín la biblia,

la verga se me endurece,

agarro el cuchillo de la cocina,

y avanzo sobre ella,

le arranco los ojos,

le cortó la lengua,

luego los pezones,

y bebo la sangre que brota de ellas….

«acá esta tu dios»…

mientras comienzo a cortarla por el único tajo natural…

las tripas se las doy a mi perro…

. su alma quizás vaya a descubrir

que dios es una miseria

o tal vez,

la mayor de las grandezas.

Etiquetas: poesía argentina

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